domingo, 30 de marzo de 2014

"El riesgo de los marines humanitarios"

El riesgo de los marines humanitarios


 
El Comando Sur inauguró en Paraguay un Centro de Operaciones en Emergencia. Ante el rechazo que suscita en la población el emplazamiento de bases militares tradicionales, el Pentágono redirecciona su estrategia de vinculación con Latinoamérica jerarquizando la intervención militar ante crisis humanitarias generadas por urgencias climáticas.
No hay hangares, pistas para aviones militares de gran porte, radares de última generación ni marines norteamericanos entonando fuertes estrofas de guerra para insuflar sus ánimos. Sin embargo, el director de Planificación del Comando Sur norteamericano, el contraalmirante George Balance, y el embajador estadounidense en Paraguay, James Thessin, viajaron hasta la pequeña localidad de Santa Rosa del Araguay, en el nororiente paraguayo, para inaugurar junto a la cúpula policial y militar local un modesto edificio denominado Centro de Operaciones en Emergencia (COE) y un Depósito de Suministro de Emergencias que permitirá, según los comunicados oficiales del evento, socorrer “a la población civil afectada por desastres naturales”. Sin embargo, el Servicio de Paz y Justicia del Paraguay (Serpaj- Py) advierte que el Pentágono norteamericano “impone presencia en el departamento de San Pedro para militarizar un enclave del país” donde convergen tres ejes problemáticos para el gobierno de Horacio Cartes: la resistencia campesina contra la expansión de las fronteras sojeras, el narcotráfico y la existencia de una sospechosa guerrilla conocida como Ejercito del Guerrillero Paraguayo.
Pero, previamente a esta polémica, el corte de cintas financiado por el Comando Sur en el norte paraguayo para, supuestamente, poder dar desde el Estado respuestas rápidas en una emergencia climática es totalmente lógico con el nuevo enfoque doctrinario del Pentágono en su búsqueda de seguir aceitando vínculos con las Fuerzas Armadas de la región. El propio contraalmirante Balance, por ejemplo, fue partícipe de un documento estratégico del año 2008 titulado U.S. Southern Command Strategy 2018: Partnership for the Americas (Asociación para las Américas), donde Washington coloca, por primera vez, a las emergencias climáticas y sus consecuentes crisis humanitarias como uno de los escenarios estratégicos territoriales donde intervenir. Durante la Guerra Fría, el comunismo fue el eje del mal a combatir para la Casa Blanca; a principios de los ochenta, la guerra contra las drogas desplazó a la hoz y el martillo como enemigo a vencer; ahora, los terremotos y los sacudones que da el Planeta Tierra con el cambio climático parecen ser la excusa perfecta. Las amenazas cambian, los marines quedan.
Durante el acto de apertura del COE, las autoridades norteamericanas también inauguraron el “primer curso de capacitación de personal” para el manejo de dicha unidad operacional. Evidentemente, los recursos edilicios y técnicos estadounidenses vienen acompañados con la venta del know how en la administración cívico-militar de una situación excepcional que desborde los recursos y la infraestructura del poder estatal. Eso sí, el contraalmirante Balance y el embajador Thessin pueden asegurar a las autoridades del gobierno de Cartes que sus subordinados no improvisarán a la hora de adoctrinar a sus pares paraguayos. En realidad, cuando el Comando Sur reactivó en el año 2008 el uso de la IV Flota –comandada por el gigantesco portaaviones George Washington– para patrullar el litoral atlántico con supuestos “fines humanitarios”, luego de 58 años de inactividad en el uso de esta fuerza naval continental, los Centros de Operaciones en Emergencia comenzaron a cobrar vida en toda la región como unidades complementarias de la IV Flota en sus distintos desembarcos. La IV Flota fue repudiada por todos los gobiernos sudamericanos. Sobre todo por Brasil, que entendía el despliegue de los buques del Pentágono como una intromisión de Washington en su “Amazonía Azul”, por las enormes reservas de crudo que el vecino país posee en la Cuenca de Santos. Sin embargo, Joseph Kernan, número uno de la IV Flota y ex miembro del grupo SEAL, el comando de elite que, por ejemplo, asesinó a Osama Bin Laden, aducía que su fuerza a cargo estaba compuesta por soldados del presidente Barack Obama “para repartir vacunas y medicamentos en los países amigos”.
Luego, tras el feroz terremoto de Haití del 2010 y la prolongada intervención militar de la IV Flota en Puerto Príncipe, quedó demostrado que las crisis humanitarias son para el Comando Sur la puerta de entrada perfecta para desembarcar al sur del Río Bravo. Además, en los últimos años, Estados Unidos tuvo que retroceder en su política de instalar bases militares tradicionales en el Cono Sur. El gobierno ecuatoriano de Rafael Correa desactivó la base militar norteamericana de Manta y en Colombia los enclaves cedidos por el gobierno de Álvaro Uribe al Pentágono fueron declarados inconstitucionales por la Corte Suprema. Esta nueva reconfiguración de la defensa y seguridad hemisférica por parte de los Estados Unidos quedó plasmada en las palabras del embajador Thessin cuando, durante la inauguración del COE, declaró al matutino asunceño ABC Color que: “Hace casi cuatro años nació el concepto del Centro de Operaciones de Emergencias y de un Depósito de Suministros para Emergencias. Paraguay y Estados Unidos tienen muchos valores en común, incluyendo la reducción de pobreza. La donación de estos equipos y las capacitaciones aumentarán la capacidad de respuestas ante desastres naturales, y con eso se logrará mejorar la vida de la gente”.
