sábado, 30 de diciembre de 2017

La Argentina tendrá un nivel de exposición internacional inédito en 2018

La Argentina sea la vidriera del mundo en 2018, según sostiene el canciller Jorge Faurie

La Argentina tendrá un nivel de exposición internacional inédito en 2018

El país protagonizará eventos de impacto mundial en lo político, lo económico y hasta lo deportivo

La Argentina tendrá un nivel de exposición internacional inédito en 2018. El país protagonizará eventos de impacto mundial en lo político, lo económico y hasta lo deportivo. Además de las visitas oficiales del presidente Mauricio Macri a otros países y de la participación anual de la Argentina en foros internacionales como en las Naciones Unidas, el año que viene traerá consigo la cumbre del G-20 y las decenas de reuniones previas, la eventual firma del demorado acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) y los juegos olímpicos de la juventud.
La política de "inserción inteligente" que llevó adelante el Gobierno es lo que dio como resultado que la Argentina sea la vidriera del mundo en 2018, según sostiene el canciller Jorge Faurie. "La Argentina se dispone a ejercer un protagonismo internacional sin precedentes en su historia", dijo a LA NACION el funcionario que sucedió a Susana Malcorra . Faurie detalló que en los próximos meses visitarán el país "más de 20 mil personas, entre funcionarios de más de 30 países, expertos e integrantes de organismos internacionales" en el marco del G-20 . "Asumir la presidencia del grupo nos emplaza como país en el centro de la escena", agregó.
El G-20 será el evento más importante del año, el 30 de noviembre, pero la cumbre de los veinte mandatarios más poderosos del mundo será precedida por otros 59 encuentros de distinta envergadura que se llevarán a cabo en distintos puntos de la Argentina.
Hasta el momento hubo tres encuentros: dos sobre el mundo de las finanzas (una en Bariloche y otra en Buenos Aires) y la reunión de los sherpas, también en Río Negro.
El primer evento de 2018 será el 29 de enero en la capital y, a partir de ahí, se realizarán varios más por mes hasta noviembre. Habrá encuentros de grupos de trabajo sobre diversas áreas como educación, corrupción y empleo; de funcionarios dedicados a las finanzas, y de los grupos de afinidad, compuestos por representantes de la sociedad civil que elaborarán propuestas sobre temas como la juventud, el rol de la mujer o la ciencia.

Seguridad

Habrá fuertes medidas de seguridad que dificultarán la libre circulación, tal como ocurrió durante la última cumbre de la Organización Mundial del Comercio
Habrá fuertes medidas de seguridad que dificultarán la libre circulación, tal como ocurrió durante la última cumbre de la Organización Mundial del Comercio. Foto: LA NACION / Daniel Jayo
Además de la capital y Bariloche, también habrá reuniones en Mar del Plata, Córdoba, Rosario y Salta, entre otras ciudades.
En todas de ellas habrá fuertes medidas de seguridad que dificultarán la libre circulación, tal como ocurrió durante la última cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que funcionó como ensayo para los próximos eventos. En la ciudad de Buenos Aires la cumbre de líderes del G-20 será en un único lugar que todavía no está definido.
Desde hace meses que el ministerio que conduce Patricia Bullrich trabaja con un grupo dedicado exclusivamente al operativo de seguridad para que los eventos transcurran sin inconvenientes, como ocurrió en la última cumbre del G-20, en Hamburgo, donde hubo violentas manifestaciones de grupos anti-globalización.
También se espera que en 2018 se logre firmar el acuerdo de asociación entre el Mercosur y la UE, objetivo al que no se llegó durante la OMC ni en la reunión de mandatarios del Mercosur, hace pocas semanas en Brasilia. Los bloques todavía deben llegar a un acuerdo sobre los temas más técnicos y espinosos de la negociación, como el acceso a algunos mercados y las preocupaciones que generan las asimetrías productivas.
Se estima que la firma podría concretarse en los primeros meses del año próximo. En ese caso, el acuerdo llegará mientras Paraguay ejerza la presidencia pro témpore del Mercosur luego del turno de Brasil y de Argentina, que dieron un fuerte impulso a las negociaciones. A mediados de año, tal como estipula el reglamento del bloque, volverá a cambiar el liderazgo del grupo en una ceremonia de la que participan los mandatarios.
Macri, en tanto, ya tiene confirmados los primeros viajes de 2018. Entre el 22 y el 23 de enero el mandatario visitará por primera vez Rusia, donde se verá con el presidente Vladimir Putin para fortalecer las relaciones bilaterales. El último contacto entre ambos mandatarios fue el mes pasado, cuando el ruso se comunicó con Macri para ofrecerle ayuda en la búsqueda del ARA San Juan .
Tras su paso por Moscú, el Presidente hará una escala en Suiza, donde volverá a participar del Foro Económico de Davos -tras la ausencia de este año- hasta el 26 de enero. Ese mismo día, antes de volver a la Argentina, Macri hará una escala en París para reunirse con el presidente Emmanuel Macron , líder de uno de los países de la UE que más reparos impone a la firma del tratado.
El país participará también de los foros anuales, como la Asamblea Nacional de la ONU , en septiembre -aún se desconoce si Macri irá- y el comité de descolonización del organismo en junio, donde se trata la cuestión Malvinas .
En medio de un año de fuerte contenido de política y economía internacional, sin embargo, también habrá lugar para el deporte a través de los Juegos Olímpicos de la Juventud, que pondrá a prueba la capacidad de negociación del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta .

Las fechas destacadas

22 y 23 de enero
Mauricio Macri inicia su primera gira internacional del año con la visita a Rusia, donde se reunirá con el presidente Vladimir Putin
23-26 de enero
El Presidente participará del Foro de Davos, en Suiza
26 de enero
En su viaje de regreso a la Argentina, Macri visitará París, donde se reunirá con el presidente Emmanuel Macron
Primer semestre
Firma del acuerdo de asociación entre el Mercosur y la Unión Europea
30 noviembre
Cumbre de líderes del G-20 en Buenos Aires
Lugar a confirmar

"Los cómplices de Trump". Por Ian Buruma


Los cómplices de Trump

Ian Buruma

El 20 de febrero de 1933 tuvo lugar una reunión secreta en la residencia palaciega de Hermann Göring en Berlín. Más de 20 de los principales industriales de Alemania, entre ellos Gustav Krupp, Friedrich Flick y Fritz von Opel, escucharon allí un discurso de Adolf Hitler en el que les prometía que sus bienes estarían seguros durante su gobierno. De este modo, los industriales aceptaron apoyar al partido nazi con más de dos millones de marcos imperiales, una suma enorme que prácticamente alcanzaba para pagar la inminente campaña electoral.


