viernes, 29 de mayo de 2015

Cuba sale hoy de la lista estadounidense de "patrocinadores del terrorismo"


Hoy, en la media noche, Cuba habrá salido de la lista de países que patrocinan el terrorismo y emite cada año el Departamento norteamericano de Estado.
Se completaría el plazo de 45 días otorgado al Congreso para oponer un bloqueo a la medida, algo que parece improbable, porque el legislativo se encuentra esta semana en uno de sus numerosos períodos de vacaciones y por lo tanto, sin sesiones. La posibilidad de que los congresistas retornen a Washington de emergencia para tratar este tema son casi nulas, según los analistas de la política local.
El hecho pone fin a una larga injusticia, aunque apenas aparezca mencionado en los diarios estadounidenses de la mañana. Algunos se han limitado a replicar en las páginas interiores un despacho de agencia, en el que se recuerda que la salida de Cuba de la lista fue notificada por el presidente Barack Obama al Congreso el pasado 14 de abril, y que el proceso concluirá con la formalidad de un aviso en el Federal Register, la Gaceta oficial estadounidense, cosa que ocurrirá probablemente el lunes.
Lo cierto es que una iniciativa con apoyo bicameral de última hora parece improbable ya que los congresistas se encuentra esta semana de vacaciones y tendrían que movilizarse antes de la próxima medianoche.
Pero ya a finales de abril el ala más anticubana del Congreso había aceptado que no existía una margen de maniobra razonable para oponerse a este paso del Ejecutivo, que ha avanzado hacia el restablecimiento de nexos diplomáticos con la isla y la reapertura de embajadas en ambas capitales.
Las autoridades cubanas han señalado -en tres rondas de diálogos oficiales y otros contactos- la importancia de la salida de su país de esa relación de naciones supuestamente patrocinadoras del terrorismo, aunque no establecieron este como un prerrequisito para el progreso de las conversaciones bilaterales.
Pocos días después de que Obama informó de la exclusión de Cuba de esa “lista negra” -en la cual permanecía desde 1982-, la legisladora Ileana Ros-Lehtinen, una ferviente sostenedora de la política anticubana en Washington, reconoció en entrevista con Foreign Policy: “No podemos deshacerlo”.
Su frustración, por falta de capital político en los pasillo del Capitolio, coincidía con un 59 por ciento de apoyo de la ciudadanía a la decisión del Ejecutivo, según una encuesta publicada por CNN/ORC.
La Cancillería cubana consideró justa la decisión del gobierno de Estados Unidos de eliminar a la isla de una lista en la que aseguró nunca debió ser incluida.
Además, recordó que esa nación caribeña fue víctima de centenares de actos terroristas que costaron la vida a tres mil 478 personas e incapacitaron a dos mil 99.
Asimismo, La Habana ratificó que rechaza y condena los actos de terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, así como cualquier acción que tenga por objeto alentar, apoyar, financiar o encubrir actividades de ese tipo.
Pocos días antes de la notificación de Obama al Congreso, el jefe de la Casa Blanca y su homólogo cubano, Raúl Castro, habían sostenido un histórico -por inédito- encuentro en el contexto de la VII Cumbre de las Américas, en Panamá.

Canciller cubano recibe a congresistas norteamericanos

El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, sostuvo una reunión en la mañana de este jueves 28 de mayo, en la sede de la Cancillería, con la delegación de congresistas de los Estados Unidos que visita nuestro país.
La comitiva estadounidense está encabezada por el Sr. Mark Sanford, representante republicano por Carolina del Sur, e integrada por los también republicanos Bradley Byrne de Alabama, Tom Emmer de Minnesota, Earl Carter de Georgia y el demócrata por Virginia, Don Beyer.
Tres días antes, el 25 de mayo, el Canciller recibió a una delegación bicameral demócrata del Congreso de los Estados Unidos, presidida por el senador por Nuevo México, Thomas Udall, e integrada por el también senador Alan Franken de Minnesota y los representantes Raúl Grijalva de Arizona y John Larson de Connecticut.
Durante estos intercambios se abordaron temas de interés sobre el contexto actual de las relaciones entre ambos países, incluyendo el proceso de restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas, así como el debate en el Congreso para levantar el bloqueo a Cuba y las oportunidades de negocios existentes en el país para el empresariado de los Estados Unidos una vez que se elimine esta política.

miércoles, 27 de mayo de 2015

"Cuba y Estados Unidos: los desafíos para Nuestra América"





Por Leandro Morgenfeld

Revista Cambio
Número 20, mayo 2015

El cambio de política de Washington hacia La Habana abrió un debate en la izquierda continental sobre su significado y repercusiones. El presente artículo avanza en una reflexión sobre el nuevo escenario que se está configurando.

“El Papa está haciendo que vuelva a ser católico”, declaró Raúl Castro el 10 de mayo. Fue en el Vaticano, luego de entrevistarse con el Papa Francisco durante 55 minutos, para agradecerle la mediación en las largas negociaciones secretas con Estados Unidos –que derivaron en los anuncios de diciembre pasado, cuando los gobiernos de Estados Unidos y Cuba anunciaron el inicio de la “normalización” de las relaciones bilaterales– y para organizar la histórica visita a la Isla de la máxima autoridad de la Iglesia Católica, prevista para septiembre.
Esta movida diplomática, que incluyó el relanzamiento de los vínculos con Europa –Hollande viajó este mes a La Habana, siendo el primer presidente francés que visita la Isla–, es parte del arduo proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas con Washington, luego de más de medio siglo de agresiones políticas, económicas, militares, diplomáticas e ideológicas por parte del “gobierno permanente” de Estados Unidos.

