miércoles, 20 de julio de 2022

Boletín #7 Estados Unidos: Miradas críticas desde Nuestra América

 

Boletín #7 Estados Unidos: Miradas críticas desde Nuestra América


Grupo de Trabajo CLACSO Estudios sobre Estados Unidos
Boletín Estados Unidos: Miradas críticas desde Nuestra América
Año 4 – Número #7
La Cumbre de las Américas de Los Ángeles: entre las exclusiones y las resistencias
Julio 2022

Índice

Presentación. La Cumbre de las Américas de Los Ángeles: entre las exclusiones y las resistencias
Leandro Morgenfeld

La Crisis de la Cumbre. Estados Unidos y la lógica doméstica de su política exterior
Valeria L. Carbone

Estados Unidos – América Latina. Dominación imperialista y Cumbre de la ilegitimidad
Jorge Hernández Martínez

Nuestra América frente a Estados Unidos luego del traspié de Biden en Los Ángeles
Leandro Morgenfeld

Biden versus Cuba Contradictoria política migratoria y Cumbre de las exclusiones
Luis René Fernández Tabio

Salud, energías limpias, transformación digital y gobernabilidad democrática. Cuatro temas a debate en la Cumbre de las Américas. Visiones desde Cuba y proyecciones de EEUU
Lil María Pichs Hernández

As Estratégias do imperialismo dos Estados Unidos na Transição para um Mundo Multipolar
Carlos Eduardo Martins 

 

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sábado, 16 de julio de 2022

"Alberto, de cumbre en cumbre, en un mundo en disputa"

 

Alberto, de cumbre en cumbre, en un mundo en disputa

¿Cuál es la orientación de la política exterior argentina? ¿Qué tensiones existen al interior del Frente de Todos sobre la inserción internacional y las relaciones con el FMI? ¿Qué rol puede jugar en el actual escenario latinoamericano?
(Primera Línea, 16 de julio de 2022)
 
En junio y julio el presidente argentino subió la apuesta internacional. Al frente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), fue protagonista en la Cumbre de las Américas de los Ángeles, luego participó en la Cumbre presidencial del grupo BRICS -solicitó la incorporación de la Argentina como miembro pleno- y en la del G7 en Alemania, donde mantuvo una tensa reunión con Boris Johnson. Además, concretó una conversación virtual con el presidente de Ucrania, viajará a Asunción a la Cumbre del Mercosur y el 25 de julio tendrá su esperada bilateral con Joe Biden en la Casa Blanca. 

Para entender la inserción internacional y la política exterior argentina es necesario, en primer lugar, realizar un diagnóstico adecuado de la situación mundial. La pandemia aceleró el proceso de transformaciones geopolíticas que se iniciaron a principios de este siglo y se potenciaron a partir del crack de 2008, entre las que se destacan la crisis de la hegemonía estadounidense, el ascenso de Asia-Pacífico en general y China en particular, el debilitamiento de las instituciones multilaterales creadas luego de la Segunda Guerra y la agudización de las tensiones y desequilibrios económicos, financieros, monetarios, políticos, militares, tecnológicos, migratorios y medioambientales. Asistimos a una profunda transición en la estructura del poder global, en la que lo viejo no termina de morir y lo nuevo, un mundo más multipolar, todavía es incipiente. Por eso lo que prima actualmente es más bien el desorden mundial. La actual guerra en Ucrania, parte de la llamada Guerra Mundial Híbrida y Fragmentaria, no hizo sino acelerar las contradicciones y los cambios que venían produciéndose en los últimos años. 

A nivel continental, en junio se realizó la IX Cumbre de las Américas, en Los Ángeles, signada por la polémica, a partir de que el gobierno de Biden, el anfitrión, decidió excluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua, lo que provocó la reacción de distintos presidentes latinoamericanos, muchos de los cuales finalmente no viajaron a EE.UU., para no convalidar esa política imperial e injerencista. Ante el portazo de 12 de los 35 mandatarios de la región, la asistencia de Alberto Fernández cobraba especial relevancia. Si se unía a Andrés Manuel López Obrador, Luis Arce y Xiomara Castro, quienes cumplieron su palabra y no participaron, el golpe a la Cumbre hubiera sido letal. En los días previos, el presidente argentino subió el tono de las críticas a Washington. Sin embargo, tras el llamado telefónico de Biden y la promesa de una visita a la Casa Blanca el próximo 25 de julio, anunció que asistiría, rompiendo en los hechos la sintonía diplomática que se venía cultivando con México desde la formación del Grupo de Puebla.

