lunes, 19 de mayo de 2025

“Milei está entregándole todo a Estados Unidos”

“Milei está entregándole todo a Estados Unidos” 


Por Leandro Albani*

Lo que somos, 19 de mayo de 2025

En esta entrevista, el investigador y académico argentino Leandro Morgenfeld analiza en detalle la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China, y reflexiona sobre cómo se posiciona América Latina y el Caribe ante esta situación que por momentos se vuelve crítica

¿Cómo pensar la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China desde una mirada latinoamericana? ¿Qué esperar en un continente donde las pujas entre las expresiones políticas neoliberales (y ahora de ultraderecha) y progresistas ya llevan varias décadas? En un contexto que se vislumbra de reestructuración mundial, ¿en qué lugar queda una Argentina gobernada por Javier Milei?

Leandro Morgenfeld,

Algunas respuestas e hipótesis a estas preguntas las responde a LQSomos Leandro Morgenfeld, profesor de Historia de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Autor de los libros Vecinos en conflictos: Argentina y Estados Unidos en las Conferencias Panamericanas, 1880-1955; Relaciones peligrosas: Argentina y Estados Unidos; Bienvenido Mr. President. De Roosevelt a Trump: las visitas de presidentes estadounidenses a la Argentina, y Nuestra América frente a la doctrina Monroe. 200 años de disputas, Morgenfeld analiza cómo repercute en América Latina (y en particular en Argentina) la puja política y económica entre Washington y Beijing, y se adentra en el “declive relativo” de un Estados Unidos en el ojo de la tormenta bajo el gobierno de Donald Trump.

Recientemente, Morgenfeld y el investigador Gabriel Merino coordinaron Nuestra América, Estados Unidos y China. Transición geopolítica del sistema mundial, publicado recientemente por Batalla de Ideas y CLACSO, en el cual abordan en detalle el devenir latinoamericano ante las dos principales potencias mundiales. A través de veintitrés autoras y autores de América Latina, en el libro se detalla de forma milimétrica el actual contexto de transición geopolítica a nivel global, el declive relativo de Estados Unidos y el ascenso de China y Asia-Pacífico, y cómo se posiciona Nuestra América antes este escenario.

Al referirse al libro, Morgenfeld destaca que muchos y muchas investigadoras vienen trabajando hace años con la hipótesis del declive estadounidense, “que en otro momento era mucho más discutido, pero hoy es casi de aceptación global”. Sobre esta actualidad, dice que se atraviesa “un momento de transición geopolítica, que no se traduce en la narrativa del Norte Global, o del Occidente geopolítico, de que es una nueva Guerra Fría, sino como una transición hacia un mundo más multipolar donde Estados Unidos ya no puede ejercer su hegemonía”.

En este nuevo libro aparecen temas diversos, que van desde la militarización estadounidense del continente latinoamericano hasta la disputa por los recursos naturales (con el litio como eje central) y la competencia de la producción de los chips a nivel internacional. En medio de estos análisis, se profundiza sobre cuestiones específicas como la “guerra mundial híbrida y fragmentada”, la guerra comercial y tecnológica, la disputa ideológica, política y mediática, y el lawfare, siempre reflexionando sobre cuáles son los desafíos para América Latina y el Caribe.

LoQueSomos: ¿Cuáles son las consecuencias para Argentina de la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China?

Leandro Morgenfeld: Argentina, con el gobierno ultraderechista de Milei, tiene una de las políticas exteriores más subordinadas de toda la historia del país. En un contexto de declive de Estados Unidos y ascenso de China y otros actores, tiene la peor política exterior posible. En 2023 se había negociado, a instancias de Brasil, el ingreso de Argentina al grupo BRICS, del cual decenas de países quieren participar. Argentina fue parte histórica de la ampliación del BRICS y tenía que ingresar en enero de 2024, pero hubo una reversión del gobierno de Milei de la gestión que había logrado Lula a finales de 2023, que es el año de la aprobación de Argentina y cinco miembros más plenos del grupo BRICS.
El gobierno de Milei se alinea completamente con Estados Unidos. Se pelea con algunos de los socios comerciales principales donde Argentina destina sus exportaciones, como son Brasil y China, y apuesta por una economía como la norteamericana, que siempre fue más competitiva que complementaria con Argentina. Washington siempre aplicó diferentes formas de proteccionismo arancelario y no arancelario, y esto hace que los últimos años el déficit comercial de Argentina con Estados Unidos, más allá de algún año en particular, sea cada vez más deficitario. En la última década, hay casi treinta mil millones de dólares de déficit comercial de Argentina con Estados Unidos. A cambio del apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI), de respaldo político y de alineamiento ideológico, Milei está entregándole todo a Estados Unidos, dejando al país en una posición de mucha indefensión al regalar recursos estratégicos a empresas norteamericanas, de avanzar en un alineamiento político -por ejemplo cancelando la compra de aviones chinos que ya se había acordado y cambiando por los F-16 norteamericanos-, de hacerle promesas al Comando Sur estadounidense de construir una base militar como parte de la ocupación de nuestros territorio en Tierra del Fuego, para un control estratégico de uno de los dos pasos bioceánicos en América.