Fracaso de una política e intereses en juego

El giro anunciado por Obama responde al fracaso de la agresiva política anterior –el propio mandatario estadounidense tuvo que reconocerlo–, gracias a la resistencia del pueblo cubano, que soporta hace décadas un bloqueo comercial, económico y financiero sin antecedentes en la historia moderna, y a la presión de los países de Nuestra América, que vienen reclamando en la UNASUR, la CELAC y el ALBA el fin de las sanciones y la readmisión de Cuba en el sistema interamericano. También a la presión de la ONU, que cada año vota masivamente por el fin del bloqueo –en la última Asamblea General, el rechazo fue votado por 188 países, contra sólo dos que respaldaron a Estados Unidos–. También hay intereses económicos –grandes capitalistas estadounidenses de los sectores vinculados al agro, el turismo y las telecomunicaciones, que quieren hacer negocios en Cuba– y electorales –la comunidad latina estadounidense rechaza crecientemente la agresiva y anacrónica política que Estados Unidos desarrolla contra la Revolución Cubana desde 1960–.
Si algunos imaginaron que rápidamente se salvarían los obstáculos y se abrirían las embajadas en La Habana y Washington –Estados Unidos pretendía concretar este paso antes de la VII Cumbre de las Américas (Panamá, 10 y 11 de abril)–, en realidad el proceso de entendimiento bilateral se está mostrando mucho más prolongado y complejo. Los encuentros bilaterales del más alto nivel se iniciaron en enero de este año –con la visita de Roberta Jacobson a La Habana–, siguieron en febrero, sin avances sustanciales, y tuvieron un tercer capítulo el 16 de marzo, nuevamente en la capital cubana. Antes de avanzar, Cuba pretendía, entre otras cuestiones, ser retirada de la lista de países que promueven el terrorismo –cuestión que fue anunciada por Obama el 14 de abril– y además que se den pasos firmes hacia el levantamiento del bloqueo y la devolución de Guantánamo, ocupada por Estados Unidos hace más de un siglo.
Estados Unidos, que durante décadas señaló que no negociaría con los Castro, tuvo que admitir su rotundo fracaso, sentarse a dialogar con el gobierno de la Isla y admitir que Cuba volviera a participar en el sistema interamericano, cuestión que se plasmó en la reciente Cumbre de Panamá, cuyo eje central fue la presencia de Raúl.
Ahora bien, ¿qué es lo que motiva al gobierno de La Habana a buscar un entendimiento con Washington? La economía cubana requiere importantes reformas. Desde 2011 se viene introduciendo un giro, denominado “actualización del modelo económico cubano”, que permite la mercantilización de ciertas actividades y fomenta el ingreso del capital extranjero, aunque el Estado sigue teniendo un rol preponderante y controlando los principales medios de producción. Uno de los mayores desafíos de Cuba es que esas reformas, que todos admiten como necesarias, no empujen hacia una restauración del capitalismo, como pretende el gobierno de Estados Unidos y las empresas de ese país que presionan para disputarle a Europa y China los negocios en la Isla. La burguesía estadounidense, sus representantes políticos y sus medios de comunicación apuntan a que la apertura genere las condiciones para el colapso del sistema político, tal como ocurrió en la Unión Soviética a fines de los años 80.

Sostener la epopeya cubana

Para Nuestra América es fundamental lo que ocurra en Cuba. Existe el riesgo de que la apertura hacia el capital trasnacional en general, y estadounidense en particular, profundice el restablecimiento del capitalismo y refuerce la formación de una burguesía, en línea con el modelo chino, más allá de las enormes diferencias entre ambos procesos. Este derrotero no está determinado, sino que depende de la correlación de fuerzas en Cuba –se está desarrollando actualmente un gran debate económico y político sobre qué hacer en esta nueva etapa– y en el resto de la región. Movimientos sociales latinoamericanos destacan que el gran desafío para Nuestra América es ayudar a sostener la vigencia de la epopeya cubana, que se mantiene en pie a pesar de haber sufrido las agresiones de la principal potencia por más de medio siglo.
Estados Unidos pretende reafirmarse en lo que consideran su patio trasero, luego de sufrir derrotas parciales en lo que va del siglo. Doblegar a Cuba sería fundamental para lograr el reposicionamiento de los gobiernos derechistas de cuño neoliberal. Por ese motivo procuran que se desarrolle la Alianza del Pacífico, en detrimento del ALBA y la CELAC. Frente a esta realidad, es central que Nuestra América retome el impulso que supieron tener los inéditos espacios de coordinación política e integración regional que desafiaron la hegemonía estadounidense desde la derrota del ALCA, hace ya una década.
La Revolución Cubana marcó a fuego la historia americana y aún hoy tiene un rol central en la construcción de organismos como el ALBA y la CELAC, fundamentales para retomar la perspectiva de una integración en clave bolivariana. Su valor simbólico fue y es excepcional, y por eso su devenir es fundamental, no sólo para el pueblo cubano, sino para todos los movimientos y organizaciones sociales que luchan por construir en Nuestra América otro sistema económico, político, social e ideológico.


Por Leandro Morgenfeld – Docente UBA e Investigador del IDEHESI-CONICET. Integra el GT CLACSO “Estudios sobre Estados Unidos”. Esta nota fue enviada por el autor como colaboración para Cambio.

jueves, 21 de mayo de 2015

Obama a La Habana?




La Nación
El portavoz Josh Earnest aseguró que ese es el deseo del presidente de EE.UU.; estudian hacerlo antes de que finalice su segundo mandato

WASHINGTON.- Al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le "entusiasmaría" la oportunidad de visitar Cuba antes de que concluya su mandato, en enero de 2017, según aseguró hoy el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
"Le entusiasmaría la oportunidad", dijo Earnest en su conferencia de prensa diaria en respuesta a la pregunta de una periodista cubana sobre si a Obama le gustaría visitar Cuba antes de abandonar el poder en Estados Unidos.
La Casa Blanca se ha mostrado cada vez más abierta a la posibilidad de una visita de Obama a Cuba, dado que apenas la semana pasada Earnest fue algo más cauto al indicar que el mandatario no prevé viajar la isla "en el corto plazo", pero sí existe la posibilidad de que lo haga antes de enero de 2017.
En diciembre, un día después del histórico anuncio del acuerdo para restablecer las relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Cuba, rotas desde hace más de medio siglo, Earnest dijo estar seguro de que Obama "no rechazaría" viajar a la isla, "si hay una oportunidad" para hacerlo.
 El último encuentro entre los dos presidentes fue en Panamá, en la Cumbre de las Américas. 

Unos días después, en su última conferencia de prensa del año, Obama descartó que estuviera en sus planes visitar pronto la isla o recibir en la Casa Blanca a su homólogo cubano, Raúl Castro.
"Soy un hombre bastante joven, así que imagino que en algún momento de mi vida tendré la oportunidad de visitar Cuba", comentó entonces el presidente en la sala de prensa de la Casa Blanca.
Se espera que, cuando los dos Gobiernos lleguen a un acuerdo para abrir misiones diplomáticas en las respectivas capitales, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, visite Cuba para estar presente en la apertura de la embajada estadounidense en La Habana.
Representantes de los Gobiernos de EEUU y Cuba se encuentran hoy reunidos en Washington en la cuarta ronda de negociaciones para restablecer sus lazos diplomáticos, en el primer encuentro de alto nivel desde la reunión entre los presidentes.

PUERTAS ABIERTAS A LA PRENSA CUBANA
La entrevista colectiva diaria en la Casa Blanca con el portavoz Josh Earnest vivió este jueves un momento inédito en medio siglo con la participación de varios periodistas de medios cubanos, presentes en Washington para acompañar una reunión bilateral de alto nivel.
"Esto es excelente. íBienvenida a Estados Unidos y a la Casa Blanca!", saludó Earnest desde el podio a una periodista de la televisión nacional cubana, Cristina Escobar, en una escena que la sede del gobierno estadounidense no presenciaba desde hace varias décadas.
Earnest dijo que no estaba "seguro de cuando fue la última vez" que un vocero oficial de la Casa Blanca respondía preguntas de representantes de la prensa cubana.
Ante la presencia de los reporteros cubanos en la sala de conferencias, un periodista local anunció a Earnest la situación y les cedió su turno de formular una pregunta.