Si bien viajó a Los Ángeles, el tono del discurso de Fernández, como presidente pro témpore de la CELAC, fue extremadamente duro. Señaló que el país anfitrión no podía ejercer el derecho de admisión, pidió reemplazar a Luis Almagro en la Organización de Estados Americanos (OEA), por su apoyo al golpe de estado contra Evo Morales, y propuso que la dirección del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) volviera a manos de un latinoamericano. También planteó el reclamo por la soberanía de Malvinas: criticó que el logo de las Cumbre no las incluyera. Además, invitó a Biden a la Cumbre de la CELAC, que se realizará el 1 de diciembre en la Argentina, dando a entender que es necesario articular regionalmente para desde allí plantear en forma unificada un diálogo o negociación con EE.UU. 

Las múltiples ausencias, más los discursos críticos -especialmente el del canciller mexicano-, el escrache contra el golpista Luis Almagro -repudiado como “asesino”, “mentiroso” y “títere de Washington”-, la contra Cumbre de los Pueblos y la movilización callejera para repudiar las exclusiones, mostraron en Los Ángeles que EE.UU. ya no puede imponer su voluntad como antes. El problema es que tampoco se pudo desplegar en esa oportunidad una estrategia regional conjunta y recuperar la iniciativa. Veremos si en la reunión de la CELAC, ya con Gustavo Petro como nuevo presidente de Colombia y probablemente con Lula electo en Brasil, se reimpulsa el proyecto de la Patria Grande. 

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Justo antes de viajar a Alemania a la reunión del G7, Alberto, invitado por Xi Jinping, participó el viernes 24 de junio en forma virtual de la XIV Cumbre de Jefes de Estado del grupo BRICS, que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, en la que planteó la aspiración de la Argentina de ser incorporada como “miembro pleno” -unos días más tarde, el 7 de julio, el canciller chino le confirmó en Indonesia a Santiago Cafiero el apoyo del gigante asiático a la incorporación-. El presidente sostuvo que “ni el trigo ni los alimentos pueden convertirse en un arma de guerra” e hizo un llamado a “la paz urgente” porque “es urgente hacer un mundo más igualitario”. 

Sumarse a ese grupo, que ya representa al 42% de la población mundial y al 24% del producto bruto global implicaría un significativo cambio en la inserción internacional y en la ubicación argentina en el tablero geopolítico mundial. Sobre las aspiraciones de integrarse a este espacio, que se plantea como una alternativa al G7, Fernández sostuvo: “Nos entusiasma la perspectiva de coordinar políticas que potencien la agenda de los países del Sur global. (…) Los BRICS constituyen una plataforma con enormes capacidades para discutir e implementar una agenda de futuro que nos lleve hacia un tiempo mejor y más justo”.

Pocas horas más tarde, el mandatario argentino voló hacia Europa. En la cumbre del G7, cuyo tema central fue la guerra en Ucrania, intentó un delicado equilibrio entre lo que pretendían sus anfitriones y la necesidad de no tensar el vínculo con Moscú. Además, en Alemania tuvo algunas reuniones bilaterales importantes, entre la que se destacó la que mantuvo con Boris Johnson, marcada por el áspero debate por Malvinas. Como señala Claudio Mardones, “el paso de Fernández por el G7 fue fugaz, pero alcanzó para una bilateral con el inglés Boris Johnson, al que le enrostró el reclamo de soberanía de Malvinas. En materia económica el saldo fue el esperado, porque toda la comitiva, pero especialmente Fernández, recibieron consultas de los países europeos sobre la capacidad argentina para proveerles energía con el objetivo de sustituir la dependencia de Rusia. El tema tampoco fue ajeno para Biden, que volverá a hablar del tema el próximo 25 de julio, en la bilateral que mantendrán en el Salón Oval”.

Apenas volvió de Europa, Alberto concretó una comunicación telefónica de poco más de media hora con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, quien había pedido este gesto del presidente argentino en su participación virtual en la Cumbre del G7. La aproximación a las posiciones de EE.UU. fue festejada justamente el día anterior, en el Palacio Bosch, sede del embajador norteamericano, en la fiesta por los 246 años de la independencia de ese país, en la que Marc Stanley recibió la visita de Juan Manzur, en representación del gobierno nacional. 

