lunes, 17 de diciembre de 2012

A propósito de la Fragata, los buitres y la deuda externa...


Sweet home Buenos Aires

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Sweet home Buenos AiresLa Fragata Libertad volvería a Buenos Aires el 9 de enero, tras el fallo del Tribunal Internacional del Derecho del Mar. Un revés para los “fondos buitre”, que amenazan la estabilidad del sistema financiero mundial. La soberanía nacional en debate.
El sábado pasado el Tribunal Internacional del Derecho del Mar, con sede en la ciudad alemana de Hamburgo, dispuso por decisión unánime que las autoridades de Ghana desembarguen inmediatamente a la Fragata Libertad y que la aprovisionen nuevamente para su pronta partida. Además agregó que el sábado 22 de diciembre será la fecha límite para que el buque argentino pueda dejar atrás el puerto de Tema, en el que se encuentra detenida desde el 2 de octubre tras el embargo que la justicia ghanesa le propinó a pedido de un sector de los “fondos buitre”.
Al conocer la noticia, desde el Ministerio de Defensa aseguraron que mañana martes viajará en un chárter especial la tripulación necesaria para que la fragata pueda estar volviendo al puerto de Buenos Aires el día 9 de enero.
Los fundamentos del fallo tienen que ver con que el artículo 32 dela Convenciónde las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar establece “la inmunidad de buques de guerra y otros buques de Estado dedicados a fines no comerciales” ante este tipo de embargos. En este casola Fragata Libertades un buque escuela perteneciente ala ArmadaArgentina, en razón de lo cual el fallo considera que “el buque es una expansión de la soberanía que tiene un país”.
Mientras el gobierno africano aseguró que “considerará minuciosamente la orden con miras a asegurarse de que se le dé curso”, un portavoz del NML Capital, el fondo de inversión que planteó el embargo, dijo en Francfort que "sólo los tribunales en Ghana tienen competencia judicial en este asunto", con lo que intentó deslegitimar la decisión del Tribunal Internacional del Mar. "Es absolutamente inoportuno que el Tribunal Internacional del Mar intente inmiscuirse en un proceso judicial de la Justicia independiente en Ghana”, aseguró.  
El fallo propina un fuerte revés para los llamados “fondos buitre”, los bonistas que no accedieron a ninguna de los dos canjes de la deuda externa argentina realizados en 2005 y 2010. Junto con la reciente decisión de la Justicia norteamericana, que rechazó en segunda instancia el parecer del juez Thomas Griesa, también favorable a los “buitres” en su demanda contra nuestro país, conforman dos decisiones que permiten llevar oxígeno a la política oficial argentina y tranquilidad al sistema financiero mundial.
En realidad, más allá de los discursos encendidos, la realidad es mucho menos épica. Tal como afirmó el senador porteño Daniel Filmus, la resolución del Tribunal del Mar “avala los modelos de reconversión de deuda como el argentino y ratifica quela Argentinaestá dentro de la ley".
Teniendo en cuenta la situación de crisis que vive actualmente el capitalismo, son numerosos los países donde está en juego algún tipo de reestructuración de sus deudas externas. Por esa razón las principales potencias están interesadas en evitar cualquier tipo de desorden que propague la crisis más allá de los límites actuales. Si los fondos buitres lograran imponer sus intereses, cualquiera de los procesos de negociación de las deudas estaría en peligro, y eso podría implicar un gran riesgo para el sistema financiero mundial. Esa es la razón de fondo que lleva a que tantola Justicianorteamericana como el Tribunal del Mar fallen a favor de los puntos de vista presentados por nuestro país. Es decir que en este caso los mayores poderes políticos y económicos están del lado de la posición del Estado argentino.
En realidad tanto el conflicto por el embargo de la fragata como el fallo adverso del juez Griesa volvieron a poner en evidencia dos elementos importantes. En primer lugar que la deuda externa sigue siendo una cuestión trascendente en la política económica argentina, más allá de haber disminuido su peso de manera considerable en relación con el producto bruto interno. La definición de pagarla sin haber hecho antes una auditoría que permita diferenciar aquella parte contraída ilegal e ilegítimamente como realizó por ejemplo Ecuador, no es una decisión gratuita. Son miles de millones de pesos que podrían invertirse en el desarrollo del país y que sin embargo se entregan por esta vía al sistema financiero, más allá de los discursos que equiparan el cumplimiento de estos pagos con decisiones soberanas. Siguiendo con esta última cuestión, en segundo lugar quedó claro que las condiciones en las que fueron realizados los canjes de la deuda continúan una política de sometimiento de la economía del país a la justicia de los países dominantes. Estas operaciones financieras se hacen bajo jurisdicción de la justicia norteamericana, razón por la hoy que dependemos de las decisiones que toman jueces como Griesa. Es la misma matriz que plantean los 59 tratados bilaterales de inversión firmados durante la década del 90 y aún vigentes que estipulan que cualquier diferendo no se resuelva en la justicia argentina sino en el tribunal del CIADI, creado por el Banco Mundial para defender los intereses de las empresas multinacionales. Ahora que la Fragata Libertad regresa al puerto de Buenos Aires es una buena oportunidad para que en nuestro país se plantee un debate sobre la política en cuanto a la deuda externa, la posible retirada del CIADI como hicieron Venezuela, Bolivia y Ecuador y el fin de estos tratados de inversión antinacionales.       

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