jueves, 26 de junio de 2014

Conflicto con los buitres: “Hay que avanzar en construir formas de financiamiento regional”

“Hay que avanzar en construir formas de financiamiento regional”

“Hay que avanzar en construir formas de financiamiento regional”

Notas.org.ar

En L’Ombelico del Mondo, programa internacional de Radionauta FM 106.3, entrevistaron a Leandro Morgenfeld -docente universitario e investigador del CONICET especializado en relaciones internacionales- respecto a la situación del fallo contra la Argentina sobre los fondos buitre, la deuda externa y el funcionamiento del sistema financiero internacional.

- ¿Cómo queda Argentina a nivel internacional en relación al fallo reciente sobre los fondos buitre?

- Argentina viene con este tema judicial hace bastante tiempo. Por lo menos dos años tratando de dilatar la resolución de la cuestión del juicio que se lleva adelante en el juzgado de Griesa para llegar al 31 de diciembre donde vence la clausula de pari passu. Es decir de igual trato para todos los bonistas que ya aceptaron el canje.
Esa estrategia de dilatar la cuestión hasta diciembre (que explotó con la resolución de la Corte Suprema) hizo que el gobierno argentino llevara adelante una serie de medidas para, de algún modo, congraciarse con los organismos internacionales que mostró ser una estrategia fallida.
Esta estrategia tiene que ver con haber cerrado la controversia con el Club de París que incluía no solo a Estados Unidos como acreedor sino a muchos países europeos y asiáticos; que tiene que ver con cerrar el pleito con Repsol a partir de la estatización de parte de YPF, donde se acordó una altísima indemnización; tiene que ver con cerrar parte de los pleitos que empresas europeas y norteamericanas tenían con nuestro país en el CIADI, organismo dependiente del Banco Mundial.
Argentina hizo todo eso en función de mostrarse como un país responsable y serio, entre comillas. Y además tratar de patear este conflicto para después del 31 de diciembre de este año. En ese sentido la resolución de la Corte muestra el error de esa estrategia que implicó otorgar muchos de los dólares que hoy escasean en la Argentina para tratar de conseguir un fallo favorable.
Me parece que lo más importante de la discusión, más allá de los argumentos jurídicos (estas semanas en Argentina todos somos expertos en fútbol y en la Justicia de Estados Unidos) es que puede implicar la cuestión de fondo. No solamente para nuestro país sino para otros grandes procesos de reestructuración de deuda.

- ¿Por qué la estructura a nivel internacional está dada para que tengamos que terminar en la Corte Suprema de Estados Unidos? ¿No hay otra forma de resolver esto?

- Si, por supuesto. Una de las cosas que hizo la Argentina fue resignar soberanía jurídica. Planteó, en la emisión de los bonos, que los diferendos en torno a esos bonos se iban a resolver en la Justicia de Nueva York. Esto se hizo para bajar las tasas que se pagaban porque para los acreedores era más confiable Estados Unidos que Argentina.
Esto llevó a que en los últimos años, y particularmente en los últimos meses, el país esté sometido a un juez de otro país. Lo interesante es que todos los sectores, tanto del oficialismo como de la oposición, tenían expectativas en un fallo, no sé si favorable, pero sí que permitiera dilatar la cuestión. Toda esta especulación finalmente no fue así.
El Departamento de Estado de Estados Unidos dio a entender que una resolución de este estilo de la Corte iba a poner en riesgo otros procesos de reestructuración de la deuda. ¿Qué quiere decir esto?
Países como Grecia que defaultearon (sic) también su deuda o que la renegociaron, pueden estar en problemas porque los acreedores externos que no hayan aceptado las condiciones de la renegociación ahora pueden litigar en la Justicia con la expectativa de conseguir el 100% del valor nominal de los bonos.
Por lo tanto esta resolución pone, no solo a la Argentina al borde del default, sino que también pone en peligro otros procesos de reestructuración de deuda.
Me parece que la cuestión de fondo es ponerse a discutir en su totalidad el sistema financiero internacional. Y en lo que nos atañe en América Latina, avanzar sobre lo que no se hizo mucho en el último tiempo como construir un banco regional, formas de financiamiento regional, que no pasen por organismos financieros internacionales comandados por Estados Unidos y por Europa.