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Esta suerte de delicado equilibrio, o zigzagueo diplomático argentino, que a veces parece contradictorio e incoherente, responde a varios factores. En materia internacional, y a diferencia del erróneo y sesgado análisis que caracterizó al gobierno de Macri, hay una correcta lectura de los cambios geopolíticos a nivel global, que explican la estrategia de diversificar los vínculos exteriores, sin alinearse acríticamente con EE.UU. y Europa. En materia interna, responde a dos cuestiones básicas. En primer lugar, a la necesidad de renegociar el acuerdo con el FMI que impulsó Martín Guzmán, dado que no van a poder cumplirse las metas pactadas. Para ello, se requiere el aval de Washington, y en esa dirección apuntarán las gestiones de Alberto en su visita a la Casa Blanca. En segundo lugar, a las diferencias notorias en el Frente de Todos. No solamente respecto al acuerdo que selló con el Fondo al ahora ex ministro de Economía -y, en consecuencia, al plan económico, con más ajuste-, sino también a la política exterior. Existe una línea más vinculada al establishment demócrata estadounidense, que encarnan el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, -quien estaría trabando el financiamiento chino de Atucha III por pedido de EE.UU.- y el embajador Jorge Argüello -gestor de la inminente reunión con Biden-, y una línea más autonomista, que se referencia en Carlos Raimundi, representante ante la OEA, el embajador en Moscú, Eduardo Zuain, el vicecanciller Pablo Tettamanti y la ex embajadora Alicia Castro, entre otros/as. 

Como en otros órdenes de su gobierno, Alberto Fernández emite señales contradictorias en materia de política exterior. El encuentro con Biden en Washington será una buena oportunidad para vislumbrar hacia dónde se encamina la política exterior del Frente de Todos. Si hacia una línea moderada, que busque congraciarse con la Administración demócrata y aplicar el ajuste que exige el Fondo, o bien avanzar a la necesaria unidad latinoamericana, para concretar proyectos que permitan colocar a América Latina en otro lugar, fundamentalmente en función de encarar reformas que permitan un desarrollo más autónomo y una mejor distribución del ingreso. 

Alberto tiene una retórica latinoamericanista y a favor de un mundo más multipolar. Pero, como ocurre con algunos de sus pares regionales, tiende a moderarse cada vez más y tampoco en materia de política exterior avanza más allá del plano discursivo. Como advierte con preocupación Massimo Modonesi, “los progresismos latinoamericanos han terminado de normalizarse, asimilarse y adecuarse al orden existente, defendiéndolo de las embestidas que, más por derecha que por izquierda, lo están amenazando”. A eso hay que sumarle la ofensiva de los gobiernos derechistas contra cualquier iniciativa regional. Esta semana, por ejemplo, se conoció que el uruguayo Luis Lacalle Pou avanzará en un acuerdo de libre comercio con China, dándole la espalda al Mercosur, mientras que Jair Bolsonaro anunció que no asistirá a la primera cumbre presidencial pospandemia de este organismo, que se realizará en Asunción. 

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Dado los enormes desafíos que enfrentan los países de la región, sumidos en una crisis económica y social alarmante, es necesario avanzar en forma urgente en proyectos concretos que mejoren las condiciones de vida de sus pueblos. El declive de EE.UU. y la crisis del orden mundial que condujo desde la segunda posguerra es una oportunidad para nuestra región. Como declaró Evo Morales el 12 de julio, durante su visita a la Argentina, “Estados Unidos ya no tiene la hegemonía en Latinoamérica. Ya no es una potencia económica, a lo sumo puede ser potencia militar. (…) Estados Unidos sólo vive de guerra. Esa doctrina inmoral, la doctrina Monroe de ‘América para los americanos’ va terminándose. Nosotros en cambio hemos propuesto ‘América Plurinación de los pueblos para los pueblos’”. 

Hay que tener cuidado porque el imperio puede volverse más agresivo ante su creciente debilidad económica. Las recientes declaraciones del ex asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, reconociendo su participación en la preparación de golpes de Estado en otros países, ponen de manifiesto que la doctrina Monroe sigue vigente. Contra los que niegan la vigencia del imperialismo, la realidad es que EE.UU. sigue apostando por los “cambios de régimen” y los golpes de Estado de nuevo tipo, como lo intentaron en Venezuela en 2019 y lo concretaron en Bolivia ese mismo año. 

