domingo, 29 de enero de 2012

50 años de la expulsión de Cuba de la OEA y la antesala del golpe contra Frondizi

Esta semana se cumplen 50 años de la expulsión de Cuba de la OEA. Este hecho determinó la nueva etapa de la relación entre EEUU y América Latina. En la votación crucial del 31 de enero de 1962, EEUU logró justo los dos tercios requeridos para expulsar a Cuba. Además del voto contrario de Cuba, seis países se abstuvieron, entre ellos México, Brasil, Chile y Argentina. La posición de Frondizi le valió fuertes presiones externas e internas, y pocas semanas después fue derrocado, al igual que otros mandatarios que se oponían a la línea dura contra Cuba. 



A continuación, la introducción de mi artículo "Desarrollismo, Alianza para el Progreso y Revolución Cubana. Frondizi, Kennedy y el Che en Punta del Este (1961-1962)", Revista Ciclos, N. 39, Buenos Aires, 2011.

 
Este artículo se enmarca en una investigación que tiene por objeto analizar la relación entre Argentina y Estados Unidos en las conferencias interamericanas de la década de 1960, período que incluyó la profundización de la Revolución Cubana, la “crisis de los misiles” (1962) y la invasión estadounidense a República Dominicana (1965), como procesos centrales que marcaron la suerte de la Organización de Estados Americanos (OEA), además de los golpes de estado en Brasil, en 1964, y en Argentina, en 1966, en los que Washington se inmiscuyó de diversas maneras. Se estudian, en esta particular etapa de la guerra fría en el continente americano, cómo se mantuvieron las históricas tensiones bilaterales, pero también cómo se llegó a un período de relativo entendimiento, durante la presidencia de Onganía, cuando primaba en América la Doctrina de Seguridad Nacional, que en algún sentido operó como uno de los sustentos ideológicos del golpe de estado que depuso al gobierno de Illia. Ampliar el conocimiento de la relación argentino-estadounidense en este período, con documentación diplomática –Archivo de la Cancillería Argentina (AMREC), Archivo Frondizi, Archivo del Departamento de Estado y Archivo del Centro Rockefeller-, podrá arrojar luz a la comprensión del debate histórico sobre la integración interamericana y las posiciones de Buenos Aires y Washington en los convulsionados años sesenta. 
En este artículo, más específicamente, se profundiza el análisis de cómo afectó la Revolución Cubana la relación entre Washington y Buenos Aires en el ámbito del sistema interamericano en los inicios de la década de 1960, hasta el golpe que derrocó a Frondizi. Para ello, se estudian la Conferencia del Consejo Interamericano Económico y Social (Punta del Este, agosto de 1961) y la Reunión de Consulta de Cancilleres Americanos (Punta del Este, enero de 1962). En ambas cumbres se discutieron los alcances de la “Alianza para el Progreso” (ALPRO) y la expulsión de Cuba de la OEA. La posición ambivalente del gobierno de Frondizi y las presiones de la Casa Blanca debilitaron aún más la posición del gobierno argentino, generando, en parte, las condiciones para su derrocamiento, en marzo de 1962. Poco antes, en febrero, las fuerzas armadas habían forzado a Frondizi a la ruptura de relaciones diplomáticas con Cuba, profundizando el aislamiento de la isla caribeña. Este proceso se desarrolló en forma paralela a la consolidación de la orientación anticomunista del sistema interamericano, que determinó a lo largo de los años siguientes la relación entre Estados Unidos y América Latina, dificultando aún más cualquier alternativa de integración de los países del sur del continente, fuera de la órbita de Washington, como la que habían empezado a esbozar Frondizi y Quadros en Uruguayana.  
Mostraremos, a continuación, cómo la Revolución Cubana produjo un cambio en el sistema interamericano, en la relación de Estados Unidos con América latina y en particular en la relación con Argentina. El país del norte debió invertir la estrategia panamericana de posguerra, ofreciendo primero ayuda económica, para luego lograr que se aprobaran las sanciones contra Cuba. La “zanahoria” debió anteceder al “garrote”, pero esta política dura hacia Cuba llevó a nuevas tensiones con el gobierno de Frondizi, hasta que fue derrocado, luego de ceder ante las fuerzas armadas argentinas.

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