jueves, 31 de marzo de 2016

Se profundiza el alineamiento con EEUU: Macri se verá hoy nuevamente con Obama en Washington, tras la aprobación del pago a los buitres. Inversiones y nueva deuda, en la agenda

La canciller Malcorra conversó ayer animadamente con el secretario de Estado, John Kerry

 

Macri llegará hoy a Washington para atraer nuevas inversiones

Participará de la cumbre por la seguridad nuclear y tendrá reuniones con varios jefes de Estado; estará nuevamente con Obama y mañana se verá con el presidente de China
LA NACION
 
WASHINGTON.- Mauricio Macri llegará hoy a esta ciudad para la cumbre de presidentes por la seguridad nuclear, con la intención de mostrarle al mundo que su Congreso lo acompaña en la estrategia de acordar con los holdouts, que la Argentina ya está dispuesta a salir de una vez del default, y, a partir de allí, buscará sumar aquí gestos de la diplomacia para atraer inversiones en el país.
En medio de una ciudad aturdida por el fuerte operativo de seguridad que se desplegó ante el arribo de 53 jefes de Estado, Macri arribará al mediodía con una reducida comitiva y desde ese momento no parará un segundo en el trajinar de su acotada agenda internacional de dos días.
Más allá de exponer mañana en el Centro de Convenciones de Washington sobre la necesidad de unificar posiciones en el mundo en contra de la proliferación nuclear sin fines pacíficos, el presidente argentino mantendrá desde hoy al menos ocho reuniones bilaterales con jefes de Estado.
En todas ellas la intención es la misma: mostrar que la Argentina cumplirá en abril con sus obligaciones de pago a los fondos buitre y que está abierta a recibir inversión extranjera cuanto antes para recuperar su alicaída economía.
Según confirmó la canciller Susana Malcorra, que ya se encuentra en esta ciudad y ayer se reunió con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, el presidente Macri se reunirá hoy con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y con los primeros ministros de Nueva Zelanda y de la India, John Key y Narendra Modi, respectivamente. Todo esto será en el hotel Adams, donde se hospeda Macri.
Por la noche, el presidente Barack Obama ofrecerá una cena de honor a todos los jefes de Estado que vienen a la cumbre y se prevé allí un encuentro informal de Macri con el mandatario norteamericano, que acaba de visitar el país la semana pasada.
Por otra parte, mañana el jefe del Estado argentino mantendrá una reunión clave con el presidente de China Xi Jinping. Luego se entrevistará con el presidente de Japón, Shinzo Abe; el de Corea del Sur, Park Geun-hye, y con el jefe del Consejo de la Unión Europea (UE), Donald Tusk. En medio de ello, Macri participará de las sesiones de la cumbre de seguridad nuclear y mañana será uno de los primeros en dar su discurso.
Quizá la reunión con Xi sea la de mayor peso político si se tiene en cuenta que China alertó hace unos días acerca de que quiere respetar los acuerdos de infraestructura y energía nuclear que se firmaron con Cristina Kirchner, mientras que la administración de Macri dijo que buscará revisar esos convenios en los puntos donde vieron irregularidades.
Con Japón hay conversaciones muy avanzadas para traer inversiones en el área de minería y en el sector automotriz a la Argentina. Corea del Sur mostró intenciones de aumentar la compra de alimentos argentinos y de avanzar en inversiones en el sector minero. Y con la Unión Europea se dialogará sobre el acuerdo de libre comercio que buscan sellar el Mercosur y la UE.

Reinserción en el mundo

No obstante, las reuniones con el resto de los presidentes son centrales para Macri en este viaje a Estados Unidos porque se darán justo un día después de que el Congreso haya aprobado las leyes que habilitan el pago a los holdouts.
Será ésta una carta de presentación fuerte con la que el Presidente buscará sustentar sus deseos de reinserción en el mundo.
"Tenemos mucha expectativa de mostrar a una Argentina abierta al mundo y en cumplimiento de sus deberes internacionales", dijo a LA NACION el embajador en Estados Unidos, Martín Lousteau.
Por su parte, la canciller Malcorra destacó ayer que en su reunión con Kerry se habló de que la visita de Obama dejó "muchas tareas por hacer", y añadió que fue el "inicio de un trabajo muy intenso" entre ambos países.
Una muestra de ello es que se anunció una visita de Kerry para octubre a la Argentina, con la intención de fortalecer las "relaciones maduras" que Macri quiere tener con Estados Unidos.
Otra muestra de que el Gobierno busca aprovechar al máximo el escenario internacional es el dato de que en paralelo a la reuniones bilaterales que mantendrá Macri en esta ciudad, la canciller Malcorra se reunirá con sus pares de Australia, Indonesia y Noruega, entre otros altos funcionarios.
En el discurso de la cumbre de jefes de Estado, Macri destacará el trabajo que hizo la Argentina en los últimos 20 años con energía nuclear con fines pacíficos orientada no sólo a la generación de energía, sino también a las cuestiones vinculadas con salud y temas de investigación.
Destacará así los trabajos que vienen haciendo la Conea y el Invap. En ese sentido, tanto el sherpa de la cumbre de energía nuclear -el embajador ante la ONU, Martín García Moritán- como el embajador en Viena, Rafael Grossi, que es un candidato que suena muy fuerte para presidir el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), están muy entusiasmados con el discurso que dará mañana Macri en esta ciudad.

Satisfacción por el encuentro con Kerry

WASHINGTON.- En el Gobierno había una gran euforia por el nuevo espaldarazo de Estados Unidos a la Argentina. Tras la visita de Barack Obama a Buenos Aires, la canciller Susana Malcorra se reunió ayer con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry. Luego del encuentro, el funcionario de mayor jerarquía en la política exterior de Estados Unidos expresó: "Le damos la bienvenida a la restauración de la Argentina de su involucramiento en la política en tantas áreas diferentes, en energía, en derechos humanos, en el medio ambiente, en comercio", dijo Kerry, quien anticipó que en octubre visitará el pais.
No sólo ello, el secretario de Estado remarcó también que "la Argentina y Estados Unidos tienen mucho temas para trabajar juntos". La canciller se mostró satisfecha con el encuentro y la misma euforia se notaba ayer en la embajada argentina en esta ciudad.

ENTREVISTA: Con gira de Obama, EEUU busca reposicionarse en América Latina imponiendo restauración conservadora

 

Xinhua Español
Spanish.xinhuanet.com       

BUENOS AIRES 30 mar (Xinhua) -- La reciente visita que realizó a Cuba y Argentina el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, responde a la intención de Washington de reposicionarse en la región, a partir de un alineamiento de gobiernos de derecha que implica una restauración conservadora.
Así lo explicó, en entrevista exclusiva con Xinhua, el experto argentino Leandro Morgenfeld, doctor en Historia y profesor de la Universidad de Buenos Aires.
El analista, investigador adjunto del CONICET, el principal organismo científico del país y autor de obras que abordan el vínculo entre Estados Unidos y la Argentina, consideró que la reciente visita de Obama a La Habana y Buenos Aires "responde a objetivos geoestratégicos de Estados Unidos".
"La Casa Blanca apuesta a reposicionarse en la región, después de una década de relativo relajamiento de su hegemonía. Procura debilitar a los países bolivarianos y también debilitar las iniciativas autónomas que impulsó el eje Brasil-Argentina.
"Apuesta a un realineamiento del continente y busca debilitar las iniciativas de coordinación y cooperación política, como la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) y la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), reposicionando a la OEA", subrayó Morgenfeld.
El historiador sostuvo que "todos los países de la región criticaron las políticas agresivas de Estados Unidos contra Cuba en las últimas Cumbres de las Américas, y Obama buscó que la distensión con La Habana quite argumentos a los críticos del imperialismo estadounidense. En el caso de la visita a Argentina, Obama vino a respaldar al presidente Mauricio Macri".
"El triunfo del líder del PRO impulsó una restauración conversadora en Nuestra América, que continuó con la derrota del chavismo en las elecciones legislativas en Venezuela, la nueva ofensiva destituyente contra el gobierno de Dilma Rousseff en Brasil y la reciente derrota de Evo Morales en su intento de habilitar una nueva reelección en Bolivia.
"Hasta ahora la derecha sólo logró recapturar un gobierno, en la Argentina, y Obama busca impulsar a Macri como un líder que termine de inclinar el tablero político regional, atacando a los adversarios de Washington, como lo hizo el líder del PRO en la cumbre del Mercosur de diciembre, cuando acusó a Venezuela de no respetar los derechos humanos", enfatizó.
En esa línea, recordó que "cuando asumió en 2009, Obama generó ciertas expectativas en la región, que luego se vieron defraudadas. Una vez que consiguió la reelección, decidió avanzar en América Latina nuevamente, con otra estrategia.
"En los últimos años, la crisis internacional afectó el precio de las materias primas, generando estancamiento y recesión en la región, luego de una década de acelerado crecimiento y, en marzo de 2013, con la muerte de Hugo Chávez, se frenó el proceso de integración alternativa. Así, Obama aprovecha esta nueva coyuntura para favorecer una restauración conservadora en el continente".
Al referirse al panorama político de América del Sur, advirtió que "hay una clara ofensiva de las nuevas derechas, alineadas con Estados Unidos. El objetivo es derrotar las iniciativas tanto del eje bolivariano como de los países del Cono Sur, fundamentalmente Argentina y Brasil. La llegada al poder de Macri impulsó a las oposiciones en Brasil, Venezuela y Bolivia.
"Pero no está dicha la última palabra sobre el llamado ciclo progresista. Dependerá de la reacción de las organizaciones populares, que se resisten a volver a soportar políticas neoliberales como las que asolaron el continente en las últimas décadas".
En cuanto a si el cambio de postura de Estados Unidos es contingente o una estrategia a largo plazo, Morgenfeld se inclinó por la segunda opción: "Es parte de una estrategia de largo plazo relacionarse con cada país de la región por separado, y no como bloque. Sin embargo, esa estrategia utilizó distintas tácticas y herramientas a lo largo de la historia.
"Dependerá del resultado de las elecciones de noviembre. Un triunfo de Hillary Clinton mantendrá una política hacia la región similar a la de Obama. Si ganara Donald Trump, en cambio, podría volver a crecer un rechazo a las políticas unilaterales de Estados Unidos, como ocurrió con George W. Bush, tan repudiado en América Latina".
En ese contexto, el analista también se refirió a las relaciones entre Estados Unidos, China y América Latina.
"China es hoy un socio comercial clave de la mayoría de los países, un importante inversor y prestamista, desafiando la posición que ocupó Estados Unidos en el último siglo", dijo.
Y añadió que "la crisis económica internacional impulsa a las potencias a intensificar las disputas para mantener o modificar la configuración del poder mundial.
"En ese contexto, América Latina, con un creciente mercado de consumo y una disponibilidad de bienes naturales renovables y no renovables, está en el centro de las luchas entre Estados Unidos, Europa y China, sean éstas comerciales, financieras, políticas o militares".
¨Estados Unidos se resiste a la concreción de un sistema mundial más multilateral. América Latina debería impulsar grupos como el BRICS, que limiten esa hegemonía comandada por Washington", instó.