Alvin Holsey, jefe del Comando Sur y Milei. AFP

LQS: ¿El declive de Estados Unidos que analizan en el libro se puede profundizar con la administración de Donald Trump?

LM: Es muy pronto para afirmarlo, pero mi hipótesis es que sí. Trump logró algunos triunfos parciales cortoplacistas con una serie de amenazas, incluidos a sus principales socios comerciales y económicos, como la Unión Europea (UE), Japón, Corea del Sur, Canadá y México. El ataque fue muy virulento frente a sus socios. Dinamitar todo el orden multilateral, retirarse de organismos, denostarlos, atacar a los países y establecer sanciones comerciales, generó que algunos de esos países negocien con Estados Unidos y consigan ciertas concesiones. Pero en el mediano y corto plazo se va a profundizar el declive de Estados Unidos, porque ninguna hegemonía se mantiene solo con el hard power (poder duro), es decir con la amenaza. La estrategia de Trump es distinta a la estrategia globalista: va a una negociación bilateral, país por país, y extorsiona o amenaza con sanciones económicas o incluso militares. Por estos días, volvió a amenazar con una incursión militar para reapropiarse de Groenlandia por la fuerza, y hasta dijo que podría ocurrir con Canadá, como había dicho en su momento con Panamá.

Cordon Press –

Por un lado, están las amenazas de agresiones directas, y por el otro están las sanciones comerciales. Esto hace que, incluso, socios que tienen una dependencia muy fuerte con el mercado interno norteamericano estén evaluando en el mediano y largo plazo una diversificación de sus mercados. La gran novedad es que China, a diferencia de 2018, no se avino a impulsar una rápida negociación con Estados Unidos, sino que le contestó punto por punto la andanada de aumentos de aranceles que puso el gobierno de Trump. Por más que tuvo que recular en relación con China por la necesidad de suspender algunos de los anuncios en términos de la importación de smartphones, de computadoras, de chips, ahí existe un reconocimiento de que Estados Unidos, que ha deslocalizado buena parte de su producción industrial en las últimas décadas, no puede prescindir de las importaciones provenientes de China. Y si lo hace, China está desarrollando rápidamente un plan B y un proceso de reemplazar a Estados Unidos desde el punto de vista comercial en aquellos países o regiones con las cuales se profundice esta política comercial tan agresiva. Mi hipótesis es que Trump no solo va frenar o a revertir el proceso de declive de Estados Unidos, sino que lo va a terminar acelerando.

LQS: ¿Pensás que el bilateralismo de cualquier país con Estados Unidos puede ser una política efectiva en la actualidad?

LM: Puede ser efectiva en algunas cuestiones, pero no puede establecer una hegemonía a mediano y largo plazo sin herramientas de consenso y sin construir un orden alternativo. Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos en Occidente, y en la posguerra fría a nivel global, construyó un multilateralismo funcional para mantener y sostener su dominio y hegemonía a nivel global. Dinamitar eso, porque ya no es funcional a Estados Unidos para tratar de frenar el ascenso de China y otros actores, lo deja sin una de las herramientas de construcción de hegemonía, como es el poder blando (soft power) y construir un orden institucional donde pueda sostener ese dominio unipolar. Es un multilateralismo unipolar, que es el que supo tener Estados Unidos desde el final de la Guerra Fría para acá. La idea de que va a sostener ese dominio a nivel mundial con negociaciones bilaterales y sin un orden multilateral alternativo, tiene patas cortas y está destinado al fracaso.

LQS: ¿Qué desafíos tiene América Latina frente a las tensiones entre Estados Unidos y China?

