jueves, 7 de julio de 2016

Crisis en el bloque regional: el brasilero José Serra bloquea el traspaso de la presidencia pro tempore del Mercosur a Venezuela


SERRA ANUNCIO QUE SE OPONE A QUE CARACAS OCUPE LA PRESIDENCIA DEL BLOQUE REGIONAL

Brasil frena a Venezuela en el Mercosur

Página/12
Si asume la presidencia, Venezuela quedaría en una posición clave cuando se está negociando un amplio acuerdo comercial con la Unión Europea y se alzan voces a favor de alcanzar algún tipo de asociación con la Alianza del Pacífico.

Brasil pidió formalmente que se demore hasta agosto el traspaso de la presidencia pro témpore del Mercosur a Venezuela, solicitud que puso al bloque en ebullición en momentos en que algunos países observan con buenos ojos eventuales asociaciones con la Unión Europea y la Alianza del Pacífico. El anuncio lo hizo el canciller del gobierno interino de Brasil, José Serra, quien analizó el tema en Montevideo con el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, y con su colega Rodolfo Nin Novoa. “Vamos a buscar una salida en común”, dijo Serra ante la consulta sobre posiciones encontradas que esgrimen los países miembros del Mercosur a medida que se acerca la fecha fijada para el traspaso de la dirección del bloque.
Las controversias quedaron de manifiesto con los reparos de Paraguay al traslado del mando, con el argumento de que en Venezuela no se respetan los derechos humanos, en el marco de una situación de inestabilidad institucional que llevó al gobierno de Nicolás Maduro a declarar el estado de excepción y emergencia económica. Si el traspaso se concretara, Caracas quedaría en una posición clave en momentos en que el Mercosur impulsa profundas negociaciones para lograr un amplio acuerdo comercial con la UE, conmocionada aún por la decisión del pueblo británico de abandonar el bloque.
La presidencia pro témpore iba a ser transferida la semana próxima desde Uruguay hacia Venezuela en una reunión de presidentes del bloque en Montevideo. El encuentro entre mandatarios bajó de jerarquía a los cancilleres, decisión anunciada la semana pasada por Nin Novoa y la ministra de Relaciones Exteriores de la Argentina, Susana Malcorra.
Pero la salida no conformó a Paraguay, que exige la apertura previa de un debate en el seno del Mercosur sobre la situación política de Venezuela.
Algunas voces paraguayas se levantaron incluso para sugerir un análisis sobre la aplicación a Venezuela del Protocolo de Ushuaia, cláusula democrática del bloque que determina la suspensión del país donde se quiebre el orden democrático. Esa postura extrema, por el momento, no tuvo eco en los demás países de la región. Uruguay, por su parte, señaló que el traspaso de la presidencia es una obligación jurídica que no puede ser incumplida.
El canciller de Paraguay, Eladio Loizaga, anunció que su colega uruguayo le confirmó que probablemente el 11 de julio se hará una reunión de cancilleres del Mercosur en Montevideo para tratar la situación de Venezuela, y sin una representación de Caracas. En este encuentro, que ahora parece encaminarse a una nueva postergación, uno de los temas centrales será el traspaso de la presidencia temporal a Venezuela, que debería concretarse este mes en el marco de la rotación semestral por orden alfabético.
“Tenemos que considerar seriamente lo que es la presidencia del Mercosur y la situación de Venezuela, que se complica cada día; el país que ejerza la presidencia del Mercosur tiene que tener tranquilidad interna y paz para que pueda llevar adelante los desafíos que se tienen en este semestre”, agregó Loizaga.
Hasta ayer no hubo otras declaraciones del gobierno de Brasil sobre este asunto, aunque tampoco fueron desmentidos los trascendidos que indican que la administración interina de Michel Temer prefiere que el traspaso a Venezuela no se concrete o se demore. La política brasileña está completamente dominada por la crisis institucional que supuso la suspensión por 180 días del mandato de la presidenta Dilma Rousseff, la apertura del juicio político en su contra y la impopularidad que las encuestas les asignan a las medidas de Temer.
La Argentina, desde la llegada de Mauricio Macri a la presidencia, hizo explícita su voluntad de llevar al Mercosur a acuerdos de distinto tipo de asociación con la Unión Europea y la Alianza del Pacífico.
Macri asistió recientemente a la Cumbre de presidentes de la Alianza del Pacífico que se hizo en Puerto Varas, Chile, y esta semana hizo una gira por distintas potencias europeas. Desde Berlín, tuvo duras declaraciones dirigidas a Venezuela. A pesar de que pronosticó un futuro cada vez más integrador para el Mercosur, dijo que el país gobernado por Maduro atraviesa una situación penosa, con “un gobierno que tiene presos políticos y ha llevado a su población a la hambruna”.
Uruguay, que reconoció que en Venezuela hay una democracia con tintes autoritarios, parece haber quedado aislado en sus fundamentos jurídicos para concretar el traspaso, debido a que los argumentos en discusión ahora son de índole político y económico.
El Mercosur fue fundado en 1991 por la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay como un acuerdo comercial y político, y años después se sumó Venezuela, mientras Bolivia se encuentra actualmente en proceso de integración como miembro pleno.

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