lunes, 29 de julio de 2013

ALBA: "En defensa propia". Doctrina propia tras salida de la Junta Interamericana de Defensa

En defensa propia

 

En defensa propia

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Los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) elaboran una doctrina propia en materia de defensa luego de su salida de la Junta Interamericana de Defensa de la OEA.

La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) comenzó el proceso de formación de una doctrina propia en materia de defensa. Lo hizo a través del Primer Seminario Internacional de Seguridad y Defensa de los países del bloque, que se desarrolló en Bolivia el pasado fin de semana, y que contó con la presencia de jefes militares y funcionarios civiles del área de Defensa de Bolivia, Cuba, Ecuador, Venezuela y Nicaragua.
Durante la inauguración del seminario, el presidente Evo Morales detalló los principales puntos de la propuesta que llevaría a una mayor integración regional en el ámbito militar. Pero, como subrayó Morales “rechazando el militarismo” como base de las políticas de defensa. “La paz es igual a la dignidad y no hay paz sin justicia, igualdad y soberanía. Mientras el capitalismo promueve la guerra como política para aniquilar nuestros pueblos, controlar recursos naturales, destruir economías y civilizaciones, los países del ALBA tenemos la obligación de construir una región de paz”, explicó Morales en su discurso.
Nuestras Fuerzas Armadas del ALBA deben defender la soberanía nacional de cualquier intervención imperial, y por lo tanto asumir que una agresión contra uno de nuestros pueblos significa una agresión a todo el bloque”, enfatizó en lo que describió como el primer principio fundamental de la nueva estrategia. “Nuestra doctrina debe estar basada en la lucha política e ideológica contra el capitalismo, imperialismo y el colonialismo”.
Según los funcionarios de los países involucrados, se trata de un hecho histórico. Los ministerios de Defensa y los ejércitos son, en todo país moderno, entes que se involucran cotidianamente en las relaciones internacionales, influyendo en negociaciones, encuentros y desencuentros entre los países. Hasta hoy, la política en este ámbito a nivel Latinoamericano ha sido marcada por la Junta Interamericana de Defensa, organismo creado a partir de las Conferencias Panamericanas de ministros de Defensa de que se iniciaron en el año 1995.
Su estructura y objetivos fueron reforzados durante la Conferencia Especial sobre Seguridad realizada en Ciudad de México en 2003, donde se adoptó la “Declaración sobre Seguridad en las Américas”. Este es el pilar ideológico que rige la actuación de los ejércitos del continente, notablemente influenciada por las doctrinas militares norteamericanas, especialmente la llamada Doctrina Bush -basada en el principio de que los Estados Unidos tenían derecho de enemistarse, e inclusive atacar a aquellos países que apoyaran o dieran cobijo a organizaciones que ellos consideren terroristas-. En la declaración de 2003, se habla de intervención 'multidimensional' de las fuerzas armadas para combatir las principales amenazas para el continente, identificadas en desastres naturales, las pandemias, el narcotráfico, el crimen transnacional organizado y el crimen cibernético.
En 2006, la Junta Interamericana de Defensa pasó oficialmente en la órbita de la Organización de Estados Americanos (OEA), generando nuevos espacios de dirección de la doctrina militar continental como el Consejo de Delegados y la Secretaría y el Colegio Interamericano de Defensa (CID). Según denuncian los países del ALBA, estos organismos han sido hegemonizados por funcionarios norteamericanos y sus doctrinas. Así como el esfuerzo diplomático se ha empeñado en restar peso e importancia a la OEA por la influencia de los países del norte en sus decisiones -la creación de la CELAC, el rol de UNASUR y MERCOSUR, dan una idea cabal de este intento de aislar a estos países de las decisiones diplomáticas latinoamericanas-, lo mismo ocurre en el ámbito de la defensa. Los países del ALBA anunciaron en junio su salida de la JID, ya que, como denunció el canciller ecuatoriano en esa ocasión, la entidad trataría de “transformar nuestras fuerzas armadas y policía en apéndices de los poderes norteamericanos”.
La estrategia elegida por los países del ALBA, fue impulsar una nueva Escuela Suramericana de Defensa en el marco de la UNASUR, cuyo proyecto ya ha sido aprobado en noviembre pasado y forma parte del Plan de Acción 2013 del organismo internacional. Sin embargo, ya desde 2009 el bloque impulsó la creación de la Escuela de Defensa del ALBA, oficializada en la ciudad boliviana de Santa Cruz en mayo de 2011, “con orientación anticolonialista, antiimperialista y anticapitalista”.
Debemos construir desde esta escuela una doctrina con identidad estratégica común, basada en la unidad, solidaridad y complementariedad”, profundizó Morales en este sentido durante la inauguración del seminario. “Somos pueblos incómodos para le potencia imperial porque decidimos construir sociedades distintas a las sociedades capitalistas. No comulgamos con el libre mercado ni con las democracias liberales, porque la competencia salvaje entre unos y otros permite que los fuertes se coman a los débiles. No compartimos sus políticas de seguridad militaristas, y expansionistas porque son políticas de intervención y domesticación. No compartimos su doctrina militar, ni sus formas abusivas de invadir pueblos, y saquear sus recursos naturales. Separados y solos somos débiles, juntos somos fuertes e invencibles decía simón Bolívar”.
A través de un documento dividido en diez puntos fuerza, Morales propuso una nueva doctrina “inspirada en el papel protagónico de los líderes anticoloniales y antiimperiales, que dieron su vida en cuatro grandes dimensiones o momentos históricos: la resistencia colonial de nuestros pueblos indígenas; el proyecto de unidad bolivariana entre nuestros pueblos; los procesos políticos de militares nacionalistas-socialistas; y el papel que cumplen hoy los movimientos sociales como movimientos de liberación e independencia”.

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