domingo, 12 de agosto de 2012

Qué hay detrás de las maniobras militares de Brasil en la Triple Frontera?

 Maniobras brasileñas en las fronteras

 
Operativo Ágata 5.
Con el despliegue de 17.000 militares, el gobierno brasileño está llevando a cabo desde el lunes 6 la Operación Ágata 5 de control de 3.900 km de fronteras con Paraguay, Argentina y Uruguay. Oficialmente, el operativo se dirige a perseguir el tráfico de drogas y explosivos, el contrabando y los delitos medioambientales. Sin embargo, la masiva intervención militar en tareas policiales afecta las relaciones regionales y tiene proyecciones mundiales. El plazo preliminar de realización es de 30 días, pero el ministro de Defensa, Celso Amorim, anunció el miércoles 8 que la serie de operaciones Ágata está prevista para diez años.
La Marina de Guerra (MB) mandó cerca de 30 navíos a la región, desde la Laguna Merim hasta el Alto Paraguay, incluyendo tres buques de guerra y un barco hospital. La Fuerza Aérea (FAB), en tanto, participa con escuadrillas de aviones F-15, Supertucanos y Fusileros de Aviación. Son utilizados también aviones de detección por radar y no tripulados. Las fuerzas terrestres participan con tres divisiones de infantería motorizada, tanques y carros blindados Urutu y Cascavel, helicópteros Black Hawk y Pantera. Además, actúan otras treinta dependencias gubernamentales.
La presidenta Dilma Rousseff ordenó la operación Ágata-5 como continuidad de las realizadas en los últimos doce meses en las restantes fronteras, desde las Guayanas hasta Bolivia, para hacer presente al Estado en la Cuenca del Plata y combatir el tráfico de drogas y el contrabando.
La principal acción registrada hasta el momento fue la aprehensión de explosivos en Rio Grande do Sul (RS) vinculados con una serie de robos de cajeros automáticos. Las fuerzas inspeccionan aeródromos, aviones, balsas, camiones, depósitos y establecimientos productivos de todo tipo. Detectaron asimismo pesca clandestina y tráfico de maderas preciosas. También se realizan acciones cívico-sociales de atención sanitaria.
La operación se fundamenta en la Ley Complementaria 97 de 1999 que involucra a las FF.AA. en el mantenimiento de “la ley y el orden” y en el Decreto 7496 de 2011, estableciendo el Plan Estratégico de Fronteras, para la integración de las fuerzas de seguridad, Hacienda y las fuerzas armadas en la acción fronteriza, así como para la integración con los países vecinos.
Resulta curioso tal despliegue militar para cumplir tareas policiales y acciones cívicas. Sin embargo, una información marginal sólo publicada el día 9 en Folha de São Paulo revela que un grupo de cinco miembros del Comité de Seguridad Doméstica de la Cámara de Representantes visitó esta semana la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay para investigar los lazos locales de Irán y del grupo libanés Hizbollah, poco después del informe del Departamento de Estado sobre el terrorismo en el mundo. ¿Coincidencia de objetivos? Puede ser, pero la Operación Ágata 5 no es una mera aplicación de la doctrina norteamericana de involucramiento de los ejércitos latinoamericanos en tareas de seguridad interior. No es casual que ningún medio de comunicación –tampoco los de izquierda– haya comentado el operativo. En Brasil hay consenso sobre la participación de las fuerzas armadas en el desarrollo económico y la proyección como potencia mundial. El operativo tiene funciones múltiples: combatir a las bandas criminales, promover la venta de armamentos, mostrar al mundo el poder militar de la sexta potencia, demostrar fuerza ante los vecinos y reivindicar a los militares mientras funciona la Comisión de la Verdad. La piedra preciosa escondida en este cóctel es sumamente peligrosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario