domingo, 8 de abril de 2012

Argentina y la Junta Interamericana de Defensa

La Argentina rechaza un proyecto de coordinación militar ideado por EEUU

Por segunda vez, el gobierno formalizará su desacuerdo con la propuesta de la Junta Interamericana de Defensa (JID). La Casa Rosada argumenta que la iniciativa excede las atribuciones soberanas de los poderes políticos-civiles.

Tiempo Argentino

El fantasma de la Escuela de las Américas se resiste a morir. Ahora es la Junta Interamericana de Defensa (JID), el organismo con sede en Washington que, en los papeles, agrupa a representantes de las Fuerzas Armadas de todo el hemisferio. Bautizado en inglés como Inter American Defense Board, la internacional castrense que depende de la OEA acaba de abrir un fuerte debate en todo el continente al presentar en marzo último una propuesta para intervenir ante situaciones de desastres naturales o catástrofes humanitarias. El documento de la JID, cuyo titular es el teniente general canadiense Guy Thibault y su director ejecutivo el general de división brasileño Juarez Aparecido de Paula Cunha, fue entregado  a todos los países del hemisferio. El texto contiene aspectos muy polémicos que responden a un principio general: pretende crear una coordinación internacional de las FF AA del hemisferio, bajo el paraguas de la OEA y con autonomía de los gobiernos civiles, para intervenir con mayor eficacia “en la prevención, auxilio y recuperación de la población” ante casos de desastres. 
La posición oficial de la Argentina, presentada casi de inmediato, el 22 de marzo en la última reunión de la Comisión de Seguridad Hemisférica de la OEA, fue un rechazo en toda la línea. El gobierno volverá a objetar la propuesta el 16 y el 17 de abril en Montevideo, donde se realizará la reunión preparatoria del próximo encuentro de ministros de Defensa de las Américas, programado para octubre. 
Sin disimulo ni demasiado eufemismo, el “Plan para Mejorar la Orientación y Asesoría de la JID en casos de Desastres” muestra sus cartas desde las primeras fundamentaciones. En la página 2 del documento, al que accedió Tiempo Argentino, se esboza un preámbulo que desnuda un marco doctrinario inspirado en el Comando Sur del Ejército estadounidense (SOUTHCOM). Allí, se deja la puerta abierta para acciones unilaterales de las FF AA ante situaciones de emergencia, sin tener en cuenta a las autoridades civiles locales. “La constante participación de las FF AA en estos menesteres, les ha proporcionado amplia experiencia, lo cual conlleva a que su actuación se dé por sí o conjuntamente con la autoridad del nivel que corresponda, de acuerdo al nivel de la afectación”, dice el texto.
El plan de la JID para casos de desastres muestra una evidente coherencia con el modelo de intervención de los marines estadounidenses ante catástrofes sociales o naturales: el ejemplo más emblemático es el terremoto que afectó a Haití en enero de 2010, cuando 2200 soldados de 
EE UU aterrizaron en la capital, Puerto Príncipe, con autorización de las Naciones Unidas. En el ambiente de las organizaciones especializadas en situaciones de desastre se define la forma de intervención de los marines como “asistencia dirigida”, un método que se caracteriza por la acción vertical, externa y sin participación de la comunidad local. Ese modelo de intervención queda expuesto en las primeras páginas del documento elaborado en Washington: al citar antecedentes, la JID reconoce que “los militares han demostrado ser un elemento relevante para realizar acciones a ser desarrolladas en los primeros momentos, después de la ocurrencia de catástrofes, permitiendo ser empleados en países amigos”. 



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