Agencias EFE, AP y AFP

Hoy: cuarta reunión Cuba-EEUU, negociando la apertura de embajadas

Presión entre bastidores para acelerar los cambios hacia Cuba

El País

Nacen nuevos grupos de cabildeo que buscan que el Congreso de Estados Unidos acabe con las restricciones comerciales y de viajes a la isla mientras avanzan las conversaciones Washington-La Habana

Estados Unidos - Cuba

Cuba y Estados Unidos celebran este jueves en Washington su cuarta reunión bilateral, en la que ambas partes esperan cerrar los detalles finales para reabrir sus embajadas, un gesto clave en el proceso de acercamiento iniciado hace cinco meses.
Algo que será posible en buena parte porque, el 29 de mayo, Cuba saldrá de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo de Washington, un reclamo fundamental de La Habana. Además, tras más de un año, la Sección de Intereses cubana en Washington parece haber encontrado ya un banco con el que realizar sus operaciones, algo que también constituía una traba al avance de las conversaciones.
Todo esto “puede crear un contexto bilateral y regional apropiado para avanzar hacia el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de las embajadas”, ha declarado La Habana. “Hace tiempo que estamos dispuestos a discutir los próximos pasos con Cuba”, replica Washington.
Mientras se cierran todos estos pasos, apenas pasa una semana sin que una compañía estadounidense anuncie su intención de hacer negocios en Cuba, desde Netflix a aerolíneas que aumentan sus vuelos chárter -a la espera de abrir rutas normales- o lostransbordadores, que se preparan para iniciar en los próximos meses el transporte de pasajeros por el Estrecho de la Florida.
Para muchos, la pelota que el presidente Barack Obama echó a rodar el 17 de diciembre, cuando anunció la normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, es imparable. Pero para no pocos, todavía se puede mejorar, y mucho, su velocidad.
El proceso, consideran, requiere un empujón que acelere la llegada a la meta. Sobre todo para atravesar el obstáculo del Congreso estadounidense, que tiene la llave para acabar con las restricciones finales que solo acabarán cuando se derogue el embargo. Y todavía quedan congresistas y senadores que quieren mantener los candados.
“Sabemos que es algo que va a pasar, lo que estamos tratando de hacer es acelerar el ritmo del cambio”, explica James Williams. Este estratega político está al frente de Engage Cuba, una organización paraguas que engloba a empresas, asociaciones comerciales y grupos de la sociedad civil que se lanzará formalmente a mediados de junio. Con el apoyo de influyentes estrategas, tanto demócratas como republicanos, buscará hacer cabildeo para “acabar o reformar las restricciones comerciales y de viaje a Cuba”, para empresas y turistas estadounidenses, explica Williams.
“El resto del mundo lleva tiempo interactuando con Cuba. Nosotros no solo estamos al margen, estamos perdiéndonos oportunidades de obtener algunas ganancias para empresas estadounidenses”, recuerda.
Entre los que se han unido a este proyecto están demócratas como el exportavoz hispano de la Casa Blanca en el primer mandato de Obama, Luis Miranda, o Luke Albee, un asesor veterano en lides del Congreso. Pero también participan republicanos como la antigua asesora del presidente George W. Bush Kirsten Chadwick o Billy Piper, ex jefe de gabinete del senador Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado.
Además de cabildear, el cada vez más poderoso lobby busca asimismo dinero para financiar a candidatos que apoyen esta política en el Capitolio. Con este fin, también se lanzó este mes New Cuba PAC, un comité de acción política con el que se recaudarán fondos para “apoyar a candidatos al Congreso dispuestos a acabar con las restricciones comerciales y de viajes a Cuba”, explica Williams, que también está al frente de este proyecto.
Aunque las elecciones serán en 2016, “todos los congresistas están haciendo ya campaña”, de ahí la importancia de empezar ya a respaldar a los legisladores favorables a los cambios hacia Cuba, explica Ric Herrero, codirector del nuevo PAC. Es un esfuerzo además con vistas al próximo gobierno, porque “las restricciones de viajes y de comercio son muy extensas, por lo que es un proceso que probablemente va a durar un poco más allá que el final de la administración del presidente Obama”, reconoce Herrero, que está también al frente de CubaNow, otra organización que favorece el acercamiento a la isla.
Para el lanzamiento del comité de acción política, a comienzos de mes en un acto privado en Miami, se contó con un poderoso aliado:Alan Gross. El contratista estadounidense pasó cinco años encarcelado en Cuba y fue liberado el 17-D dentro del paquete de acuerdos entre Obama y Castro que propició el cambio de política. Pese a su odisea, Gross ha apoyado el camino abierto por Obama. Para Williams, el antiguo contratista personifica la estrategia detrás de Engage Cuba y el nuevo PAC.
Al fin y al cabo, señala, es “alguien que durante cinco años sufrió una experiencia bastante traumática y difícil y pese a ello sigue pensando que la mejor manera de tener un impacto positivo en Cuba es interactuando con la isla”.

viernes, 15 de mayo de 2015

Racismo y protestas en Estados Unidos (video entrevista)



CLACSO TV

Marco A. Gandásegui (hijo), Panamá. Director del Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) y profesor de sociología en la Universidad de Panamá. Doctor en Sociología por la Universidad de Nueva York. Integrante del GT-CLACSO "Estudios sobre Estados Unidos".

miércoles, 13 de mayo de 2015

Carta de Timerman a Kerry por ofensiva buitre

REPUDIO ARGENTINO


Télam
El canciller envió una misiva al secretario de Estado norteamericano en la que cuestiona la designación de Robert Raben, lobbysta de los fondos buitre, como integrante de una ONG que apoya un programa de gobierno impulsado por Barack Obama.

En una nota enviada a Kerry, Timerman manifestó "la preocupación de la República Argentina por el hecho de que el Sr. Robert Raben, director ejecutivo de la American Task Force Argentina (ATFA), y quien lidera sus acciones de lobby en el Congreso de los Estados Unidos atacando y difamando a mi país, haya sido incorporado como miembro del directorio de 'My Brother's Keeper Alliance', nueva organización del sector privado creada en apoyo de la iniciativa de la Casa Blanca, denominada 'My Brother's Keeper'".

"La iniciativa emprendida es a todas luces noble y de gran importancia" por lo que "no resulta admisible que se permita la utilización de la misma, con fines espurios, por parte de quienes pretenden enmascarar su imagen y ocultar así la defensa de intereses perversos como los de aquellos que abusan de los pueblos especulando con las restructuraciones de la deuda soberana".

El objetivo de Raben es "acosar a la Argentina en beneficio de un puñado de fondos buitre", señaló Timerman, y agregó que "como resultado de las acciones extorsivas de dichos fondos, los acreedores de Argentina se encuentran imposibilitados de cobrar los pagos realizados por mi país".

"La agresividad y bajeza moral empleados por estos fondos constituyen un modus operandi inaceptable para la comunidad internacional. Sus acciones crean incertidumbre en el funcionamiento del mercado financiero internacional y su comportamiento ha sido rechazado por el mundo entero", sostuvo.

