jueves, 18 de agosto de 2011
Kennedy, Frondizi y el Che: 50 años de un histórico encuentro
Hace hoy exactamente 50 años, se producía un encuentro secreto entre el presidente Frondizi y el Che Guevara. Acababa de terminar la Conferencia de Punta del Este, en la cual el gobierno de Kennedy panamericanizó la "Alianza para el Progreso" (ALPRO), con el objetivo de aislar a Cuba. Cuatro meses antes, había fracasado la invasión a Bahía de Cochinos, y la Revolución Cubana gozaba de amplio apoyo popular en toda América Latina. Kennedy se vio obligado a restablecer la vieja estrategia de "garrote y zanahoria". Le prometió ayuda al resto del continente por varios miles de millones de dólares (que en su mayoría nunca se concretaría), para evitar la proliferación del (mal) ejemplo cubano. Al mismo tiempo, presionaba a los países del continente para expulsar a Cuba de la OEA, cuestión que se materializó en otra conferencia en Punta del Este, en enero de 1962. En el interín, el Che Guevara se entrevistó con Frondizi el 18 de agosto de 1961. El gobierno argentino se negaba a violar el principio de autodeterminación de los pueblos y de respeto a las soberanías. Ni bien se hizo pública la reunión, la cúpula de las Fuerzas Armadas argentinas pidió explicaciones a Frondizi y le exigió la renuncia. Ya bajo la orientación de la Doctrina de Seguridad Nacional, los militares argentinos preparaban un nuevo golpe de estado, que se concretaría en marzo de 1962, luego de haber exigido a Frondizi que rompiera relaciones diplomáticas con Cuba.
El haber cedido frente a las presiones del Departamento de Estado, llegando a romper las relaciones diplomáticas con la isla, permitió a Estados Unidos profundizar su política imperialista en el continente, impulsando golpes de Estado (como el de Brasil, en 1964) o intervención militares (República Dominicana, 1965), recubriéndolas con un engañoso marco multilateral. La OEA, entonces, fue el instrumento de los planes estratégicos estadounidenses en la región, para dividir a los países latinoamericanos. El Departamento de Estado, una vez más doblegó las resistencias de los países latinoamericanos con promesas de ayuda económica, la ALPRO, que lejos estuvieron de concretarse. La debilidad latinoamericana se debió, en parte, a la imposibilidad de superar los obstáculos para la integración regional por fuera de los designios de Washington.
Ver artículo de Albino Gómez, funcionario de Cancillería en 1961 y testigo del encuentro entre Frondizi y el Che.
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