      Pocos de estos hombres, si es que había alguno, eran nazis convencidos. Formaban parte del Herrenklub alemán (Club de Señores), que era muy conservador, pero no nacionalsocialista. Sin embargo, respondiendo a sus mezquinos intereses propios, se convirtieron en catalizadores de Hitler.
      Al hacerlo fueron cómplices de un régimen criminal que resultó culpable de asesinatos masivos y por último de la destrucción del país. Sus empresas se beneficiaron inmensamente con el trabajo esclavo. Thomas Mann calificó al Herrenklub de “iniciador de miserias”. Esto no impidió que Flick y otros disfrutaran de progresos florecientes después de la guerra, luego de cumplir condenas a prisión reducidas.
      El presidente de Estados Unidos Donald Trump no es un dictador nazi (si bien algunos de sus asesores más cercanos admiran ciertas ideas que inspiraron el fascismo y el nazismo en el pasado). No obstante, es una amenaza para la democracia que supuestamente debe proteger. No deja de atacar a la prensa libre y a la independencia judicial y estimula la violencia callejera, incluida la de los neonazis. Retuitear videos antimusulmanes publicados por un extremista británico es apenas el último de sus agravios.
      Es posible que muchos políticos republicanos que respaldan a Trump, y aun los multimillonarios que financian las campañas de todos ellos, tengan reservas respecto del narcisista peligrosamente imprevisible de la Casa Blanca, así como los señores del Herrenklub probablemente despreciaran en su momento al individuo advenedizo de ridículo uniforme marrón. Pero con solo contadas excepciones, los políticos siguen apoyando a Trump, y por una razón similar: su mezquino interés de mantenerse en el poder y generar más dinero para quienes los patrocinan.
      Un ejemplo excelente es la legislación impositiva impuesta recientemente en el Senado. Una vez que el proyecto se compatibilice con la versión de la cámara de representantes y Trump lo convierta en ley, las grandes corporaciones y la gente más rica se van a beneficiar a costa de los pobres y los más vulnerables. Y según la Oficina de Presupuesto del Congreso –independiente de los partidos políticos–, también la salud financiera de EE.UU. se verá afectada, con un incremento del déficit estimado en 1.214 billones de dólares para 2027.
      Los votantes de Trump de las zonas rurales de los estados relativamente pobres y las ciudades del cordón industrial del Medio Oeste, donde la gente necesita de la ayuda del gobierno central para conservar su solvencia y su salud, tendrían que ver esto como una traición. Muy probablemente sean ellos los que paguen el precio de enriquecer todavía más a los más ricos.
      Desde luego, hay muchas diferencias entre Estados Unidos hoy y Alemania en la década de 1930. Los pensadores de izquierda han afirmado con frecuencia que el fascismo es la última etapa del capitalismo. A decir verdad, el nacionalsocialismo y el fascismo no han sido especialmente amistosos con el capitalismo liberal. Ni estuvieron destinados a beneficiar únicamente a una oligarquía. Las grandes empresas prosperaron en ambos sistemas, no cabe duda, especialmente las corporaciones que lucraban con la minería y el gasto militar. Pero aparte de las minorías perseguidas y los disidentes, mucha gente común salió ganando con los programas de gobierno (por no mencionar el saqueo en los países conquistados).
      Los industriales que se reunieron en torno a Hitler y Göring en 1933 terminaron comprados por un régimen de gángsters asesinos. Lo mismo pasó con el cuerpo de oficiales alemán. Eso no fue la última etapa del capitalismo; Hitler usó a los capitalistas para sus ominosos fines.
      La situación en EE.UU. bajo el gobierno de Donald Trump parece bastante diferente. Trump empleó un lenguaje populista en su campaña e hizo acopio del resentimiento popular contra las elites urbanas educadas, incluidos los capitalistas de Wall Street. Y continúa satisfaciendo las emociones de racistas blancos insensibles y otros que sienten que el mundo moderno los ha dejado atrás y culpan por sus problemas a los más liberales y a las minorías étnicas y religiosas.
      Pero todavía no está claro quién usa a quién en el mundo de Trump. Con su obsesión por que bajen los impuestos personales y corporativos y su aversión por el trabajo organizado y el gobierno federal, los patrocinadores ricos, como los hermanos Charles y David Koch o el magnate de los casinos Sheldon Adelson, parecerían estar manipulando a Trump, y no a la inversa. En cierto modo, tanto como Krupp u Opel (si no más), representan un tipo de capitalismo al que se lo está desligando de todas las restricciones necesarias. Esto empezó mucho antes de que Trump entrara en escena. El proceso se remonta por lo menos a la época de los recortes fiscales al “sector de la oferta” y la desregulación de Ronald Reagan.
      En el corto plazo, el Estados Unidos corporativo y rico probablemente estará muy bien. Es posible que los mercados bursátiles continúen con su tendencia alcista por un tiempo más. Pero en el largo plazo, con amenazas de déficit, acuerdos de comercio internacionales hechos pedazos y una política de gasto totalmente inadecuada en infraestructura básica, educación y salud pública, las cosas podrían ponerse muy mal. Convalidar a un presidente que constituye claramente un peligro para la democracia en función de ganancias inmediatas es antipatriótico y moralmente condenable. Pero además carece de sentido económico.
      Henry Ford fue un antisemita que se alegraba de cooperar con la Alemania nazi, hasta 1942. También fue directivo de la organización America First Commitee, que se oponía a entrar en guerra contra Hitler. Pero tenía una concepción, que los cómplices de Trump que anteponen ante todo los negocios harían bien en considerar. “Fordismo” significaba que los trabajadores tendrían que ser lo suficientemente ricos para comprar un auto de los que producían sus fábricas. La ley impositiva de Trump va a dejar a millones de consumidores potenciales en condiciones mucho peores por lejos. Y eso no puede ser bueno para los negocios.


      - Ian Buruma, es editor de The New York Review of Books, autor de Year Zero: A History of 1945.
      Traducción: Román García Azcárate

      Revista Ñ de Clarín - 18 de diciembre de 2017

      jueves, 28 de diciembre de 2017

      CAMPO TEMÁTICO ESTUDIOS SOBRE ESTADOS UNIDOS en #CLACSO2018



      #CLACSO2018
      ¿Cómo se inserta el flujo de inmigrantes latinoamericanos que arriban a Estados Unidos? ¿cómo se construye en aquella sociedad la categoría hispano o latino? #CLACSO2018 abordará este campo temático para ensayar algunas respuestas.
      Estos son algunas de las problemáticas que vamos a analizar en el CAMPO TEMÁTICO ESTUDIOS SOBRE ESTADOS UNIDOS



       

      sábado, 23 de diciembre de 2017

      "La estrategia de seguridad de Trump prepara para una 'guerra larga' sin fin". Por Andrew Bacevich



      (21 diciembre 2017) 
      Andrew Bacevich es profesor emérito de historia y relaciones internacionales en la Universidad de Boston, autor de “America's War for the Greater Middle East: A Military History”. Nota original en inglés publicada en The Boston Globe

      Los autores de la nueva estrategia de Seguridad Nacional del gobierno de Trump, recién publicada esta semana, la resumen con la idea de « realismo de principios ». Sin embargo, el narcisismo beligerante orienta más adecuadamente su contenido.

      Al margen de las referencias formales a los derechos de las mujeres y al medio ambiente, la estrategia identifica dos prioridades. La primera es “rejuvenecer la economía estadounidense”, recortando los impuestos, eliminando la regulación, impulsando el suministro de combustibles fósiles y renegociando los acuerdos comerciales. Queda implícita en esta prescripción la convicción de que lo que aflige a la nación más opulenta del mundo es que no es suficientemente rica. Con un crecimiento consistente, los problemas se resuelven solos, un argumento basado en la fe que los Republicanos han estado promoviendo durante una generación.

      Ahora bien, aunque enfatiza la prosperidad económica como una panacea, el documento incluye esta tentadora excepción: “las instituciones raras y frágiles del gobierno republicano sólo pueden perdurar si son sustentadas por una cultura que aprecia estas instituciones”. La palabra “cultura” queda suelta. Tanto la elección de Donald Trump como la respuesta generada por su ascenso sugieren que la cultura americana es una cultura profundamente dividida. Lamentablemente, la estrategia no ofrece ningún pensamiento acerca de lo que esa división significa ni un esbozo de sugerencia sobre cómo repararla.

      La segunda prioridad estratégica – que quizás no sorprenderá dada la prominencia de los generales entre los asesores de Trump - es confrontar a los adversarios de los Estados Unidos. Esos adversarios son legión, y la estrategia de Trump alude a “un mundo extraordinariamente peligroso, lleno de un conjunto de amenazas que se han intensificado en los últimos años”.

      Los autores del documento muestran una sorprendente falta de curiosidad sobre por qué los Estados Unidos se encuentran hoy tan acosados por los peligros. Se refieren vagamente a un período de “autocomplacencia” posterior a la Guerra Fría, cuando “los Estados Unidos comenzaron a ser desplazados” y, al hacerlo “cedieron varias ventajas en áreas clave”. Para corroborar esa opinión, la estrategia ignora las innumerables campañas militares estadounidenses, grandes y pequeñas, emprendidas desde que terminó la Guerra Fría. Tampoco menciona iniciativas como la ampliación de la OTAN hacia el este hasta las fronteras de Rusia. En general, da la impresión de que las amenazas no surgieron por algo que los Estados Unidos hicieron, sino porque no hicieron lo suficiente.

      La estrategia clasifica esas amenazas en tres categorías distintas. En la primera están China y Rusia, ambas planteando un “desafío al poder, la influencia y los intereses americanos”. El emparejamiento de Rusia y China como principales competidores estadounidenses es, por decirlo suavemente, extraño. La economía rusa es equivalente en tamaño a la de Italia. China pronto puede convertirse en la mayor pieza del mundo, ayudada en gran medida por el insaciable apetito estadounidense por los productos llevando la etiqueta “made in China”. En otras palabras, mientras que la Rusia de Vladimir Putin puede tener la capacidad de molestar, ni siquiera se aproxima a un competidor parejo. Y mientras China podría estar emergiendo como una superpotencia de pleno derecho, las relaciones entre los Estados Unidos y China combinan rivalidad e interdependencia en partes iguales. Sin embargo, la estrategia nacional de seguridad parece atrapada en una urdimbre del tiempo, como si Stalin todavía gobernara el Kremlin y los revolucionarios maoístas estuvieran mandando en Beijing.

      En la segunda categoría de amenazas figuran Corea del Norte e Irán, clasificados como “Estados rebeldes” y “el azote del mundo”. De hecho, Kim Jong Un encarna un peligro inminente, peligro que el Presidente Trump ha relacionado en repetidas ocasiones con la responsabilidad de respuesta de China. En efecto, la administración quiere una amenaza de categoría 1 para abordar una amenaza de categoría 2, ironía que la estrategia de seguridad nacional pasa por alto.