Timerman observó que "teniendo en consideración que la iniciativa impulsada por el presidente (Barack) Obama busca ampliar las posibilidades de inserción de la juventud en el mercado laboral y contrarrestar la lamentable desigualdad de oportunidades existente, resulta un contrasentido que un programa de esas loables características cuente entre sus directores a alguien que no ha dudado en llevar adelante acciones desestabilizadoras y agresivas que han impactado de manera brutal en los países en desarrollo, sin importar sus consecuencias".

"Aprovecho para recordarle que en las Naciones Unidas se está debatiendo la redacción de un Marco Regulatorio para la Restructuración de Deudas Soberanas. La iniciativa fue respaldada por 124 países con la oposición de sólo 11, entre ellos Estados Unidos. Si a Usted le interesa saber la razón de tan masivo apoyo a dicha resolución podríamos acercarle información sobre el tema. Estoy seguro que será de su interés", concluye la misiva.

Avances en las negociaciones Cuba-EEUU: intercambio de embajadores?



RAUL CASTRO ANUNCIO QUE LA HABANA Y WASHINGTON PODRIAN TENER REPRESENTANTES EN 45 DIAS


Página/12

Castro señaló que La Habana y Washington podrían nombrar a los respectivos embajadores a partir del 29 de mayo. Estados Unidos, por su parte, reaccionó con mesura y dijo que no hay plazos para el intercambio diplomático.


El presidente de Cuba, Raúl Castro, se mostró dispuesto a intercambiar embajadores con Estados Unidos, luego de que se retirara a Cuba de la nómina de países promotores del terrorismo. La Casa Blanca dijo, en un tono más cauto, no estar lista para anunciar nada. Castro señaló que La Habana y Washington podrían nombrar a los respectivos embajadores a partir del 29 de mayo, cuando culmina el plazo legal para que el presidente Barack Obama pueda eliminar a Cuba de esa polémica lista. “En 45 días podremos tener, nombrar los embajadores”, afirmó Castro, tras despedir al mandatario francés François Hollande, quien culminó una histórica visita a Cuba. “Va bien la cosa, desde luego a nuestro ritmo”, agregó en alusión al proceso de acercamiento con Estados Unidos, el viejo enemigo de la Guerra Fría, iniciado en diciembre, con el objetivo de normalizar los lazos diplomáticos rotos hace medio siglo.
Estados Unidos, por su parte, reaccionó con mesura a las declaraciones de Castro. “No hay un plazo fijo para esto. Aún estamos en negociaciones para restablecer las relaciones diplomáticas”, dijo en Washington el vocero del Departamento de Estado, Jeff Rathke. “No tenemos ningún anuncio para hacer sobre fechas o confirmación sobre esto”, agregó. La Habana y Washington celebraron desde enero tres reuniones sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas, rotas en 1961, pero Cuba exigió ser sacada de la lista negra terrorista confeccionada por Estados Unidos antes de la reapertura de embajadas. El 14 de abril, tres días después de sellar el histórico acercamiento en una reunión con Raúl Castro en la Cumbre de las Américas de Panamá, Obama notificó al Congreso su decisión de excluir a la isla de esa nomina, en la que también aparecen Irán, Siria y Sudán. A partir de esa fecha, la Casa Blanca debe esperar un plazo de 45 días para que se haga efectiva la medida, que se cumple el 29 de mayo.
Castro destacó que Washington y La Habana están ahora discutiendo algunos temas pendientes para reabrir las embajadas, paso previo al inicio del largo y complejo proceso de normalización de las relaciones bilaterales. “Con eso (el nombramiento de embajadores) extendemos relaciones, pero normalizar las relaciones ya es otro tema, pues para eso tiene que eliminarse el bloqueo completo (vigente desde 1962) y la base (estadounidense) de Guantánamo debe ser devuelta”, declaró Castro. La base está situada en pleno territorio cubano y Castro la llamó el “pecado original en las relaciones entre los dos países”. Rathke señaló que las negociaciones han tomado mucho esfuerzo y “aún hay trabajo por hacer, de forma que no estamos listos para anunciar nada”.
Castro sostuvo asimismo que todavía serán necesarios varios pasos antes de que se nombren los embajadores y recordó que los dos países deben tener una nueva ronda de conversaciones bilaterales, aún sin fecha. Entre los temas en discusión, el presidente cubano admitió que su mayor preocupación sigue siendo el comportamiento que tendrán los diplomáticos de la embajada estadounidense en La Habana. “Ya yo les manifesté a ellos, al presidente (Obama) concretamente, que lo que más me preocupa es que continúen haciendo las cosas ilegales que hacen ahora, o que han estado haciendo hasta ahora”, dijo. Como ejemplo mencionó la capacitación a periodistas independientes, ya sea en la SINA (Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, que cumple tareas consulares) o en casa de diplomáticos estadounidenses en Cuba.
“Les dan clases, pantallas, teleconferencias desde los Estados Unidos, no sé si títulos y, por supuesto, la correspondiente mesada. Esas cosas no se pueden hacer. Sencillamente, lo que planteamos es que todos tenemos que ajustarnos a los acuerdos sobre el comportamiento de los diplomáticos en todo el mundo, aprobado en la Convención de Viena de 1961”, apuntó el jefe de Estado cubano.

Obama buscó la reapertura de embajadas antes de la Cumbre de Panamá, en la que Cuba participó por primera vez, pero su intento no prosperó. Sobre la apertura de embajadas en Washington y La Habana, Castro refirió detalles pendientes como el radio de movimiento de los diplomáticos, y reseñó que fue el gobierno de Ronald Reagan el que impuso límites al desplazamiento de los funcionarios cubanos en la capital estadounidense y en Nueva York. “Cuba hizo lo mismo con sus funcionarios en La Habana”, manifestó, y refirió que ahora los estadounidenses alegan que sus diplomáticos no deben tener menos autorización de movimiento que la que tienen en Rusia, China, Vietnam. Castro se refirió también a la posición común de la Unión Europea (UE) hacia la isla y dijo que “no debió de existir nunca” y añadió que eso se va a resolver, en alusión a la negociación que mantienen el bloque europeo y Cuba para alcanzar un acuerdo de diálogo político y cooperación.

martes, 12 de mayo de 2015

"Historia oral de la política exterior argentina (1930-1966)"

A fin de mayo disponible en todas las librerías

HISTORIA ORAL DE LA POLÍTICA EXTERIOR ARGENTINA (1930-1966)

Mario Rapoport 
(director)

Colaboradores: Miguél Ángel De Marco (h), Julián Kan, María Cecilia Míguez, Leandro Morgenfeld, Graciela Sánchez Cimetti, Claudio Spiguel y Ricardo Vicente

Índice

Primera parte: La historia oral y la política exterior

Introducción, Por Mario Rapoport.

 

Capítulo 1: El uso de la historia oral para el estudio de la política exterior argentina, Por Mario Rapoport.