miércoles, 30 de marzo de 2016

Mario Rapoport: “Las relaciones con Estados Unidos no garantizan un futuro promisorio”

Mario-Rapoport

“Las relaciones con Estados Unidos no garantizan un futuro promisorio”


Entrevistó: Augusto Taglioni
Resumen del Sur

Ha pasado menos de una semana de la llegada de Barack Obama y todavía los aspectos positivos y negativos de la nueva relación que abre con la Casa Blanca siguen siendo materia de discusión. En ese contexto, Mario Rapoport, Licenciado en Economía Política, Doctor en Historia y Director del Instituto de Estudios Históricos, Económicos, Sociales e Internacionales dialogó con Resumen del Sur sobre la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama y las consecuencias para nuestro país y la región esta nueva etapa en la relación con la potencia del norte. 

¿Cuál es su mirada respecto de la visita de Obama a la Argentina?

 La llegada de Obama se debe al cambio de gobierno que se supone que quiere establecer relaciones más fuertes con Estados Unidos. Me parece que en estos momentos existe una ofensiva de Estados Unidos sobre la región para fortalecer a los gobiernos de distinto signo político que se han instalado o pretenden instalarse en Argentina, Brasil o Venezuela. Esta es la razón principal de esta visita. 

Esta relación que se reabre con Obama, ¿Puede cambiar con el presidente que gane las próximas elecciones en Estados Unidos?

Si gana Donald Trump podría cambiar porque serían relaciones más difíciles, ya que, es un hombre que tiene prejuicios muy fuertes contra los hispanos. De todas formas esta vuelta de las relaciones con EE.UU. no garantizan un futuro promisorio porque si revisamos el pasado, las relaciones carnales no dieron muchos frutos, y no por cuestiones subjetivas sino porque hay intereses particulares en Estados Unidos que se han opuesto siempre a las relaciones con nuestro país, por ejemplo, mediante el proteccionismo norteamericano respecto a los productos argentinos que hace poco competitiva la economía de ellos con la nuestra,  lo que hace muy difícil congeniar con Estados Unidos económicamente.  Este es un problema esencial que tuvieron todos los gobiernos, desde el siglo XIX hasta todo el silo XX sean conservadores, radicales o peronistas. Por eso una relación basada en las buenas intenciones que en las correspondencias en las realidades.  

¿Cuál es el rol considera que es el rol de la Argentina en la región en esta apertura a la relación con Estados Unidos?

Estados Unidos está llevando a cabo una política destinada a romper las relaciones entre los países latinoamericanos, sudamericanos específicamente, tratando de fisurar el Mercosur y Unasur. Por otro lado, está construyendo su vínculo directo con los países de la Alianza del Pacífico y lanzando el Tratado Transpacífico para rodear a China y perjudicar su influencia en la región. Lo mismo que está haciendo en Europa tratando de aislar a Rusia. Pero creo que no lo hace desde una posición de fuerza, lo hace desde un lugar de cierta debilidad. La hegemonía de Estados Unidos en el mundo de alguna manera está terminando, no la hegemonía en términos de súper potencia global, militar estratégico sino desde lo económico. No puede brindar lo que pudo hacer en la post guerra cuando reconstruyó las economías europeas con el Plan Marshall y las economías del sudeste asiático, yo creo que hoy tiene rivales económicas muy importantes como China, Rusia y los BRICS. Se aprovecha de la debilidad de Europa y el retroceso de gobiernos populares pero no sé si esto tenga demasiada proyección a futuro.

¿Hay alguna arista que pueda considerarse positiva de esta visita de Obama?



El hecho de que haya un presidente afroamericano en la Casa Blanca ha cambiado mucho la imagen de Estados Unidos. Evidentemente no es Reagan o un presidente que pueda generar fuertes resistencias en el mundo. Pero, de todas maneras, se ha rodeado de gente que viene de anteriores gobiernos, muchos de ellos conservadores y republicanos.  Yo no sé hasta qué punto los  presidentes pueden hacer lo que quieren en Estados Unidos, considero que el último gran presidente fue Roosevelt. Están presionados por lobby de todo tipo que limitan su posibilidad de gobernar.  En el caso de nuestro país, la situación es inestable, ha cambiado el gobierno y de golpe cambia la política, y puede volver a cambiar. Eso siempre es así. El gobierno habla mucho de la llegada de inversiones pero el único objetivo que tiene es endeudarse para pagarle a los Fondos Buitre, y luego veremos si viene alguna inversión. Yo creo que el problema es que la capacidad de repago de la Argentina no es muy grande con esta deuda se está tomando, y eso a los inversores no los entusiasma demasiado.  No tenemos proyección a largo plazo, no pensamos en los ahorros nacionales, me parece que es un problema. El problema es que la burguesía nacional ha capitulado, no invierte lo que debería invertir cuando en realidad lo podría hacer. Eso nos permitiría pasar de una economía semi-desarrollada a una economía desarrollada.

Estamos frente un ciclo nuevo de gobiernos conservadores en América Latina o gobiernos populares debilitados. ¿Cuál cree que fueron los motivos por el que los gobiernos progresistas están en crisis?

En cada uno de estos países hay fuerzas en contra de las ideas progresistas de estos gobiernos. Si bien Estados Unidos impulsa esas fuerzas, no es problema. El problema es interno para poder imponer otro tipo de políticas. Hay una mentalidad que viene de muchos años que lleva a pensar que siempre buscan un salvataje en potencia extranjeras, fue Gran Bretaña, fue Estados Unidos. Acá siempre se piensa en casarse con alguien en lugar de pensarnos de manera autónoma, y las veces que llevamos adelante procesos independientes de las potencias hemos recibido la agresividad de las potencias y de las fuerzas internas. Esto es así tanto en Brasil como en Argentina, si bien ha habido casos de corrupción que puede haber afectado, no creo que ese sea el principal problema. La causa principal está en el hecho de que los medios y estos sectores de poder no quieren gobiernos populares ni una distribución del ingreso que favorezca a nadie más que a ellos mismos.

Argentina: los ecos de una visita (Prensa Latina)


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Por Martin Hacthoun *
Prensa Latina
 
Buenos Aires (PL) Con su visita a Argentina, la primera de un presidente de Estados Unidos en 20 años, Barack Obama logró realinear al Gobierno de este país suramericano, ahora presidido por Mauricio Macri y la Alianza Cambiemos, con la política de Washington hacia la región.

    

  
Recuperó así un aliado en la campaña de Estados Unidos por contrarrestar los proyectos populares de varios gobiernos latinoamericanos, apoyo que no encontró en la Casa Rosada durante los últimos 13 años, estimó la investigadora Stella Calloni.

"En especial las articulaciones se harán contra el gobierno bolivariano de Venezuela", opinó la periodista y escritora argentina, con quien concuerdan otros analistas políticos.

Quedó claro por declaraciones de ambos presidentes el deseo de relanzar los nexos entre los dos gobiernos sobre bases de una mayor afinidad e intereses políticos y regionales.