      Agrupar a Irán con Corea del Norte, reavivando el “Eje del Mal” de George W. Bush, proporciona a los autores del documento un chivo expiatorio conveniente. Poner el dedo en Irán como fuente de inestabilidad desvía la atención de la catastrófica desestabilización que han causado los Estados Unidos sobre todo invadiendo Irak. Y destacar a Irán por “apoyar a los grupos terroristas” da paso a otros, como Arabia Saudí, que han gastado incontables sumas promoviendo el islamismo radical en todo el Gran Medio Oriente.

      La tercera categoría de amenazas tiene que ver con los actores no estatales tales como los grupos yihadistas. La estrategia se refiere a los esfuerzos en curso para derrotar a los militantes islámicos como la “larga guerra”, pero no indica cómo o cuándo terminará esa guerra. El triunfo simplemente persistirá, lo que sugiere que la guerra larga se hará mucho más larga.

      Para enfrentar a estos peligros, la estrategia exige un ejército estadounidense más grande y mejor, que permita a sus fuerzas “luchar y ganar” cualquier conflicto en cualquier lugar. La razón por la que los Estados Unidos en las últimas décadas han estado luchando tanto y ganando tan poco es otra cuestión que el documento evade. Reducida a su esencia, la estrategia propuesta se centra en esto: danos más dinero y haremos más esfuerzos.

      Por supuesto, los Estados Unidos ya gastan mucho más dinero en su ejército que cualquier otra nación. Con fuerzas diseminadas en todo el planeta, también lleva a cabo más operaciones en más lugares que otra potencia. Al hacerlo, mata a más gente. Y, como principal exportador de armas del mundo, facilita aún más la matanza por parte de otros.

      Estos definen los “principios” no reconocidos pero reales que guían la política estadounidense. Si bien estos principios son anteriores a Trump, su Estrategia de Seguridad Nacional los afirma implícitamente, sin preocuparse por evaluar si realmente funcionan. Son simplemente aceptados como fijos y dados. Estos principios descansan en las expectativas, también no reconocidas, de que el mundo se acomodará a los deseos y necesidades estadounidenses, mientras otras naciones ajustarán sus propias expectativas según estos criterios. Esto es lo contrario del realismo.

      En su introducción a la nueva estrategia, Trump escribe que su administración está “trazando un rumbo nuevo y muy diferente”. Que esta declaración sea interpretada como un mero “hecho alternativo”.

      "La agresiva política de Trump hacia Cuba". Por Leandro Morgenfeld (Revista RIHALC Número 7)




      Por Leandro Morgenfeld


      Resumen

      El viernes 16 de junio, desde Miami y en un acto que pareció más propio de la época de la guerra fría, Trump puso un freno en el proceso de deshielo con Cuba iniciado en 2014 por Obama y Castro. Rodeado de referentes del anticastrismo, desplegó un agresivo discurso paternalista e injerencista. En los meses siguientes, profundizó esa línea. El 29 de septiembre, con la excusa de un supuesto ataque sónico contra funcionarios de la Embajada estadounidense en La Habana, retiró de allí al 60% del personal y restringió el otorgamiento de visas. Cuatro días más tarde, procedió a expulsar a 15 diplomáticos cubanos que revistaban en la embajada de Washington ¿Qué alcances y límites tiene el (nuevo) giro en la relación con la isla? ¿Cuáles son las causas del abandono de este “legado” de Obama, que tantos elogios había cosechado? ¿Cuál fue la respuesta cubana? ¿Cómo va a impactar hacia adentro de Estados Unidos y en las ya de por sí complejas y tirantes relaciones con América Latina y el Caribe?






      Núm. 7 (2017)

      Revista de la Red Intercátedras de Historia de América Latina Contemporánea (Segunda Época). Diciembre 2017-Mayo 2018.

      Tabla de contenidos

      Presentación

      Comité Editorial
      PDF
      3-5

      Artículos

      Bruno Fornillo
      PDF
      6-23
      Claudio Gallegos
      PDF
      24-38
      Talía Bermejo
      PDF
      39-53

      Artículos de Dossier “El legado de Fidel Castro y la revolución en Cuba y América Latina”

      Roberto García Ferreira
      PDF
      54-67
      Charles Sidarta
      PDF
      68-91
      Leonardo Martín Candiano
      PDF
      92-103
      Matías Hermosilla
      PDF
      104-119
      Kristina Pirker
      PDF
      120-138
      Alberto Consuegra Sanfiel, Mario Ayala
      PDF
      139-156
      Leandro Morgenfeld
      PDF
      157-173

      Entrevistas

      Mario Ayala
      PDF
      174-186


      Gesto navideño de Trump a Macri: Argentina retorna al Sistema de Preferencias



      Argentina retorna al Sistema de Preferencias

      Guiño de Trump luego del desplante

      Página/12

      La Argentina logró retornar al Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) para exportaciones a los Estados Unidos, tras quedar afuera del esquema por espacio de seis años, informó ayer la Cancillería. Esto permitirá que un listado de productos de las economías regionales pueda ingresar en el mercado norteamericano con arancel cero, beneficiando a alrededor de medio millar de manufacturas nacionales.
      Según el comunicado de prensa, el representante comercial de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés), Robert Lighthizer, anunció que el presidente Donald Trump firmó ayer la medida, luego de dos años de negociaciones. El canciller Jorge Faurie sostuvo que esta incorporación constituye “un claro reconocimiento a los esfuerzos que lleva adelante la Argentina para fortalecer su economía y profundizar su inserción en el comercio internacional” y enfatizó que se espera de esta manera “recuperar un canal comercial que brindará nuevas y mayores oportunidades a los exportadores argentinos y a las economías regionales”.
      “En 2011, último año en que la Argentina integró el SGP, los productos beneficiados registraron exportaciones por 464 millones de dólares (10 por ciento de las exportaciones totales a Estados Unidos)”, precisó, por su parte, Horacio Reyser, secretario de Relaciones Económicas Internacionales. “Este es un paso importante en los esfuerzos para lograr una mejor inserción internacional y avanzar así hacia el objetivo de pobreza cero. Más exportaciones es más empleo, más desarrollo, más oportunidades para los argentinos”, destacó el ministro de Producción, Francisco Cabrera. “El intercambio comercial bilateral es muy bajo y hay mucho espacio para avanzar ahí”, agregó.
      El SGP consiste en el otorgamiento de preferencias arancelarias por parte de países desarrollados a determinados productos exportados desde países en vías de desarrollo, que reciben tratamiento preferencial y reducciones arancelarias significativas.
      En el pasado, Estados Unidos concedía arancel cero a 538 posiciones de productos agrícolas argentinos hasta 2012 en el marco del SGP.
      Los principales productos abarcados fueron los vinos, artículos de confitería sin cacao, conservas de carne, aceite de oliva, quesos, maníes y frutillas.
      Argentina fue suspendida del SGP el 28 de mayo de 2012, debido a que el gobierno estadounidense consideró que nuestro país no actuó de buena fe en los casos que se resolvieron a favor de las empresas Azurix y Blue Ridge Investment en el marco de Ciadi, por la cancelación de contratos en medio de la crisis Argentina de 2001.

      viernes, 22 de diciembre de 2017

      Penoso gesto de Macri a Trump en la ONU




      Un gesto a Trump

      Página/12

      Argentina dio la nota ayer en las Naciones Unidas al contarse entre los 35 países que se abstuvieron en la votación de la Asamblea General que rechazó el reconocimiento que hizo el presidente norteamericano, Donald Trump, de Jerusalén como capital de Israel. En una decisión no vinculante, una muy amplia mayoría de 128 países del mundo votaron a favor de rechazar la declaración de Estados Unidos e Israel y apenas nueve votaron en contra.
      El embajador argentino ante la ONU, Martín García Moritán, buscó justificarse luego y aseguró que la abstención “no cambia en nada” la posición del Estado frente al conflicto israelí-palestino.
      El texto presentado por Turquía y Yemen y aprobado por una amplia mayoría de los países del mundo representa la continuidad de la posición acordada en el último medio siglo dentro de la ONU. “Todas las decisiones y los actos que pretendan haber modificado el carácter, el estatuto o la composición demográfica de la Ciudad Santa de Jerusalén no tienen efecto jurídico alguno, son nulos y sin valor y deben revocarse en cumplimiento de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad”, sostuvo la resolución (ver página 26).
      Argentina se abstuvo, a pesar que en 2010 el país reconoció al Estado de Palestina “dentro de las fronteras definidas en 1967”, lo que significa en los territorios de Cisjordania, la Franja de Gaza y la parte oriental de Jerusalén. Por ejemplo, entre los países que votaron en contra de la región se ubicaron Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Uruguay, Perú y Venezuela. En cambio, entre quienes se abstuvieron como Argentina sólo se anotaron Colombia y Paraguay.
      El 6 de diciembre pasado, Trump rompió con una política de Estado de su país y reconoció a Jerusalén como la capital de Israel, una decisión que generó festejos entre el gobierno israelí y repudio entre históricos aliados de Washington en Europa, la dirigencia palestina que reclama la parte oriental de la ciudad y todo el mundo islámico y árabe.