Tras la puesta en marcha de un nuevo enclave apadrinado por el Pentágono en el Paraguay, el Serpaj entrevistó a Richard Doughman, máster en estudios latinoamericanos e investigador de la política de defensa norteamericana, para tratar de pensar las implicancias de esta nueva estrategia de defensa estadounidense. Según Doughman: “El uso de este tipo de Centro de Operaciones representa una adaptación de la estrategia norteamericana a nuevas condiciones: en primer lugar, a la creciente resistencia política y social a la instalación de bases militares en América del Sur, y en segundo lugar, a la grave crisis fiscal del Estado norteamericano. Además, meses atrás, el Secretario de Defensa norteamericano anunció recortes significativos en el presupuesto militar, provocados por el déficit fiscal que acarrean los Estados Unidos. Mientras se cierran bases militares en Europa y se descontinúan algunos programas armamentistas particulares, se refuerzan los programas de las Fuerzas Especiales (encargados de operaciones encubiertas) y de los aviones no tripuladas (los drones). Todo indica que Estados Unidos está en transición hacia una fuerza militar más magra pero igualmente letal que realiza operaciones de alta precisión a blancos identificados por la inteligencia militar y que ponen vidas norteamericanas en el mínimo riesgo posible. En este escenario, un pequeño centro de operaciones les sirve perfectamente”. El análisis de Doughman hace entendible, entonces, que el Comando Sur este invitando a todas las Fuerzas Armadas latinoamericanas a participar de un ejercicio conjunto caratulado Fuerzas Aliadas Humanitarias, que se desarrollará del 5 al 16 de mayo en El Salvador.
Pero, ¿Por qué Paraguay, un país con una economía pequeña, es estratégico para los Estados Unidos? Según Richard Doughman: “Paraguay es un territorio clave por un gran número de razones geoestratégicas: su posición central permite monitorear el espacio aéreo del continente entero y facilita una llegada rápida a cualquier parte del Cono Sur; su posición de cuna entre los dos países más potentes del Cono Sur, Argentina y particularmente Brasil, su posición de puente terrestre entre la cuenca de las Amazonas y la cuenca del Río de La Plata; la abundancia de recursos naturales, especialmente recursos hídricos, también no deben obviarse. En este sentido, un Centro de Operaciones de Emergencia posibilita la presencia de soldados y equipo norteamericanos permanente y el despliegue periódico del mismo a través de operaciones militares (humanitarias) en conjunto con las Fuerzas Armadas paraguayas en San Pedro, que viene a ser el frente más conflictivo de la frontera agroexportadora en expansión”. Consultado telefónicamente por Miradas al Sur, Abel Irala, coordinador del Serpaj Paraguay, coincide en señalar que la instalación del COE norteamericano se emplaza en una zona rica para el extractivismo sojero: “Santa Rosa del Aguaray es una de las ciudades más importantes de San Pedro. En todo este tiempo de transición democrática ha sido escenario de importantes movilizaciones campesinas y de luchas históricas para el movimiento popular. Se han concentrado varias medidas de fuerzas para resistir represiones y persecuciones contra el campesinado. La zona también es epicentro de fuertes fricciones e importantes victorias de los asentamientos campesinos que rodean la ciudad; asentamientos que se constituyeron a pura lucha y movilización por medio de las ocupaciones de tierras improductivas hasta la llegada de los campesinos y campesinas”.
Por otro lado, la llegada de los uniformados norteamericanos al vecino país no generó un gran debate nacional entre los distintos partidos políticos con representación parlamentaria ni precipitó un gran centimetraje informativo en los grandes medios de comunicación. Para Julio Benegas, columnista del periódico cooperativista paraguayo E’ A, el nuevo acuerdo en el ministerio de Defensa local y el Comando Sur implica una cesión de soberanía porque: “Esta es una decisión no consultada, no puesta en discusión en el Parlamento ni en la sociedad ni en los grandes medios, nos plantean como una naturalidad el hecho de la presencia de los oficiales norteamericanos. Y esto es absolutamente abrumador, controlan todo, a nuestros oficiales, a los grupos operativos, en las capacitaciones sobre las nuevas amenazas, y en esa caracterización de las amenazas están los otros, los que ponen en peligro el orden, la paz y la estabilidad, desde el punto de vistas de ellos, y esos otros pueden ser los que ocupan plazas, territorios, los indígenas que resisten. Ese es el marco ideológico bajo el cual se implementa el Centro de Operación de San Pedro y, lamentablemente, no lo tenemos discutido”.
“El peligro es que el personal militar va asumiendo, cada vez más, funciones que fácilmente podrían ser desempeñadas por civiles y que estas nuevas funciones sirven, de una manera, para legitimar la presencia militar norteamericana. En este caso, la respuesta a emergencias, sean desastres naturales o humanitarias, de por sí, no presenta características que exigen capacidades militares. Una fuerza civil bien equipada, capacitada y respaldada por el Estado paraguayo, tranquilamente, podría responder a una situación de emergencia en el país. Sin embargo, como se vio claramente con el terremoto en Haití en 2010, un desastre natural puede servir de pretexto para una ocupación militar permanente”, alerta Richard Doughman.
Paralelamente, la situación política de Paraguay atraviesa una coyuntura social especial. Esta semana se desarrolló una contundente huelga general donde unificaron su reclamo las principales centrales sindicales y campesinas del país. La medida de protesta fue consecuencia de la fuerte política de privatización del sector público que viene desarrollando el gobierno del magnate Horacio Cartes. Hasta tal punto llega la sintonía del dueño del club de fútbol Libertad con las políticas de libre mercado que en una reciente reunión con inversionistas extranjeros, el primer mandatario invitó a los empresarios a que “usen y abusen del Paraguay”. Una suerte de versión hardcore de la teoría de las relaciones carnales defendida por el menemismo como vértice de la política exterior argentina. Por ese motivo, la inauguración de una unidad operacional patrocinada por el Comando Sur prende alertas en las organizaciones sociales paraguayas. Es más, durante la movilización obrera de esta semana en Asunción, varias paredes de la capital amanecieron pintadas con la siguiente leyenda: “Marines go home”. Parece una consigna desactualizada en el tiempo. Pero, no tanto, en el Paraguay de Horacio Cartes.