Si bien los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández mantuvieron buenas relaciones con las administraciones de George Bush, hijo, y Barack Obama, tuvieron puntos de distanciamiento en lo referente hacia Latinoamérica que marcaron posiciones más independientes y soberanas, en particular en el proceso de integración que desagrada a Washington.

Para el director del Instituto de Estudios de América Latina, Oscar Laborde, quedó sellado el respaldo del gobierno de Macri a la política de Estados Unidos hacia la región y el comercio internacional.

Leandro Morgenfeld, historiador, docente y autor del libro "Relaciones peligrosas. Argentina y Estados Unidos", concluyó que el "principal objetivo fue geoestratégico para volver a posicionar a Washington en una región que históricamente estuvo bajo su dominio, pero que en la última década avanzó en un proyecto alternativo de integración".

Para intentar realinear a Latinoamérica bajo el dominio político-económico norteamericano, Obama necesitaba "posicionar al presidente Macri como parte de la restauración conservadora en la región, y su anfitrión se lo facilitó", consideró Morgenfeld.

En el enfoque económico -concluye el académico- Obama apuntó a lograr "que Argentina se aproxime a los países de la Alianza del Pacífico a través de presidentes como Macri, que impulsa un Estado con menos capacidad de regular la economía y así favorecer las inversiones de las transnacionales en nuestro país".

Los resultados de la visita en declaraciones, acuerdos y entendimientos dan aval a esas opiniones.

En un resumen de la visita efectuada 23 y 24 de marzo, la Cancillería consideró que sirvió para relanzar los vínculos bilaterales "sobre la base de valores, principios e intereses comunes", y marcó "un hito importante en la profundización de dicha relación".

Al margen de los actos protocolares en los que más se centró la gran prensa, las partes firmaron varios acuerdos de colaboración que implican un mayor compromiso del gobierno argentino con las políticas de Washington, y Obama incluso respaldó el proyecto de la Casa Rosada de pagar a los fondos buitre aun cuando signifique un endeudamiento mayúsculo para el país.

Los convenios abarcan cooperación, entre otros campos, en prevenir y combatir el crimen grave, una declaración conjunta sobre seguridad, obras públicas, emplazamiento de oficiales de seguridad a bordo, comercio e inversión, según esbozó la Cancillería sin entrar en detalles.

Ambos Presidentes -amplió ese Ministerio- coincidieron en la necesidad de profundizar las relaciones en el ámbito de la ciencia, la tecnología, la salud, la educación y la defensa, punto este en el que no se ahondó mucho públicamente.

Asimismo, acordaron en que el combate al narcotráfico es una prioridad, y decidieron trabajar como socios en este tema profundizando la colaboración en el marco bilateral y multilateral, con capacitación y entrenamiento.

También compartirán experiencias en tratamientos de desintoxicación y de prevención de la drogadicción.

Ambos gobiernos acordaron compartir información que sirva para frenar el terrorismo y también firmaron convenios específicos sobre la materia.

La administración Macri se comprometió a incrementar la participación de Argentina en las misiones de Paz de la ONU, así como "dar apoyo directo y de manera conjunta con Estados Unidos a la misión política de las Naciones Unidas en Colombia".

Y a cambio el gobierno de Obama le ofreció apoyo en la preparación de sus fuerzas de paz, proveyendo capacitación de personal y equipamiento.

Igualmente, las partes sellaron un memorando entre la Cancillería y el Departamento de Estado norteamericano en apoyo de la Organización de Estados Americanos y del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Eso conlleva una participación más activa de Argentina, vista como esencial para Washington, a fin de "impulsar los valores y metas compartidas de todos los Estados Miembros".

En ese sentido, ambos gobiernos trabajarán juntos para fortalecer la OEA "en su mandato principal de promover y proteger los derechos humanos y la democracia en todos y cada uno de sus 35 miembros", señala el comunicado de la Cancillería.

Observadores alertan que esa línea puede encerrar la politización del tema de los derechos humanos para presionar a gobiernos progresistas de la región.

El Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto mostró beneplácito por la decisión de Obama de desclasificar nuevos archivos del gobierno norteamericano, incluidos militares y de inteligencia, sobre la última dictadura.

Esa documentación contribuirá a esclarecer lo ocurrido con las víctimas del terrorismo de Estado y podrá ser de utilidad para las causas judiciales en curso, estima la nota ministerial, empero no estará disponible en al menos año y medio, y hasta entonces no se sabrá la real utilidad de su contenido, opinan los organismos de derechos humanos.

Dichas organizaciones reconocieron el gesto, pero expresaron críticas porque el presidente estadounidense no manifestó un claro desagravio por la complicidad de Estados Unidos en la dictadura argentina y en otras de la región.

Las partes acordaron, además, facilitar la tramitación migratoria; Estados Unidos eliminará las entrevistas consulares a argentinos menores de 16 años y mayores de 65, mientras Buenos Aires eliminará la tasa de reciprocidad que los turistas estadounidenses abonan para entrar al país.

Igualmente, suscribieron una serie de acuerdos para fortalecer la cooperación en materia económica, comercial y para el fomento de las inversiones.

La canciller Susana Malcorra y el propio Macri tomaron distancia de un tratado de libre comercio bilateral, pues un mecanismo de ese tipo parte por pasar por el Mercosur, pero no lo descartaron en un futuro.

También hubo entendimiento para firmar el Acuerdo de París sobre cambio climático y trabajar en una enmienda al Protocolo de Montreal para la reducción gradual de los hidrofluorocarburos (HFCs) en 2016.

En un análisis para el diario Página 12, Horacio Verbitsky considera que el contenido de los acuerdos va más allá de los títulos que difundió el Gobierno, el cual aceptó convenir acciones contra el narcotráfico y el terrorismo sin diferenciar seguridad y defensa, misiones militares en África, asilo a los sirios, centros de fusión de Inteligencia, fuerzas de seguridad en el Comando Sur y una apertura comercial irrestricta.

La Presidencia y el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto fueron cuidadosos y solo enunciaron los arreglos, pero para conocer a fondo lo pactado en día y medio de visita hay que recurrir al portal en Internet de la Casa Rosada, señala el titular del Centro de Estudios Legales y Sociales.

Entre otros arreglos, hay varios que acercan a las fuerzas militares de ambos países.

Para que Argentina pueda incrementar el tamaño de sus unidades militares desplegables y participar en misiones de paz en países africanos, Estados Unidos fortalecerá sus capacidades, incluyendo el entrenamiento y la modernización de la flota de aviones de transporte y carga C-130.

En mayo, el Pentágono realizará el primer encuentro de trabajo con las Fuerzas Armadas argentinas desde 2009, con una agenda que incluirá operaciones de paz, preparación y respuesta ante desastres y "cooperación en defensa hemisférica", punto este que abre una interrogante sobre lo que realmente significa esa colaboración.

Además, el Comando Sur se propone compartir información con el Ministerio de Seguridad argentino, mediante oficiales de enlace ante su Fuerza de Tareas Sur, y el Pentágono también invitó a Argentina a participar en un programa de cooperación con la Guardia Nacional de Estados Unidos.

En todos estos casos Estados Unidos propone y Argentina acepta borronear los límites entre las tareas de Seguridad Interior y Defensa Nacional, separadas en forma nítida por tres leyes y un decreto suscritos a lo largo de tres décadas por los gobiernos de Alfonsín, Menem, Fernando de la Rúa y Kirchner, advierte Verbitsky.

Las partes incrementarán también la cooperación en el desarrollo y la seguridad nuclear.

Según el Grupo Convergencia, integrado por académicos y especialistas en cuestiones de política exterior, Seguridad y Defensa, el gobierno nacional analiza la posibilidad de suscribir un protocolo adicional al sistema de salvaguardas que la Argentina mantiene con los organismos internacionales en el marco del Tratado de No Proliferación Nuclear.

Este sería -señala el investigador- el certificado de defunción del sistema argentino-brasileño de garantías y salvaguardias que desde 1991 ha permitido el uso de la energía nuclear con fines exclusivamente pacíficos, mediante el control recíproco, sin renunciar al desarrollo tecnológico propio como exige la megapotencia mundial y contribuyendo al mantenimiento de la paz en toda América.

Acorde con la página de la Casa Blanca, para el combate conjunto contra el narcotráfico y el crimen organizado, Estados Unidos asistirá a las fuerzas argentinas de seguridad sobre terrorismo y financiamiento del terrorismo en la Triple Frontera.

Funcionarios argentinos se capacitarán en la Academia Internacional de Policía, realizarán viajes de estudios a Estados Unidos y recibirán capacitación de la Administración para el Control de Drogas (DEA) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI).

El FBI también ayudará a montar una red de Centros de Fusión de Inteligencia para detectar y golpear al terrorismo y el crimen organizado.

Verbitsky recuerda que en esos Centros de Fusión, creados luego de los ataques de septiembre de 2001 por el Ministerio de Seguridad Nacional, comparten información de agencias de Inteligencia como la Agencia Central de Inteligencia (CIA), organismos policiales como el FBI, las Fuerzas Armadas y los gobiernos, nacional, estatal y local.

