sábado, 19 de marzo de 2016

Colombia, el peligroso modelo que Obama pretende para Argentina en la lucha contra el narcotráfico. Conferencia del embajador Mamet


DEFINICIONES DEL EMBAJADOR DE EE.UU. ANTE LA VISITA DE OBAMA

Colombia, un modelo Made in USA

El representante Noah Mamet incluyó a Colombia en las “buenas prácticas” de lucha contra el tráfico de drogas. Anticipó que Obama “mostrará su respeto” por la conmemoración de los 40 años del golpe.

Por Martín Granovsky 
Página/12

Como anticipo de la visita del presidente Barack Obama, el embajador de los Estados Unidos citó el caso colombiano entre las que definió como “buenas prácticas” de lucha contra el narcotráfico. En una rueda de prensa ofrecida en su residencia Noah Mamet también dijo sobre los 40 años del golpe militar que Obama “mostrará su respeto” por la conmemoración.
En una breve introducción fue el propio embajador quien mencionó que la “lucha contra el narcotráfico” será parte de la agenda entre Obama y Mauricio Macri.
La cuestión de las drogas es una discusión permanente en los Estados Unidos. El debate es qué hacer en casa y qué hacer fuera de casa. En el ámbito local proliferan las experiencias como la del estado de Colorado, que legalizó la marihuana. En la campaña la precandidata demócrata Hillary Clinton suele pedir que los bomberos y los policías sean entrenados para asistir a gente que se propinó sobredosis de sustancias agresivas y puedan llevar un kit para salvataje de emergencia. En el plano internacional Washington bendijo la “guerra contra las drogas”, definida así y encarada por el ex presidente mexicano Felipe Calderón. Esa guerra superó las 100 mil víctimas entre muertos y desaparecidos.

–Embajador, ¿en materia de lucha contra las drogas cuál es el modelo en el que su país quiere cooperar con la Argentina? ¿Colorado o México? –preguntó ayer Página/12.
–Bueno, hay más modelos además de los que usted cita. Le menciono las buenas prácticas aplicadas en Colombia, donde nosotros hemos ayudado con muchos fondos. Yo escuché que funcionarios del gobierno argentino dijeron que quieren trabajar con Colombia para dar aquí la pelea contra el delito. Cuando recorro las provincias también encuentro mucha preocupación por el tema en funcionarios y dirigentes. Es un gran tema y seguramente habrá algunos anuncios.

–Cuando usted habla de buenas prácticas en Colombia, ¿a qué período se refiere?
–Le repito que hay muchos casos en el mundo que conviene analizar y ver cuáles sirvieron y cuáles no. Por otra parte es público que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, visitó los Estados Unidos y se entrevistó con funcionarios de la Secretaría de Seguridad Interior, del FBI y de la Drug Enforcement Agency.

Macri conserva una relación histórica con Alvaro Uribe, presidente de Colombia entre 2002 y 2010. Uribe fue el que dio impulso a la militarización de la lucha antinarco, con su secuela de muertos, desaparecidos y campesinos desplazados, y recibió la mayor ayuda bélica norteamericana después de Israel y Egipto. Juan Manuel Santos, su sucesor, se diferenció de Uribe y encaró conversaciones de paz en La Habana, todavía en curso. Los Estados Unidos apoyaron tanto la ofensiva militar como la decisión de Santos de resolver el conflicto. Las agencias norteamericanas, sin embargo, no redujeron significativamente la demanda interna de drogas, el mayor mercado del mundo para los narcos de Colombia, México o Pakistán.
Mamet se mostró animado ante el desafío de ser embajador en una visita de su presidente. Usó varias veces la palabra exciting para calificar la planificación y el viaje de dos días que Obama realizará el 23 y 24 de marzo. Debe ser una tarea efectivamente interesante o apasionante porque el Palacio Bosch, la residencia del embajador donde se alojarán Obama y su esposa Michelle, estaba ayer en plena restauración de detalles. Los periodistas invitados a la embajada por el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales a través de Guillermo García, ex vocero del canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, vieron trabajos en las alfombras y los mármoles de la entrada y en las molduras del primer piso.
Mamet no quiso dar precisiones sobre la agenda de Obama, aunque uno de los temas fue hecho público el jueves por Susan Rice, la consejera de Seguridad Nacional de la Casa Blanca encargada de anunciar la nueva ola de desclasificación de miles de archivos sobre el período de la dictadura militar.
“Obama va a mostrar su respeto por el aniversario y seguramente hablará sobre qué son los derechos humanos hoy”, dijo el embajador ante la consulta de los periodistas. No fue más específico cuando le preguntaron si reconocería la responsabilidad de los Estados Unidos en la promoción de los golpes militares en el continente. “Pregúntenlo en la conferencia de prensa del presidente Obama”, sugirió al ser consultado sobre el papel del ex secretario Henry Kissinger en el respaldo a las dictaduras. Kissinger fue el artífice del Operativo Cóndor de colaboración entre las tiranías del Cono Sur.
En su introducción, Mamet hizo una comparación asombrosa cuando dijo que “hace unos años muchos se hubieran sorprendido de que Obama viajar a Cuba y a la Argentina”. Al revés de Cuba, la Argentina nunca rompió relaciones con los Estados Unidos y por ese motivo no debió normalizarlas.
Comentó que veía en la Argentina de los primeros días de Macri el mismo optimismo que reinaba en los Estados Unidos luego de la asunción de Obama, en enero de 2009. El californiano Mamet no es un diplomático de carrera sino un consultor y empresario que recaudó fondos para Obama y por eso fue uno de los castigados con la dilación en la aprobación de su pliego por los republicanos ultraduros que comandaba el senador Marco Rubio. El mismo que esta semana anunció que abandonaba la carrera por la candidatura presidencial después de su derrota en Florida.
Para Mamet, Macri es “un reflector”, y a ese carácter de bright spot atribuyó la llegada no solo de Obama sino, antes, del primer ministro italiano Mateo Renzi y del presidente francés François Hollande. “Macri dijo que quiere comprometerse con el mundo, con los derechos humanos y con el mantenimiento de la paz”, dijo. Declinó comentar la situación en Brasil y sugirió preguntar por la opinión norteamericana sobre Venezuela a sus colegas destinados en Caracas, aunque incluyó la cuestión venezolana entre las visiones similares e ambos gobiernos.
¿Y los buitres? “La negociación está en marcha y el proceso sigue en el Congreso argentino”, respondió.

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