Capítulo 2: Universidad y política exterior. La formación de expertos y diplomáticos en la Universidad Nacional del Litoral, sede Rosario, 1920-1968, Por Miguel Ángel De Marco (h).

Capítulo 3: Régimenes políticos y política exterior argentina, Por Mario Rapoport y Claudio Spiguel.

Capítulo 4: Las relaciones entre Argentina y Cuba y su impacto en el sistema interamericano en los años ’60, Por María Cecilia Míguez y Leandro Morgenfeld.     
                                                                          
Segunda parte: Los testimonios

1. Carlos Echagüe: De Saavedra Lamas y Cárcano a Braden y Perón. 1928-1956, Entrevista M. Rapoport y G. Sánchez Cimetti

2. Ricardo Juan Siri: Un diplomado de Rosario en la Liga de las Naciones y en los Estados Unidos. 1935-1955. Entrevista M. Rapoport y G. Sánchez Cimetti.

3. Guillermo Aníbal Speroni: Entre las turbulencias del peronismo y el mundo árabe. 1945-1955. Entrevista M. Rapoport y G. Sánchez Cimetti.

4. Hipólito Jesús Paz. De la Tercera Posición a la búsqueda de un arreglo con Washington. 1943-1955. Entrevista M. Rapoport.

5. Ramón Cereijo. El hombre de los números y la defensa de un proyecto, 1943-1955. Entrevista M. Rapoport                             

6. Alfredo Gómez Morales. De inspector de réditos a ministro todopoderoso. Un economista y los problemas del sector externo. 1943-1955, Entrevista M. Rapoport y G. Sánchez Cimetti.

7. Luis María de Pablo Pardo. El diplomático de las conspiraciones. Entre la geopolítica y el nacionalismo liberal. 1947-1962. Entrevista M. Rapoport y G. Sánchez Cimetti.

8. Lucio García del Solar. Un simpatizante del radicalismo. Las Naciones Unidas, la cuestión Malvinas y la Unión Soviética, 1945-1966. Entrevista M. Rapoport y G. Sánchez Cimetti.

9. Carlos Alberto Florit. El canciller más joven. Frondizi, la cuestión cubana y los Estados Unidos, 1958-1962. Entrevista M. Rapoport y G. Sánchez Cimetti.

10. Oscar Camilión. Un hombre clave del desarrollismo en la cancillería.  1958-1962. Entrevista M. Hirst y M. Segré.

11. Nicanor Costa Méndez. La formación de un nacionalista católico. El fantasma de Cuba y la realidad de los conflictos con Chile. 1961-1966. Entrevista M. Rapoport y G. Sánchez Cimetti.


Tercera parte: Documentos

1943. Miguel Ángel Cárcano: Discusiones sobre la neutralidad argentina,. Análisis: R. Vicente.

1948. Antonio Cafiero: Sobre la inconveniencia de ingresar al FMI, Análisis: M. Rapoport.

1953. Leopoldo Bravo: Una entrevista histórica con Stalin. Análisis: M. Rapoport.

1962. Arturo Frondizi: Los avatares de la política exterior argentina. Análisis: M. C. Míguez y Leandro Morgenfeld.

1965. Arturo Umberto Illia: La proyección del país en el ámbito internacional. Análisis: M. C. Míguez y Julián Kan.

Principales funcionarios de la Cancillería argentina entre 1945 y 1962. Cuadro preparado por G. Sánchez Cimetti.

Autores y colaboradores.


Bibliografía seleccionada.



 - leer acá la Introducción completa -






jueves, 7 de mayo de 2015

La OEA ya no cree en la ‘Guerra contra las drogas’



Por Marco A. Gandásegui (h)

La Universidad de Panamá organizó esta semana un seminario sobre los retos que enfrenta Centro América y Panamá donde fueron discutidos, entre otras cosas, el colapso de la política de ‘Guerra contra las drogas’. Se espera que circule a corto plazo una memoria del evento,  organizado por el Observatorio de las Drogas y el Departamento de Sociología de la primera casa de estudios del país.
Según la Organización de Estados Americanos (OEA) hay más de 3.5 millones de personas encerradas en las cárceles del hemisferio (la mayor parte en EEUU y el resto en América latina). Un tercio de ese total está en la cárcel por delitos, generalmente menores, relacionados con las drogas. La OEA señala que la región debe reducir ese número de privados de libertad que “vulnera los derechos humanos”.
La Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) en una reunión reciente llegó a la conclusión que todos los planes para combatir el flagelo han arrojado resultados desastrosos. El informe que se presentó en el seno de la reunión de CICAD destacó el aumento sistemático del consumo de drogas ilícitas entre los sectores más jóvenes de la población. También informó sobre el incremento del número de jóvenes encarcelados por las políticas represivas absurdas que se han aprobado en los últimos lustros.
El CICAD recomienda ahora que es necesario hacer énfasis en la perspectiva de la salud pública en lugar de centrarse en la persecución criminal. Este enfoque es el presentado por el procurador general de EEUU el año pasado. Washington, la OEA y el CICAD coinciden en que el sistema de justicia y de encarcelamiento vigentes están en crisis. El sistema colapsó y buscan fórmulas para reconstruir una política que enfrente los errores cometidos en el pasado. En EEUU la mayoría de los presos son jóvenes. Además, más del 50 por ciento de éstos son casos relacionados con las drogas.
EEUU reconoce ahora que la política de la ‘Guerra contra las drogas’ formulada por Nixon en 1972 sólo empeoró el problema. A su vez, cuando Reagan ‘globalizó’ esa línea de acción lo que hizo fue internacionalizar la crisis.  Durante más de 40 años, la ‘Guerra contra las drogas’ le permitió al crimen organizado participar en forma más activa en el sistema financiero de EEUU. Como consecuencia, logró penetrar el sistema financiero mundial. Se calcula que cerca de mil millones de dólares producto del negocio de las drogas ilícitas se lavan anualmente en el sistema bancario norteamericano y sus ramificaciones a escala global.
En la actualidad, los gastos que representa la ‘Guerra contra las drogas’ superan las ganancias que se producen en el sistema financiero. EEUU busca la fórmula para convertir el consumo de drogas en un negocio lícito, poniendo fin a la política de criminalización fracasada. La OEA felicita a países con los niveles más altos de violación de los derechos humanos por sus esfuerzos en esta materia.
Un poco en serio y otro poco en broma, la OEA dijo que EEUU y Colombia están trabajando en un plan para mejorar las condiciones carcelarias de sus países. Sorprendió a todos cuando agradeció a Colombia por su liderazgo en la exploración de alternativas al encarcelamiento desde un enfoque de derechos humanos. México y Colombia tienen los peores antecedentes en materia de derechos humanos de América latina. La Casa Blanca no tardó tampoco en felicitar a Bogotá.
La Casa Blanca dijo que “no debemos confiar en las fuerzas de seguridad y hay que buscar una perspectiva de salud pública”. El CICAD agregó que "las prioridades no deben ser la reducción de la oferta y el control de estupefacientes, sino la prevención del consumo y de los daños asociados".