En 2012 una comisión bipartidaria del Senado de Estados Unidos publicó un informe demoledor sobre la inutilidad, dispendio y riesgo para las libertades civiles de estos Centros, puntualiza el experto.

Los mencionados son varios de los entendimientos -hay más- que sellaron los gobiernos de Macri y Obama en este nuevo renacimiento de las relaciones bilaterales, entre otros Argentina se compromete a recibir un número significativo de refugiados, incluyendo personas desplazadas por la guerra en Siria.

Antes que Obama visitaron Argentina Franklin Delano Roosevelt, Dwight Eisenhower y George W. Bush, hijo, aunque estos en gira por varios países de la región o cumbres de mandatarios. Solo las visitas de George Bush, padre, y William Clinton para reunirse con Carlos Menem, se registran como antecedente similar.

Después de los acuerdos arreglados entre sus equipos ejecutivos, protocolos con alta dosis mediática como dar unos pasos de tango con una bailarina local, aunque les salió mal a las partes la visita al Parque de la Memoria, Obama dijo que espera volver a Argentina en 2017.

*Corresponsal de Prensa Latina en Argentina.

martes, 29 de marzo de 2016

Novedad editorial: "Sociedades en conflicto. Movimientos sociales y movimientos armados en América Latina", de González Arana y Schneider (compiladores)

Novedad editorial
América Latina concita en su geografía una paradoja que ha alimentado las diversas usinas de las ciencias sociales, en pos de un matriz explicativa: ser un continente rico en los recursos más diversos por un lado y tener las sociedades más desiguales e injustas del planeta, por el otro. La historia del continente pone en negro sobre blanco lo difícil y costoso (en vidas humanas, especialmente), que ha sido y aún es revertir esta situación. Allí creemos que el título de esta obra colectiva encuentra plena justificación...
Sociedades en conflicto
Sociedades en conflicto
Roberto González Arana y Alejandro Schneider (comps.)
ISBN: 978-950-793-226-7

III Jornadas de Estudios de América latina y el Caribe. América Latina:escenarios en disputa. Prórroga para la presentación de resúmenes hasta el 15 de abril


 


 

III Jornadas de Estudios de América latina y el Caribe. América Latina:escenarios en disputa. Prórroga para la presentación de resúmenes hasta el 15 de abril



Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe
Facultad de Ciencias Sociales
Universidad de Buenos Aires

No a la censura de Macri contra Telesur. Repudio continental

Repudio continental a la decisión argentina de abandonar Telesur

 

Repudio continental a la decisión argentina de abandonar Telesur

Notas.org.ar

Desde la canciller venezolana, pasando por el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, hasta movimientos populares de toda América Latina, rechazaron la decisión del gobierno de Mauricio Macri de retirar al Estado argentino de la cadena de televisión multiestatal Telesur.

Este lunes desde el canal de televisión latinoamericano difundieron una extensa respuesta oficial ante el artículo publicado en el diario La Nación el día domingo donde se brindó la primicia de que la Argentina se iba a desvincular del medio.
“Tendenciosidad denota el artículo de La Nación para ‘defender’ el ‘pluralismo’ de Mauricio Macri, quien decidió abandonar teleSUR, sin establecer comunicación formal alguna con la directiva de este medio, como tampoco ante los canales diplomáticos correspondientes”, señala el comunicado. Y añade que el ministro de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi “sólo ha proferido declaraciones ante medios de comunicación sin establecer ningún contacto, ni notificación con la multiestatal”.
Más adelante, el comunicado señala que “es de destacar que este canal no ha recibido por ninguna vía oral o escrita, comunicación alguna sobre el referido trámite para abandonar teleSUR“.
Además, en respuesta a los dichos del funcionario argentino en los que argumentaba que Argentina no tenía ninguna incidencia en los contenidos del medio, Telesur respondió: “No hubo ninguna comunicación entre el ministro Lombardi y la presidenta de nuestra cadena, por tanto no hubo ninguna discusión sobre temas editoriales ni periodísticos”.
Cabe recordar que de acuerdo al convenio de cooperación firmado para la creación del canal, la desvinculación de una de las partes debe ser notificada por escrito y por vía diplomática, por lo menos seis meses antes de la fecha de vencimiento.
Para Telesur “no es casual” que sea “este medio conservador el que diera la noticia”. “Son los mismos que a sólo horas después del triunfo de Mauricio Macri como presidente publicaron un polémico editorial intitulado ‘No más venganza’ en la que pidieron la amnistía a los represores de la dictadura, texto que se ganó el repudio de los argentinos en las redes sociales e incluso de los periodistas del propio medio”.
Por otra parte, ante las acusaciones, la cadena multiestatal no niega su mirada de la realidad: “Los contenidos periodísticos que se elaboran en teleSUR (medio creado en 2005) tienen una línea editorial de izquierda con audiencias en América Latina, América del Norte, el Caribe, Europa, Medio Oriente y parte de África, haciendo coberturas de la crisis de refugiados en el continente europeo, los desaparecidos en México, la guerra en Colombia, el bloqueo contra Cuba, asesinatos raciales en EEUU, entre otros”.
“El lema de este proyecto integracionista es ‘nuestro norte es el sur’, teleSUR no es vocera de gobiernos, es la voz de los pueblos, es televisión en vivo y en red con evidencias documentales y noticiosas que, a pesar de las amenazas de gobiernos de derecha, no ha dejado de transmitir”, sostienen.
Finalmente se preguntan “¿Se defiende el pluralismo o se ha tomado la decisión de censurarnos? Lo publicado por el medio denota un abierto interés por desaparecer a teleSUR, que además permanece inscrito como empresa en Argentina por lo que cualquier acción en contra para cerrar nuestra corresponsalía incurriría en una abierta ilegalidad y lo denunciaremos como persecución”.
Tras enumerar una serie de ataques del gobierno de Macri a distintos medios de comunicación y periodistas, el texto sostiene: “teleSUR reitera al pueblo argentino su amor, su incondicionalidad así como el compromiso de hacer en cada jornada lo mejor que podamos hacer para contar nuestra región de la mejor manera posible. Nuestro equipo en Argentina seguirá trabajando y exigimos para ellos las condiciones para el ejercicio libre del periodismo”. “No van a desaparecer la verdad, no van a desaparecer teleSUR“, concluyen.
Respaldo internacional
Desde Argentina, las Madres de Plaza de Mayo emitieron un comunicado denunciando: “Nos cierran otra boca más, otra cabeza que piensa, que nos cuenta lo que realmente está pasando. Es muy triste pero lo cierran, sí, no es que sacan algunos programas, cierran Telesur en Argentina, no lo tenemos más en nuestras pantallas”.
“A los compañeros de ese canal les mandamos el mayor de los abrazos y les agradecemos todo lo que hicieron hasta ahora y sabemos que lo van a seguir haciendo, lástima que nosotros no lo vamos a poder ver”, agregaron.
Por su parte, el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, publicó un mensaje en su cuenta de Twitter donde además, recordó que integra el Consejo Asesor del Canal desde su fundación.
A su vez, el analista internacional y doctor en Ciencias Sociales, Atilio Borón, cuestionó: “Sin teleSUR ¿quien nos dirá lo que pasa en el mundo?, ¿la CNN?, ¿TN? ¿y esto lo decide un gobierno que se quejaba de la falta de pluralismo?”.
La canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, decidió directamente compartir la declaración de Telesur junto con la frase: “No lo van a impedir los verdugos y temerosos de la verdad ni los impulsores de la oscuridad que atacan a TELESUR”.
Finalmente, la articulación continental Alba Movimientos, reúne a organizaciones populares de toda América Latina difundió un comunicado donde expresa que “este accionar es una clara violación a la libertad de expresión, pues privará a argentinas/os de recibir información alternativa a la que promueven y difunden los medios hegemónicos en este país, totalmente alineados con las políticas antipopulares y neoliberales del gobierno del PRO”.
“Gracias a Telesur se han podido difundir las luchas sociales y las consecuencias de las políticas de ajuste que sufre el pueblo argentino como las políticas injerencistas del imperialismo en todo el continente”, destaca Alba Movimientos.
El comunicado concluye: “Desde la Articulación Continental ALBA Movimientos estamos en alerta ante esta avanzada comunicacional de los gobiernos derechistas para censurar las voces del campo popular, y repudiamos el anuncio del gobierno argentino de salirse de Telesur como un acto que atenta contra la pluralidad de voces en Argentina y en el continente”.


"Los anuncios económicos de Obama en la Argentina"




Por Francisco J Cantamutto 
Marcha


La visita de Obama a nuestro país dejó múltiples polémicas. En las líneas que siguen, los anuncios que trajo en materia económica.