- Hace unos meses hemos escuchado a Rafael Correa insistir muchísimo en tener una arquitectura financiera latinoamericana para poder obviar este tipo de problemas. ¿Estamos cerca o lejos de todo eso?

- Creo que estamos lejos porque los últimos años, que se creó el Banco del Sur y estaban dadas las condiciones para aportar a ese banco porque América Latina estaba en una coyuntura de altos precios de las materias primas y varios años de crecimiento económico, sobre todo Brasil fue bastante renuente en que se avanzara.
Y hay otra cuestión ahí que tiene que ver con tomar decisiones de peso con otros países de la región. Cuando Argentina decidió pagarle toda la deuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) lo hizo en soledad. No se hizo una negociación conjunta con todos los países de la región.
Por ejemplo el CIADI que mencionábamos antes, que es este organismo que depende del Banco Mundial y al cual las empresas transnacionales acuden cuando quieren reclamar contra los Estados, hay algunos países que se retiraron pero lo hicieron individualmente: Venezuela, Bolivia, Ecuador. O casos como el de Brasil que nunca participaron en este organismo.
Creo que la Argentina debería plantear, junto a los demás países de la región, retirarse del CIADI. Porque esto le da un peso a las empresas transnacionales para demandar a nuestro país aunque se hayan incumplido los contratos.
Argentina optó por el camino inverso. En los últimos meses acordó con empresas norteamericanas que litigaron contra el país para pagarles, no todo lo que reclamaban, pero si un porcentaje importante. Con la misma estrategia de seducción del capital transnacional para volver a tomar deuda.
Toda esta estrategia hoy está demostrando su fracaso. En vez de revisar eso y pensar otras salidas de conjunto con países de la región, los discursos de la oposición y del oficialismo lo único que hacen es reforzar que Argentina debe someterse a los fallos judiciales en países extranjeros y arreglar algún tipo de negociación.
Por lo tanto se están comprometiendo las relativamente escasas reservas que tiene la Argentina para pagarles a los fondos buitres. Con la complicación de que se si se paga ahora vienen todos los otros fondos que no entraron a los canjes y luego todos los que si entraron al canje, a reclamarle a la Argentina millones de dólares que nos harían entrar en default. Se pague o no se pague, estamos ante un inminente default. Los márgenes de negociación son muy estrechos.
Todo este panorama muestra que el tema del endeudamiento externo sigue siendo central en la Argentina y que no los vamos a solucionar si seguimos optando por aplicar, con matices, estrategias que son favorables al capital transnacional y no al desarrollo de los países de América Latina.
Hoy la deuda argentina es gigantesca y cada año tenemos que pagar más. Y por más que sigamos pagando vamos a seguir debiendo cada vez más.Entonces me parece que en vez de indagar en los vericuetos de la Justicia norteamericana, lo que tenemos que hacer de una vez por todas es mecanismos de discusión de moratorias a nivel continental.
Al mismo tiempo pensar como creamos mecanismos de financiamiento conjunto en la región. Eso sería enfrentar la lógica de los organismos financieros internacionales donde los países del G7, los países centrales, tienen prácticamente poder de veto.

- En la práctica podemos decir que no tenemos bases militares estadounidenses en nuestro territorio, como Colombia por ejemplo, pero esta es la manera de mantener el dominio sobre nuestro país.

