domingo, 5 de mayo de 2013

"Obama apuesta a una América Latina dividida"

 


La anfitriona fue Laura Chinchilla, una gobernante tan entreguista y sumisa al poder imperialista como fueron sus antecesores Oscar Arias, Abel Pacheco y Rafael Calderón, para solo citar tres. Acudieron a la cita dos presidentes de izquierda moderada (Mauricio Funes y Daniel Ortega) y de países muy pobres; un primer ministro de derecha (el de Belice); Danilo Medina, Ricardo Martinelli y Porfirio Lobo, derechistas comprometidos con sectores muy oscuros en República Dominicana, Panamá y Honduras. Del otro concurrente, Otto Perez Molina, hay que decir que ascendió en el Ejército de Guatemala apoyando al sanguinario Efraín Ríos Montt. Con esos presidentes se reunió Barack Obama en Costa Rica el pasado viernes. Fueron a escuchar promesas vacuas y a recibir instrucciones. Nada más…
El poder estadounidense privilegia las relaciones bilaterales, y trata de evitar que se convierta en realidad el proyecto de Patria Grande. No hubo declaración conjunta, solo conversaciones. Fue una cita para trazar líneas. El Sistema de Integración Latinoamericano, SICA, es un organismo centroamericano y caribeño, y reúne a países pobres. Obama asistió a la reunión del SICA para conversar con los gobernantes uno a uno. Cumple la misión que le encargó el poder estadounidense.
México fue el primer punto en la gira. A mediado del mes pasado, el secretario de Estado, John Kerry, anunció que el presidente visitaría algunos lugares de esta región, a la cual se refirió con el manoseado calificativo de traspatio. Con Enrique Peña Nieto, Obama habló de la participación de México en los mecanismos integracionistas de América del Norte y en la aplicación de la política imperialista hacia el resto de América Latina.
Peña Nieto es considerado el aliado idóneo en el propósito de debilitar los emergentes espacios de integración, en particular la Comunidad de Estados de Latinoamericanos y Caribeños y Caribeños, CELAC, y la Unión de Naciones de América del Sur, UNASUR.
Hay que recordar que en los años 2006 y 2012, Estados Unidos puso empeño en manipular los procesos electorales en ese país en los años 2006 y 2012, obstaculizando el triunfo de una izquierda moderada, pero en descuerdo con las políticas entreguistas de los gobernantes del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido Revolucionario Institucional, PRI, al que pertenece Peña Nieto. Para impedir la victoria de Andrés Manuel López Obrador en dos cuestionados procesos electorales, las maquinarias de fraude del PRI y del PAN han tenido como aliado al poder estadounidense.
Obama recurre, pues, a un aliado que él ayudó a fabricar.

En el SICA
La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, declaró que en el combate al narcotráfico, no puede privilegiarse el uso de las armas, sino el aumento de las oportunidades de empleo y de educación para las personas jóvenes. ¡A pesar de que en Costa Rica, entre los días 11 y 14 de marzo tres drones realizaron 10 incursiones en el interior de una cumbre, y las autoridades trataron de no informarlo a la población. Cuando se hizo inevitable dar información, el gobierno de Costa Rica dijo que se trataba de probar mejores mecanismos de predicción climática y de mitigar los riesgos ambientales del dióxido de azufre volcánico en caso de una posible erupción. Es un pretexto simpático para explicar la introducción de armas que han servido para realizar actividades de espionaje ilegales, y hasta para asesinatos selectivos.
El propio Obama declaró no tener interés en militarizar la lucha contra el narcotráfico, a pesar de que los aviones no tripulados están en todos nuestros países (hay 10 actualmente en la zona) y el Comando Sur sigue dirigiendo jornadas de ejercicios militares.
Fue una gira de gestiones y amarres. Las declaraciones de los gobernantes que acudieron a Costa Rica y las del propio Obama, nada tienen de elocuentes.
En el caso del presidente dominicano, Danilo Medina, hay que destacar que, al llegar al país, dijo que habló con el presidente de Estados Unidos sobre migración y sobre posibles acuerdos para importación de gas. ¿Acaso no trató sobre el contrato con la Barrick Gold, a pesar de que el embajador yanqui, Raúl Yzaguirre, se pronunció el mismo 27 de febrero manifestando su oposición al proyecto de revisar el contrato? Y, más importante aún, ¿acaso responde a esas orientaciones al dejar pasar plazos y desoír la demanda de nacionalizar esa multinacional contaminante, expoliadora y descaradamente saqueadora? Todo indica que ablandará todavía más su posición a partir de esta reunión.

La negación del respeto
Todos los que acudieron a la cita, han declarado en sus países que hablaron con Obama sobre la situación de los nacionales que residen en Estados Unidos. Los motiva a dar esa explicación el interés que concita el tema en la población.
En México y en Costa Rica, la demanda de que sean reconocidos los derechos de los latinoamericanos residentes en Estados Unidos, estuvo en el centro de todas las movilizaciones. Los manifestantes destacaron el aumento de las deportaciones durante el gobierno de Obama.
En México, López Obrador hizo varios pronunciamientos destacando la necesidad de que las discusiones se desarrollaran en un marco de respeto y de mutua colaboración.
Pero sucede que el respeto y la mutua colaboración son incompatibles con la injerencia y la imposición. Poco después de salir del escenario de la reunión, Obama emitió una irrespetuosa declaración sobre el Gobierno de Venezuela. ¿Acaso no es evidente la aspiración de revertir el avance político en América Latina? Es evidente que Obama busca convertirse en verdugo de los mecanismos de integración en proceso de desarrollo… Sería su gran aporte al poder estadounidense…

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