Obama termina su mandato con una agenda renovada para América Latina, concebida históricamente por Estados Unidos como su “patio trasero”. La rehabilitación de las relaciones con Cuba como hito histórico fue “compensada” visitando luego la Argentina para felicitar al flamante Gerente de la Nación. En sus acotados discursos, no evitó decir que había apoyado este cambio, lo que Mauricio Macri reconoció como una ayuda clave. Acomodando un discurso que rezuma banalidad como forma de evitar las definiciones, se dejaron algunos anuncios relevantes.
La última gran ofensiva imperialista fue el proyecto continental lanzado a inicios de los años noventa, conocido como “Iniciativa para las Américas”, luego devenido en Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Este proyecto fue derrotado en Mar del Plata en 2005, gracias a la organización coordinada a nivel continental de diferentes movimientos sociales. Bush hijo debió retirarse sin conquistas. Este proceso se dio en el marco de ascenso de diferentes gobiernos de tintes populares. Durante este período se produjo una creciente penetración del capital chino en la región, que se consolidó como socio comercial de la región y como fuente de capitales, consolidando una relación de tipo dependiente. La competencia entre capitales chinos y estadounidenses ha tenido el Caribe como uno de sus espacios clave, con el proyecto chino de abrir un canal en Nicaragua para competir con el de Panamá como epicentro.
Naturalmente, Estados Unidos no abandonó sus intereses en la región, pero demoró en reorganizar sus proyectos. Una de sus estrategias centrales fue incitar la agenda de la Alianza del Pacífico como alternativa a los gobiernos “populistas”. Se trataba de una alianza entre países con tratados de libre comercio con la potencia del Norte, que evitaban redistribuciones “populistas” del ingreso. La agenda, retomada en múltiples medios locales, tiene ahora una nueva etapa con la caída de los precios de los commodities (que mermó los recursos disponibles en la región) y la desaceleración de los procesos de integración regional, como explica el experto Leandro Morgenfeld.
Justamente, los principales acuerdos en materia económica estuvieron orientados en la desregulación del comercio. Según relató Verbitsky en nota de Página/12, hubo acuerdos sobre garantías de propiedad intelectual (más pagos de royalties), de simplificación de trámites comerciales, de asistencia técnica en materia de telecomunicaciones y cooperación nuclear. De la mano del acuerdo entre YPF y Chevron (que permanece secreto a pesar de la orden judicial de hacerlo público) fue la base para acuerdos en materia de energías no convencionales, cuya explotación ha permitido a Estados Unidos alcanzar en producción a Arabia Saudita, tal como explicó Julio Gambina. La canciller Malcorra dijo sin tapujos que el horizonte es un acuerdo de libre comercio, aunque por la vía del MERCOSUR. Es decir, la agenda que enterramos hace una década, vuelve al pie del cañón. Las quitas de retenciones a las exportaciones agropecuarias y mineras van en la misma dirección.
El comercio bilateral entre Argentina y Estados Unidos ha caído año a año, y es ahora nuestro tercer socio comercial, muy por detrás de Brasil y apenas debajo de China. El saldo ha sido crecientemente deficitario para nuestro país desde hace años, alcanzando los 4.272 millones de dólares en 2015. El resultado de estos acuerdos de mayor desregulación será, pues, mayor déficit y, por lo tanto, mayores salidas de divisas.
A cambio, la Cámara del Comercio estadounidense en la Argentina anunció, en el predio de la Rural, inversiones por 13.800 millones de dólares durante el mandato de Macri. La suma no llega a compensar las salidas esperadas por el arreglo con los fondos buitres, cuya aprobación legislativa está ya culminándose. Estados Unidos no muestra así demasiado énfasis en recuperar posiciones inversoras en el país, dejando en espera de mejores anuncios al gobierno de Macri. El país del Norte viene perdiendo posiciones de inversión año a año en toda la región, además de convalidar la trayectoria en materia de negocios en el país: producción de bienes primarios y servicios.
Vale decir que la Argentina tuvo un descenso de la inversión extranjera en 2014 debido al pago a REPSOL por YPF. Contrario a lo que Macri señaló al levantar las regulaciones en materia de remisión al exterior de utilidades, el país no dejó de ser atractivo para el capital extranjero o, al menos, no se detecta eso en los números del último estudio disponible de la CEPAL. Este estudio indica, además, que el saldo neto de la inversión extranjera en la región es negativo, pues la salida por pagos de royalties y utilidades sobrepasa las entradas de nuevas inversiones.
Es decir, los acuerdos fomentan mayores déficits comerciales, mayores salidas de royalties y pagos de utilidades. En una economía que aqueja de falta de dólares, este rumbo no parece ser la solución. Del mismo modo que no lo está siendo el arreglo con los buitres, el gobierno reafirma el carácter dependiente de nuestro país, sin ninguna concesión. El componente ideológico del libre comercio parece nublar los análisis más básicos.

lunes, 28 de marzo de 2016

Historia de las relaciones entre EE.UU. y la Argentina democrática (Entrevista Telesur)



Historia de las relaciones entre EE.UU. y la Argentina democrática 

Informe Telesur - 23 de marzo 2016

Lo que dejó la visita de Obama, dos opiniones: la doctrina Troilo y la amenaza del reendeudamiento externo



EL PASADO RECIENTE DE LA RELACION BILATERAL Y LOS INTERESES GEOPOLITICOS DE ESTADOS UNIDOS

Lo que dejó la visita de Obama

Opinión -  Página/12

La doctrina de Troilo

Por Juan Gabriel Tokatlian *

Hace tres años, en noviembre de 2013, publiqué en El País (España) una nota en la que indicaba que aunque el Secretario de Estado John Kerry había señalado el fin de la Doctrina Monroe, eso no significaba el repliegue de Estados Unidos frente a América Latina. Dije entonces que era aconsejable empezar a contemplar el despliegue de la “Doctrina Troilo” en referencia al proverbial Nocturno a mi barrio, en el que Aníbal Troilo dice y se pregunta: “Alguien dijo una vez que yo me fui de mi barrio. ¿Cuándo? ¿Pero cuándo? Si siempre estoy llegando”. Creo que como dice el tango, Washington nunca se ha ido del barrio, siempre regresa y siempre intenta asegurar su proyección de poder en Latinoamérica.
En términos de inversión, comercio, asistencia socioeconómica, ayuda militar y policial, y venta de armamentos, así como en el tema de los flujos migratorios, remesas de nacionales a sus lugares de origen, penetración tecnológica, y planes antidrogas, Estados Unidos sigue siendo la contraparte más importante para la mayoría de los países de la región. A su turno, asuntos político-diplomáticos recientes como la normalización de las relaciones con Cuba, el respaldo al proceso de paz en Colombia, la actitud paciente frente a la delicada situación de Venezuela y la promesa de desclasificación de documentos sobre la dictadura en Argentina, han puesto de presente que Washington procura reconstruir, al menos en América Latina, su práctica del soft power (poder blando).
En ese contexto, cabe destacar que de los 53 países (los miembros de la ONU son 193) que hasta el momento ha visitado Barack Obama en sus dos mandatos, once son de la región: el 20,7 por ciento de sus viajes han sido a países latinoamericanos. La nación más visitada ha sido México, a donde ha ido cinco veces y con el cual tiene la agenda bilateral más densa, variada, compleja y contradictoria del continente. Ha ido a tres países de Centroamérica (Costa Rica, El Salvador, Panamá), a tres del Caribe (Cuba, Jamaica y Trinidad y Tobago) y a cuatro de Sudamérica (Argentina, Brasil, Colombia y Chile).
El redespliegue de Estados Unidos en el área es calculado, balanceado y ambicioso: no se trata solo de reafirmar su influencia en su característico mare nostrum, la amplia Cuenca del Caribe, que constituye, a su vez, su principal perímetro de defensa.
Sin duda hay motivos geopolíticos que explican el renovado interés en el área. Existen razones de orden doméstico, como las urgencias para asegurar y/o recuperar mercados para las exportaciones estadounidenses, así como el peso demográfico y electoral interno de los latinoamericanos. Existen también razones de orden internacional como la creciente gravitación de diverso tipo y propósito de actores extra-regionales como China, Rusia, India e Irán.
La novedad es que lo anterior coincide con tres fenómenos que reflejan un escenario muy diferente al de comienzos del siglo XX. Por una parte, y debido a cuestiones de naturaleza interna que concentran la mayor atención de los respectivos gobiernos, México ha ido perdiendo cierta influencia en América Central y Brasil ha ido bajando su perfil en América del Sur.
Por otra parte, hay un importante realineamiento de fuerzas políticas en la región con un debilitamiento del denominado progresismo latinoamericano.
Y por último, pese a los avances materiales de los últimos años, se avizora un estancamiento del crecimiento en toda la región y con ello un potencial aumento de la inestabilidad en cada país.
En ese contexto, al menos en el corto plazo, la reafirmación de la “Doctrina Troilo” parece más posible. La visita de Obama a la Argentina debe ser leída en esa clave.

* Director del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales, Universidad Di Tella.