- Por supuesto. Esto tiene un montón de condicionamientos sobre la política económica. Lo vivimos nosotros desde 1956 cuando Argentina ingresa al FMI como sistemáticamente la forma de ejercer presión y condicionar la política económica tenía que ver con exigir que a cambio de préstamos se aplicaran determinadas medidas.
Esto lo tuvimos a lo largo de toda la historia y supuestamente lo rompimos en 2006 cuando liquidamos la deuda con el Fondo. Pero hoy vemos que, más allá de los discursos y lo que se pueda haber avanzado en algunos aspectos, el tema de la deuda sigue estando en primer lugar dentro de las problemáticas de la Argentina.
Nunca se planteó, por ejemplo, una auditoria de la deuda externa que es algo que muchos venimos reclamando. En algunos países, como Ecuador, si se hizo una auditoria de la deuda y se declaró ilegitima una parte de esa deuda.
En Argentina a pesar del fallo del juez Ballesteros en el año 2000 por la causa Olmos, nunca el Congreso Nacional se decidió a discutir esta problemática, establecer que parte de la deuda es legítima y que parte no.
Sobre todo, cómo se llega a una solución para no caer de nuevo en este problema el año que viene o el otro o el otro. Ya los compromisos de pago para los próximos dos años son inmensos. Argentina va a tener que hacer un ajuste feroz para asumir esos compromisos.
Me parece que es un buen momento para sentar a todos los países de la región y sentarnos a discutir que caminos alternativos hay respecto a los que hemos ensayado en las últimas décadas que han demostrado su fracaso.

domingo, 22 de junio de 2014

Entrevista: “Hay que cambiar la estructura financiera de América Latina”

MorgenfeldEntrevista a Leandro Morgenfeld, docente, investigador y autor de “Vecinos en Conflicto”, libro acerca de la relación entre Estados Unidos y América Latina. Analizamos la situación argentina con respecto a los fondos buitre y la estructura financiera en América Latina para enfrentar estos problemas.

Se puede escuchar completa acá

lunes, 16 de junio de 2014

El operativo "seducción" no dio resultado: la Corte de EEUU benefició a los buitres

La Corte de EEUU rechazó la apelación argentina

Página/12
El máximo tribunal norteamericano ratificó el fallo del juez Thomas Griesa y de la Cámara Federal que ordena a la Argentina a pagar 1330 millones de dólares en efectivo a los fondos especulativos NML, Aurelius, Blue Angel y otros pequeños inversores. Este fallo era el peor que podía esperar la Argentina, que contaba con otras dos alternativas favorables: que se atienda la apelación o que se solicite la opinión escrita del gobierno norteamericano, que ya había adelantado su respaldo. Ahora, resta esperar que Griesa convoque a una negociación entre las partes para evitar que corra riesgo toda la restructuración de la deuda.

En febrero de 2012, el juez estadounidense Thomas Griesa emitió un fallo en el que le ordenó a la Argentina pagarles a los fondos Elliot, NML Capital, Dart, Aurelios, AC Paster y Blue Angel la totalidad de la deuda que reclaman, sin quita. El Gobierno apeló a la cámara con el argumento de que esa medida discriminaba a los que ingresaron a los canjes de 2005 y 2010, poniendo en riesgo toda la reestructuración.
Sin embargo, el 26 de octubre de 2012, la Cámara de Apelaciones de Nueva York respaldó el fallo de Griesa y le ordenó al juez que definiera con más precisión cómo hacer efectiva su resolución. El Gobierno reaccionó con duros términos. “Jamás vamos a pagarles a los buitres”, aseguró el entonces ministro de Economía, Hernán Lorenzino.
Griesa se mostró molesto por la reacción del gobierno y el 22 de noviembre de 2012 le ordenó que les pague a los buitres los 1330 millones de dólares en efectivo el 15 de diciembre de ese año. Incluso exigió que la Argentina depositara esa cifra en una cuenta de garantía para los buitres, junto con el pago del cupón del PBI.
Cuando parecía que la Argentina se encaminaba a un default técnico, la Cámara de Apelaciones suspendió el fallo y fijó un cronograma de presentaciones de ambas partes. En esas audiencias, la Argentina flexibilizó su postura y propuso reabrir el canje. Los buitres respondieron entonces que no aceptarían quita y el 23 de agosto de 2013 la Cámara ratificó su postura inicial.
"El juez Griesa dice que se pague todo lo que reclaman, con una visión muy estrecha del problema. Nosotros decimos que si tuviéramos que pagar este reclamo, tal como lo dijo Griesa, habría que pagar 15 mil millones de dólares por todas las demandas que se abrirían, y la verdad es que si uno lo compara con las reservas argentinas esto no es razonable", indicó el ministro de Economía, Axel Kicillof, la semana pasada.
En ese sentido, ayer, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner también se refirió al tema y advirtió que una resolución a favor de los fondos buitre no sólo impactaría sobre la Argentina, sino también sobre el sistema financiero internacional.
La decisión tomada esta mañana por la Corte de EEUU sienta un precedente capaz de afectar todas las renegociaciones de deudas soberanas futuras, porque bastará que un solo acreedor no acepte una propuesta de reestructuración para dejar el conflicto abierto.
Esto es así porque no hay una ley de quiebras internacional que regule la situación de un Estado soberano entrando en default. En las reestructuraciones privadas basta con que un porcentaje mayoritario de los acreedores acepte una oferta para que el resto también deba hacerlo.
Lo mismo ocurre con la ley de quiebras para municipios vigente en Estados Unidos. Esa ley exige sólo un 66 por ciento de adhesión de los acreedores para cerrar la negociación. La Argentina hubiese superado holgadamente ese porcentaje, pues el 92,4 por ciento de los acreedores aceptó en su momento la oferta que realizó el Gobierno.