Mientras que el tráfico de drogas ilícitas sea un negocio, los discursos de los políticos se lo llevará el viento. La única manera de acabar con la criminalización de la droga es mediante la regulación de su comercialización. Este paso se enfrenta a una oposición de los sectores que controlan los hilos financieros en los más altos niveles bancarios de EEUU y sus ramificaciones globales. También se opondrán a una regulación los fabricantes de armas y las instancias militares y policiales que se benefician del negocio de la ‘Guerra contra las drogas’. Forman parte de una red global de venta y contrabando de armas que se legitima reprimiendo a los consumidores y adictos.

lunes, 4 de mayo de 2015

El rol de EEUU y la CIA en la represión, en debate en el juicio en Buenos Aires por el Plan Cóndor


EL TESTIMONIO DEL ESPECIALISTA CARLOS OSORIO CON DOCUMENTOS QUE ARRANCAN EN 1972


Director del prestigioso Proyecto Documentación Cono Sur del Archivo de Seguridad Nacional en Washington, habló en el juicio en Buenos Aires. Trajo decenas de documentos que muestran el rol de EE.UU. y la CIA en la coordinación entre países de la represión, que arrancó mucho antes de lo pensado.


Carlos Osorio es el director del Proyecto Documentación Cono Sur del Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad de Washington. Este archivo es uno de los lugares que guarda los documentos desclasificados del Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre las dictaduras de la región. Osorio declaró diez horas en el juicio oral por el Cóndor que se hace en Buenos Aires y que la semana próxima entra en la etapa de alegatos. El investigador presentó un Excel de 900 documentos, 40 por ciento de los cuales provienen del acervo norteamericano y otro tanto del Archivo del Terror paraguayo. De los 900, seleccionó 100 para la audiencia. Su serie no empieza en 1975 con la sabida conferencia de Inteligencia en Chile, en la que se instituyó formalmente la coordinación de las fuerzas represivas bajo el nombre de Cóndor. Empieza en 1972, algo que es su clave de lectura sobre ese proceso. Cuando los defensores vieron en la pantalla de la sala la primera pieza, uno levantó la mano alarmado y objetó lo que le parecía fuera del objeto de juicio. El presidente del Tribunal Oral Federal N° 1 Oscar Amirante lo interrumpió: “Usted tiene conocimiento de cuándo empezó el Plan Cóndor –le dijo el juez–, el tribunal todavía no”.
La escena encierra una de las preguntas de este juicio. “¿Todo esto está vinculado con lo que se llamó Plan Cóndor?”, le preguntaron al investigador. “Pienso que sí”, fue la respuesta. “Si uno establece metodologías y los nombres que comienzan a intervenir en el primer período, verá que todo es parte de la misma materia que aparecerá investigada mas adelante.”
Esta mirada cronológica de los documentos le permitió a Osorio leer a 1975 como la institucionalización de un proceso previo, sostenido en convenios y acciones bilaterales. La progresión muestra acuerdos puntuales, informales y hasta sostenidos por relaciones personales entre agentes de inteligencia y entre oficiales. También encuentros que comienzan a hacerse más frecuentes y periódicos a medida que los tiempos se hacían más calientes. Muestran cómo se aceleraron las comunicaciones. Cómo y quiénes estaban bajo la lupa. Hay nombres de líderes de las organizaciones políticas y armadas. Internas en los servicios de inteligencia. Pero además, o especialmente, dan cuenta del rol de Estados Unidos.
La progresión
Del enorme caudal de documentos, pueden tomarse dos para explicar de qué habla Osorio cuando habla de un proceso en evolución. El primero, menos conocido, es del 12 de septiembre de 1972 un acuerdo secreto bilateral de Inteligencia entre las fuerzas armadas de Paraguay y el Ejército argentino. El texto llama a “aunar esfuerzos de las agencias de Inteligencia sobre grupos u organizaciones”. Y a “prestar colaboración mutua en la lucha contra la subversión mediante medidas oportunas, desalentando elementos presentes en uno u otro país”. Argentina presenta un informe sobre los grupos “insurreccionales paraguayos o extranjeros” que detectó en la zona del nordeste. Señala que “la región del nordeste del país no puede sustraerse de la presión marxista”. Describe la presencia de tupamaros en esa región, ingreso de armamentos, movimientos en el ámbito estudiantil de alumnos paraguayos. Menciona que los “sacerdotes y laicos para el Tercer Mundo tienen vigencia y presencia en casi todas las provincias” bajo esa brigada. Hablan del ERP y Montoneros. Y de altos dirigentes de las organizaciones de Paraguay que “actúan en nuestro país” y “han desaparecido del ámbito” luego de haber “sufrido”, aparentemente, “un golpe con la internación de estos dirigentes y la estrecha vigilancia sobre ellos”. Hay un anexo de boletín del Servicio de Inteligencia de Uruguay sobre los tupas. Mas adelante otro documento del agregado militar de la Embajada de Brasil.
Los datos, las referencias y el concierto de países del documento permiten entender por qué Osorio lo incorporó. Pero más allá de lo que dice, el investigador valoró lo que el documento no dice: “Este documento está mostrando que esta es una última reunión de una serie de reuniones que se vienen desarrollando de modo periódico. Muestra también que es un acuerdo que, como muestran otros documentos más adelante, continuarán desarrollándose a futuro”. Y agregó: “Sólo quería mostrarlo como una primera muestra de un tipo de patrón que más adelante podemos identificar que es esta colaboración bastante íntima. Es interesante ver que no se hace referencia a ningún patrón de ‘cooperación’ entre los dos países. Sino que lo que se observa es una práctica de camaradería entre los dos ejércitos. No hay ninguna mención a un marco legal que limite actividades y que esté operando. Quería sólo mostrar esto”.
Munido de una pantalla, su Excel y el enlace interactivo a los documentos, todo lo que decía se veía en tiempo real ampliado en la pantalla grande de la sala. A continuación mostró otros documentos del año siguiente, 1973, que con el final del gobierno de Salvador Allende y el fantasma de la “invasión marxista” en la región es un año que Osorio entiende como “el momento en el que en el Cono Sur se empiezan a estrechar las relaciones entre estos organismos. En el ’75 esto se coagula”. Entre los papeles hay piezas como los documentos de Arancibia Clavel que van relatando las espinosas internas en Argentina entre el Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) y la SIDE.
El segundo documento destacable es más conocido, es del 28 de noviembre de 1975 durante la clausura de la primera reunión de Inteligencia Nacional celebrada en Chile desde el 25 de noviembre. Fue varias veces publicado porque la reunión le da al “sistema” el nombre de Cóndor. Lleva la firma de los responsables de Inteligencia de cinco países: Jorge Casas, capitán de navío, jefe de la delegación argentina y quien según Osorio era vox populi entre los investigadores su adscripción a la SIDE; Carlos Mena, mayor del ejército, jefe de la delegación Bolivia; Manuel Contreras Sepúlveda, jefe de la DINA chilena; José Fons, coronel del ejército, jefe de la delegación de Uruguay; Benito Guanes Serrano, coronel del ejército y jefe de la delegación paraguaya.