Opinión

Semejanzas y diferencias

Por Roberto Feletti *

La reciente visita de Barack Obama nos retrotrae al anterior encuentro bilateral entre un presidente estadounidense y uno argentino: el ocurrido en noviembre de 1990 entre George Bush (padre) y Carlos Menem. Ese hito marcó el fin de las tensiones que surcaron los dos primeros años del gobierno de Menem y el resuelto abrazo a los lineamientos del Consenso de Washington planteado por unos EE.UU. triunfantes de la Guerra Fría. En 1991 avanza la convertibilidad del peso, la reestructuración de la deuda en default en el marco del Plan Brady, la desregulación completa de los mercados y la venta masiva de activos públicos.
Este recorrido admite sin embargo algunas complejidades. Entre 1991 y 1994 la economía argentina creció en forma relevante, por una combinación adecuada de una fuente interna de recursos –el producido de las privatizaciones– y un programa financiero sustentable otorgado por la reprogramación de pasivos del Brady. El nuevo ciclo de endeudamiento se inicia a fines de 1994 con el agujero fiscal de la Anses, provocado por la privatización del sistema previsional y el choque externo de la crisis de México, conocido como efecto “Tequila”. La economía nunca se recuperó de ese hecho –pese a abultar la deuda en u$s 33 mil millones durante el segundo quinquenio de la década de 1990– entrando en recesión definitiva a fines de 1998, para colapsar en 2001.
La primera reflexión sobre ese período es que tomar deuda para resolver un desequilibrio externo y fiscal sólo concluye en una crisis financiera, con beneficio para pocos.
Por el contrario, el crecimiento genuino depende de una fuente de recursos endógena con un programa de deuda equilibrado. El ciclo expansivo 2003-2015 se sustentó en la autonomía alcanzada por los dólares provenientes de las exportaciones primarias e industriales, aunado a una reestructuración de deuda también autónoma. Las presiones sobre el esquema de autonomía nacional, vividas a partir del 2013, combinaron negativamente la reducción de las exportaciones industriales por demanda, de las primarias por precio y el jaque a la reestructuración de la deuda perpetrado por los fondos especulativos.
La segunda reflexión necesaria apunta al rol de los EE.UU. En 1990, innegablemente, el país del Norte se erigió en el ordenador político continental –y subsidiariamente comercial– para la nueva etapa que por entonces surgía. En efecto, Argentina se alineó incondicionalmente con las políticas occidentales y el déficit de balanza comercial con EE.UU. creció súbitamente en 1994. Desde entonces, el promedio anual del mismo fluctúa en torno a los u$s 3500 millones. Bush (padre) se aseguró de vendernos, aunque no nos compraran.
Repasado aquel momento, ¿se puede interpretar un rol similar en el actual paso de Obama por la Argentina? En principio EE.UU. emerge fortalecido en el mundo multipolar delineado a partir de 2001 y del crack global del 2008. Ha recuperado competitividad a partir de la mayor producción de energía, haciendo descender los precios de las materias primas en forma sostenida y revaluando el dólar sin necesidad de recurrir a una suba de su tasa interés. Asiste sin intervenir al grave conflicto de la Europa del euro y ha arrinconado al bloque Brics, que reúne un tercio de la demanda global. El alineamiento continental de la Argentina y la iniciativa comercial del Tratado Trans-Pacífico, parecieran ser las bazas que jugó en esta etapa el actual presidente norteamericano.
Sin embargo, este recorrido también admite sus complejidades. A pesar de la visita, Macri no cuenta, hasta ahora, con una fuente de financiamiento interna potente, y a la vez se encamina a incrementar significativamente la deuda pública sin generar ingresos de divisas, alterando el esquema de sustentabilidad definido por los canjes de 2005 y 2010. Con lo cual los supuestos necesarios para el crecimiento no se encontrarían presentes.
Se ha hablado mucho del ingreso de inversiones, pero es bueno recordar que en los últimos veinte años el flujo de capitales por inversiones en el país no tuvo predominio de EE.UU.
Si se torna inviable una entrada de capitales financieros o de inversión que sostenga una cuenta corriente deficitaria, producto de un acuerdo global de libre comercio, ¿cuál es la agenda con Obama? Tal vez el próximo blanqueo de capitales.
Los EE.UU. presionan crecientemente a los paraísos fiscales y financieros para forzar la reducción de sus beneficios de ocultamiento e impositivos. Hay una clara política de regular los capitales de residentes en el exterior provenientes, sobre todo, de países emergentes.
Tener “dinero afuera en negro” es cada vez más difícil. Pululan los “arrepentidos” y aumentan las investigaciones y regulaciones. En ese escenario, un gobierno liberalconservador en la Argentina podría ser receptor de importantes fondos de argentinos en el exterior, que encontrarían más confort en un país desregulado y abierto que en el país del gobierno anterior (2003-2015), cuyo plan de exteriorización de capitales fue boicoteado por los bancos.
Es una posible fuente endógena de recursos que el gobierno ha comenzado a explorar, ¿contará con el apoyo de Washington? Eso es lo que está por verse.

* Ex viceministro de Economía de la Nación; secretario de Hacienda de La Matanza.

domingo, 27 de marzo de 2016

"Ecos del viaje de Obama: Argentina vuelve a hablar de TLC con EE.UU."

Ecos del viaje de Obama: Argentina vuelve a hablar de TLC con EE.UU.

El título más importante de la reciente visita de Barack Obama se resume en pocas palabras: EE.UU. busca un nuevo Tratado de Libre Comercio con Argentina. Apenas una década después del traspié de George W. Bush en Mar del Plata, a manos del tridente Kirchner-Chávez-Lula, la política exterior norteamericana apunta a que la Argentina de Macri sea el ariete para modificar la correlación de fuerzas en el Mercosur.
Ocurre que el bloque nacido en 1991 en pleno auge neoliberal y con presidentes de esa orientación es, paradójicamente, la traba más importante para que Buenos Aires firme un TLC con Washington. Ningún país puede firmar un acuerdo de ese tipo en soledad: deben tener el visto bueno del conjunto de los miembros. El retrasado acuerdo Mercosur-UE, cuyas negociaciones se iniciaron en 1999, demuestra esas complejidades de forma explícita. Por ello la canciller Malcorra habla de "flexibilizar" el Mercosur, o para decirlo con más claridad, que el bloque deje de ser lo que actualmente es, abriéndose paso tanto a EE.UU. como a la Alianza del Pacífico (y por ende al TPP, donde participan ambos).
Tiene sintonía con lo planteado por Macri en la conferencia de prensa junto a Obama, cuando habló de una "apertura de agendas" respecto a un acuerdo bilateral, tras lo cual destacó que se "deberá fortalecer el Mercosur y después pensar en un acuerdo más amplio". Pero Obama fue más allá, afirmando que EE.UU. y Argentina "van a identificar todas las áreas donde hay barreras que han impedido el progreso de nuestra relación comercial", para luego afirmar que el objetivo de fondo era "elaborar un acuerdo de libre comercio".
EE.UU. parece confiado en que un hipotético cambio de Gobierno "constitucional" en Brasil y Venezuela permita que la correlación de fuerzas al interior del Mercosur termine siendo favorable a sus intereses librecambistas. Si ese plan no funciona, buscará que al menos el bloque modifique la necesidad de un acuerdo de todos los miembros para vincularse comercialmente con otros países o bloques. Hay una normativa que le dificultará la tarea: la Resolución del Grupo Mercado Común N.º 35/92, donde se reafirma "el compromiso de los Estados Partes del Mercosur de negociar en forma conjunta acuerdos de naturaleza comercial con terceros países o agrupaciones de países extra zona en los cuales se otorguen preferencias arancelarias". En ese sentido, la incorporación de Bolivia como miembro pleno del Mercosur podría complicar aún más los intereses de los aperturistas que, igualmente, no darán el brazo a torcer a mediano plazo.
En definitiva, mientras buena parte de los medios concentrados argentinos quedaba cautivada por el baile de tango de Obama, o anunciaba con notas de color lo que el presidente norteamericano comería en el país, en la Casa Rosada avanzaba un plan para que el país intente firmar -ya sea con el Mercosur o alejándose de este si las presiones así lo ameritan- un nuevo TLC con la aún primera potencia mundial. Como se ve, un cambio rotundo a la política exterior que enterró el ALCA en noviembre de 2005 en la Ciudad de Mar del Plata.
Para finalizar hay que destacar un elemento adicional: la motivación de fondo de EE.UU. en el actual contexto internacional es avanzar en la firma de tres tratados comerciales globales (TPP con América Latina y Asia Pacífico; TTIP con Europa; y TISA, un megacuerdo de servicios). Además de las "ventajas comparativas" de la economía norteamericana con las economías periféricas, el trasfondo de los tres tratados es inequívoco: no dejar que China, segunda economía mundial y locomotora del BRICS junto con Rusia y la India, dictamine las reglas del comercio global. En ese sentido, de la mano de EE.UU., Argentina estaría ingresando en una silenciosa disputa con el bloque de países emergentes, aliado del país hasta fines de 2015.
Lo vertiginoso del cambio llama la atención: en apenas meses Buenos Aires pasó de pedir el ingreso al bloque BRICS a intentar avanzar en un nuevo TLC con EE.UU. que permita, asimismo, que el país avance hacia el eje Alianza del Pacífico/TPP. Como se ve, un cambio rotundo en el plano de las relaciones exteriores. ¿Hasta donde llegará? El tiempo y también la correlación de fuerzas a nivel regional lo dirán.