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El peor de los resultados: la Corte de Estados Unidos niega apelación argentina en el caso de los fondos buitre

El Gobierno puede recurrir la decisión y pedir una "reconsideración" de la apelación para que se revisen los fallos adversos
Por   | LA NACION

WASHINGTON.- El peor de los escenarios posibles para la Argentina. La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó hoy el pedido de apelación del gobierno nacional en el caso de los denominados fondos buitres.
La Argentina puede recurrir la decisión y pedir una "reconsideración" (rehearing) del caso. Pero casi siempre son denegados. En los hechos, si esos recursos son denegados, la apelación termina y queda firme el fallo favorable a los holdouts.
Era el peor escenario y acaba de ocurrir. Lo mismo pasó con el segundo caso que tenía la Argentina en la Corte, el llamado Discovery. La decisión va en contra de lo que esperaba el gobierno de Cristina Kirchner .
El máximo tribunal de EE.UU. llegó a esta instancia con tres opciones posibles sobre la mesa. Tomar el expediente, rechazarlo o postergar la decisión. El Gobierno y los mercados apostaban por esta última.
Tanto la Casa Rosada como la oposición esperaban un desenlace favorable. La expectativa coincidente se centraba en que la Corte postergaría la adopción de un criterio hasta conocer, primero, la opinión del gobierno de los Estados Unidos.
Un pedido de opinión de ese tipo significa en los hechos que el expediente se paraliza hasta que esa exposición se presente. En términos procesales, significa una demora de por lo menos seis meses en la tramitación del caso.
La Presidenta, que había advertido ayer sobre el "riesgo internacional" ante un fallo adverso de los jueces, brindará un mensaje, a las 21, al país, que será transmitido por cadena nacional.

miércoles, 11 de junio de 2014

Argentina, fútbol, historia y relación con los vecinos

Artículo del New York Times que incluye mi opinión sobre una encuesta que indica que la mayoría de los latinoamericanos no quiere que Argentina gane el Mundial:

The Global Game

Why So Many World Cup Fans Dislike Argentina

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RIO DE JANEIRO — Argentina has one of the most successful national soccer teams in the world, and the country has won the World Cup twice, in 1978 and 1986. In this year’s tournament, the team ranks among the most formidable competitors, with Brazil’s coach, Luiz Felipe Scolari, even predicting a final showdown with Argentina.
But if the Argentine team is feared by many fans, it certainly is not loved. To put it bluntly, many people can’t stand the thought of an Argentine World Cup title.
A plurality of people in several countries named Argentina when asked in an Upshot/YouGov study which country they were rooting against this year: Brazil, where 34 percent named Argentina; Chile (20 percent); and Colombia (14 percent). Argentina was the second-most disliked team in Costa Rica and England.
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The dislike seems to stem from Argentina’s soccer history and the way in which neighbors in Latin America have reacted to how some Argentines projected their perceptions of economic and cultural superiority in the region. “It’s no secret that a lot of people despise Argentina in the world of football,” said Christopher Gaffney, a scholar at the Fluminense Federal University here, who studies large sporting events.
“This has a lot to do with stereotypes on and off the field,” Mr. Gaffney added, emphasizing that national soccer identities were formed in the 1970s and 1980s, when Argentina was a powerhouse of the sport. A highlight of that era was Diego Maradona’s Hand of God goal — in which he illegally punched the ball into the net — against England in 1986, when Argentina won the Cup.

Diego Maradona scoring his Hand of God goal in  the World Cup in 1986. Credit Bob Thomas/Getty Images
Despite recent economic troubles, the country also has a legacy of ranking among the richest in the region. In the 1990s, when the currency was stronger than those in neighboring countries, some Argentine tourists were notorious for their braggadocio.
And about a century ago, the expression “rich as an Argentine” was commonly used in Europe, a reflection of the relative prosperity of the commodities-exporting economy. (The gradual decline since then of Argentina’s economy remains a topic of somewhat morbid fascination among economists.)

“For many years, Argentina’s economy was the strongest in the region, and there was a strong European influence; that built an image of superiority,” said Leandro Morgenfeld, a historian at the University of Buenos Aires. “The sectors of society that regional neighbors most came into contact with were those projecting that arrogance.”
Historians of soccer and politics in Latin America attribute some of the animosity to the ways in which some Argentines have traditionally viewed their nation, which received millions of European immigrants in the 19th and 20th centuries: as a dominion of racial pre-eminence in the region.
In the realm of sports, before Brazil surged to the elite ranks of global soccer in the second half of the 20th century, dark-skinned Brazilian players faced racial abuse in Argentina. In the 1920s, the Brazilian writer Lima Barreto described how Brazilian players were called “macaquitos” (little monkeys) in Buenos Aires.
On the streets of Argentina’s capital, views differ as to why the national team isn’t popular with other Latin Americans. Daniel González, 29, a television producer who moved to Buenos Aires 10 years ago from Colombia, said the stereotypes of Argentines in his home nation were misguided.
“They have a reputation for arrogance,” Mr. González said. “But when you arrive here, you see it’s not that bad.”
Still, many Argentina do exude brazen pride. “They’re jealous of us,” Eduardo Gangi, 60, who runs a corner store in Buenos Aires, said of Argentina’s neighbors. “We’re slowly taking over the world. We sent a queen to Holland and a pope to the Vatican,” he said, referring to Queen Máxima of the Netherlands, the Argentine-born wife of King Willem-Alexander, and Pope Francis.
Despite such views, Argentina’s political ties with its neighbors, especially Brazil, are much warmer than in previous decades, marked by the endurance of Mercosur, the South American trading bloc. Mr. Morgenfeld, the Argentine historian, warned against using opinions voiced ahead of the World Cup to interpret the wider cultural context.
“Soccer and culture are two different tracks,” he said. “I think Latin American unity is strong, but soccer creates divisions.”
That tension emerges in different ways, with many people in Latin America rooting against Argentina, and many Argentines expressing ire against their neighbors.
For instance, at a warm-up match for the World Cup in Buenos Aires last week, a group of Argentine fans outside the stadium sang about its hatred of Chile. They singled out Chilean support of Britain during the Falklands War of 1982, when Argentina unsuccessfully sought to establish sovereignty over a group of islands in the South Atlantic called the Falklands by the British and the Malvinas by Argentines.
“All I ask from God is for all Chileans to die,” the Argentines chanted. “The betrayal of the Malvinas will never be forgotten.”