      "Fracasa la OMC y emergen las alternativas". Por Leandro Morgenfeld (Semanario Brecha)


      Fracasa la OMC y emergen las alternativas


      Tras la XI conferencia ministerial en Buenos Aires



      El miércoles 13 de diciembre se clausuró en Buenos Aires la XI Reunión Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (Omc). Empantanadas las negociaciones por las contradicciones internas y las impugnaciones externas, no hubo documento final conjunto. Fuera de la zona blindada de las actividades oficiales se desarrolló la Cumbre de los Pueblos, protagonizada por organizaciones sociales y políticas que rechazaron la agenda de la Omc, propusieron alternativas, se movilizaron en las calles y festejaron el fracaso del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE).
      Durante la primera cumbre de la Omc realizada en América del Sur, el presidente argentino Mauricio Macri pretendió ser el anfitrión del cónclave en el que se revitalizaría la organización, luego de la parálisis de los megaacuerdos regionales, frenados en parte por el Brexit y la asunción de Donald Trump. El primer gran fracaso del gobierno argentino fue que –como debió reconocer la ex canciller y chair de la reunión ministerial, Susana Malcorra– “hubo diferencias que han impedido avanzar en acuerdos”. Las impugnaciones del representante de Estados Unidos –quien se retiró un día antes, tras un discurso muy crítico hacia la supuesta discriminación en favor de los países en desarrollo– y la negativa de la India y otros “emergentes” a abandonar los temas de la Ronda de Doha (Ronda del Desarrollo), iniciada en 2001, terminaron por bloquear los posibles acuerdos.
      No hubo avances en las negociaciones para la rebaja de subsidios a la pesca y bienes agropecuarios. Tampoco en comercio electrónico, el nuevo “caballo de Troya” de corporaciones como Google, Amazon, Twitter, Apple y Facebook, que impulsan una desregulación preventiva y amplia para adaptar las estructuras de los estados a las necesidades del oligopolio que concentra los flujos de información y datos (véase “Maniatados”, en Brecha 8-XII-17). Apenas 70 de los 164 países adhirieron a la creación de una mesa de trabajo para avanzar en las negociaciones vinculadas al e-commerce.
      El segundo gran fracaso de Macri es no haber podido concretar el Tlc Mercosur-UE.
      Como señalaron los economistas argentinos Francisco Cantamutto y Mariano Treacy (Laizquierdadiario.com 13-XII-17): “Pese al intento desesperado del gobierno argentino de firmar el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la UE, finalmente no se ha llegado ni siquiera a un acuerdo político para sacar la foto en Buenos Aires. (…) En las últimas negociaciones Argentina incluso incrementó el acceso de la UE a productos de economías regionales en crisis, como limones, naranjas, mandarinas, merluza, vieiras, calamares, ciruelas, frutillas congeladas, huevos, miel y aceite de oliva, entre otros. Sin embargo no consiguió nada a cambio, lo que hizo naufragar una vez más las negociaciones, ya que la Unión Europea no mejoró su oferta en las cuotas de carnes y etanol ni de acceso a mercados agrícolas, protegidos por subsidios y considerados ‘sectores sensibles’ por países como Francia, Irlanda y Polonia, entre otros”.
      El intento de la Casa Rosada de escenificar la tan mentada “vuelta al mundo” de Argentina naufragó también por la pésima imagen que dejó el gobierno argentino, primero al negarles la acreditación y el ingreso al país a decenas de representantes de Ong, activistas y académicos, que habían sido debidamente admitidos como participantes de la sociedad civil en la cumbre ministerial. Esto generó quejas diplomáticas, malestar en la propia burocracia de la Omc y notas críticas en la prensa internacional. Segundo, luego de una marcha completamente pacífica contra la Omc, el martes 12 de diciembre, el gobierno argentino desplegó sin ninguna necesidad centenares de gendarmes y terminó deteniendo arbitrariamente a seis manifestantes. Ese desproporcionado uso de las fuerzas de seguridad fue un anticipo de la brutal represión contra la movilización de más de 100 mil militantes sociales realizada al cierre de la cumbre ministerial, el 13 de diciembre.
      Desde la Confluencia Fuera Omc, integrada por diversas organizaciones y redes sociales que hace años rechazamos los acuerdos de libre comercio, organizamos la Semana de Acción Global contra el Libre Comercio, paralelamente a la cumbre ministerial.
      En la Cumbre de los Pueblos, realizada en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, hubo una gran participación y representantes de decenas de países que discutieron temas como la soberanía sanitaria, energética y alimentaria. El último día se reunió la Asamblea de los Pueblos, en la que se elaboró la declaración final, un extenso documento que recoge las conclusiones de los debates y las propuestas de cada uno de los foros temáticos. “La Omc refleja los intereses del capital trasnacional más concentrado que pretende eliminar barreras a la libre circulación de mercancías, servicios y capitales. Se trata de una organización que sólo toma en cuenta las necesidades del capital, ayudando a reproducir las relaciones capitalistas de explotación y saqueo. Estas políticas afectan derechos históricamente conquistados por la lucha de los pueblos del mundo. Las trasnacionales actúan bajo el amparo de la arquitectura de la impunidad, la cual incluye al sistema de la deuda, los tratados de libre comercio (Tlc) y de protección de inversiones y organismos multilaterales, como la Omc. Estos generan una globalización en función de su afán de lucro”, concluyó.1
      Tras la XI conferencia ministerial, la mirada del mundo volverá hacia Buenos Aires en 2018, cuando se realice la Cumbre Presidencial del G 20. Enfrentamos grandes desafíos. Tanto los promotores de la globalización neoliberal como los nuevos líderes xenófobos de las potencias centrales defienden los intereses de las grandes corporaciones. Más “libre comercio” no equivale a más desarrollo, ni a menos pobreza ni a menor de-sigualdad. Las opciones que nos ofrecen los defensores de la Omc y los críticos como Trump son en realidad funcionales a distintas fracciones de las clases dominantes de los países centrales. Frente a ese escenario, la salida no es optar por esa falsa disyuntiva, ni limitarse a aceptar meras reformas cosméticas de la Omc, sino avanzar en la construcción de un orden social menos desigual y depredador.
      El gran desafío para las izquierdas, los movimientos populares y las fuerzas progresistas es articular las luchas globales, regionales y nacionales –“pensar global y actual local”–, y ofrecer una alternativa favorable a nuestros pueblos y a la preservación de los bienes comunes de la Tierra. La lucha contra los megaacuerdos de libre comercio y la agenda pro corporaciones que promueven las potencias en el G 20 es una oportunidad para coordinar con las organizaciones sociales, sindicales, ecologistas, de mujeres, migrantes, Lgbt y de derechos humanos que resisten en todo el mundo. Por eso, en su declaración final, la Cumbre de los Pueblos hizo un “llamamiento a todos los pueblos del mundo a movilizarse contra la Cumbre Presidencial del G 20 que tendrá lugar en Buenos Aires en 2018. El G 20, al igual que la Omc y todos los Tlc, sólo refleja la sed de lucro de las empresas y no las necesidades de los pueblos. No es casual que tanto (las reuniones de) la Omc como el G 20 se realicen en Argentina: este país quiere mostrarse como un líder regional en la liberalización comercial. Por ello la movilización de nuestros pueblos es crucial. Somos nosotras y nosotros quienes debemos alzar la voz y hacer que nuestras propuestas alternativas a la crisis climática y civilizatoria sean escuchadas”.
      Pocos días antes de la llegada (en noviembre de 2018) de Trump, Merkel y los demás líderes del G 20, se realizará también en Buenos Aires el Primer Foro Mundial del Pensamiento Crítico, organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso).2 Allí se amplificarán los debates del Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología que tuvo lugar en Montevideo hace dos semanas. Ese encuentro de intelectuales, activistas, dirigentes sociales y políticos será un escenario ideal para enfrentar la ofensiva del capital contra el trabajo, para avanzar en la construcción de nuestras agendas alternativas y para seguir construyendo ese otro mundo posible que anhelamos.


      *    Integrante de la Confluencia Fuera Omc, profesor de la Universidad de Buenos Aires, investigador adjunto del Conicet y co-coordinador del grupo del Clacso “Estudios sobre Estados Unidos”.
      1. La declaración final completa, así como el detalle y las crónicas de todas las actividades de la Cumbre de los Pueblos, puede consultarse en www.fueraomc.org
      2. www.clacso.org/conferencia2018/

      Fracaso del acuerdo Mercosur - Unión Europea: no hay mal que por bien no venga


      Fracaso del acuerdo Mercosur - Unión Europea: no hay mal que por bien no venga


      Telescopio (Sputnik)

      Michel Temer evitó dos juicios políticos, salió ileso de tres intervenciones quirúrgicas y otros varios escándalos. Sin embargo, tal como apunta el politólogo Andrés del Río, no pudo arrogarse la firma del tratado comercial con la Unión Europea, ni sacar a su país de la crisis.