Lo que se acordó durante la visita de Obama, más allá de la puesta en escena

 

La transparencia del sigilo

El gobierno sólo difundió los títulos de los acuerdos firmados. Washington los describió con más detalle pero también retuvo su texto. Lucha contra el narcotráfico y el terrorismo sin diferenciar seguridad y defensa; asistencia en la Triple Frontera; misiones militares en Africa; asilo a los sirios que huyen de los bombardeos; Centros de Fusión de Inteligencia, defensa hemisférica, fuerzas de seguridad en el Comando Sur; cooperación nuclear a espaldas de Brasil y apertura comercial irrestricta.

Por Horacio Verbitsky (Página/12)

Aunque el gobierno declama la transparencia, su práctica es opaca: la Presidencia y el Ministerio de Relaciones Exteriores sólo publicaron en sus respectivas páginas el título de los acuerdos firmados durante la visita del presidente estadounidense Barack Obama. Dicen poco y nada sobre su contenido: Acuerdo sobre Incremento de la Cooperación para Prevenir y Combatir los Delitos Graves, declaración conjunta sobre Cooperación en Materia de Seguridad y Facilitación de Desplazamiento, acuerdo referente al Emplazamiento de Oficiales de Seguridad a Bordo y acuerdo marco en materia de comercio e inversión. Se acordó también una declaración conjunta de cancilleres en apoyo de la Organización de Estados Americanos y del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. “La firma de estos acuerdos forma parte de un paquete que incluye, entre otros, el Memorándum de Entendimiento para prevenir el lavado de dinero.” Ni una palabra más. Para descorrer un poco el velo hay que recurrir a la página de la Casa Blanca. Así es posible saber que:
- para que la Argentina pueda incrementar el tamaño de sus unidades militares desplegables y participar en misiones de paz en Africa, Estados Unidos fortalecerá sus capacidades, incluyendo el entrenamiento y la modernización de la flota aviones de transporte y carga C-130.
- la Argentina recibirá un número significativo de refugiados, incluyendo personas desplazadas por la guerra en Siria (es decir corridos por Daesh y por los bombardeos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, sus aliados y Rusia. Ellos tiran las bombas y la Argentina recibe a los que escapan, con financiamiento que conseguirá Estados Unidos).
- para el combate conjunto contra el narcotráfico y el crimen organizado, Estados Unidos asistirá a las fuerzas argentinas de seguridad sobre terrorismo y financiamiento del terrorismo en la Triple Frontera. Funcionarios argentinos se capacitarán en la Academia Internacional de Policía, realizarán viajes de estudios a Estados Unidos y recibirán capacitación de la DEA y el FBI.
- el FBI también ayudará a montar una red de Centros de Fusión de Inteligencia (sic) para detectar y golpear al terrorismo y el crimen organizado (en esos Centros de Fusión, creados luego de los ataques de septiembre de 2001 por el Ministerio de Seguridad Nacional, comparten información agencias de Inteligencia como la CIA, organismos policiales como el FBI, las Fuerzas Armadas y los gobiernos, nacional, estadual y local. En 2012 una comisión bipartidaria del Senado publicó un informe demoledor sobre la inutilidad, dispendio y riesgo para las libertades civiles de estos Centros, que puede verse aquí http://foreignpolicy.com/2012/10/03/senate-report-says-national-intelligence-fusion-centers-have-been-useless/)
- en mayo, el Pentágono realizará el primer encuentro de trabajo con las Fuerzas Armadas argentinas desde 2009, con una agenda que incluirá operaciones de paz, preparación y respuesta ante desastres y “cooperación en defensa hemisférica”.
- el Comando Sur se propone compartir información con el Ministerio de Seguridad argentino, mediante oficiales de enlace ante su Fuerza de Tareas Sur. El Pentágono también invitó a la Argentina a participar en un programa de cooperación con la Guardia Nacional. (En todos estos casos Estados Unidos propone y la Argentina acepta borronear los límites entre las tareas de Seguridad Interior y Defensa Nacional, separadas en forma nítida por tres leyes y un decreto suscriptos a lo largo de tres décadas por los gobiernos de Alfonsín, Menem, Fernando de la Rúa y Kirchner).
- el acuerdo sobre delitos graves, la cooperación de seguridad y combate al terrorismo firmado por el Ministerio argentino de Seguridad con sus pares estadounidenses de Seguridad Nacional y de Justicia, facilitará el intercambio de información sobre potenciales y conocidos delincuentes y terroristas. Para mejorar la seguridad se adoptarán medidas de protección de aviones argentinos, con un programa de funcionarios a bordo (no se explica si estadounidenses o argentinos) y la oficina estadounidense de aduana y protección fronteriza ayudará a mejorar la seguridad en las fronteras argentinas. Estos pasos mejorarán la eligibilidad argentina para el programa de ingreso a Estados Unidos sin visa. Por ahora se eximirá de visa a los argentinos menores de 16 y mayores de 65 años y la Argentina dejará de cobrar la tasa de reciprocidad de 160 dólares que deben pagar los turistas estadounidenses (aunque la redacción es oscura, se entiende que los argentinos seguirán pagando su parte de esta curiosa reciprocidad).
- el acuerdo sobre comercio e inversiones facilitará el diálogo sobre propiedad intelectual y acceso a los mercados, combatiendo las “barreras no científicas al comercio”. (Es decir, mayor apertura y pago de royalties).
- la Argentina enviará al Congreso para su ratificación el Acuerdo de Facilitación del Comercio aprobado por la Organización Mundial de Comercio en 2013. Ambos países desarrollarán un programa aduanero de ventanilla única, para simplificar los trámites. (Esto se entiende mejor si se sabe que el año pasado la Argentina tuvo un déficit comercial con Estados Unidos de 4.200 millones de dólares, es decir el 140 por ciento del déficit total de 3000 millones, o dicho de otro modo la Argentina tiene déficit con Estados Unidos y superávit con el resto del mundo considerado como un todo. Lejos de disminuir el déficit, este paso lo aumentará).
- entre la asistencia técnica que Estados Unidos proveerá en apoyo de las reformas de Macrì, estará la política de telecomunicaciones, incluyendo consultas con la Comisión Federal de Comunicaciones, sobre manejo del espectro y regulación (es decir aquello que Macrì eliminó por decreto en cuanto asumió).
- Estados Unidos facilitará visitas de funcionarios argentinos a los lugares donde se desarrollan fuentes de energía no convencionales, para mejorar la seguridad energética y el desarrollo responsable de gas y petróleo (el desempeño de Chevron en Ecuador provee un buen ejemplo del cuidado por el medio ambiente que aquí se pregona).
- también incrementarán la cooperación en el desarrollo y la seguridad nuclear (según el Grupo Convergencia, integrado por académicos y especialistas en cuestiones de política exterior, Seguridad y Defensa, el gobierno nacional analiza la posibilidad de suscribir un protocolo adicional al sistema de salvaguardas que la Argentina mantiene con los organismos internacionales en el marco del Tratado de No Proliferación Nuclear. Este sería el certificado de defunción del sistema argentino-brasileño de garantías y salvaguardias que desde 1991 ha permitido el uso de la energía nuclear con fines exclusivamente pacíficos, mediante el control recíproco, sin renunciar al desarrollo tecnológico propio como exige la megapotencia mundial y contribuyendo al mantenimiento de la paz en toda América).