Como presidente pro témpore de la CELAC, y en vistas de la Cumbre que organizará la Argentina en poco más de cuatro meses, es el momento de avanzar con la concreción de algunas iniciativas que se esbozaron en los últimos tiempos: discutir conjuntamente las condiciones para la explotación de sus estratégicos recursos naturales (la OPEP del litio, junto a una empresa estatal latinoamericana para explotarlo, algo de lo que habló Evo estos días en Buenos Aires), avanzar hacia una moneda común (una propuesta que Lula recuperó hace algunas semanas), plantear una investigación y una moratoria conjunta de la deuda externa (es decir, abandonar la rendición ante el FMI), avanzar hacia una política sanitaria soberana y empezar a negociar articuladamente, en el marco de la CELAC, con actores como EE.UU., la Unión Europea y China. 

Si Nuestra América no recupera rápidamente el camino de la integración, se seguirán profundizando las asimetrías, internas y externas. No hay que olvidar que sigue siendo la región más desigual del mundo. Los cambios cosméticos no alcanzan. El proyecto emancipador no puede tener una escala meramente nacional. Hay que avanzar en la construcción de la Patria Grande. Argentina, si abandona la línea errática de su política exterior, tiene un rol clave que jugar en ese estratégico y urgente proyecto continental.


  • Leandro Morgenfeld es profesor regular de la UBA, Investigador Independiente CONICET y co-coordinador del GT CLACSO Estudios sobre Estados Unidos. También es compilador de El legado de Trump en un mundo en crisis (SigloXXI, 2021) y dirige el sitio www.vecinosenconflicto.com

jueves, 14 de julio de 2022

La confesión de Bolton: una confirmación a casi 200 años de la Doctrina Monroe

 

John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca - Sputnik Mundo, 1920, 14.07.2022

La confesión de Bolton: una confirmación a casi 200 años de la Doctrina Monroe

Los dichos del exasesor de EEUU John Bolton sobre su participación en golpes de Estado lo confirman como uno de los exponentes más claros de la Doctrina Monroe, dijo a Sputnik el historiador argentino Leandro Morgenfeld. El experto recordó que, además de Venezuela, pesan sobre los hombros de Bolton acciones en Honduras, Paraguay, Brasil y Bolivia.
Las confesiones del exasesor de Seguridad de EEUU, John Bolton, sobre sus participaciones en golpes de Estado en otros países "no sorprenden" pero sí ratifican que señalar el imperialismo estadounidense "no es anacrónico", dijo a Sputnik el historiador argentino Leandro Morgenfeld, especializado en las relaciones entre EEUU y América Latina a lo largo de los años.
"Bolton es uno de los halcones de la clase dominante de EEUU y durante muchísimas décadas fue uno de los ideólogos del intervencionismo en distintas partes del mundo", consignó Morgenfeld, recordando que uno de sus últimos cargos fue ser asesor del expresidente Donald Trump (2016-2020) en materia de Seguridad Nacional.
Una de las caras más recientes de Bolton es la de haber sido, apuntó el historiador, "el ideólogo de la política de 'cambio de régimen' en Venezuela, reconociendo a Juan Guaidó como presidente encargado". También es el rostro del intento de desestabilización contra el Gobierno de Nicolás Maduro de 2019, cuando "con la excusa de la ayuda humanitaria se buscó provocar una intervención desde Colombia, generando una crisis cuasi militar".
 
John Bolton, exconsejero de Seguridad Nacional de EEUU - Sputnik Mundo, 1920, 13.07.2022
La "tradición" belicista de Bolton lo llevó, incluso, a discrepar con Trump, que finalmente lo apartó del Gobierno en septiembre de 2019. "Cuando lo echó, Trump dijo que Bolton lo quería impulsar a intervenir en varias guerras, lo empujaba a una creciente hostilidad y llegó a decir que había que bombardear Irán, lo que habría provocado una escalada de consecuencias imprevisibles en Oriente Medio", analizó el historiador.
Desde su rol de historiador especializado en las relaciones internacionales de EEUU, Morgenfeld aclaró que la influencia de Washington en golpes de Estado en varios países del mundo y especialmente en América Latina es algo que está "hartamente documentado". Esas operaciones marcaron el siglo XX en países como Nicaragua, República Dominicana, Panamá y los golpes de Estado de países como Chile, Argentina, Uruguay o Brasil pero también se continuaron en el siglo XXI.
 
