miércoles, 30 de noviembre de 2011

La CELAC y las relaciones EEUU-AL

 

Celac: perspectivas para la nueva comunidad latinoamericana y caribeña

Por Alejandro Jasinski – Corresponsal en Buenos Aires para La Voz de Rusia

Este fin de semana, finalmente, se pondrá oficialmente en marcha la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, unión de países que, por sus siglas, llamaremos Celac. Sucede luego del ensayo realizado en febrero de 2010, en Cancún, donde se anunció su creación, y tras la suspensión del primer encuentro que debía realizarse en julio de este año y que se postergó por la enfermedad del presidente venezolano, Hugo Chávez, anfitrión e impulsor de la iniciativa. Este viernes y sábado, entonces, Caracas recibirá a los 33 mandatarios de los países de América Central, América del Sur y el Caribe, con la particularidad histórica que implica la marginación de los Estados Unidos y Canadá.

Mientras los medios de comunicación asociados a los grupos dominantes tradicionales deciden menospreciar o, directamente, ignorar este acontecimiento, desde sectores asociados a la izquierda o el progresismo magnifican la trascendencia de la novedad. Y efectivamente, estos últimos son los que más cercanos están a la realidad. Aún tratándose de un proceso de unión que contiene gobiernos de signos contrarios, será, sin embargo, la primera vez en más de 150 años que se pone en evidencia que Estados Unidos le ha perdido la pisada a su “patio trasero”.
Para comprender la trascendencia de este próximo acontecimiento, desde La Voz de Rusia dialogamos con el especialista argentino en temas de integración y conflictos regionales, Leandro Morgenfeld. Para este Doctor en Historia, una de las novedades es que resulta “la primera vez en mucho tiempo que todos los países latinoamericanos y caribeños se reúnen sin la presencia de Estados Unidos y Canadá”. Para encontrar antecedentes, Morgenfeld nos remonta a “los intentos de unión posteriores a las guerras independentistas del siglo XIX, como el famoso Congreso de Panamá de la década de 1820, impulsado por Simón Bolívar, y los intentos en las décadas siguientes que no alcanzaron a reunir a todos los países”. Luego de fracasar estos intentos, advierte Morgenfeld, “ya a final del siglo XIX, se lanzó la Conferencia Panamericana, impulsada por Estados Unidos, antecedente directo de la actual Organización de Estados Americanos.”
Es justamente a partir de aquí que el investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Argentina, a quien entrevistamos, nos plantea otra de las novedades. Según Morgenfeld, “por primera vez se discute la posibilidad de un organismo regional que reemplace a la OEA”. Esta propuesta proviene de los gobiernos que han impulsado el encuentro, fundamentalmente Venezuela, pero también Ecuador. Como explica el historiador, el encuentro “está relacionado con el retiro producido en los últimos años de la OEA como escenario principal de resolución de conflictos regionales, sobre todo a partir del Golpe en Honduras de mediados de 2009”. Sin embargo, Morgenfeld no deja de advertir que “otros países plantean que hay que evitar incorporar temas espinosos en la agenda, al tiempo que rechazan que se transforme en un escenario de reemplazo de la OEA o se convierta en una organización antiestadounidense”. En este grupo se ubican países históricamente aliados de Estados Unidos, como Colombia, México, Panamá, Costa Rica y Chile.
Sin menospreciar las tensiones ocasionadas por los diferentes rumbos que cada uno de los países más importantes de la región buscarán darle a la nueva comunidad, Morgenfeld sostiene que “esta reunión de la Celac es una muestra de cierto debilitamiento relativo de Estados Unidos en la región, que hubiese sido impensable hace algunos años.” Para este historiador, la potencia del norte “va a tratar de tener una posición más activa en la próxima Cumbre de las Américas que se realizará en 2012 en Colombia y va a insistir en su vieja estrategia de usar a sus aliados internos para balcanizar la región”. Al mismo tiempo, no menosprecia los efectos negativos que puedan tener, para la Celac, los intentos de algunos países intermedios de evitar fricciones con Estados Unidos. Además, agrega Morgenfeld que este acontecimiento “debe verse bajo el plano de que Estados Unidos está perdiendo posiciones económicas y comerciales en la región, lo que se observa en la creciente importancia comercial de China para países como Brasil, Venezuela y Argentina”.
Finalmente, pensando en lo que puede esperarse de esta novedosa comunidad, concluye Morgenfeld que “lo fundamental de esta primera reunión va a ser su puesta en marcha y la posibilidad de darse una periodicidad de reuniones”. Además de la posibilidad de alcanzar definiciones contrarias a la intervención de Estados Unidos en la región, como sucede con México bajo la excusa del narcotráfico, y de defender causas anticoloniales como la de Puerto Rico o de la Argentina en el caso de las Islas Malvinas, Morgenfeld cree que el gran desafío va a ser “tomar decisiones económicas conjuntas en el marco de la gran crisis mundial”. 
Los países de la Celac, sumados, representan el tercer poderío mundial económico, la principal reserva petrolera, la tercera productora de energía eléctrica y la principal economía productora de alimentos. Por ello, más allá de las especulaciones sobre los rumbos posibles de este nacimiento, lo concreto es el peso específico de una comunidad que aspira a mucho más que una simple integración.

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