Massa, Scioli, Macri: cortejando al gran capital en EEUU

Massa sacó una luz de ventaja en el rondín de candidatos por EE.UU.

Por Julio Blanck (Clarín)








Dos destinos: Nueva York y Washington. Tres presidenciables: Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa. Podría agregarse un tercer destino, Boston, y un cuarto aspirante, Juan Manuel Urtubey, que también anduvo de rondín por el Imperio aunque está bastante más atrás que los otros en la carrera. Uno de ellos, en charla previa al viaje, eligió cierta forma de sinceridad: “Todos vamos a ver más o menos a la misma gente, a todos nos van a preguntar más o menos lo mismo y todos vamos a contestar cosas parecidas, que es lo que ellos quieren escuchar”.
¿Para qué tanto viaje entonces? Para dar examen de credibilidad y tratar de seducir con algo personal que no esté escrito en el libreto de las respuestas previsibles. Para comprometerse a hacer buena letra. No será muy heroico.
Es lo que hay.
Scioli hizo punta en febrero. En Nueva York se reunió con dos centenares de inversionistas y empresarios. El tradicional Consejo de las Américas desbordó de gente ansiosa por vislumbrar el futuro argentino. El gobernador vendió optimismo y respondió muchas preguntas. Hizo su número preferido, La Gran Scioli, cuando le dijo a su audiencia: “Estoy aquí para que confíen e inviertan en la Argentina del desarrollo”.
Se volvió rápido al país: acá las urgencias no descansan.
Macri lo siguió en la fila, diez días atrás. Pasó dos jornadas intensas en Nueva York, donde también se vio con banqueros, ejecutivos y empresarios. Tuvo cena y foto con Hillary Clinton, que otra vez intenta el camino hacia la Casa Blanca. El artífice del encuentro fue Jack Rosen.
El jefe de Gobierno porteño se diferenció de las opciones peronistas: “No está escrito que tengan que gobernar siempre los mismos”, aseguró. Y no fue tímido al hablar de sí mismo: se definió como “el profeta del cambio”.
El último viajero fue Massa, que pasó la última semana entre Washington y Nueva York. Allí estuvo la primera diferencia a su favor: no sólo habló con inversionistas, banqueros y congresistas, sino que entró en contacto directo con funcionarios de Obama.
Fue recibido por Roberta Jacobson, jefa de la diplomacia para América latina, y en su hotel lo visitó Enrique Zúñiga, asesor especial de Obama para la región. También conversó con directivos de la DEA y les propuso que la Argentina y EE.UU. elaboren una agenda común para enfrentar el narcotráfico y el lavado de dinero. Qué casualidad, justo lo que los muchachos querían escuchar.
La subsecretaria Jacobson expuso ante Massa el interés porque la Argentina funcione como pieza de equilibrio regional entre el Mercosur –donde ya está Venezuela y esta semana se discute el ingreso de Bolivia– y la alianza del Pacífico integrada por México, Chile, Colombia y Perú. No es difícil adivinar de qué lado están el corazón y el largo brazo de los intereses de Washington.
Piezas decisivas para que Massa tuviera una agenda tan rica fueron Martín Redrado, que incluso tuvo una reunión con Janet Yellen, jefa de la poderosa Reserva Federal; y Santiago Cantón, que durante más de una década y hasta 2012 fue director ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y tejió en Washington una amplísima red de contactos.
Otros encuentros de Massa fueron con el titular de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, y con el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, inventor de la “tolerancia cero” en materia de inseguridad y delito.
Semejante exposición no iba a pasar desapercibida para los vigilantes funcionarios argentinos en EE.UU.
, tanto que la reunión con la subsecretaria Jacobson habría provocado una queja informal de nuestra Embajada en Washington, comandada por la camporista Cecilia Nahón.
Es fácil suponer el tirón de ideologías que habrá recibido la embajadora cuando desde Buenos Aires comprobaron que Massa era recibido como virtual candidato. Parece que para suavizar esa aspereza la señora Jacobson dijo que estaba dispuesta a recibir a todos los presidenciables de la Argentina que pidieran verla. Pero hasta ahora el único que pidió verla fue Massa, a través de una discreta gestión en Buenos Aires con un alto funcionario de la Embajada de los Estados Unidos.
La política es un ajedrez que se juega en todos los tableros a la vez. El que no se da cuenta pierde, o ni siquiera puede jugar.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Nuevas revelaciones sobre el espionaje masivo de EEUU a los demás países

ciberespionaje

Revelan que Estados Unidos tiene un programa para intervenir todas las llamadas telefónicas de otro país

Télam
La Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA) posee un programa capaz de grabar todas las llamadas telefónicas de un país entero durante un mes, informó hoy el diario The Washington Post en base a documentos filtrados por Edward Snowden, el ex técnico de la NSA asilado en Rusia.



Según la nueva información, este programa, conocido como "Mystic", que comenzó a funcionar en 2009, permite grabar "el cien por ciento" de las conversaciones telefónicas de un país extranjero, algo que se consiguió llevar a su máxima capacidad operativa en 2011.

Ese año, esta técnica comenzó a utilizarse en al menos un país- que funcionarios estadounidenses pidieron a The Washington Post que no revele-, según informó la agencia de noticias EFE.

Una herramienta conocida como "Retro" permite "rebobinar" conversaciones y "abrir una puerta al pasado" para que los especialistas espíen en el exterior, aunque de los miles de millones de llamadas almacenadas solo se examina una mínima fracción.

Millones de cortes de voz son procesados y almacenados para períodos más largos de tiempo por si son de utilidad.

El sistema tiene una capacidad de grabación de 30 días y se va renovando constantemente, incorporando llamadas nuevas y eliminando las más antiguas.

El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, se negó hoy a comentar las informaciones filtradas por Snowden. "Hemos dejado claro que las actividades de la NSA y nuestras actividades de inteligencia se someten a nuestras leyes y a la supervisión de los tres poderes" del Estado de Estados Unidos, indicó.

Según la ley estadounidense, la NSA puede espiar solo en territorio y ciudadanos extranjeros, pero no a estadounidenses, ya que eso podría violar la Constitución del país, especialmente en este tipo de programas de espionaje indiscriminado.

El presidente estadounidense, Barack Obama, aseguró en la presentación de su propuesta de reformas a la NSA en enero que "Estados Unidos no espía a la gente corriente que no amenaza a la seguridad nacional" independientemente de su nacionalidad.

domingo, 16 de marzo de 2014

Desfile de presidenciables por Estados Unidos buscando la aprobación del Tío Sam


La campaña presidencial se trasladó a los Estados Unidos

Por Paula Lugones (Clarín)

Los aspirantes que se anotan para 2015 se muestran en Washington y Nueva York.







Scioli, Carrió, Macri, Massa, Michetti, Sanz, Urtubey. ¿Qué pasa que Estados Unidos tanto atrae a los políticos argentinos? Bien lejos del conurbano y muy cerca del glamour de la Gran Manzana, el país del norte es un imán para los candidatos.
¿La campaña se trasladó a Manhattan?
Primero fue Daniel Scioli, que el 12 de febrero aterrizó en una Nueva York helada, para una agotadora jornada con inversionistas y una disertación en el Consejo de las Américas. Luego Lilita Carrió, que habló en la Universidad de Columbia. El miércoles 19 llega Mauricio Macri, el 25 arriban a Nueva York Gabriela Michetti, Ernesto Sanz y Juan Manuel Urtubey. Y por esos días también pide pista Sergio Massa, que también hará su debut entre los pliegues del DC.
“En Estados Unidos quieren saber qué pasa realmente en nuestro país y saber qué pensamos”, coinciden algunos de los asesores de los visitantes. Ellos sacan provecho: buscan contactos, exposición mediática y roce internacional. “Hay mucho interés por la Argentina.
Argentina hoy es hot ”, dijo un banquero que escuchó a Scioli.
El gobernador de Buenos Aires abrió la temporada de visitas relámpago de los políticos a este país y respondió abiertamente –al estilo Scioli, hay que decirlo– todas las preguntas que le hicieron empresarios y financistas. Vino a buscar inversiones, dijo. Pero aprovechó para florear su chapa de candidato.
Carrió disparó el 21 de febrero municiones en los claustros de la Universidad de Columbia. Invitada por la Asociación Latinomericana de Negocios, que desde hace 16 años organiza un seminario donde exponen distintos referentes de la región, la dirigente terminó cargando contra el populismo y contra el gobierno de Cristina Kirchner.
Esta semana viene Mauricio Macri. Los asesores del jefe de Gobierno de la Ciudad juran que todo estaba planeado de antemano y que esta visita no tiene nada que ver con la campaña. Pocos le creen y nadie duda de que, al igual que sus coterráneos, intentarán aprovechar cada actividad para instalar en los Estados Unidos sus aspiraciones para suceder a Cristina en 2015.
Macri llega este miércoles temprano, con agenda cargada. Se reunirá con Jack Rosen, presidente del Congreso Judío estadounidense y participará de un homenaje a la ex secretaria de Estado Hillary Clinton en el paquetísimo salón Cipriani. Aprovechará para verse con representantes de bancos e inversionistas en la sede del JP Morgan. También habrá tiempo para reunirse con Michael Bloomberg, el ex alcalde de Nueva York, y el actual, Bill de Blasio.
Pero el fervor argentino vuelve enseguida con los senadores Gabriela Michetti y Ernesto Sanz, más el gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey, quienes también fueron invitados a brindar su opinión sobre la situación política y económica argentina el martes 25 en el Consejo. Todos juntos, el mismo día.
Sergio Massa cerrará –al menos por ahora– el aluvión argentino. A diferencia de sus colegas, el diputado vuela directo a Washington para disertar el martes 25 en la sede del Diálogo Interamericano. El miércoles 26 hará su debut en el Atlantic Council, otro think tank washingtoniano, y quizás aproveche también para reunirse con funcionarios y miembros del Congreso.
La visita parece ser más política que económica, aunque sus asesores señalan que también habrá encuentro con potenciales inversores. El viaje culminará en Nueva York, el 27, con una exposición en el Consejo de las Americas, cuya elegante sede de alfombras rojas y marcos dorados de Park Avenue tiene últimamente aires de comité y unidad básica.

jueves, 13 de marzo de 2014

Kerry: el Departamento de Estado no intercederá a favor de Argentina en el caso de la demanda buitre

Kerry descartó un apoyo de EE.UU. en la disputa con los fondos buitre

El secretario de Estado norteamericano dijo que el gobierno de Obama "no se colocará" del lado de la Argentina, pese a las gestiones que impulsa Timerman

Por   | LA NACION
WASHINGTON.- Con sólo una frase, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, tiró abajo la principal carta con la que esperaba contar la Argentina en su litigio con los fondos buitre ante la Corte Suprema de este país. Kerry aseguró que el gobierno de Barack Obama "no se colocará" del lado de la Argentina en el caso de que el máximo tribunal le requiera una opinión antes de adoptar una decisión sobre la causa en la que está en juego un nuevo default del país.
"Yo puedo responder eso muy rápido. Y la respuesta es que no, no lo haremos", contestó públicamente cuando un legislador republicano le preguntó ayer si el Departamento de Estado tomaría posición a favor de la Argentina en caso de que los jueces de la Corte le requirieran una opinión sobre la decisiva instancia judicial.
Hasta ahora, la posibilidad de que el gobierno de Obama presente un "amicus curiae" -tal como se conoce a ese tipo de expresiones- en favor del gobierno argentino fue una de las espadas con las que esperaba contar el gobierno de Cristina Kirchner cuando los jueces de la Corte decidan en el litigio.
La embajadora Cecilia Nahón viene haciendo intensas gestiones para lograr ese apoyo, e incluso el canciller Héctor Timerman llegó a decir públicamente que el gobierno de Obama daría ese respaldo. Pero ayer Kerry pareció barrer de un plumazo con esas expectativas.
Si bien su afirmación no mencionó al Departamento del Tesoro -que es la cartera que técnicamente lleva este tipo de cuestiones-, medios diplomáticos consultados por LA NACION pusieron ayer en duda la posibilidad de un matiz de posiciones respecto de quien lleva la política exterior del país.
Al margen de lo que este giro pueda significar en la decisiva puja judicial, lo que Kerry produjo ayer fue la definición política más importante que se le conoce hasta ahora sobre la relación con la Argentina.
En la misma ocasión el jefe de la diplomacia norteamericana aseguró que el gobierno de Obama "seguirá presionando" a la Argentina para que cumpla con su deuda y los compromisos pendientes. Entre ellos, "los 600 millones de dólares" que le debe a Estados Unidos, en referencia a la porción norteamericana de los cerca de 9000 millones que se adeudan al Club de París. "Haré todo lo posible para conseguir eso, el Departamento de Estado hará todo lo posible", prometió Kerry.
De igual modo, aseguró que se mantendrá esa presión para que la Argentina "se comprometa" con sus acreedores, "tanto públicos como privados". Si bien no lo hizo en forma expresa, la definición calza, precisamente, con el deseo de los tenedores de bonos de deuda en default que demandaron al país y que vienen obteniendo fallos favorables en los tribunales. En la misma ocasión, y como contrapartida, Kerry ponderó los beneficios de "mantener la presión" sobre el gobierno argentino. "Los hemos urgido a que paguen sus deudas, y bajo esa presión han dado algunos pasos positivos", dijo el jefe de la diplomacia norteamericana.
Enumeró, entre ellos, el pago de laudos a favor de empresas norteamericanas en el tribunal arbitral del Banco Mundial (Ciadi), así como la producción de "un nuevo índice de inflación en respuesta a las demandas de inexactitud por parte del Fondo Monetario Internacional". No obstante eso, prometió que su Departamento "seguirá presionando" para que "cumpla cabalmente todas sus obligaciones internacionales".
La de ayer fue la segunda vez en que Kerry se refirió en forma pública a los "incumplimientos financieros" de la Argentina. La primera fue hace casi un año, cuando informó al Senado sobre sus planes en materia de política exterior. Ocasión en la que citó la necesidad de que el país "cumpla" sus compromisos.
La segunda fue ayer, cuando evaluó proyectos del Departamento de Estado ante la Comisión de Estado, Operaciones en el Exterior y Programas Relacionados de la Cámara de Representantes.
El Gobierno admitió que si los fallos adversos que se acumulan quedan ratificados, el país podría entrar en un nuevo default. Salvo que prospere la línea de negociación extrajudicial que, desde hace semanas y según fuentes no oficiales, se viene explorando en forma sigilosa.