Este documento formaliza eso que hasta entonces no aparecía con claridad: la “cooperación”. En las conclusiones señala que “se dan por iniciados a partir de esta fecha los contactos bilaterales o multilaterales a voluntad de los respectivos países aquí participantes para el intercambio de información subversiva, abriendo propios o nuevos carteles de antecedentes de los respectivos servicios”. Los presentes asumen como tarea formar “una oficina coordinadora destinada a proporcionar antecedentes de personas y/o organizaciones conectadas con la subversión”. Generar un directorio completo de nombres que trabajan en inteligencia “para solicitar directamente los antecedentes de personas y organizaciones conectadas directa o indirectamente con el marxismo”.
Hay recomendaciones. Entre ellas, contacto muy directo y rápido cuando se expulsa del país a un individuo o viaja un sospechoso para alertar a los servicios de Inteligencia. Colocar a disposición del equipo técnico los antecedentes que posee la Inteligencia. Habilitación en las embajadas para personal de Inteligencia nacional o similares como enlaces directos y personales plenamente acreditados ante los servicios. Facilitar los medios para publicar información destinada a atacar “la subversión”. Agregan datos para una próxima reunión una semana antes de la reunión de comandantes del Ejército. Y finalmente disponen el nombre y formas de incorporación: “El presente organismo se denominará Cóndor aprobado por unanimidad conforme a la moción presentada por la delegación de Uruguay en homenaje al país sede. La inclusión de países del sistema Cóndor deberá contar con la aprobación de los países de la primera conferencia”.
Osorio volvió a decir en la audiencia que esto parte de una práctica más larga. “Este documento lista muchas actividades, relaciones, prácticas, que ya estaban desarrolladas de modo bilateral por muchos años. Lo que hizo este encuentro es darle una institucionalidad, un reconocimiento, y decir que de alguna manera había que blindar esas prácticas.”
“Como dice la CIA, ya en el ’74 conversaron sobre la necesidad de generar una coordinación. Se ve que las redes militares ya son muy estrechas. Hay comunicaciones muy fluidas. Y venían viendo la necesidad desde entonces, pero en 1975 se formaliza cuando sí nace la Operación Cóndor. En la práctica lo que hace no es solamente reconocer lo que ya se está haciendo sino sentar las bases. Es como construir un edificio para que tengamos todos nuestras oficinas. En lugar de estar todos dispersos, dicen juntémonos y hagamos funcionar más todo esto. Es un edifico. El edificio es todo el lineamiento.”
Estados Unidos
Una pregunta que late en el juicio es el rol de Estados Unidos. Cómo probar la presencia, coordinación o participación de acuerdo a los parámetros de un juicio. No hay un sólo documento que muestre eso con todas las palabras, pero la serie y el contexto con la Escuela de las Américas y el Comando Sur en funcionamiento aportaron datos para ver rol y ambivalencias. Dos documentos dan cuenta de lo último.
El primero es muy conocido entre quienes saben del Cóndor. Es del 10 de junio de 1976, tiene forma de relatoría y da cuenta de una conversación entre el secretario de Estado de EE.UU. Henry Kissinger y el ministro de Relaciones Exteriores de Argentina César Augusto Guzzetti. En el documento, Guzzetti describe la coordinación de Inteligencia con las dictaduras del Cono Sur. Explica que el problema del terrorismo está generalizado. Señala que para combatir “el problema” están tratando de unir esfuerzos con Chile, Paraguay, Bolivia, Uruguay y Brasil. Kissinger le responde con una frase muy conocida: “Si hay cosas que tengan que ser hechas, deben hacerlas rápido. Pero deben volver rápido a procedimientos normales”.
El 13 de agosto de 1976 el Departamento de Estado emite un documento muy protocolar y una posición bien distinta. “El gobierno de los Estados Unidos se ha dado cuenta del plan de los países Cóndor de participar en una cooperación para asesinar subversivos y exiliados políticos dentro y fuera de los países que pertenecen a la Operación Cóndor”, indicó Osorio en su traducción. “Y el Departamento de Estado elabora un borrador en el que ordena a sus embajadas conseguir citas con los niveles más altos, lo más pronto posible. Deben expresar que ‘mientras aprobamos el intercambio de Inteligencia e información, los planes de asesinatos internacionales son muy serios y crearían problemas en las relaciones con los Estados Unidos’.” El punto 10 dice a las embajadas del Cono Sur que “deben por supuesto tener en claro que ninguna agencia del gobierno de los EE.UU. sea implicada de ninguna manera en intercambiar información o datos sobre un individuo subversivo con los gobiernos locales, incluso en esos países donde proponemos expandir nuestro intercambio de información. Es esencial que de ninguna manera nosotros pongamos o apuntemos el dedo sobre individuos que pueden ser candidatos de intentos de asesinato”.
Este documento no es Kissinger, dijo Osorio a modo ilustrativo: es el Departamento de Estado. “Realmente el Departamento de Estado tiene dos voces en esta época –dijo– y esto es tema de discusión en libros enteros.” De hecho, en investigaciones sobre Cóndor se habla de “la luz verde y la luz roja”. Lo que se ve es que “el Departamento de Estado le está diciendo a los ejércitos de la región que no podían continuar con este nivel de asesinatos. Están diciendo: ya sabemos que Cóndor está matando gente. Y líderes. Eso no puede ser. Noso-tros queremos parar eso. Podemos cooperar pero es éticamente imposible de sostener”.

Ahora bien, agregó Osorio, “Kissinger le dice a Guzzetti otra cosa, les da el guiño a los militares argentinos en particular, pero también lo hizo en Chile y en otras partes. La política oficial del Departamento de Estado está marcada por el Congreso de Estados Unidos que tiene un debate en ese momento sobre las violaciones a los derechos humanos que está recorriendo el mundo debido a la influencia de las agencias de Inteligencia y las agencias militares. El Departamento de Estado asume como política oficial la promoción de los derechos humanos en ese momento”.

viernes, 1 de mayo de 2015

"Cumbre de las Américas de Panamá: el complejo vínculo de Estados Unidos con América Latina"



A casi dos siglos de la conocida Carta de Jamaica de Simón Bolívar que esbozó las primeras ideas de integración americana y a casi diez años de la derrota del ALCA, se desarrolló la VII Cumbre de las Américas, en la que el primer mandatario de Cuba, Raúl Castro, se saludó con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama tras más de 50 años sin diálogo diplomático. La participación de Cuba por primera vez en la Cumbre, la agresión contra Venezuela, la agenda que se fue imponiendo en el cónclave, la falta de un documento final y la nutrida Contracumbre de los Pueblos, sin duda fueron los hechos a destacar que analizaremos a continuación.