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y su homólogo estadounidense, Antony Blinken - Sputnik Mundo, 1920, 15.03.2022
Para Morgenfeld "no es nada sorprendente que Bolton tenga el cinismo o la sensación de impunidad para reconocer que planeó y tramó un golpe de Estado".
De hecho, el historiador remarcó que los dichos de Bolton "generarían un escándalo político en cualquier otro país".
"Debería ser citado por el Congreso para que rinda cuentas de esas declaraciones, debería citarlo la Justicia, pero sabemos que nada de eso va a ocurrir", previó el analista.
Según Morgenfeld, lo dicho por Bolton ya es conocido por "cualquiera que haya estudiado con seriedad la historia y la actualidad de las relaciones entre EEUU y América Latina". Sin embargo, el momento de sinceridad del exasesor de Trump puede ser útil para "poner en negro sobre blanco" la postura de EEUU frente a "aquellos que dicen que es anacrónico hablar de imperialismo, que dicen que se exagera la influencia de EEUU en la región".
El historiador remarcó que Washington continúa intentando influenciar a los países latinoamericanos desde lo económico pero también desde la penetración en los organismos de seguridad y las organizaciones no gubernamentales. En ese plan, tampoco ha dejado de lado "la vieja usanza" de golpes o incluso promoviendo el lawfare contra dirigentes políticos cuyas políticas no se alinean a sus intereses.
"Este reconocimiento de Bolton, que lo puede decir en una cadena como la CNN sin que le repregunten demasiado y sin generar escándalo en EEUU, pone en negro sobre blanco cuál es la forma de operar de EEUU en el resto del mundo y, sobre todo, en lo que ellos llaman su 'patio trasero'", sintetizó.
Para Morgenfeld, Bolton es, indudablemente, uno de los exponentes más explícitos de que la Doctrina Monrone, nacida en 1823 bajo el lema 'América para los americanos', sigue guiando la relación entre Washington y América Latina.
"Bolton es una de las expresiones de esa política agresiva, injerencista, de no respeto a la autodeterminación de los pueblos de América Latina", sintetizó.
 
 

viernes, 1 de julio de 2022

Jornadas Malvinas 40 años

 

Estimados/as Colegas de Universidades e Instituciones Académicas

 

Nos comunicamos con ustedes para compartirles el programa definitivo de las Jornadas Académicas de Investigación y Reflexión sobre Malvinas - 40 añosCon 35 Paneles Temáticos, 100 expositores y Conferencias Especiales, el evento se llevará a cabo de forma virtual los días 5, 6, 7 y 8 de julio de 9 a 20 hs. 

El acceso es libre pero requiere inscripción previa. 

La ceremonia de apertura estará a cargo del Embajador Guillermo Carmona, secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería Argentina y autoridades nacionales y universitarias.Acto seguido, se realizará un homenaje al profesor Uriel Elrich, autor del libro “Malvinas: soberanía y vida cotidiana”.A continuación, brindará la Conferencia Inaugural el Dr. Jorge Battaglino, Rector de la Universidad Nacional de la Defensa.

Finalmente, la ceremonia de clausura tendrá como oradora a la Dra. Lourdes Puente Olivera, directora de la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Católica Argentina.A continuación, dejamos a su disposición el formulario de inscripción

Al llenar los datos solicitados, el día anterior al inicio de las jornadas se les enviará vía mail los links destinados a cada uno de los días.

Les solicitamos especialmente hacer extensiva la invitación y el flyer a los colegas, alumnos/as y personas interesadas.Muchas gracias por su distinguida participación. Quedamos a su entera disposición para cualquier consulta. 

Saludos cordiales, 

 

Dr. Juan Pablo Laporte

Director GIPEA 

 

Lic. Mariel Zani Begoña

Coordinadora General GIPEA    

 

Lic. Agustín Polzella

Coordinador Jornadas Académicas de Investigación y Reflexión Malvinas 40 años


Formulario de Inscripción
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