      Los presidentes del Mercosur, en especial Mauricio Macri y Michel Temer, habían generado expectativas exageradas en la firma del acuerdo con la UE antes de terminar 2017. Pero ni siquiera las enormes concesiones realizadas por los dos miembros mayoritarios del bloque regional fueron suficientes, ya que los países del Viejo Continente mantuvieron su intransigencia.

      "En el caso del acuerdo Mercosur-UE es una buena noticia, porque en muchos sentidos es incluso peor que el ALCA [Area de Libre Comercio de las Américas, un proyecto continental impulsado por Estados Unidos que murió en 2005 en la Cumbre de Mar del Plata] en cuanto a las concesiones que da y a la nada que obtenemos en materia comercial", apuntó Leandro Morgenfeld, investigador argentino del Conicet, especializado en temas de integración.


      "El que avanza imparablemente en todo el mundo y en la región también es China, incluso en países que desde el punto de vista político parecían muy críticos de esa asociación (…) tuvieron que ser realistas en términos de inserción internacional".

      El historiador se refería a la propuesta de firmar un Tratado de Libre Comercio entre China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAG). "Ese me parece que podría ser un mecanismo. Los 33 países de la región somos más de 600 millones de habitantes, una cantidad muy importante, tendríamos la posibilidad potencial de negociar acuerdos económicos en forma menos asimétrica que si Uruguay, Argentina o Brasil tienen que negociar con un gigante como China en términos bilaterales", concluyó. 



      jueves, 21 de diciembre de 2017

      Cumbre de la OMC en Buenos Aires: la “vuelta al mundo” de Macri, con más fracasos que logros

      Cumbre de la OMC en Buenos Aires: la “vuelta al mundo” de Macri, con más fracasos que logros

      Por: Fernando Vicente Prieto y Leticia Garziglia. | Cambio, 20 de diciembre de 2017


      Entre el 10 y el 13 de diciembre se desarrolló la 11° Cumbre Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC). La reunión fue la primera de este tipo que se realizó en América del Sur y tuvo varios significados políticos.

      La OMC expresa los intereses de las empresas más grandes del mundo. Estas son representadas a su vez por personas, que a veces son sus ejecutivos y altos empleados encargados de las relaciones políticas y económicas, y a veces son funcionarios políticos. Los intereses están distribuidos de forma desigual en todo el mundo, concentrándose más de la mitad en USA (el 53%, según el ranking que elabora Forbes), el 10% en China y el 6% en Gran Bretaña.
      Las reformas neoliberales que se discuten en estos ámbitos tienen que ver con la flexibilización laboral, ahora en gran medida a caballo del comercio electrónico. Este concepto en este momento es mucho más que comprar en Ali Baba, E-Bay o Amazon. Se refiere a la apropiación de los datos de las personas, para vigilar y dirigirse a cada segmento con la máxima precisión posible, sea para venderle productos y servicios o para resguardar el funcionamiento del sistema mediante el control de la propiedad privatizada.
      Hace pocos meses, la tapa de The Economist decía que los datos son el “nuevo petróleo”. El crecimiento de las empresas del sector es contundente. Apple, Alphabet (Google), Microsoft, Amazon y Facebook están entre las compañías más grandes del mundo, según el valor de sus acciones en la Bolsa de Valores de Nueva York. Y presionan para que los pueblos no les impongan regulaciones a su libertad de comerciar con nuestros datos personales.
      Las grandes compañías, además, intentan liberalizar las normas para la actuación en los países: en una palabra, no quieren sujetarse a las normas o a la soberanía de cada Estado, para impulsar la deslocalización y el reemplazo de puestos de trabajo con derechos por otros precarizados, a través de la tercerización y los empleos “autónomos”.
      El credo base del neoliberalismo es el denominado “libre comercio” en todos los ámbitos: apuntan a “desregular los mercados”, en el entendimiento de que el incremento del comercio controlado por las corporaciones traerá eficiencia y desarrollo a todos los pueblos del mundo. Las voces críticas a organismos como la OMC enfatizan que, en la práctica, es un hecho que las asimetrías no se resuelven, sino que se profundizan a nivel mundial y al interior de los países. Aumenta la desigualdad, también la violencia social y los conflictos.
      Si bien existen espacios de participación para la sociedad civil, estos se limitan a algunas ONG; y sus opiniones, si bien pueden resultar incómodas, en general se permiten y no alteran significativamente los acuerdos entre gobiernos y empresas que allí se presentan. La participación de los movimientos populares está fuertemente restringida. En el caso de Argentina, además, esto se llevó al extremo de causar un gran papelón internacional: desacreditó a más de 60 integrantes de ONG extranjeras y deportó a Sally Burch, directora de ALAI (Agencia Latinoamericana de Información) y a Petter Titland, integrante de Attac Noruega, quienes fueron deportados cuando ya estaban ingresando al país. Por este hecho la Cancillería argentina tuvo un encontronazo con la representación diplomática de Noruega, hasta que finalmente el activista logró entrar y participar en algunas actividades.
      La organización de una actividad como ésta supone en primer término un gesto de confianza del capital más concentrado, y expresa la disposición del país anfitrión a insertarse  en el mundo de acuerdo al paradigma que los gobiernos centrales reservan a la periferia. Es decir que en estos términos, el equipo de Macri tal vez logró parte de sus objetivos al darle una muestra de hasta dónde es capaz el gobierno argentino para proteger la rentabilidad de las empresas.
      Sin embargo, para Leandro Morgenfeld, “el gobierno tuvo una cuádruple derrota”. La primera y más importante para los actores de peso, es que la negociación fracasó en los propios términos de la reunión.
      “La cumbre no alcanzó ningún resultado ni en el tema de subsidios agrícolas ni en la pesca, en el que el gobierno dijo que iban a llegar a acuerdos. Tampoco alcanzó resultados en la agenda del desarrollo, no se pusieron de acuerdo  con los países centrales. No se  alcanzaron resultados respecto al e-commerce, que sólo 46 de los 164 firmaron. Ni tampoco alcanzó resultados en materias de inversión y de servicios. Ni siquiera se pudo hacer una declaración conjunta, lavada”, enumeró Morgenfeld, quien es historiador y entre otros temas, investiga las relaciones entre Argentina y Estados Unidos.
      Morgenfeld también señaló como un fracaso que no se pudo anunciar el Tratado de Libre Comercio entre Mercosur y Unión Europea, a pesar de que el propio gobierno venía instalando esa aspiración para estos días. Ante los trascendidos semioficiales, en el marco de la Cumbre de los Pueblos circuló una declaración conjunta firmada por ALBA Movimientos y la CLOC (Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo) – Vía Campesina, en el que destacaron el carácter secreto de las negociaciones y la intención por recortar derechos y soberanía que llevan implícitos este tipo de tratados.
      “En tercer lugar fue un fracaso por el papelón, por la desacreditación y deportación de invitados de ONGs extranjeras que estaban acreditados”, agregó Morgenfeld. “Y en cuarto lugar por el megaoperativo de represión que montaron contra la marcha Fuera OMC, que fue un anticipo de la represión del miércoles y el jueves y que dejó una muy mala imagen en términos de democracia y respeto a las manifestaciones opositoras por parte del gobierno”.
      “En síntesis, fue un gran fracaso del gobierno argentino que pretendía mostrarse como un buen anfitrión del sistema multilateral. Fueron puras concesiones, fue una mala organización de la Cumbre según dijeron varios representantes extranjeros, incluidos miembros de la OMC y no pudieron anunciar nada”. Morgenfeld también destacó la alegría por la organización de la Cumbre de los Pueblos, motorizada por la Confluencia Fuera OMC. “Pese a todos los conflictos que protagonizan las clases populares en la Argentina, que hace una agenda muy vasta, como vimos en estos días, logramos instalar la consigna Fuera OMC, con una marcha masiva, diversa y colorida y muchos foros de debate con gran participación”, concluyó.
      En 2018 el gobierno y los movimientos populares tendrán un escenario similar, aunque más importante, con la reunión del G20. Este evento, que también se realizará por primera vez en un país sudamericano, reunirá a los líderes de las principales potencias del mundo.

      miércoles, 20 de diciembre de 2017

      “Reformas laborales y libre comercio: diálogos entre Europa y América Latina” en el marco del Foro de Lxs Trabajadorxs – Semana de Acción Global contra la OMC – Cumbre de los Pueblos

      “Necesitamos sindicatos fuertes”

      El 11 de diciembre se llevó a cabo en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) el panel: “Reformas laborales y libre comercio: diálogos entre Europa y América Latina” en el marco del Foro de Lxs Trabajadorxs – Semana de Acción Global contra la OMC – Cumbre de los Pueblos

