martes, 6 de noviembre de 2012

Obama recibiría el 73% del voto hispano

El voto hispano, imprescindible para el ganador

El País

Pueden decidir el resultado en Florida, Virginia, Carolina del Norte, Colorado, Iowa y Nevada.

Los más de 50 millones de hispanos de Estados Unidos pueden reivindicar este martes su importancia en las elecciones presidenciales, convirtiéndose en un factor decisivo en el resultado. El voto hispano, significativo durante los comicios de 2004 y 2008 -cuando contribuyeron a la victoria demócrata- será determinante, además, en seis de los diez estados clave que inclinarán la balanza a favor de Barack Obama o de su rival, Mitt Romney.
Dos de cada tres hispanos dieron su voto a Obama en 2008 y, según los últimos sondeos, ese margen podría verse ampliado en estas elecciones hasta un 73% del voto hispano, mientras que Romney recibiría un 21%, según la organización Latino Decisions. El electorado hispano, además, ha crecido un 26% desde hace cuatro años y asciende ya a 12 millones de votantes que tanto ambos candidatos han querido cortejar este mismo lunes con sendos editoriales en medios en español.
Este martes los hispanos demostrarán además si Obama cuenta todavía con la confianza de un grupo del electorado muy decepcionado con el incremento de las deportaciones y que sólo empezó a reaccionar a su favor el pasado mes de junio, cuando el presidente firmó una orden que cancela las expulsiones de estudiantes indocumentados.
Romney se ha visto obligado durante toda la campaña a reducir la brecha abierta entre el Partido Republicano y la población hispana por la dureza de las leyes de inmigración aprobadas en estados como Arizona y Alabama, así como su propias propuestas durante las primarias. Entonces, el candidato republicano defendió la idea de ‘autodeportación’ de indocumentados y definió la ley de Arizona como “un modelo” para el resto del país. Romney intentó matizar en las últimas semanas, prometiendo negociar con los demócratas una reforma migratoria, aunque podría no ser suficiente.
Los hispanos también consideran que la economía es el asunto más importante en estas elecciones
Otra de las críticas a la campaña republicana está en la retórica empleada, ya que se han dirigido a los hispanos como si todos fueran inmigrantes, una afirmación que no coincide con la realidad. Tres de cada cuatro hispanos no son inmigrantes y el 90% de ellos está separado por una o dos generaciones de un familiar que sí vivió esa experiencia. Los hispanos consideran, como el resto del electorado, que la economía es el asunto más importante en estas elecciones, por lo que cualquier intento de conseguir el voto hispano con argumentos basados únicamente en inmigración puede sacrificar las opciones del candidato entre el electorado hispano.
La previsión de voto en Nevada, donde los hispanos representan al 15% del electorado, es un ejemplo de cómo su apoyo a Obama ha impedido que avancen los argumentos económicos de Romney, que ha intentado responsabilizar al presidente de los datos de desempleo en el estado, situado tres puntos por encima de la media nacional.
Sin embargo, la verdadera incógnita del voto hispano es su nivel de participación, normalmente inferior al resto del electorado. Ambas campañas -especialmente la demócrata- se han centrado en los últimos meses en registrar al mayor número de votantes posible y confían en que la reciente mejora en las condiciones económicas de la población hispana, uno de los factores determinantes en la participación, juegue a su favor. La capacidad adquisitiva de la comunidad ha crecido un 45,7% en la última década, sus ingresos medios anuales son de 39.000 dólares y el número de estudiantes universitarios ha asciende a 12 millones, 7% más que hace solo un año.
El nivel de participación de los hispanos también será determinante en Florida, el estado que aporta más votos electorales, -29 de los 270 necesarios para hacerse con la victoria- y donde el voto puertorriqueño, más demócrata, desafía el peso de los cubanos, más republicanos; en Colorado, donde pueden deshacer el empate virtual que reflejan las encuestas hasta el día de hoy; en Iowa, cuyos 6 votos electorales son imprescindibles para cualquier victoria, y en Carolina del Norte, donde peligra una repetición del triunfo de Obama en 2008.
Todos ellos han visto un importante crecimiento de la población hispana en la última década que, según los expertos, puede ir acompañado de cifras récord de participación en estas elecciones. Si Obama supera además el 72% de voto hispano, se convertirá en el presidente con mayor hispano, por delante de los porcentajes de Bill Clinton en 1996.

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