Cuadernos de Coyuntura
La puesta en marcha de una política exterior desideologizada. El papel del oficialismo en los organismos de integración regional. La “vuelta” al mundo y los debates en torno a una política exterior “seria”.

Paradoja 1: Desideologización de la política exterior/Accionar moralista
Cuando
hacia fines de marzo el presidente Mauricio Macri promulgó el inicio de
una nueva época signada por el fin del aislamiento, su canciller,
Susana Malcorra, decretó la reinserción de nuestro país en el mundo.
¿Cómo se alcanzó tamaño logro en tan corto tiempo? En palabras de la
funcionaria, gracias a la puesta en marcha de una política exterior
desideologizada: “Nuestro
gobierno no verá al mundo exterior como un enemigo, sino como una
oportunidad para el desarrollo del potencial argentino” decía la
plataforma de Cambiemos. ¿Es el mundo, ahora, una oportunidad a la que
accedemos sin ideas, valores o dogmas? Dejemos que los datos hablen.


Este
tipo de acciones u omisiones son la representación de una lógica de
política exterior principista basada en una reconfiguración de los
patrones de ponderación de ideas, valores o dogmas. La forma de pensar
cómo volver a ese mundo tiene, entonces, una ideología de fondo.
Existen ciertas acciones que atentan contra la sustentabilidad del discurso desideologizante. La manera en la que se han venido capitalizando los espacios de integración regional es una de ellas.
Paradoja 2: Ampliación de las opciones internacionales/Reproducción de las agendas de terceros
Uno
de los principales argumentos de la vuelta a la comunidad internacional
se arraiga en el hecho de que a partir de ahora se ampliarán las
opciones para Argentina. No obstante ello, surge aquí una segunda
paradoja.
En
estos meses se sucedieron una serie de acciones que erosionan las
pulsaciones autonómicas, tales como el avance en el enfoque de “guerra
contra las drogas”, visible en el decreto de emergencia en seguridad
pública y en el acuerdo firmado con Estados Unidos en marzo entre las
carteras de seguridad de ambos países. El panorama es también
desalentador si se añade la forma en la que se “resolvieron” las
negociaciones con los holdouts,
que culminaron con en una ganancia de 1600% para los agentes
predatorios, a pesar de que el año anterior Argentina obtuviera el
respaldo de la ONU sobre la reestructuración de deudas soberanas.

SeriedadResulta necesario definir las prioridades, identificar cuáles son las opciones vigentes y los recursos disponibles. (…) Esperemos que el renacer del interés del “Occidente desarrollado” no nos haga olvidar que el destino propio de nuestro país es América Latina, nuestra plataforma de proyección internacional.
La
definición de una política exterior “seria” -que nosotros llamaríamos
autónoma-, radica en evitar los alineamientos automáticos, las
relaciones carnales y, fundamentalmente, la reproducción de las agendas
de actores que perjudiquen los procesos de ampliación de derechos de los
sectores más vulnerables de nuestro país. Por el contrario, resulta
necesario definir las prioridades, identificar cuáles son las opciones
vigentes y los recursos disponibles. En palabras de un escritor peruano,
el mundo es amplio y ajeno y la inserción de Argentina en él radica en
trabajar prioritariamente en el área de las negociaciones y los
consensos de manera pragmática. Esperemos que el renacer del interés del
“Occidente desarrollado” no nos haga olvidar que el destino propio de
nuestro país es América Latina, nuestra plataforma de proyección
internacional.
*Magíster en Integración Latinoamericana (UNTREF)
**Doctor en Ciencias Sociales (UBA)
**Doctor en Ciencias Sociales (UBA)
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