Argumentos de los holdouts

WASHINGTON.- Puede que haya sido casualidad, pero uno de los argumentos que usó el legislador Díaz Balart en su pregunta a Kerry coincide con el de una campaña que acaba de lanzar la American Task Force Argentina (ATFA), uno de los principales grupos de holdouts. Con avisos pagados en los principales medios de esta ciudad, la campaña remite un video del momento, en pleno juicio, en que el abogado de la Argentina, Jonathan Blackman, admite que, en caso de un fallo adverso, el Gobierno "voluntariamente no lo cumplirá". "Es tiempo de que la Argentina acate la ley. De que se deje de reír de los tribunales norteamericanos", dice la campaña de ATFA, en coincidencia con uno de los argumentos esgrimidos ayer ante Kerry.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Dossier. La década del 60: la política interna y las relaciones internacionales de una Argentina convulsionada




María Cecilia Míguez (Dra. en Ciencias Sociales, Investigadora IDEHESI-CONICET,UBA)


Los artículos de este dossier abordan las relaciones internacionales de la Argentina de la década de 1960, pero desde una particular perspectiva que vincula los intereses y conflictos internos con la problemática amplia de la inserción económica, política y estratégica internacional.
En el plano internacional, el contexto de la década del sesenta se caracterizó por el recrudecimiento de la confrontación entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, en un período de abierto enfrentamiento entre dos superpotencias mundiales, disputando por el predominio mundial. La crisis de los misiles de 1962, el asesinato de John Kennedy en 1963 y el reemplazo de Kruschev por la troika Brezhnev-Kosygin-Podgornyen en 1964, fueron profundizando la rivalidad entre los polos de poder.
Por un lado, la asunción de Lyndon Johnson llevaría a un endurecimiento de la política estadounidense en Vietnam y también en el escenario latinoamericano (que desembocaría en la intervención directa y unilateral en Santo Domingo en 1965). Ello sumado a la ya preexistente tensión en el escenario americano entre la Alianza para el Progreso y las presiones de los organismos internacionales de crédito.
Por el otro, bajo el liderazgo de Leonid Brezhnev se afirmó una estrategia de expansión económica en Europa y en los países del entonces recientemente denominado Tercer Mundo. Asimismo se pondría en evidencia el carácter militarista del accionar del gobierno soviético en su propia zona de influencia.
Por otra parte, la Conferencia de Bandung de 1955 había dado lugar a lo que se conoció como “doctrina afroasiática”, surgida del proceso de descolonización en esos continentes. Esta doctrina proponía una “nueva moral internacional”, que se distanciara de la hegemonía de los Estados Unidos y de la Unión Soviética, que defendiera la autodeterminación de los pueblos, y que se expresara en un no alineamiento y en una Tercera Posición respecto de los dos bloques, condenando el imperialismo.
En 1961, en Belgrado, se constituyó el Movimiento de Países No Alineados, y en la declaración final de esta primera conferencia se destacaron: el apoyo a la revolución independentista de Argelia; la condena a las intervenciones de Portugal y Francia en Angola y Túnez, y al apartheid africano; el respaldo a la lucha del pueblo palestino; el apoyo a Cuba respetando el derecho a la libre elección de su sistema político y social, y el reconocimiento de la República Popular China.
En cuanto al continente europeo, se trata de un período durante el cual, la relativa subordinación respecto de los Estados Unidos iría virando hacia una creciente afirmación de autonomía y disputa económica.
Todo este escenario de amplia disputa por el predominio en la región –que para el caso de los Estados Unidos se expresó en los vínculos con las Fuerzas Armadas a través de la formulación de la Doctrina de Seguridad Nacional, y el aumento de la presión de los organismos internacionales de crédito- se entrelazó con distintos y complejos conflictos políticos y económicos internos que signaron la inestabilidad de la Argentina a lo largo de la década.
Recordemos que este período estuvo signado por la existencia de gobiernos “semidemocráticos”, que se encontraban debilitados por la proscripción del peronismo y las presiones de las fuerzas armadas, y dictaduras también disputadas por las distintas facciones del ámbito castrense y sus aliados civiles. Todo esto en un marco de lo que varios autores han identificado como péndulo económico, que osciló entre fomentar políticas de desarrollo industrial sobre la base del capital extranjero y políticas de corte liberal ortodoxo que promovían las estrategias primario exportadoras.
Los artículos están ordenados en forma cronológica. El primero de ellos, titulado Crisis de pagos internacionales y sinergias entre programas del FMI y del Club de París: el caso de la Argentina entre 1956 y 2009 es de la Dra. en economía y especialista en las relaciones con los organismos internacionales de crédito, Noemí Brenta, y abarca un período bastante más amplio para realizar un análisis de largo plazo.
Continúa el trabajo del Dr. Andrés Musacchio, que analiza las relaciones entre Argentina y la República Democrática de Alemania entre 1955 y 1964, un tema poco abordado en las relaciones internacionales, profundizando el estudio de los vínculos de las delegaciones comerciales con el gobierno argentino, en el marco de las disputas de la Guerra Fría.
El artículo del Dr. Leandro Morgenfeld, Argentina, Estados Unidos y el sistema interamericano durante la crisis de los misiles (1962) , por su parte, da cuenta de cómo ya desde ese año y durante el gobierno de facto de José María Guido, Argentina inició un nuevo vínculo con los Estados Unidos, envió dos buques de guerra en apoyo a la potencia del norte en el conflicto de los misiles en el Caribe, sobreactuando su “solidaridad”, lo que permitiría a su vez que la Casa Blanca se reposicionase en la región, tal como afirma el autor.
Mario Rapoport y Rubén Laufer han abordado en extenso en su trabajo Estados Unidos y los golpes de estado en Brasil y Argentina en los años 60 , la participación de la potencia en el derrocamiento de los gobiernos, tanto en Brasil en 1964 como en la Argentina en 1966, a partir del estudio de los documentos oficiales del Departamento de Estado, para establecer su compleja relación con la trama interna de intereses económicos y políticos.
Por último, el artículo de mi autoría titulado Anticomunistas, antiestatistas, antiperonistas. La nacionalización de la Doctrina de Seguridad Nacional y la legitimación del golpe de estado de 1966 tiene por objeto profundizar el estudio de los factores políticos internos de la Argentina de mediados de la década de 1960 y su vinculación con la política exterior y las relaciones internacionales.
Por eso aborda específicamente cómo fue interpretada y utilizada en sus inicios dicha doctrina elaborada en los Estados Unidos como elemento legitimador para el golpe de Estado contra el gobierno de Arturo Illia. Esto se observará tanto por parte de las Fuerzas Armadas, como por las corporaciones económicas que aprovecharon las nuevas corrientes anticomunistas para desacreditar toda intervención del Estado y continuar oponiéndose a la participación política del peronismo en las elecciones.
En síntesis, partiendo de la profunda vinculación entre variables económicas, políticas e internacionales, todos los autores profundizan la interpretación de las relaciones internacionales de la Argentina para dar cuenta de la complejidad del período desde una perspectiva analítica interdisciplinaria.


Indice de textos

sábado, 8 de marzo de 2014

Campaña del gobierno argentino contra los fondos buitre: folleto de la embajada en Washington


Campaña contra los "buitres" en EE.UU.

La embajada argentina publicó un folleto con críticas.