Reuters – Kevin Lamarque

LM: Los desafíos son enormes por dos motivos. El primero, porque en Estados Unidos el gobierno de Trump coquetea con cierta posición aislacionista o con reconocer que ya no pueden seguir siendo el gendarme planetario como lo fueron hasta ahora. Entonces, reconoce ciertas áreas de influencia y dice que el continente latinoamericano es su patio trasero y que no va a aceptar que sigan avanzando potencias extrahemiféricas. Por eso digo que Trump actualiza la Doctrina Monroe. Hay, implícitamente, un corolario Trump de la Doctrina Monroe, reivindicada por el secretario de Estado Marco Rubio, y por una prédica muy agresiva: recuperar Groenlandia, incluso Canadá como el estado cincuenta y uno de la Unión, la posibilidad de intervenir militarmente con drones en México por los carteles de droga, la posibilidad de recuperar por la fuerza el canal de Panamá, la construcción de nuevas bases militares, por ejemplo en Argentina. Son una serie de amenazas para reforzar el dominio en lo que consideran su patio trasero y su área exclusiva de dominio. Esto hizo que muchos países se doblegaran ante las amenazas arancelaria e incluso de intervención militar y política. Hay un reforzamiento y una militarización de la política estadounidense hacia América Latina y el Caribe, en particular, y hacia América en general.

LQS: Ante esta realidad, ¿qué opciones tiene América Latina?

LM: Tiene una posibilidad histórica en términos estructurales, incluso hay condiciones mucho mejores que cuando en 2005 los países del Mercosur más Venezuela le dijimos “No” al ALCA. En esa etapa era el proyecto de dominio estratégico, donde la estrategia globalista era la predominante en Estados Unidos, se promovían los mega acuerdos de libre comercio, el objetivo era controlar a China estableciendo las reglas de juego del comercio internacional, como después dijo Barack Obama. Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela le dijeron no al ALCA, y eso permitió construir una instancia de coordinación y cooperación política en el continente por parte de los países sudamericanos, y después latinoamericanos, con organismos como la CELAC, la Unasur, el ALBA, y frenar un poco el proyecto imperial de Estados Unidos. Sin embargo, hoy estamos con un mundo mucho más multipolar que el de hace veinte años, cuando le dijimos “No” al ALCA. Esa transición hacia un mundo multipolar se observa en la creación de instituciones como los BRICS y el Banco de Desarrollo como instancias de financiamiento alternativo.

Rolex de la Pena / EFE

En los hechos, estamos en un mundo donde el poder está mucho más redistribuido que hace veinte años. Eso genera enormes posibilidades para América Latina para que fructifique una mayor autonomía de la región, para la diversificación de la inserción económica internacional. Sí o sí, como precondición de esto, es que se avance en procesos de coordinación y cooperación política, y se retomen los proyectos de integración regional. Si discutimos con Estados Unidos cada uno de los países de la región en forma bilateral, no hay ninguna posibilidad que Washington no avance en el proceso de perifelialización de los propios países de la región. El caso de Argentina es el más claro, pero podemos decir lo mismo de Ecuador, Paraguay, El Salvador, por tener los gobiernos más afines a Trump, pero también de muchos otros que intentan o no confrontar, o zafar de las amenazas de Estados Unidos, sin articular una estrategia continental común.

Hay que recuperar los organismos regionales, a la CELAC como instancia de discusión de todos los actores que están redefiniendo este mundo más multipolar, y desde ahí construir una inserción internacional y un proyecto de desarrollo con mayores márgenes de autonomía en la región. Sin eso, no hay ninguna posibilidad. La conclusión sería que depende de América Latina y de que sepamos superar esos obstáculos para la integración regional y aprovechar esta oportunidad. Si no, tendremos como destino ser cada vez más periféricos y subordinados en un mundo en disputa y frente a esta política más agresiva que plantea el actual gobierno de Estados Unidos.

* Leandro Albani, periodista y escritor, desde Argentina para LoQueSomos. Autor de No fue un motín. Crónica de la masacre de Pergamino, y Ni un solo día sin combatir. Crónicas latinoamericanas. Tiene cuatro libros sobre Kurdistán. Ha realizado coberturas desde Venezuela, Bolivia, México, Cuba, Ecuador, España, Bélgica, Irán y Bashur (Kurdistán iraquí).

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