miércoles, 20 de abril de 2016

Macri, tras la demanda de Estados Unidos, quiere al Ejército en la lucha contra el narcotráfico. La sigilosa operación de difuminar las barreras entre Seguridad y Defensa

 

Macri quiere al Ejército en la lucha contra el narcotráfico


Inquieto por la tragedia de Costa Salguero, el Presidente estuvo a punto de anunciarlo por cadena nacional pero lo detuvieron a tiempo. Qué pasó.

El lunes Mauricio Macri desayunó -literalmente- mal. Leyó un informe reservado (posiblemente de la exSIDE) en el que leyó algo así como que sólo un milagro impidió que Costa Salguero se convirtiera en un nuevo Cromañón, el propio; que lo hubiera malherido de haber sido mayor el número de muertos.
Jorge Luis Borges ironizó en la TV española en 1977 cuando le preguntaron por la dictadura que derrocó a Isabel Perón un año antes. Al mejor estilo Borges respondió: “La democracia es el abuso de las estadísticas”. O sea, votar o no le daba lo mismo.
Es extraño lo que ocurre en la Argentina con las estadísticas. Cómo si tuviera que haber un número estándar de muertos para que salte la térmica de los gobiernos.. Una sola muerte que pueda ser evitable ya es una barbaridad. Cinco decesos es un poco más de barbaridad. Casi doscientos, como en Cromañón, ya es una cifra monstruosa.
El Presidente disparó, como es costumbre en él, con una reacción espasmódica.  Quiso mostrar celeridad de reflejos e hizo algunos llamados (uno de ellos se filtró y por eso la conocemos), poniendo el dedo en una llaga muy conflictiva: Macri quiso conocer cómo se hace legalmente para involucrar al Ejército en la lucha contra el narcotráfico.
Concretamente, si un decreto de necesidad y urgencia (DNU) podía abolir de un plumazo la ley que impide a las Fuerzas Armadas actuar en territorio nacional. Nos dicen que estuvo a punto de anunciarlo por cadena nacional, pero lo detuvieron a tiempo.
Un botón de muestra de cómo reacciona Macri frente a episodios  imprevisibles: cuando Boca Juniors perdió el campeonato que tenía en el bolsillo siendo La Volpe su DT, 2006,  el entonces titular de Boca anunció en conferencia de prensa que el club iba a convocar para la dirección técnica al mellizo Guillermo, sin consultarlo. Barros Scheloto salió rápidamente a decir que él aún seguía jugando profesionalmente, que nadie lo había llamado y que cuando dejara el fútbol comenzaría como técnico. Pero todavía ni en sueños. Así, mil veces pasó con el Presidente.
Un gobierno, se dijo muchas veces pero repetirlo no está de más, no se maneja como una empresa, donde un jefe manda y el resto obedece.
Los místicos del hinduismo siempre aconsejan tener respuestas frente a los problemas, no reacciones intempestivas.  La gurú que atiende a Macri es una mujer muy grosa en lo suyo, pero cambiar una mentalidad cerrada no se consigue de un día para otro.
Cuando Menem estaba al borde de asumir la Presidencia, en 1989, quiso poner al coronel Mohamed Alí Seindeldín al frente de una legión de militares para luchar contra el tráfico de drogas. “El Turco” dijo que era una locura, el dinero que mueve el narcotráfico es tan grande que la medida iba a corromper lo poco de bueno que aún quedaba en ese tiempo en las Fuerzas Armadas.
Es cierto que los tiempos han cambiado y ya ningún militar alberga motivaciones golpistas. También es cierto que el Ejército tiene mala y nula instrucción, y muchos menos medios concretos como para enfrentar una embestida narco. Y la respuesta de Seineldín está a la vista: policías y jueces, que en otros tiempos eran inflexibles en la lucha contra las drogas, hoy están –en gran medida- corrompidos hasta la médula.
No sabemos si con el general César Milani se fue el último tramposo con uniforme, pero tampoco es cosa de ver si existen otros Milanis atrincherados en las sombras.
El drama de Costa Salguero es una factura que hay que cargárselo al gobierno de la Ciudad. Horacio Rodríguez Larreta no puede explicar lo inexplicable. Las brigadas de inspectores municipales siguen tan corrompidas como en los peores tiempos. Clausurar una panadería de barrio porque se niega a pagar el chantaje de los inspectores o habilitar una jornada de rave, que se sabe es una bomba de tiempo, tiene su precio. Y eso lo deciden los jefes de los organismos de control. Pero el jefe de Gobierno porteño no puede hacerse el distraído.
Tampoco pueden pagar los platos rotos los efectivos de Prefectura contratados para un supuesto control de drogas al ingreso.  Es como cuando prohibían entrar banderas y bombos a los estadios de fútbol. Nadie los ingresaba el día del partido, esos elementos estaban desde el día anterior. Quizás pasó lo mismo con esas drogas de diseño, ya estaban antes del viernes trágico.
Prohibir esos eventos no es una solución, nunca las prohibiciones resultan efectivas.  En Gualeguaychú el intendente prohíbe los espectáculos musicales amparado en una estúpida “ordenanza de decibeles”, salvo el Carnaval todo lo demás no está permitido. Una locura, justo cuando se cumplen dos años que Indio Solari congregó casi 200 mil almas en una jornada que increíblemente no tuvo ni un pequeño incidente.
El entonces jefe de policía de esa ciudad sabía cómo garantizar la seguridad pública. El día de la “misa India” hasta vimos a unos chicos vendiendo casi a voz pelada “dos porros a 50 pesos”.
Si Macri se siente “jugado y sin fichas” porque la sociedad no puede tolerar otro Cromañón, quizás sea tiempo de escuchar propuestas antes que llamar al Ejército y hacer una movida mediática que no redundará en beneficios para el futuro de los chicos. Pero propuestas serias, no las salidas intempestivas de la señorita Carrió y su troupe de denunciantes crónicos. Carrió siempre está a un paso de boicotear lo que ella ayudó a construir. Patología para el diván de esa ex amiga de Cristina.
¿En qué van a quedar las muertes de Costa Salguero? En nada, como no quedó en nada un crimen que no se sabe cuánta gente mató: la mafia de los remedios truchos.
“Formidables guerreros en jeeps, los titanes del orden viril” patrullando la Argentina en busca de narcotraficantes es algo que no cierra.
Los jefes narcos además han puesto dinero en las campañas de todos los posibles gobernantes el año pasado. A esos no se los corre con amenazas, sino con inteligencia, algo que no sobra en los gobernantes.
Esperamos que Macri no anuncie nada sin antes ver las consecuencias de medidas intempestivas que se toman sin pensar.