Por: Julián Kan (TodoAmerica.info)

Vale la pena recordar los orígenes de este evento, muchas veces confundido con las reuniones de la OEA. Mientras que ésta existe desde el fin de la Segunda Guerra Mundial como lugar de encuentro geopolítico interamericano en el que Estados Unidos intentó digitar la política latinoamericana, por ejemplo marginando a Cuba de esa instancia; las Cumbres de las Américas obedecen a otro momento histórico, el iniciado en la región con el Consenso Washington, la caída del Muro y las políticas neoliberales. A mediados de 1990 tuvo lugar la conferencia “Iniciativa para las Américas” donde George Bush (padre) le presentó a todos los presidentes americanos, con la excepción de Cuba también, la idea de sancionar un área de libre comercio para el año 2005 que uniera a Alaska con Tierra del Fuego. Con Bill Clinton en el gobierno, tuvo lugar en 1994 la primera reunión en Miami, para comenzar a discutir la iniciativa norteamericana denominada ALCA. La historia posterior es mejor conocida: luego de varios años de negociación, el ALCA fue rechazado por los gobiernos posneoliberales que emergieron en la región a comienzos de la década pasada, por la resistencia social en las calles a la injerencia norteamericana y al intento de profundizar una integración comercialista, e incluso también por algunas fracciones de las clases dominantes locales que cuestionaron los términos del libre comercio norteamericano. Esto sucedió en la IV Cumbre de las Américas, de Mar del Plata, en 2005, en donde los dos primeros actores tuvieron un rol destacado en el rechazo al proyecto norteamericano. A partir de allí –no sin tensiones, sobre todo en los últimos dos años–, la región ha reconfigurado sus ejes de vinculación y ha predominado el desarrollo de instancias de autonomía política, como UNASUR y CELAC, y hasta de una integración alternativa como el ALBA, impulsado por Venezuela y Cuba.
Ante este panorama, y enterrado el proyecto ALCA, ¿cuál fue el sentido de mantener las Cumbres de las Américas? Para Estados Unidos, volver a reposicionarse en la región, para América Latina, mostrar el potencial político acumulado luego de la derrota del ALCA y sostener grados de autonomía. Algo de todo esto sucedió en las dos reuniones que mediaron entre Mar del Plata y Panamá: la V Cumbre de Puerto España, Trinidad y Tobago, en 2009, y la VI Cumbre, de Cartagena, Colombia, en 2012. En la primera de ellas, primó la expectativa por la relación “entre iguales” prometida por el recién asumido presidente Obama; anuncio que fue solamente promesa. Fue, también, la cumbre en la que Chávez le entregó el libro (Las venas abiertas de América Latina) del recientemente fallecido Eduardo Galeano al presidente norteamericano y donde los efectos de la crisis mundial sobre la región reafirmaron la necesidad de una integración autónoma. Luego, en la reunión de Cartagena, los países latinoamericanos imprimieron el contenido de la misma durante las semanas previas y durante el evento mismo: debatiendo la exclusión de Cuba del evento y la cuestión Malvinas, entre otros. El posicionamiento en esa reunión del presidente de Ecuador, Correa, mostró la significativa autonomía y soberanía política acumulada desde Mar del Plata: “Ecuador no asistiría a otra cumbre si de esta se excluiría a Cuba”. Quedaba claro que, sin el ALCA por negociar, la agenda de las cumbres continuaba cambiando de contenido. La VII reunión, de Panamá, no sería la excepción.
¿Por qué? Dos hechos recientes, previos a la cumbre, removieron el sentido de la misma. En primer lugar, a fines de 2014 el anuncio de la distención entre Cuba y Estados Unidos generó ciertas expectativas en torno a su impacto en las relaciones interamericanas, lo que fuera postulado como un nuevo intento de acercamiento de Obama ante la región (un nuevo “trato entre iguales” como el de 2009) a corroborarse  posteriormente en la Cumbre, ganando terreno sobre las instancias propias de vinculación regional emergidas luego de Mar del Plata. La distención o relajamiento entre ambos países –que sin dudas constituye un hecho a destacar de acá al futuro a pesar que el bloqueo norteamericano a la isla todavía no tiene fecha de vencimiento– también contribuyó a que Cuba sea parte de este evento.
En segundo lugar, pero a contramano de la positivización del hecho anterior lograda por el gobierno de Obama, la Orden Ejecutiva del 09 de marzo 2015 emitida por su gobierno que declaró a Venezuela como "una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos", alejó toda idea del trato amable o igualitario, volviendo a actuar como lo hizo durante todo el siglo XX: combinando grandes promesas de ayuda económica y política, con acciones desestabilizadoras y diversas formas de injerencia e intervención; en definitiva, con las habituales zanahoria y garrote. La Orden generó un rechazo de todos los gobiernos latinoamericanos, incluso de los aliados de Estados Unidos y miembros de la Alianza del Pacífico, como demostró el rápido posicionamiento de la CELAC del 26 de marzo. Allí, sus 33 miembros expresaron su oposición a las sanciones contra funcionarios venezolanos, refiriéndose a ellas como "la aplicación de medidas coercitivas unilaterales contrarias al derecho internacional", y también, anunciaron el rechazo del Decreto Ejecutivo emitido por el gobierno de Obama. Este hecho volvió suscitar duras críticas en la Cumbre hacia los Estados Unidos, por parte de los presidentes bolivarianos, pero también de los progresistas, entre ellos la actual mandataria argentina; incluso, a pesar del intento de Obama unos días previos de aclarar que Venezuela no constituía ninguna amenaza.
Es de destacar la realización, una vez más, de la Cumbre de los Pueblos o Contracumbre, también otra vez invisibilizada por los grandes medios de comunicación. De gran protagonismo en anteriores cumbres cuando se discutía el ALCA, este cónclave popular reunió a diversos movimientos sociales y políticos de la región que plantearon demandas a Estados Unidos y al sistema político regional, como el levantamiento del bloqueo a Cuba, la devolución de Guantánamo, el fin de la ocupación de Malvinas; e hicieron masiva la campaña por las firmas contra el decreto del Obama, que ya lleva millones de latinoamericanos adherentes.

Así las cosas, Estados Unidos no pudo relanzar algún tipo de relación armoniosa, menos afirmarse como interlocurtor privilegiado de la región. Y, a su vez, la mayor autonomía regional conseguida desde 2005 –aunque algo resquebrajada por la Alianza del Pacífico, por las continuas tensiones al interior del MERCOSUR y por la falta profundización del bloque ALBA, y quizá mejor expresada en UNAUSR y CELAC– volvió a manifestarse doblegando el intento norteamericano de adjudicarse la distención como un triunfo y un reposicionamiento regional. Una vez más, la falta de un documento final en la cumbre evidencia esta tensión entre el histórico interés de Estados Unidos de intervenir, dividir y controlar la región, con las tendencias a la unidad e integración de nuestra América que tienen, con fisuras y continuidades, ya dos siglos de una vasta y rica historia.