      Promovida por la Fundación Rosa Luxemburgo, la actividad tendió puentes entre las reformas sucedidas en Europa durante la crisis de 2007 y 2008 y los ecos de aquellas reformas que llegan hoy a América Latina.
      La Facultad de Ciencias Sociales expresó entre los días 11 y 13 de diciembre una diversidad de resistencias, en la semana de Acción Global contra la OMC. Foros, paneles, ferias de productos cooperativos o directos desde las productoras y los productores y también una Feria del Libro Independiente, aportaron materiales alternativos a las discusiones que se dieron durante estos días.
      Fue en ese marco que se realizó el panel sobre Reformas Laborales, del que participaron Florian Horn de la Fundación Rosa Luxemburgo (Bruselas); Corina Rodríguez, desde Development Alternatives with Women for the New Era (DAWN); Helmut Scholz, Miembro del Parlamento Europeo y del Comité de Tratados Internacionales GUE/NGL Group; Adhemar Mineiro, de la Rede Brasileira pela Integração dos Povos (REBRIP) y María Paula Lozano, Secretaria General de la Asociación de Abogados Laboralistas (AAL).
      “Las reformas no fueron de una vez, sino en etapas”
      Abrió el debate Florian Horn, a partir de un repaso de las reformas laborales en Europa que tuvieron lugar en los últimos años. “La Unión Europea incrementó las reformas laborales en 2006, un año antes de la crisis mundial. Los derechos de los trabajadores se fueron limitando y luego de la crisis los desocupados tuvieron que aceptar cualquier empleo. La reforma laboral tuvo la intención de disciplinar en Alemania. Se produjo un cambio laboral entre el año 2000 y el 2012: hubo un aumento del empleo de medio tiempo y una caída del de tiempo completo. La reforma laboral de Alemania se vendió como un gran éxito en Europa y se convirtió en un modelo para toda Europa durante la crisis del 2007/2008”.
      Luego, expuso algunos ejemplos concretos de diversos países europeos en el marco de las medidas de austeridad en materia laboral, que conllevaron un deterioro escalonado de los derechos laborales. Así, expuso el ejemplo de Rumania: “La reforma laboral incluyó un cambio en la representación sindical, cuestión que contradice la Convención de la OIT. Las reformas no se realizaron de una vez, sino en etapas. Después de 2010, facilitó la posibilidad de despidos colectivos, se permitió descontar horas de trabajo y se sacaron los bonos de navidad y fin de año”.
      “Desde 2012 hasta 2014 hubo una segunda reforma laboral donde el marco legal se volvió más flexible aún. Hubo esta vez recorte de los gastos, el aumento de los impuestos y las protestas populares fueron muy masivas. Sin embargo, cuando la izquierda llegó al poder, firmaron con los prestamistas y terminaron cambiando la edad de la jubilación y los estatutos legales”. Para cerrar el panorama europeo, describió lo sucedido en Grecia: “las reformas incluyeron un cambio en el porcentaje de aprobación del sindicato que se necesita para declarar una huelga: antes era el 20% y ahora es del 50% más uno para obtener tal derecho”. Mientras que en Francia “se facilitaron las reglas para despedir a los trabajadores”.
      Horn puso el acento en los puntos comunes de las reformas y en el lenguaje con el que se interpela a las mayorías populares. “Las reformas laborales varían según los lugares pero tienen puntos generales: aumento de contrato de medio tiempo, abolición de acuerdos colectivos de trabajo y, como tendencia, no se realizan las reformas todas juntas sino paso a paso, lo que hace que sea más difícil que la gente pueda expresarse en contra porque no se puede estar en la calle todo el tiempo. Por otra parte, el discurso neoliberal termina siendo más ‘posible’ que el de izquierda, que pide condiciones ideales de la economía. Entonces, los sindicatos terminan apoyando las reformas y ese discurso neoliberal”. Para cerrar, concluyó: “Queda claro, pues, que se necesitan sindicatos fuertes para sostener el conflicto”.

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      “Los ejes de las reformas laborales en Brasil son similares a los del resto del Continente”

      Después de la intervención de Corina Rodríguez, desde Development Alternatives with Women for the New Era (DAWN) (ver nota aparte), fue el turno de Adhemar Mineiro, de la Rede Brasileira pela Integração dos Povos (REBRIP), quien hizo un paneo sobre la situación que llevó a la reforma laboral al día de hoy en Brasil. “La coyuntura y la crisis son elementos importantes para entender el proceso de reformas de Brasil, y en particular la reforma laboral. Durante el comienzo del gobierno de Lula, en 2003, se constituyó el Foro Nacional del Trabajo, para dar la discusión tripartita entre gobierno, empresarios y trabajadores (representados por los sindicatos). Eso funcionó pero a la vez fue clave para estancar la discusión por la reforma laboral en Brasil: se pararon los trámites de las leyes que estaban en el Congreso”.
      Luego, desarrolló las etapas en las que el gobierno pudo frenar los intentos del empresariado de flexibilizar las leyes laborales. Con la crisis del país en 2008 “los empresarios volvieron a presentar propuestas de reformas laborales pero la posición del gobierno en ese momento era que para combatir la crisis económica había que retomar el crecimiento económico y no recurrir a ajustes ni reformas laborales”. Finalmente, y con un marco institucional más débil, “la discusión volvió a comienzos del segundo mandato de Dilma -2015-, mientras se daba el proceso del golpe político y cambiaba de manos el poder ejecutivo”.
      Como cierre, Adhemar expresó una mirada que atravesó todo el panel, respecto de la trasversalidad de las reformas en el continente; así, describió que “básicamente, son tres: flexibilidad de las jornadas de trabajo, flexibilidad de los ingresos (para los empresarios “flexibilidad de costos”) y reducción de los sindicatos, a los que se los margina o debilita en su participación como representantes políticos de los trabajadores y las trabajadoras en la negociación y ante la justicia”.

      “La flexibilización laboral cubre la precarización y la destrucción de los derechos laborales”

      El panel siguió su curso en la voz de María Paula Lozano, Secretaria General de la Asociación de Abogados Laboralistas (AAL), quien retomó una definición de 1993 de Horacio Zamboni, en ese entonces abogado de la Federación de Aceiteros y otros sindicatos. Para Zamboni, “la reforma laboral era un concepto confuso y mentiroso porque se lo ata a que las normas laborales se adapten a las nuevas formas productivas y las transformaciones tecnológicas; pero lo que siempre cubre es la vuelta al inicio del capitalismo: la precarización y la consiguiente destrucción de los derechos laborales”. En ese sentido, Lozano sumó las otras reformas que están tratado de implementarse en la Argentina (previsional e impositiva) para explicar que “se da todo junto, a modo de shock, porque se pretende el retorno al mercado autorregulado del siglo XIX. Es decir, a la idea de que para el desarrollo económico la única posibilidad sería la destrucción de los derechos sociales”.
      En esa sintonía, propuso un análisis más profundo de la reforma laboral que se pretende aplicar en la actualidad en el país, “Implica la posibilidad de que el empleador imponga no solamente una transferencia de ingresos, en lo que tiene que ver con lo salarial, sino también en la posibilidad de discutir o no las condiciones de trabajo”. Como ejemplo, Lozano explicó la continuidad en la privatización de las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART): “En ese sentido, el gobierno macrista se ha alineado en forma directa con las conquistas del libre comercio, dando lugar a una serie de reformas regresivas como la ley que regula los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales, basada en un sistema de aseguradoras de riesgo de trabajo privado, que es muy concentrado y propicia la concentración del mercado financiero”. Si bien durante muchos años las trabajadoras y los trabajadores podían iniciar juicios a las empresas para tener, al menos, una reparación jurídica, “este año se modificó la ley de modo tal de impedir el acceso a la justicia”.
      Otra de las modificaciones regresivas resaltadas por Lozano impacta en procesos de tercearización laboral. Para dar cuenta del cambio que se intenta establecer, hizo un repaso histórico: “En la Argentina, desde 1974, la Ley de Contrato de Trabajo vigente establecía la responsabilidad solidaria de aquel empleador que decidía realizar a través de terceros cierta parte de su actividad. La última dictadura cívico militar la había modificado, restringiendo la responsabilidad, por eso hoy es un sistema en donde se puede terciarizar, pero existe responsabilidad solidaria”.
      La modificación que lleva adelante el gobierno nacional incluso deslindaría esas mínimas responsabilidades establecidas en Dictadura: “Lo que se hace es eximir a ciertas actividades que se consideran complementarias, como la limpieza, el montaje, la gastronomía, el transporte de personas; es decir, se hace una enumeración de actividades que usualmente se terciarizan y se dice que el empleador queda eximido de responsabilidad. Por otra parte, se establece que con un mero control formal de medios, también en las actividades principales habría eximición de responsabilidad”. Lozano describió las modificaciones como “un aval para la tercearización” y explicó por qué quedaría como uno de los sectores más desfavorecidos de la reforma: “Sabemos que en las empresas terciarizadas es donde existen mayores diferencias de salarios y mayores niveles accidentes de trabajo”.
      Para finalizar, revitalizó la importancia de la responsabilidad del empleador, que quiere deslindarse a partir de las reformas: “Este proyecto, por un lado crea la figura del trabajador autónomo económicamente dependiente (que ya existía en Europa, pero no en Argentina), con la intención de quitarlo de la tutela de la Ley de Contrato de Trabajo. Modifica lo que se llama el principio de irrenunciabilidad, según el cual el trabajador no tiene autonomía de voluntad, por lo cual está prohibida la renuncia de derechos y, si se renuncia, se la considera nula. A partir de esta reforma se podría renunciar a victorias alcanzadas nivel individual, lo que puede tener un fuerte impacto sobre beneficios colectivos, ya que hay muchas conquistas que tienen que ver con luchas que se dan en comisiones internas, en espacios que no están reconocidos sindicalmente”.
      En ese sentido, explicó cómo es falso el mote de “acuerdo” que se le dio en la Argentina a esta reforma (y a otras) desde los medios de comunicación: “El proyecto de la llamada reforma previsional, que se encuentra ahora en el Congreso, ha sido consensuado con las cúpulas de la CGT (Confederación General del Trabajo), entidad que agrupa a los principales sindicatos. En los medios de comunicación se lo presentó como un ‘acuerdo’, aunque es necesario aclarar que no ha sido un acuerdo de los sindicatos, es un proyecto que ha sido impuesto a los trabajadores y las trabajadoras”.

