El encargado de Negocios de Embajada de Estados Unidos, Thomas Cooney.
El primer Día de la Independencia de EE.UU. de la era Trump: cóctel con blues y pocos funcionarios
La
celebración del 4 de julio reunió a empresarios y políticos, pero hubo
poca presencia del gabinete de Mauricio Macri, de viaje en Alemania.
Por Natasha Niebieskikwiat (Clarín)
El discurso del diplomático se encadenó con los elogios mutuos que intercambiaron Macri y Trump en Washington en abril, cuando el argentino visitó la Casa Blanca y escuchó de boca del estadounidense una larga lista de palabras amistosas.
Hoy, en el aniversario 241° de la Independencia, Cooney llenó la residencia con unos mil invitados. Sin embargo, se vieron pocos funcionarios nacionales, a diferencia de la fiesta del año pasado.
Con medio gabinete de gira junto al Presidente Mauricio Macri en Alemania para acudir a la cumbre del G20, Así, la cabeza de la delegación oficial, podría decirse, fueron el ministro de Modernización, Andrés Ibarra, y Guillermo Dietrich, de Transporte. También estuvo en la residencia de Palermo la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, y el secretario de derechos humanos, Claudio Avruj.
La "estrella" fue el juez Claudio Bonadio -que tiene en sus manos buena parte de las causas que más preocupan al corazón del kirchnerismo- quien al entrar le dijo a Clarín que "la cooperación judicial y en materia de seguridad internacional con los Estados Unidos es más fluida ahora que un año atrás".
Luis María Echevehere, titular de la Sociedad Rural Argentina, también estuvo en el cóctel donde se sirvieron las a esta altura clásicas mini hamburguesas con papas fritas, un plato que ya dejó su pasado de comida chatarra para ganarse un puesto en la categoría de gourmet en todo el mundo. Un detalle que resalta la relación bilateral: se sirvió vino californiano pero hecho por una bodega argentina asentada en ese estado del oeste estadounidense.
Otros empresarios: Miguel Acevedo, de la UIA; Gabriel Martino, del banco HSBC, Carlos Blaquier (hijo), de Ledesma y Gustavo Weiss, de la Cámara de la Construcción, entre otros.
El tema de la fiesta fue la historia del Misisipi, el río que atraviesa diez estados y que funciona como emblema del sur norteamericano. La residencia estaba adornada con nombres de ciudades del área, y un cantante de blues coronaba la puesta.
El intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, también dijo presente, y dialogó con su par de San Isidro, Gustavo Posse. La charla multipartidaria fue supervisada por Cristina Ritondo, ministro de Seguridad de María Eugenia Vidal.
La cuestión electoral fue ineludible. Allí estuvieron los dos jueces de la Cámara Nacional Electoral, Santiago Corcuera y Alberto Dalla Vía y el ex Director Nacional Electoral y hoy asesor del gobierno en la misma materia Alejandro Tullio.
El ex Soda Stereo Charly Alberti caminaba por el lugar, acaso buscando a su amigo el ex embajador Noah Mamet, quien estaba invitado pero no concurrió porque no estaba en el país. La consultora Graciela Römer, fue muy consultada, lo mismo que el ex vicecanciller Carlos Foradori.
En diálogo con este diario, el dueño de casa, Cooney, dijo que tiene "total confianza en Argentina haciendo el G20 de 2018", en respuesta a la pregunta sobre si cree que el país puede proveer condiciones de seguridad antiterrorista y ante otros hechos de violencia para el encuentro que reunirá en el país a más de 20 líderes mundiales.
Empresarios que mantienen bajo perfil confiaron a Clarín que observaban con gran preocupación el hecho de que el vice jefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui, suspendiera el pago de la tercera cuota de una compra de 12 aviones Texan a la Beechcraft de EE.UU. Es una flota de 12 aviones que deberían llegar este año, para usarlo entrenamiento por la Fuerza Aérea. Se pagaron dos cuotas, pero desde jefatura de Gabinete transmitieron el mensaje: el Estado no tiene un peso. Fuentes diplomáticas dijeron sin embargo que la situación se iba a regularizar.
El festejo de hoy se produce en momentos en que ambos países siguen sin nombrar embajador en ambas capitales, en donde las relaciones son conducidas por los respectivos encargados de negocios. El año pasado, Mamet brindó una fiesta descomunal en el Palacio San Miguel. Coincidió con los 240 años de la independencia y fueron ministros del Gabinete nacional y personalidades de todas partes.
La delegación de los Estados Unidos permanece a cargo de Cooney tras la partida de Noah Mamet (embajador político de Barack Obama) tras la asunción en el poder de Donald Trump. Y la de Buenos Aires está sin embajador en una decisión curiosa de Macri, tras la salida sorpresiva para volver a la política interna de Martin Lousteau. El presidente, al igual que su ex canciller Susana Malcorra y su actual ministro, Jorge Faurie, suelen responder que porqué hay que tener apuro en nombrar un embajador en Washington, cuando Trump todavía no lo ha hecho.
A mediados de agosto estará llegando al país el vicepresidente Michael Pence, en una gira que lo llevará por Colombia y Chile, otros aliados de los Estados Unidos en América Latina. La relación con Argentina en realidad cambió con la llegada de Macri al poder y su entendimiento con Obama, que vino al país en marzo de 2016.
Sin embargo, hay cuestiones que están generando mucho ruido. La más importante por el impacto económico es el hecho de que la Comisión Internacional de Comercio de ese país analiza –y se espera su conclusión para el 31 de agosto- una denuncia apunta contra un presunto dumping de las importaciones de biodiesel argentino, un tema que la embajada considera "no político". Son casi U$S 1200 millones que se exportan de aquí a EE.UU. en el biocombustibles. Pero además el gobierno estadounidense propuso ayer reducir el volumen de fuel oil requerido para usar gasolina y diesel para 2018. La medida también puede afectar a la Argentina.
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