lunes, 24 de diciembre de 2012

Obama habló de la relación con América Latina

Encuesta anual del GDA / Entrevista con el presidente de EE.UU., el personaje del año

Barack Obama: "Los países que defienden las libertades son más exitosos y prósperos"

A punto de iniciar su segundo mandato, elogió el "progreso" de las relaciones entre su nación y América latina en los últimos cuatro años
Por Grupo de Diarios de América  | Para LA NACION
No ha sido un año fácil para Barack Obama. Tuvo que desdoblarse entre su rol de mandatario y su papel de candidato. Y aunque su triunfo sobre el republicano Mitt Romney le garantizó un nuevo período de cuatro años, eso no resuelve en forma automática temas pendientes como el alto desempleo y la esperada reactivación económica de su país.
En medio de una apretada agenda, Obama aceptó responder un cuestionario del Grupo de Diarios América (GDA), que lo eligió como personaje del año en una encuesta entre los 11 periódicos miembros. Allí abordó las prioridades de su segundo mandato con América latina y la importancia de reforzar el intercambio económico y el combate del narcotráfico, entre otros temas.
-¿Cómo definiría la actual relación entre Estados Unidos y América latina?
-Creo que nuestras relaciones con nuestros socios de América latina son más fuertes de lo que han sido en muchos años. Lo he visto durante nuestras cumbres en Trinidad y Tobago y en Cartagena, y lo he visto en mis viajes a México, Brasil, Chile y El Salvador. A través de las Américas, la gente reconoce que hemos dejado atrás las disputas obsoletas que impedían el progreso en el pasado. Hoy, existe una nueva apreciación de que tenemos que acoger un sentido compartido de responsabilidad, en el que las naciones, incluyendo a los Estados Unidos, cumplimos nuestras obligaciones unas con otras.
Por lo tanto, hemos logrado un progreso significativo durante los últimos cuatro años. Hemos expandido el comercio y las inversiones, lo que crea empleos desde el Norte hasta el Sur. Nos hemos mantenido firmes contra los carteles de las drogas y las bandas criminales que amenazan a nuestros ciudadanos. Hemos forjado nuevas alianzas para hacerles frente a los retos compartidos, desde el desarrollo económico hasta la energía limpia. Aquí, en los Estados Unidos, hemos incorporado una mayor transparencia y confiabilidad en las remesas que los trabajadores envían a sus países de origen para sus familias. Hemos continuado defendiendo la gobernabilidad democrática y los derechos humanos universales, en nuestro propio hemisferio y alrededor del mundo.
-¿Y qué temas con América latina serán los más importantes durante su segundo gobierno?
-Tenemos que continuar reduciendo los obstáculos al comercio y las inversiones, y hacer que nuestras economías sean más competitivas en la economía global, que es el motivo de que estemos yendo adelante con la Alianza Transpacífica y aumentando la cooperación en la energía. Tenemos que continuar aumentando las conexiones entre nuestra gente con más turismo e intercambios de estudiantes. Para combatir la pobreza y la desigualdad, tenemos que cerciorarnos de que el crecimiento económico sea general e incluyente, especialmente para nuestras pequeñas empresas y las mujeres empresarias, que desempeñan una función tan importante en elevar a la gente y a las comunidades a la clase media.
Sobre la seguridad, hay más que podemos hacer para trabajar juntos para compartir las experiencias de los países como Colombia y México para ayudar a otros países en la región a proveerles seguridad a sus ciudadanos. Sobre el desarrollo, podemos lograr grandes adelantos hacia nuestra meta del acceso universal a la electricidad en una década, para 2022, y llevar Internet a más comunidades, incluyendo las áreas rurales. Y, desde luego, continuaremos apoyando a la gente de toda la región que intenta conseguir sus derechos democráticos y humanos.
Aquí, en los Estados Unidos, tengo la intención de colaborar con los demócratas y los republicanos en el Congreso para ir adelante con una reforma migratoria integral. Ya he tomado medidas para despejarles la nube de la deportación a los dreamers, que son los jóvenes que fueron traídos a los Estados Unidos cuando eran niños. Pero ésa es solo una solución temporal. Lo que hace falta es que el Congreso apruebe un proyecto de ley que garantice que nuestro sistema de inmigración refleje nuestra herencia como nación tanto de inmigrantes como de leyes. Espero que este debate comience poco después de mi toma de posesión, y estoy seguro de que podemos lograrlo.
-En su opinión, ¿de qué manera América latina puede ayudar a promover la democracia y la seguridad en el hemisferio?
-Siempre que me encuentro en América latina, yo señalo que prácticamente todos los pueblos de las Américas actualmente viven en democracias. Esto es un logro histórico que no sucedió por sí solo ni por casualidad. Es un tributo a las generaciones de ciudadanos que se esforzaron y se sacrificaron de manera que pudieran tener más control sobre sus propias vidas y determinar su propio destino. Y existe una conexión directa entre este progreso democrático y el progreso económico de la región. La historia demuestra que las naciones que defienden los derechos y las libertades fundamentales finalmente son más prósperas y más exitosas.
Aquí en las Américas tenemos un compromiso compartido con la Carta Democrática Interamericana, que sostiene que nuestros ciudadanos tienen el derecho a la democracia y que nuestros gobiernos tienen la obligación de promover y defender la democracia. Tal como les he dicho a otros públicos en los Estados Unidos, el trabajo de perfeccionar nuestra propia unión no acaba nunca. Lo mismo es cierto en toda la región. Tenemos que continuar defendiendo el derecho de los ciudadanos de expresarse libremente, de vivir en sociedades que tengan una prensa libre y legislaturas y sistemas judiciales sólidos e independientes, y de escoger a sus propios líderes mediante elecciones libres y justas. Dadas sus exitosas transiciones a la democracia, los países de América latina también pueden establecer un ejemplo positivo para el mundo sobre el éxito del desarrollo democrático.
En cuanto a la seguridad, estamos comprometidos a fortalecer nuestra cooperación contra los carteles de drogas y las bandas criminales que nos amenazan a todos. Por eso estamos estableciendo una alianza con México para la Iniciativa de Mérida, así como con los países de América Central y el Caribe para colaborar entre todos para hacerle frente al tráfico de drogas y fortalecer el Estado de Derecho. También estamos colaborando con Colombia según ésta comparte su experiencia en combatir las amenazas a la seguridad con otros países en las Américas. Por nuestra parte, como lo he dicho anteriormente, los Estados Unidos reconocen que la demanda de drogas ilegales en nuestro país contribuye a alimentar la crisis. Así es que continuaremos cumpliendo nuestras responsabilidades esforzándonos por reducir la demanda de drogas ilegales y combatiendo el flujo de dinero y armas hacia el Sur, que contribuye a fomentar la violencia. No podemos bajar la guardia.
Desde luego, también reconocemos que debemos continuar abordando las fuerzas sociales y económicas que empujan a tantos jóvenes a llevar vidas de drogas y delincuencia en primer lugar. Por eso es que nos estamos uniendo con aliados en todas las Américas para expandir la vigilancia basada en las comunidades, fortalecer los sistemas de justicia de menores e invertir en programas de prevención de delincuencia y drogas. Y estamos ayudando a los países a fortalecer los tribunales y las instituciones necesarias para defender el Estado de Derecho y los derechos humanos. Toda persona en las Américas, independientemente de donde viva, merece vivir en paz, con seguridad y con dignidad. Ése es el futuro para el que continuaremos esforzándonos, en una alianza con nuestros amigos en todas las Américas.

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