      “Tenemos que poner en agenda que el comercio se relaciona con la economía”

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      Cerró el panel Helmut Scholz, miembro del Parlamento Europeo, quien planteó la discusión que se está dando en Europa en relación al tratado UE-Mercosur. Desde el público presente, se hizo hincapié en la desigualdad de condiciones en los que se generan esos “acuerdos” entre países europeos y países en vías de desarrollo en América Latina, mientras que su alocución apuntaba más bien a pensar qué sucedía en las negociaciones entre los representantes de los gobiernos y los ejecutivos o empresarios de cada país, “lo principal es pensar quién establece las reglas”.
      En ese sentido, habló de cómo en los acuerdos bilaterales “las normas laborales se manosean: la Unión Europea tiene sus propias normas, pero habría que considerar en ese caso las normas propias del Mercosur, y cómo manejar el sector ‘formal’ del trabajo. Sin duda, muchas veces estos acuerdos quedan excluidos de las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y hay que poner énfasis en qué pasa con la obligación de los Estados”.
      Al referirse a los países del Mercosur, focalizó en las intenciones de Brasil y de la Argentina de abrir el mercado europeo a ciertos productos como la carne. Mencionó las competencias con mercados como el de Francia y también explicó que en esos acuerdos de exportación hay que proteger a “consumidores, productores, fuerza de trabajo, pero también a pequeñas y medianas empresas, las agrícolas”. Por eso aclaró que la Unión Europea debería reforzar los acuerdos con cláusulas contractuales, que respeten las convenciones de la OIT.
      “Los legisladores del sector de la izquierda del Parlamento han rechazado estas cuestiones, porque de lo contrario, los intereses de las grandes corporaciones primarían y esto es lo que tenemos que dejar de lado para defender los intereses de los productores, de los consumidores”. El tema del medioambiente y la sustentabilidad fue destacado por el parlamentario con énfasis para que se incluyera en los acuerdos.
      Ante la intervención de una asistente que puntualizó que en Argentina, desde los espacios organizados, no se está pensando en una negociación de los acuerdos de libre comercio, sino en alternativas opuestas a sus principios asimétricos; el diputado reflexionó acerca de la necesidad de que desde el Mercosur profundicen en los pedidos de que se respeten los acuerdos y destacó el lugar de proveedores de los países que lo componen: “No se trata solamente de estar en la posición donde se pueda exportar bananas al mercado europeo, no: las condiciones de los mercados deben tener una forma tal que los ciudadanos de esos países tengan la posibilidad de desarrollar sus propias economías; y esto no tiene que ser de una forma impuesta por la Unión Europea”.
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      Y reforzó la idea de que los Parlamentarios deben insistir en estos pedidos de cumplimientos: “Estamos poniéndonos al día con los intentos de establecer reglas, al menos a nivel Europeo, a nivel nacional dentro de nuestros países. Hay problemas con el desarrollo tecnológico, con las economías digitalizadas, que actualmente influencian también la producción agrícola en todos lados y el desarrollo de las industrias”. En ese mismo sentido, puntualizó: “Estamos ante un período de transición y tenemos que ver cómo se diseñará de manera tal que las economías tengan la posibilidad de ponerse al día con los países más desarrollados, y en esta dimensión tenemos dos actores muy importantes: los Estados Unidos y China”.

      martes, 19 de diciembre de 2017

      Entrevista a L. Morgenfeld: El fracaso de Macri en la Cumbre de la OMC x 4

      Logo Entrevista a Leandro Morgenfeld: El fracaso de la Cumbre OMC

      Leandro Morgenfeld, investigador del CONICET e integrante de confluencia Fuera OMC pasó por FM La caterva e hizo un repaso por lo que fué la reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio que se desarrolló en Buenos Aires entre el 10 y 13 de diciembre, la contra-Cumbre de los Pueblos y analizó el escenario geopolítico y los desafíos de los sectores populares de cara a la cumbre presidencial de G-20 que se desarrollará el próximo año en nuestro país.
      4 fracasos rotundos de Macri en la OMC
      1. La cumbre en si misma fue un fracaso. No hubo acuerdos mínimos en ninguno de los puntos centrales.
      2. Macri queria aprovechar el mundo mirando a la argentina para anunciar el TLC entre Mercosur y Union Europea, acuerdo que fracasó.
      3. Dejó afuera representantes de ONGs acreditados por la OMC para participar, un escándalo internacional.
      4. El accionar represivo con detenciones ilegales con las que respondieron a la masiva manifestación contra la OMC dejó una imágen de una Argentina militarizada. 

      - escuchá el audio acá



      El imperialismo norteamericano está a la cabeza de la recolonización

      Argentina. Henry Boisrolin en la Cumbre de los Pueblos ¡Fuera OMC!



      Por Mario Hernández para Resumen Latinoamericano 18 de diciembre de 2017

      Entrevista a Henry Boisrolin del Comité Democrático Haitiano en la Cumbre de los Pueblos.

      El imperialismo norteamericano está a la cabeza de la recolonización

      M.H.: Hoy (13/12) finaliza la Cumbre de los Pueblos que forma parte de la Semana de acción global contra la OMC, la reunión ministerial que se está realizando en nuestro país que también culmina en el día de hoy.

      H.B.: Habría que felicitar la iniciativa de realizar al mismo tiempo una especie de contra cumbre. La Cumbre de los pueblos en La Facultad de Ciencias Sociales desde el lunes, representa una respuesta a mi entender positiva, tratando de juntar fuerzas, voces, análisis para entender mejor lo que está sucediendo y concertar posibilidades concretas de lucha para enfrentar todo lo que se nos viene encima, que no es otra cosa que una especie de recolonización del mundo sobre todo con la asunción de Donald Trump.
      Evidentemente una reunión de esta amplitud no permite hacer un análisis exhaustivo porque uno no puede asistir a los diferentes debates, paneles, exposiciones, así que mi opinión va a ser totalmente acotada a lo que pude ver.
      De manera general he constatado la presencia de distintas naciones, lamentando y rechazando la decisión del gobierno argentino de no haber permitido la entrada de varios dirigentes y militantes internacionales por sus opiniones, fue un bochorno, eso no tiene nada que ver con el sistema democrático del que siempre hablan. Yo creo que esas voces hubiesen sido muy útiles a la hora de debatir, exponer y tener intercambios sobre experiencias diferentes. Hay que dejar en claro que esto ha sido un golpe bajo a todo lo que uno pensaba hacer y escuchar en el encuentro.
      También pude ver una presencia juvenil muy interesante, lo que para mí es muy alentador porque significa que hay interés, hay posibilidad de relevo para poder seguir esta lucha tan larga. Vamos a ver los resultados de los debates de los espacios a los que no pude asistir, como para tener una idea más general. Pero la opinión que tengo es que han podido desnudar que la OMC no representa ninguna organización que trabaje a favor de los pueblos, con argumentos demoledores.
      También he podido constatar que no hay solamente críticas, hay alternativas concretas a lo que ellos quieren imponernos desde distintos lados y formas. Obviamente el principal responsable de esto es el imperialismo norteamericano que ha sido golpeado duramente en varias de las intervenciones a las que asistí porque está a la cabeza de la recolonización que se está haciendo. Asistí a un panel que habló de la guerra en Siria, Libia, Irak, etc. Estuvo muy interesante, con datos precisos demostrando a dónde estamos parados hoy. Y no podemos pensar que América Latina está fuera de ese escenario, queda bien claro que todos estamos en el mismo barco, un barco que están hundiendo y que la fuerza de los pueblos organizados y en lucha es el único camino real para resolver esto.
      Esa es la primera gran conclusión que he podido sacar. En segundo lugar está el tema de género, el tema del racismo, el de los pueblos originarios, creo que no han quedado temas afuera, lo cual es muy positivo. Ahora bien, yo me pregunto si no tendríamos que pensar en otro tipo de formato, o algo más prolongado, porque no es lo mismo si uno pudiera participar en más eventos no solamente por lo que puede llegar a aportar que siempre es mínimo, sino por lo que puede aprender, para volver con más elementos a su puesto de combate y de lucha para poder hacer propuestas y realmente tener una lucha mucho más integral, porque estos eventos no se hacen todos los días.