Por   | LA NACION
WASHINGTON.- Cuando faltan menos de dos meses para una crucial audiencia con los llamados "fondos buitre" ante la Corte Suprema de Estados Unidos, la embajada de la Argentina lanzó una campaña con la circulación masiva de un boletín, en el que afirma que un fallo adverso tendría "consecuencias sistémicas", a riesgo de beneficiar a unos "acosadores legales", según su caracterización de los demandantes.
El folleto, más de carácter político que de razonamiento jurídico, recuerda que hubo expresiones "favorables" a los reclamos de la Argentina por parte del gobierno de los Estados Unidos, del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del gobierno de Francia, así como de reconocidos economistas, entre ellos, el premio Nobel Joseph Stiglitz y la ex directiva del Fondo Anne Krueger.
La embajada caracteriza a los demandantes fondos de inversión NML Elliot y Aurelius Management como "acosadores legales" que "gastan millones de dólares en lobby", que "sólo buscan un trato privilegiado" y que en ese afán "obligan a la Argentina a litigar en tribunales de todo el mundo" para evitar su "acoso". "Son fondos que están decididos, incluso, a afectar el pago normal que la Argentina está haciendo a sus acreedores para beneficiarse ellos mismos", señala.
Con el concepto de que "El caso de NML contra la Argentina importa a todos", el folleto asegura que, a diferencia de lo que sostuvieron los fallos adversos que ya cosechó el país, una derrota en este caso "tendría consecuencias sistémicas porque nunca más un proceso de reestructuración de deuda" podría ser confiable.
La nota, que se basa en lo que el Gobierno ha venido diciendo hasta ahora en sus declaraciones políticas, incorpora entre los elementos novedosos el reciente amicus curiae presentado por el gobierno de los Estados Unidos ante la Corte, en el que respalda la posición argentina.
El documento no refiere a la causa de fondo, en la que está en juego la posibilidad de un nuevo default, sino a un expediente secundario llamado "Discovery", por el que se pide a bancos norteamericanos que identifiquen activos argentinos para su eventual embargo por parte de los acreedores.
"Un amicus curiae no siempre significa que la Corte vaya a prestarle atención", sostuvo ayer el abogado Richard Samp, de la Washington Legal Foundation, con sede en esta ciudad.
En línea con lo anticipado por LA NACION, el letrado recordó, por caso, que el reciente fallo adverso de la Corte por el que se obliga a la Argentina a pagar US$ 185 millones a British Gas había tenido antes un amicus favorable del gobierno norteamericano.
"Me parece que el gobierno argentino está confiando demasiado en lo que dice" el procurador del gobierno norteamericano, sostuvo. "Se trata de una opinión importante, pero no definitoria", añadió Samp.

jueves, 6 de marzo de 2014

La relación con EEUU genera divisiones en el interior del Gobierno?

La relación con EE.UU. genera divisiones en el interior del Gobierno

La Nación
Timerman, Zanini y D'Elía creen que Washington es responsable por el avance del narcotráfico en la región; en cambio, Berni, Rossi y Alak tienen una postura dialoguista.
El informe de EE.UU. sobre el narcotráfico en la Argentina generó divisiones en el kirchnerismo. 
 
Dialoguistas o rupturistas. La relación de la Argentina con Estados Unidos genera posturas contrapuestas en el Gobierno. Mientras que el canciller Héctor Timerman disparó ayer con dureza contra el Departamento de Estado norteamericano por su crítico informe sobre el narcotráfico en el país, tres integrantes del gabinete de Cristina Kichner se han manifestado en el último tiempo a favor de la idea de coordinar tareas con Washingtonpara combatir este flagelo.
"La Argentina no reconoce el derecho de los Estados Unidos de emitir juicios de valor sobre otros gobiernos", afirmó Timerman, luego de que EE.UU. alertara sobre el avance del narcotráfico en el país.
Según expresó ayer el canciller, Estados Unidos "es el principal problema del narcotráfico". Esa visión es compartida dentro del Gobierno por el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zanini, y el dirigente piquetero kirchnerista Luis D'Elía .
En cambio, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, que mantiene aceitados vínculos con Washington, impulsa la idea de trabajar más estrechamente con la DEA para compartir información e incluso para realizar operativos para desarmar carteles de la droga.
En esa línea, el ministro de Justicia,Julio Alak,instó en más de una oportunidad a los gobernadores parasuscribir a la ley 26.052 para "federalizar" el combate contra el narcotráfico.
"Hay que trabajar en colaboración con Estados Unidos y con otros países. Con Washington debemos hacer una causa común contra el narcotráfico, no debemos enfrentarnos", dijo el ministro de Justicia a un grupo de colaboradores hace una semanasegún informó LA NACION.
Por su parte, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, entiende, al igual que Washington, que hace falta una mayorcoordinación de tareas entre los gobiernos provinciales y las policías locales en el combate contra el narcotráfico.

Dialoguistas

Los ministros de Defensa y Justicia, al igual que el secretario de Seguridad y el gobernador de Buenos Aires, son de la idea de coordinar tareas con Washington para combatir el narcotráfico. Tienen una postura dialoguista para sumar esfuerzos en la lucha contra este flagelo.

Rupturistas

El canciller Timerman, al igual que el piquetero D'Elía y el secretario de la Presidencia, cree que Washington es responsable por los problemas de narcotráfico en la región. Tienen un discurso muy duro contra Estados Unidos y no destacan la colaboración de ese país con la Argentina.
 
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Resignación en Washington ante los vaivenes en la relación

