jueves, 4 de febrero de 2016

Alineamiento: después de 5 años, EEUU volvería a entrenar fuerzas de seguridad argentinas

Kristie Kenney participó ayer de la reunión con Marcos Peña, Susana Malcorra y Martín Lousteau

Diálogo con EE.UU. sobre seguridad e inversiones

El jefe de Gabinete recibió a una alta funcionaria del Departamento de Estado; gestionan un encuentro del Presidente con Obama para fines de marzo.
LA NACION

Después del descongelamiento de las relaciones con los Estados Unidos que inició Mauricio Macri en la cumbre económica de Davos, ayer el Gobierno concretó un nuevo paso para afianzar el vínculo, roto durante la gestión de Cristina Kirchner.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, recibió en su despacho a Kristie Kenney, funcionaria del Departamento de Estado. Lo hizo con una amplia comitiva que incluyó a la canciller, Susana Malcorra, con quien la mano derecha de John Kerry almorzó primero en el Palacio San Martín. En el encuentro estuvieron el embajador argentino, Martín Lousteau, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo.
Aunque todavía no tiene fecha y falta la confirmación, el Gobierno gestiona una reunión del Presidente con Barack Obama para fines de marzo, cuando ambos compartan en Washington la cumbre de seguridad nuclear de la que participará Macri. No está previsto que el viaje se convierta en una visita de Estado, pero desde la Casa Rosada esperan que se concrete un mano a mano de ambos presidentes. En esa misma cumbre, en 2010, Cristina logró tener su primer encuentro con el presidente norteamericano después de más de un año de buscarlo. El Gobierno apenas informó que los funcionarios "dialogaron para incrementar la cooperación bilateral en distintas áreas", según un comunicado de Presidencia. Pero fuentes oficiales ampliaron a LA NACION que se habló de acuerdos en materia de seguridad; entre ellos, retomar los entrenamientos policiales en los Estados Unidos. El tema había traído polémica en la gestión anterior, que mantuvo una tensa relación con el gobierno norteamericano, cuando el ex canciller Héctor Timerman había cuestionado que la Policía Metropolitana, la fuerza creada por Macri en la ciudad, recibiera asesoramiento de la Academia Internacional para el Cumplimiento de la Ley, en El Salvador, a la que comparó entonces con la Escuela de las Américas.
"Estamos hablando de cooperar entre ambos países en temas como seguridad, entrenamiento policial e inteligencia para la lucha contra el narcotráfico", informó una fuente de la Casa Rosada. El Gobierno no abundó en detalles sobre lo conversado, y escuetamente se limitó a dar cuenta del relanzamiento de las relaciones.
El otro tema de la agenda bilateral son las inversiones de empresas norteamericanas radicadas en el país, que el Presidente espera que se concreten en el corto plazo. En Davos, cuando participó del Foro Económico Mundial, se llevó la promesa de un desembolso de 1000 millones de dólares de Coca-Cola.
La llegada de Kenney al país es la primera de un funcionario de alto rango de los Estados Unidos desde que Macri asumió la presidencia, que abrió una nueva etapa en la relación bilateral.
Macri ya se había reunido en Davos con el vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y desde entonces el Gobierno trabaja en la posibilidad de concertar un encuentro a solas con Obama cuando el Presidente viaje a la cumbre nuclear que se hará entre el 31 de marzo y el 1 de abril. "Sólo depende de cómo se acomoden las agendas, pero está casi cerrado", explicaron en Balcarce 50. El lunes Lousteau había pasado por la Casa Rosada tras su encuentro con el presidente norteamericano, a quien le presentó la semana pasada cartas credenciales como representante diplomático en los Estados Unidos junto a otros 14 embajadores.
El nuevo posicionamiento internacional del país, alejado del eje bolivariano, despertó el interés de los Estados Unidos en Macri. En Davos, de hecho, consiguió que el Tesoro norteamericano levantara el veto que, desde 2011, le impedía a la Argentina obtener préstamos de organismos multilaterales.

Comer en la Casa Rosada será más caro

"A comer que se acaba el mundo" podría ser el nuevo eslogan en la Casa Rosada. El Gobierno decidió subir el precio del menú del comedor, que costaba $ 3 desde el año 2011, cifra que nunca se actualizó. Ahora pasará a costar entre $ 40 y $ 50, y el servicio será concesionado.
La reducción de gastos en comida incluirá un feroz ajuste. Ayer se emitió una circular de la Secretaría General de la Presidencia que establece que tanto Mauricio Macri como sus ministros y hasta la categoría de director podrán consumir gratis sólo agua, y té o café, solo o con leche.
Hasta el 21 de febrero podrán pedir gaseosas, medialunas, tostados y galletas. Desde esa fecha esos productos se cobrarán. Macri, que toma varias veces al día Coca-Cola light, deberá pagarla.

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