Más ruido que nueces

Según Macrì estas concesiones ocultas tendrían como contraparte un diluvio de inversiones estadounidenses, lo cual no pasa de una expresión de deseos. El principal objetivo de Obama en la Argentina, afirma el think tank Inter-American Dialogue, fue apoyar los esfuerzos de Macrì por “normalizar la economía y abrir el país al comercio y las finanzas globales”, de modo que se convierta “en uno de los más estrechos socios de Estados Unidos en la región”. Esa organización, cuyos copresidentes son la ex representante comercial de Estados Unidos Carla Hills y el ex presidente de México Ernesto Zedillo, destaca el levantamiento de los controles cambiarios y comerciales y, “sobre todo”, el acuerdo con los holdouts “o fondos buitre, como son conocidos en la Argentina”. Al enumerar el saldo de la visita, el Dialogue menciona los acuerdos de colaboración contra el narcotráfico y el terrorismo “incluyendo equipamiento y capacitación para las fuerzas de seguridad” y “el deseo de Estados Unidos de trabajar con la Argentina para desarrollar los significativos yacimientos de gas y petróleo convencional, que son de los mayores del mundo. Chevron ya está operando en asociación con la estatal YPF”. Se comprende mejor la pérdida de la virginidad política de Laura Alonso.
El Dialogue también consignó que en materia de comercio e inversiones “se lanzaron pocas iniciativas concretas” y lo que se acordó es crear un grupo de trabajos para resolver las barreras administrativas al comercio, mientras los empresarios estadounidenses “prometieron incrementar la inversión en la Argentina en los próximos cuatro años en varios miles de millones de dólares”. La exultación de Macrì por el cariño que Obama demostró por él y su esposa debería moderarse: los anuncios de inversiones formulados en la Sociedad Rural por parte de empresas estadounidenses no pasan de 13.800 millones de dólares durante el mandato de Macrì y de 2.300 millones en el próximo año y medio. Estas promesas de inversiones por no más de 4.000 millones de dólares al año son una gota en el océano que no compensa ni en forma remota la merma de la inversión pública dispuesta por el gobierno y el nuevo endeudamiento que comenzará dentro de dos semanas, con un primer saque de 12.500 millones de dólares para pagarles a los fondos buitre. Esto permite avizorar que la recesión será más profunda y duradera de lo que se preveía, porque constituye el único instrumento para atenuar la inflación que sigue en aumento y ya ronda el 5 por ciento mensual. Además, parte del dinero que pueda ingresar no se destinará a inversión productiva sino a la adquisición de empresas preexistentes, a precios de liquidación por la desvalorización del peso y la caída de la actividad. La secretaria de Comercio de Obama, Penny Pritzker, encomió la valentía de Macrì por “resolver la disputa con los acreedores, reducir los controles de capitales y las retenciones a las exportaciones agrícolas y los subsidios a la distribución eléctrica”. Miguel Angel Broda agregó que el acuerdo con los buitres no sustituye el ajuste fiscal. A la consigna de Macrì y Prat-Gay: dunga-dunga o ajuste brutal/hiperinflación, el reaparecido gurú opone una más simple y realista: dunga-dunga y ajuste. “Este año necesitamos colocar 40 mil millones de dólares de deuda. Es una oferta muy grande, la mitad de todo lo colocado en el mundo emergente en 2015. Esto sin duda le pone un piso alto a la tasa de interés que pagará el Gobierno. No estoy tan seguro de que podamos colocar esa deuda y además no estoy tan seguro de que podamos hacer un programa de metas de inflación riguroso”, agregó Broda, para quien “las necesidades de financiamiento del país deberían incluir préstamos del FMI”. Obama dijo algo parecido con más elegancia: “A veces el dolor del corto plazo y el tener que tomar sanciones decisivas en una etapa tan temprana es lo más oportuno, en lugar de dejar las cosas para mañana”.

De acuerdo con los buitres

Una de las principales críticas que los Senadores escucharon al acuerdo con los fondos buitre que se aprobará el miércoles se refirió a la dolarización y fuga de activos que, dentro o fuera del país, se sustraen del sistema financiero. Sus principales expositores fueron Eduardo Basualdo, quien junto con el Secretario Adjunto Pedro Wasejko expuso en nombre de la CTA, y el experto en finanzas e impuestos Jorge Gaggero. Basualdo recordó que la dictadura de 1976 inauguró un patrón de acumulación de capital que produjo una redistribución del ingreso en contra de los trabajadores, inédita por su profundidad, con una política económica de corte monetarista que inicio una profunda desindustrialización. En ese patrón de acumulación, tanto el Estado como el sector privado oligopólico contrajeron deuda en el exterior. Con esos recursos, el sector privado efectuó colocaciones en activos financieros en el mercado interno para valorizarlos, dado el diferencial positivo entre la tasa de interés interna y la internacional, para luego fugarlos al exterior. “La deuda externa dejó de ser un instrumento para financiar la inversión productiva o el capital de trabajo, para ser un medio de obtención de renta financiera. Su contracara fue la fuga de capitales, que exhibieron una elevada correlación: en 2001 tanto la deuda externa total cuanto el stock de capitales locales en el exterior, es decir la fuga de capitales locales, alcanzaron aproximadamente los 140 mil millones de dólares. Estoy hablando del pasado pero también del futuro porque ese es el proceso que va a instalar este arreglo con los fondos buitre: endeudamiento externo y fuga. Lo que se fuga no fue ni será el consumo de los sectores de altos ingresos sino la inversión y eso fue lo que impulsó e impulsará la desindustrialización. Este acuerdo le plantea a los sectores populares un horizonte signado por un nuevo ciclo del endeudamiento externo, un recrudecimiento de la fuga de capitales locales al exterior y la consecuente reducción de la inversión productiva, un crecimiento del desempleo vinculado a un bajo o negativo crecimiento manufacturero, un incremento de la pobreza y de la indigencia”.
Gaggero graficó en un trabajo de 2007 sobre la fuga de capitales esos datos de Basualdo. Como se ve en el cuadro las líneas de endeudamiento y fuga son perfectas paralelas. Además entregó a los senadores copia de dos informes fundamentales terminados en diciembre pasado: el de la Comisión Bicameral Permanente sobre la Deuda Externa, Ley 26.984, y el de la Comisión Investigadora de los Instrumentos Bancarios y Financieros destinados a facilitar la Evasión de Tributos y las consecuentes Salidas de Divisas del país. Uno describe la vía del endeudamiento, con el rol de las calificadoras de deuda y los fondos buitre. El otro, conocido por el “Caso HSBC”, analiza la contraparte de esa deuda que escaló exponencialmente entre 1976 y 2001: la fuga de capitales, “dos curvas que casi se tocan y empinan hasta el pico del 2001”. Del cotejo de ambos informes surge con claridad que los mismos bancos que prestan o que gestionan el endeudamiento son los que canalizan la fuga. La versión taquigráfica no describe la expresión de los senadores, cuando Gaggero dijo que los funcionarios que traen la propuesta al Congreso “expresan la vieja y frustrada experiencia nacional en los dos procesos perversos e interconectados que he descripto: el presidente del Banco Central (Federico Sturzenegger), procesado aún por el caso del Megacanje, o sea la vía del endeudamiento irresponsable, y el Ministro de Hacienda y Finanzas (Alfonso de Prat-Gay), también mencionado en una causa que lleva la AFIP por el caso HSBC, como administrador de fortunas y facilitador de la fuga de esos recursos hacia el exterior sin cumplir las obligaciones fiscales ni otras regulaciones, cuando aún existían”. Gaggero concluyó con un ejemplo sobre la visión sesgada o la miopía de los medios de comunicación. “Estamos viendo todo el tiempo el proceso de lavado de dinero y fuga que estaría en cabeza del empresario Lázaro Báez, pero no se menciona el caso en que está implicado el Ministro de Hacienda y Finanzas, que en montos se parecen: en el de Baez se habla de 50 millones de euros, en un proceso de varios años. Un solo caso, el de la familia Fortabat, en cabeza del Ministro en tanto gestor de estas fortunas transnacionalizadas, valió 68 millones de euros”.
Otro de los expositores que advirtió sobre la inconsistencia de las afirmaciones oficiales fue Alejandro Olmos Gaona, cuyo padre Alejandro Olmos investigó y denunció el endeudamiento y su estatización fraudulenta durante la dictadura. Como historiador, refutó el argumento de que el acuerdo con los buitres abriría la puerta a la inversión. “Lo dijo Bernardino Rivadavia en 1824 con el empréstito Baring; lo hizo el ministro Martínez de Hoz durante la dictadura militar; lo volvió a repetir el ministro Cavallo en 1993 cuando firmó el Plan Brady; también se dijo lo mismo en el año 2001 y así estamos. Toda esa parafernalia discursiva de que tenemos que solucionar esto porque van a llover las inversiones, en la realidad no se dio”. También mencionó la crisis de 1890 y las instrucciones diplomáticas que el ministro Juan José Romero le dio al representante argentino en Londres, Luis Domínguez, quien debía pedir una moratoria por diez años de la deuda: “Ni se le ocurra pedir nuevos créditos, porque pagar deuda vieja con deuda nueva es ir derecho a la bancarrota”. Eso es “lo que ha hecho la Argentina sistemáticamente desde la dictadura hasta hoy”. Olmos Gaona señaló, como también lo había hecho Basualdo, la “enorme cantidad de imprecisiones” del proyecto oficial: en el mensaje de elevación se habla de una deuda de 20.000 millones de dólares; después, menciona acuerdos por 7.553 millones de dólares; también dice que hay una enorme cantidad de bonistas desconocidos, en Londres, Japón, Alemania, en Francia y además, existen 3.000 millones de dólares que no se sabe dónde están y que no han accionado. “Me alarma que no haya precisiones específicas sobre qué se va a emitir, qué tasa de interés se va a comprometer y entiendo que para una solución integral de este problema tendríamos que tener las cifras exactas para que el Congreso decida si efectivamente esto soluciona el problema o puede llegar a agravarlo”.

Está por verse

El Inter-American Dialogue, cuya evaluación es entusiasta pero no ingenua, concluye que “está por verse” si las reformas de Macrì tendrán éxito en producir el crecimiento de la Argentina. “La inflación sigue siendo extremadamente alta, los sindicatos están expresando su oposición a algunas de las medidas de Macrì y el presidente no tiene mayoría en el Congreso. Por ahora, sectores moderados del peronismo, en especial gobernadores provinciales, están colaborando con el presidente. Esto podría cambiar si la economía se deteriorara aún más y los altos índices de Macrì en las encuestas comenzaran a caer”. Además Macrì enfrenta el desafío de mostrar que el país no está ante “un retorno a las políticas neoliberales y al alineamiento automático con Washington que la Argentina siguió en la década de 1990 y que la mayoría de los argentinos aún asocia con el colapso económico de 2001”. Nadie podrá decir que no lo avisaron.




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