Sorprendió que Timerman embistiera cuando el país busca recomponer el vínculo

Por   | LA NACION

Washington.- Desde la agenda de viajes de Barack Obama hasta los habituales informes del Departamento de Estado, el canciller Héctor Timerman ha hecho una costumbre la escalada verbal contra el gobierno de Barack Obama.
En los últimos 36 meses, y particularmente desde la "enorme perplejidad" que públicamente generó en el Departamento de Estado su decisión de confiscar la carga de un avión norteamericano, los dichos y actitudes del canciller se tomaron en medios diplomáticos locales casi como una "particularidad" a la que se asistía con paciencia.
Pero si por algo llama la atención esta nueva escalada verbal, es por la oportunidad en que sucede. Cuando la Argentina golpea en sigilo a las puertas de la administración de Barack Obama para pedir "ayuda y comprensión" en el litigio crucial con los llamados fondos buitre.
Una instancia definitiva que podría poner al país al borde de un nuevo default y que, según se prevé, comenzará su tramo final en pocas semanas más.
Para ese momento, el gobierno de Cristina Kirchner espera haber logrado apoyo del gobierno de Obama para que intervenga ante la Corte de Justicia norteamericana, dando una opinión favorable al reclamo de la Argentina.
La presentación que hizo ayer la administración de Obama responde a una causa paralela. Pero no a la de fondo.
"Lo que nos piden es paciencia, comprensión y todo el apoyo que podamos dar", reveló días atrás a LA NACION una fuente diplomática familiarizada con las relaciones bilaterales.
Sobre ese escenario, en medios locales no deja de llamar la atención la oportunidad en la que el canciller insiste en su habitual escalada. Una prosa que, a lo largo de los más de tres años que lleva al frente de la Cancillería, lo llevó a embestir con la crítica para luego desandar lo dicho en forma sigilosa.
Eso ocurrió, por caso, con el famoso "incidente del avión". Tras reclamar la "necesidad" de que Estados Unidos "se disculpe y diga públicamente que se equivocó", el gobierno de Cristina Kirchner reintegró, en modo reservado, toda la carga incautada luego de que el canciller lideró su revisión en el aeropuerto de Ezeiza.
Es el mismo canciller el que acusó al gobierno de Barack Obama de "ceder ante la presión de los fondos buitre" cuando suspendió beneficios arancelarios a la Argentina como represalia por su resistencia a pagar laudos favorables a empresas norteamericanas. Para luego pedirle "ayuda" frente a esos mismos fondos.
La embestida llega también en momentos en que numerosos medios locales e internacionales señalan problemas en la Argentina.
Ésta es una tendencia que se agudizó con el aumento de la inflación y el reconocimiento de los fallidos indicadores oficiales a partir del reciente lanzamiento del nuevo indicador de alcance nacional, presentado por el ministro de Economía, Axel Kicillof.
"¿Habrá que creerle ahora a la Argentina?", fue la pregunta retórica que se repitió por entonces.
Hace poco, en la única reunión a solas que mantuvo con la ex secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton en esta ciudad, Timerman aprovechó los prolegómenos del encuentro para agradecer públicamente los informes del gobierno norteamericano que en el pasado ayudaron a salvar vidas de detenidos por el gobierno militar.
Son informes habituales, que -bajo distinta forma- se producen todos los años, como consecuencia de tratados e instrumentos legales que los Estados Unidos aplican desde 1961.
En algún momento, cayeron bien. Ahora, molestan. Lo mismo parecería ocurrir con el referido a tráfico de drogas y lavado de dinero.
Las reacciones del canciller no caen bien en todos los ámbitos y queda la enorme duda de si ayudan. Más claro queda que, a esta altura, no parecen sorprender mucho.
 
 

Fondos Buitre: presentación del gobierno de EEUU ante la Corte Suprema respaldando la posición argentina

PRESENTACION DEL GOBIERNO DE ESTADOS UNIDOS ANTE LA CORTE SUPREMA

Con Argentina y contra los buitres

Página/12
El Departamento de Justicia de Estados Unidos argumentó en contra de la autorización otorgada a los fondos buitre para recabar información sobre activos y cuentas argentinas en el exterior con el fin de embargarlas.

El gobierno de Estados Unidos realizó una presentación ante la Corte Suprema de ese país donde respalda la posición argentina en una disputa con los fondos buitre. El amicus curiae del Departamento de Justicia argumenta en contra de la autorización otorgada a esos inversores especulativos para que busquen información sobre activos y cuentas argentinas en el exterior con el fin de embargarlos. El escrito del fiscal general del Estado, Donald Verrilli, advierte sobre las consecuencias diplomáticas y económicas para Estados Unidos de sostener el instrumento que habilitó a NML Capital a recabar esos datos. El texto del gobierno norteamericano se presentó el lunes, pero recién se dio a conocer ayer. La administración Obama ya había cuestionado la decisión del juez Thomas Griesa y la Cámara de Apelaciones de Nueva York en diferentes instancias del proceso judicial.
El respaldo de Estados Unidos a la posición del gobierno argentino corresponde a una causa satélite en la disputa con estos fondos especulativos, que reclaman 1330 millones de dólares por sus tenencias en títulos defolteados. A comienzos de 2014, la Corte Suprema estadounidense aceptó el pedido de la Argentina para revisar el fallo de la Cámara de Apelaciones de Nueva York que autorizó a los buitres a buscar activos embargables del Estado nacional en el exterior. Las inconsistencias que existían entre el fallo de la Cámara del Segundo Distrito respecto de una sentencia previa del Séptimo Distrito (Cámara Federal de Nueva York) fueron relevantes para que los supremos trataran el caso. Pero el apoyo brindado por el gobierno de Estados Unidos también jugó un rol determinante para que la Corte Suprema convalidara el pedido argentino.
El amicus curiae presentado el lunes por Verrilli enfatiza el “interés sustancial” de Estados Unidos “en la correcta interpretación y aplicación de las provisiones de la ley de inmunidad soberana y en el tratamiento a los Estados extranjeros en las Cortes de Estados Unidos”. En esa línea, sostiene que “permitir más examinación de los bienes de un país extranjero por parte de los tribunales de Estados Unidos podría minar los propósitos de la ley de inmunidad soberana y tener un número de consecuencias adversas”. Desde la visión del fiscal general de Estado, convalidar la visión buitre “invadiría sustancialmente la soberanía de un Estado extranjero en un área especialmente sensible”. Además, advierte que permitir el acceso a información de bienes de Estados soberanos “podría llevar a un tratamiento recíproco adverso para los Estados Unidos en tribunales extranjeros”, así como “amenazaría con hacer daño a las relaciones exteriores en forma más general”.
El apoyo por ahora no se extiende a la causa principal entre la Argentina y los buitres en el juicio donde los tenedores de bonos especulativos rechazaron sistemáticamente ingresar en el canje y exigen 1330 millones de dólares en efectivo. Argentina ya presentó su pedido de revisión y aguarda que la Corte se exprese aunque antes el país deberá presentar oralmente sus argumentos a mediados de abril. De todos modos, el nuevo amicus curiae representa un antecedente muy relevante a favor de la Argentina.
El documento hace también referencia al pedido de revisión presentado por Argentina sobre el caso central. En diciembre, la primera nota al pie del texto de Verrilli cuestionaba la decisión de los tribunales de condicionar los pagos de la deuda reestructurada a la cancelación de los reclamos buitres. El Departamento de Justicia remarcó que, al convalidar la posición de los demandantes, “la Corte de Apelaciones rechazó los argumentos presentados por Estados Unidos como amicus curiae donde sostiene que las cautelares son inconsistentes con la ley de inmunidad soberana”. En sintonía con la argumentación que viene realizando el país, el gobierno norteamericano recuerda que también fueron ignoradas sus opiniones sobre “la clara interpretación de la cláusula pari passu que figura en los bonos” y “que las medidas cautelares pueden poner en riesgo la solución ordenada de las crisis de deuda soberana”.