      M.H.: Es importante esto que estás diciendo porque dentro de un año tenemos la presencia del G20 que va a generar nuevamente una respuesta de los sectores populares.

      H.B.: Exactamente, entonces nosotros tenemos que analizar bien el momento, hacer autocrítica en algunas cosas para que realmente la respuesta sea contundente y no hay respuesta contundente sin la gente, no es solamente analizar bien sino poder trabajar para que eso tenga fuerza. Cualquier idea por buena que sea no va a transformar nada si no se encarna en las masas. Yo creo que ese es el desafío mayor. En ese sentido estamos a tiempo para elaborar un buen programa mínimo de acción en conjunto a nivel planetario.

      M.H.: Contanos la situación que se vivió anoche en la movilización convocada por la Confluencia Fuera OMC.

      H.B.: Nosotros evidentemente como participantes e invitados a la Cumbre, estábamos con Camille Chalmers a la cabeza de la marcha, entonces no supimos nada. Alguien nos avisó que algo estaba pasando, pero no supimos bien qué hasta que recibimos la información completa, supimos que habían llevado detenidos a la Comisaría 15ª de Chacarita, fuimos y allí estaba María del Carmen Verdú de Correpi que se había acercado como abogada.
      Habían tres compañeros, uno de Suteba, una compañera de Convergencia Socialista y un chico que parece que está en situación de calle y que lo habían llevado, lo que muestra el nivel de incoherencia y brutalidad con la que operaron.
      Hasta ahora no se sabe de qué los acusan, evidentemente si se tratara de resistencia a la autoridad no estarían en una Comisaría de la Policía federal, estarían en otro lado, por lo tanto, es evidente que los van a acusar de otra cosa. Pasando las horas, la Dra. Verdú llamó a la dependencia judicial para pedir explicaciones y le dijeron que el caso estaba en manos del juez Bonadío.

      M.H.: Se habla mucho de Bonadío ahora por las detenciones de ex funcionarios kirchneristas, entre otras causas, pero no se habla que hace 21 años atrás, fue el famoso juez de la servilleta.

      H.B.: Este juez había dado instrucciones y había enviado un mail a la Comisaría 15ª para informar a la Dra. Verdú de lo que había decidido. Entonces la Dra. pidió hablar con el responsable, un tal Rodríguez que resultó ser el comisario, la hicieron esperar 40 minutos para que la atienda porque este hombre estaba hablando por teléfono. Cuando logra hablar le pide a quien la atendió que le informara a Rodríguez que ella estaba en el teléfono hacía 40 minutos esperando, le respondieron que ya la iban a atender y cuando preguntó si el comisario seguía hablando por teléfono le contestaron que no. Deliberadamente hubo una actitud de desgaste para generar tensión y un enfrentamiento con los que estábamos manifestándonos afuera para justificar cualquier otra cosa.
      Verdú vuelve a llamar a la dependencia judicial, le ponen la musiquita y después se corta. Frente a esto hizo una denuncia por mal desempeño de funcionario público y ahí salió Rodríguez y pudo obtener el mail de Bonadío. En este Bonadío pide autenticación de domicilio, constatación real y fehaciente, lo que significa que tienen que ir a Escobar y al otro lugar donde estaba residiendo el compañero, después el SAME tiene que ir para ver cómo están físicamente y que recién hoy (13/12) a las 19.30 cuando se abra el despacho se va a saber qué hay que hacer. Para cuando esto sucedió eran ya la 1:30 am, lo que significa una política abierta de desgaste, de humillación, de falta de respeto y no solamente por la gente que estaba esperando sino por los detenidos que estaban adentro, un desprecio total por alguien que está privado de su libertad y no puede contar con las herramientas que la propia Constitución brinda para defenderse. Hoy se va a saber, es obvio que eso lo hicieron a propósito para desgastar, alargar y tener quizás dos o tres días más a la gente adentro.*
      Antes de ir a la marcha yo había hecho un recorrido y vi muchísima gente, incluso te diría que parecía una fiesta, cantando, bailando, gente de Brasil, de Corea, de la India. Yo pensé que no iba a pasar nada realmente, porque había muchísima gente, porque obviamente no había una disposición para que pasara absolutamente nada, sin embargo, no fue así.
      Esta situación ataca el derecho de protestar, de decir que no estamos de acuerdo, así como tienen el derecho otros de decir “viva la OMC”. Nosotros tenemos el derecho de decir que no estamos de acuerdo y hacerlo llegar, para colmo ellos tienen todos los medios para llevar a la totalidad de la población su visión positiva sobre esto; nosotros por el contrario tenemos pocos medios, en este caso vos nos ofrecés este micrófono para hablar pero no llega a la cantidad de gente que llega Clarín, TN, etc.
      Ayer había algunos canales de TV pero luego solo quedaba un periodista de C5N, cuando nada se había definido. El resto hicieron algunas entrevistas a María del Carmen Verdú y ya está. Es lamentable esto porque la vida humana no puede pasar por estas cosas. Hay que reflexionar, porque han puesto un aparato de seguridad en la calle totalmente desproporcionado.

      En Haití cambiaron el formato de la ocupación

      M.H.: Me decías que querías completar la intervención de Camille Chalmers en la sede del Serpaj el sábado pasado.

      H.B.: Claro, es que priorizamos la intervención de los presentes. Yo diría que en Haití no solamente están los  temas del cólera, el terremoto, el exigir compensación para los familiares de las víctimas, está el tema de la resistencia popular. Desde la llegada en junio de 2004 de la Minustah el pueblo está en las calles, de distintas formas demostró su rechazo y repudio a esto y en gran parte el que hayan cambiado el formato de la ocupación en este momento se debe también al rechazo, repudio y movilización.

      M.H.: ¿Qué significa “al haber cambiado el formato de la ocupación”?

      H.B.: Significa que sigue la ocupación, ellos dicen que la Minustah se fue de Haití, pero lo que se fue de Haití es una parte de la Minustah, ahora en vez de haber tropas militares como fuerza de choque más importante, hay gendarmes, entre ellos hay argentinos, por ejemplo.

      M.H.: ¿Tenés idea de la cantidad de gendarmes que hay?

      H.B.: No tenemos los datos. Fue en octubre pasado que se reemplazó la Minustah por la Minujusth, “Misión de las Naciones Unidas en apoyo a la justicia haitiana”, que es otra ocupación.
      La ocupación sigue, por ende la lucha contra la ocupación sigue siendo el norte. Ojalá que los Comités de solidaridad en Argentina, Uruguay y Brasil, más allá de sus dificultades, puedan entender que la ocupación sigue, por ende la lucha sigue.
      El pueblo haitiano necesita de esta cooperación para realmente exigir a los gobiernos latinoamericanos el retiro inmediato de su personal ahí y el respeto al derecho del pueblo haitiano a su autodeterminación y soberanía plenas, porque sin eso no va a pasar absolutamente nada y no va a haber estabilidad política en Haití mientras no entiendan que siguen avasallando los derechos del pueblo haitiano.
      Esta lucha seguirá en los términos que nosotros venimos planteando. El pueblo haitiano se hace oír en las calles, las movilizaciones van en aumento porque ellos son los brazos armados y políticos de elecciones fraudulentas donde participa el 20% de la población lo que significa que un presidente electo tiene 500.000 votos sobre un padrón de 6.200.000. Significa que por más buena que haya sido la elección, puede ser legal pero no tiene legitimidad y la prueba es tal que desde el primer día que asumió el nuevo presidente Jovenel Moïse las calles están llenas de gente protestando en su contra.

      * El juez federal Claudio Bonadío resolvió el viernes 15 al mediodía excarcelar a lxs detenidxs del pasado martes durante la marcha contra la OMC. Se trata de Natalia Alejandra Pérez, militante de la Defensoría de Géneros de Luján; Hernán Diego Centeno, docente de SUTEBA Escobar y Enrique Gabriel Ragadali, un hombre en situación de calle que no participaba de la movilización.
      “A Hernán y Natalia la libertad se concede sin ningún tipo de restricción ni regla de conducta, la causa seguirá pero con la tranquilidad que el compañero y la compañera  estarán en su casa dispuestos  a encarar su defensa junto con las organizaciones que llevamos la campaña por el cierre de la causa. Ahora vamos por la libertad de los 45 detenidos entre ayer a la tarde y noche”,  manifestó María del Carmen Verdú de Correpi.