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Buenos Aires, Viernes, 15 de Abril de 2016
Info de Prensa Nº 120/16

El ministro Martínez se reunió con la subsecretaria de los Estados Unidos Rose Gottemoeller


El ministro de Defensa, Julio Martínez, recibió esta mañana a la subsecretaria de Estado para el Control de Armas y Asuntos de Seguridad Internacional de los Estados Unidos, Rose Gottemoeller, con quien avanzó en una agenda común en materia de Defensa y destacó el creciente vínculo entre ambos países.


Tras el encuentro en su oficina del Edificio Libertador, el ministro definió a la reunión como "muy positiva y necesaria". Al respecto señaló: "Avanzamos en una serie de temas que incluye la participación en misiones de paz, la cuestión antártica y la lucha contra el narcotráfico".

"Planteamos una agenda abierta para avanzar en la colaboración entre ambos países y de este modo fortalecer las relaciones bilaterales", subrayó el titular de la cartera de Defensa.

En ese marco, afirmó: "En esta nueva etapa que inició la Argentina tenemos la indicación del presidente Mauricio Macri de avanzar en relaciones adultas con todos los países".

Por su parte, la subsecretaria Gottemoeller calificó a la reunión como "extremadamente productiva", en la cual se trataron "temas complejos, desde un diálogo franco y honesto".

Asimismo, también remarcó que el vínculo entre Argentina y Estados Unidos, "se ha intensificado al más alto nivel", a partir de los recientes encuentros que mantuvieron los jefes de Estado de ambos países.

Participaron también de la reunión los secretarios de Estrategia y Asuntos Militares, Ángel Tello, y de Servicios Logísticos para la Defensa y Coordinación Militar en Emergencias, Walter Ceballos.


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