Timerman: "Los Estados Unidos son el principal problema del narcotráfico. La Argentina no reconoce el derecho de los Estados Unidos a emitir juicios de valor sobre otros gobiernos"

Durísima réplica de Timerman a EE.UU. por el narcotráfico

En una nueva muestra del zigzagueo que protagoniza el Gobierno en materia de política exterior, el canciller Héctor Timerman embistió ayer duramente contra los Estados Unidos por el crítico informe que Washington emitió sobre el avance del narcotráfico en el país.
Sin medias tintas expresó: "Los Estados Unidos son el principal problema del narcotráfico. La Argentina no reconoce el derecho de los Estados Unidos a emitir juicios de valor sobre otros gobiernos".
De este modo, profundizó la división interna que hay en el oficialismo, ya que un sector del Gobierno promueve una mayor cooperación con Washington para luchar contra el narcotráfico. Al respecto, los ministros de Justicia y de Defensa, Julio Alak y Agustín Rossi, respectivamente, han exhibido posturas claramente diferentes de las de Timerman. Además, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, trabaja con la DEA o el FBI para combatir el narcotráfico en el país.
En tono desafiante, el canciller planteó que "Estados Unidos no tiene autoridad como para convertirse en quien decida qué país se comporta de qué manera". Además, Timerman sostuvo que "los problemas que tiene Estados Unidos con el narcotráfico es que son el principal consumidor de droga del mundo y el país que, si es el que más consume, es el que más dinero negro produce por ese consumo".
Anoche, fuentes del Departamento de Estado dijeron a LA NACION que "la Argentina y Estados Unidos comparten el importante objetivo de combatir el tráfico de drogas ilegales", y consideraron que "una mayor y más cercana cooperación beneficiará a ambos países".
Las críticas de Timerman se hicieron públicas 72 horas después de que Washington emitiera un informe sobre la situación del narcotráfico en el mundo, en el que resaltó que en la Argentina creció la producción local de cocaína y advirtió sobre el avance del lavado de dinero.
Las palabras del canciller resultan más llamativas si se tiene en cuenta que llegan justo cuando la Casa Rosada se disponía a estrechar lazos con Washington para acceder a líneas de crédito internacional y lograr un cómodo pago de la deuda en default a los bonistas norteamericanos.
A la vez, en coincidencia con la postura dialoguista de varios ministros, por lo menos cinco gobernadores empezaron a coordinar tareas de cooperación con los Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico.
Ayer, al hacer una evaluación del informe del Departamento de Estado sobre el avance de las drogas en el país, Timerman dijo que Estados Unidos "no puede estar emitiendo boletines de calificaciones sobre distintos temas. Tiene sus problemas y debería tratar de resolverlos".
En su informe mundial, el Departamento de Estado norteamericano destacó anteayer que, en el caso de la Argentina, la producción local de cocaína es "pequeña, pero resulta ser un problema creciente". Además, subrayó la necesidad de establecer mayor coordinación entre fuerzas de seguridad nacionales y provinciales.
Ayer, en declaraciones a Radio Del Plata, Timerman insistió: "Estados Unidos son prácticamente el principal problema del narcotráfico" y aclaró que la Argentina está trabajando y "está alerta todo el tiempo" en la lucha contra el narcotráfico.
La dura postura de Timerman hacia Washington resulta coincidente con su posición hacia Estados Unidos. De hecho, el informe del Departamento de Estado recordó el incidente que el canciller protagonizó en 2011 al frenar en Ezeiza el ingreso de un avión norteamericano que llegaba para instruir a la policía federal en tareas de lucha contra las drogas.
Sin embargo, lo llamativo de los dichos de Timerman es que se dan cuando el ala económica del Gobierno quiere acercar posiciones con Washington. A su vez, la dura crítica del canciller aparece cuando varios funcionarios del Gobierno coordinan con Estados Unidos tareas para frenar el narcotráfico en el país.
Fuentes del Departamento de Estado ayer ratificaron a LA NACION todo el informe sobre narcotráfico y resaltaron que "actualmente trabajamos con la Argentina en este tema". De esta forma, Washington no quiso responder los agravios de Timerman.
Algunos funcionarios de la Casa Rosada se mostraron sorprendidos por las palabras de Timerman. Incluso en el interior de la Cancillería evaluaban que la jugada de Timerman fue "a título personal" y sin previa consulta con el Palacio San Martín.

Tarea conjunta

Por contraposición a Timerman, por ejemplo, Berni es de la idea de trabajar más estrechamente con la DEA para compartir información e incluso para realizar operativos para desarmar carteles de la droga. El secretario de Seguridad mantiene aceitados contactos en Washington.
Sugestivamente, Berni ayer pareció tomar distancia de Timerman en sus críticas a Estados Unidos y dijo que "el narcotráfico es un problema global, no sólo de la Argentina. Con esto no quiero sacarme la responsabilidad de encima -aclaró-. Argentina sufre como todos los países del mundo" las consecuencias de ese delito.
En tanto, Alak instó en más de una oportunidad a los gobernadores para suscribir a la ley 26.052 para "federalizar" el combate contra el narcotráfico y darles mayor poder a las policías y los tribunales locales en el combate contra el tráfico de drogas ilegales. Así fue como Buenos Aires, Chubut, Salta, Mendoza y Santa Fe, entre otros distritos, empezaron a trabajar con la DEA, el FBI.
"Hay que trabajar en colaboración con Estados Unidos y con otros países. Con Washington debemos hacer una causa común contra el narcotráfico, no debemos enfrentarnos", dijo el ministro de Justicia a un grupo de colaboradores hace una semana según supo LA NACION.
Por otra parte, el ministro de Defensa Agustín Rossi había mencionado hace un tiempo que en la Argentina hay "elaboración" de drogas. Esto desató una dura pulseada con Berni y con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quienes desmintieron ese diagnóstico. El reciente informe del Departamento de Estado mencionó que en la Argentina hay "un pequeño crecimiento de la producción local de cocaína". Rossi no cree que haya una "producción local" porque ello induciría a pensar en producción a gran escala cuando lo que denunció son "cocinas" de droga. No obstante, fuentes del ministro de Defensa destacaron a LA NACION que el ministro entiende, al igual que Washington, que hace falta una mayor coordinación de tareas entre los gobiernos provinciales y las policías locales en el combate contra el narcotráfico.

martes, 4 de marzo de 2014

EEUU: "El jardín de atrás. La siempre conflictiva relación con América Latina"


La siempre conflictiva relación con América Latina

Por Leandro Morgenfeld 

La historia de las relaciones interamericanas está jalonada por el recurrente intervencionismo estadounidense. Washington buscó asentar su hegemonía continental alejando a las potencias extra hemisféricas (la doctrina Monroe, de 1823, se sintetizaba en la frase "América para los americanos") y horadando los procesos de integración latinoamericana más autónomos.