lunes, 8 de julio de 2013

Brasil exige explicaciones a EEUU

Denuncian que EE.UU. espió llamadas y mails en Brasil: exigen explicaciones

Clarín
Lo afirman documentos filtrados por el “topo” Snowden. Para el gobierno de Dilma es “extremadamente grave”.

Los servicios de inteligencia de Estados Unidos interceptaron millones de correos electrónicos y llamadas telefónicas de personas y empresas en Brasil, según documentos publicados ayer, basados en documentos del técnico informático estadounidense Edward Snowden. El gobierno brasileño consideró la denuncia “extremadamente grave” y pidió aclaraciones a Washington.
Una nota del diario O Globo indicó que “en la última década, personas residentes o en tránsito en Brasil, así como empresas instaladas en el país, se volvieron blancos de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos”, NSA por sus siglas en inglés. “No hay números precisos, pero en enero pasado Brasil quedó un poco atrás de Estados Unidos, que tuvo 2.300 millones de llamadas y mensajes espiados”, agregó.
El diario indicó que tuvo acceso a varios de los documentos divulgados por Snowden, que lleva más de dos semanas en la zona de tránsito de un aeropuerto de Moscú y busca asilo político para escapar al pedido de captura de EE.UU.
“Los documentos de la NSA son elocuentes. Brasil, con extensas redes digitales públicas y privadas, operadas por grandes compañías de telecomunicaciones e internet, aparece destacado en los mapas de la agencia estadounidense como blanco prioritario de telefonía y datos, al lado de naciones como China, Rusia, Irán y Pakistán”, revela el texto. Los documentos señalan que la NSA recolectaba los datos de Brasil y otros países a través de sistemas como Fairview y X-Keyscore.
Con el X-Keyscore, se puede “rastrear mensajes enviados desde Brasil en inglés, ruso, árabe o chino, así como correspondencia redirigida en portugués, ruso o alemán”, indicó el diario.
El Fairview permite, por ejemplo, interceptar llamadas telefónicas, a través de una “asociación” con una empresa de telefonía estadounidense, que a su vez tiene acceso a la red brasileña.
“El gobierno brasileño recibió con grave preocupación la noticia de que las comunicaciones electrónicas y telefónicas de ciudadanos brasileños estarían siendo objeto de espionaje por parte de órganos de inteligencia norteamericanos”, indicó por la tarde un comunicado firmado por el canciller brasileño Antonio Patriota.
La Cancillería pidió explicaciones al embajador de EE.UU. en Brasilia, Thomas Shannon, y la embajada brasileña en Washington hizo lo mismo con el Departamento de Estado, según la nota.
El comunicado agregó que Brasil lanzará en la ONU, iniciativas “con el objetivo de prohibir abusos e impedir la invasión de la privacidad de los usuarios de redes virtuales de comunicación, estableciendo normas claras de comportamiento de los Estados en las área de información y telecomunicaciones para garantizar la seguridad cibernética que proteja los derechos de los ciudadanos y preserve la soberanía de todos los países”.
La reacción de Brasilia fue coordinada por la presidenta Dilma Rousseff, junto a varios de sus ministros durante una reunión realizada en la capital brasileña, según indicó el sitio web de O Globo.
James Clapper, director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, a quien le reporta la NSA, dijo a O Globo: “Dejamos claro que Estados Unidos obtiene información de inteligencia extranjera del mismo modo que es recogido por todas las naciones”.
Para monitorear comunicaciones de un residente o de una empresa instalada en EE.UU., la NSA necesita autorización judicial emitida por un tribunal especial, la Corte de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, compuesto de 11 jueces que se reúnen en secreto. En esa instancia, por ejemplo, la agencia obtuvo autorización para acceder durante 90 días a los registros telefónicos de casi 100 millones de usuarios de Verizon, la mayor operadora de telefonía del país.
Fuera de las fronteras estadounidenses, vigilar personas, instituciones o empresas extranjeras es una misión de la NSA, definida en una orden presidencial, desde hace tres décadas, detalló el diario carioca. “Así, por ejemplo, una persona o empresa ‘de interés’ residente en Brasil puede tener todas sus llamadas telefónicas y correspondencia electrónica –enviada o recibida– bajo vigilancia constante ”, señaló. La agencia almacena todo tipo de registros (número discado, duración, fecha, hora, dirección del remitente y del destinatario, sitios visitados). Siempre, sin que los afectados se enteren.
La información publicada por O Globo tiene como coautor al periodista Glenn Greenwald, del diario británico The Guardian, uno de los primeros en dar a conocer la información recabada por Snowden.

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