La burocracia del Fondo Monetario Internacional no quería modificar ciertas condiciones básicas del Memorando de Entendimiento acordado con la administración de Mauricio Macri. El ministro de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne, se había comprometido a "recomprar gradualmente una porción significativa de letras intransferibles" que tiene el Banco Central y a reducir "nuestras necesidades de financiamiento externo", dos promesas que por ahora aparecen de cumplimiento imposible.
Entonces, para saltar las objeciones presentadas por el staff del FMI, Dujovne llamó al Departamento del Tesoro, que dirige Steven Mnuchin. Este experto en finanzas e inversor millonario de Hollywood escuchó las argumentaciones de Dujovne y se encontró con Trump en la Casa Blanca. Mnuchin le explicó al presidente de los Estados Unidos que el programa económico argentino sufría una crisis de confianza y que se podía usar al Fondo para proteger su viabilidad ante los constantes embates del mercado nacional e internacional. Trump estuvo de acuerdo y usó la influencia americana para lograr que el FMI aceptara adelantar los millones de dólares necesarios para evitar un eventual default de la Argentina en 2019.
La negociación se extendió durante dos semanas. Dujovne y el presidente del Banco Central, Luis Caputo, abrieron líneas de negociación con el staff del Fondo, la Reserva Federal de los Estados Unidos y el Departamento del Tesoro, mientras que Macri hablaba informalmente con determinados jefes de Estado. Fue difícil encontrar a Christine Lagarde, directora gerente del FMI, ya que estaba de vacaciones en Córcega. Pero su opinión –junto a la posición de Trump—fue clave para reescribir el Memo de Entendimiento que se redactó el 12 de junio. Hace apenas 68 días.
Macri y Lagarde (Presidencia)
Macri y Lagarde
Ahora, se inició otra carrera contra reloj. En la Casa Rosada calculan que el nuevo Memo de Entendimiento será negociado durante diez días. Y la intención de Macri es explicar este nuevo Memo durante su viaje a New York, adonde concurrirá para participar de la Asamblea General de Naciones Unidas. En las 48 horas que estará en Manhattan, el Presidente mantendrá contactos con banqueros y financistas de Wall Street, y necesita el nuevo memo del FMI para ratificar que honrará la deuda con vencimiento en 2019.
En Washington, sede del Fondo Monetario Internacional, entienden la premura de Macri, pero se moverán a su ritmo. Aunque Macri ya anunció que el FMI adelantará los millones de dólares que hagan falta para pagar en 2019 a los bonistas, el staff del Fondo no salió a continuación con un comunicado formal avalando el anuncio presidencial. Se trata de una formalidad, porque Macri no anunciaría un bluff multilateral financiero. Sin embargo, a pesar del aval de Lagarde, Estados Unidos, Alemania, Japón, España, Italia, China, Canadá y México, el FMI no informó oficialmente lo que Macri adelantó en su escueto mensaje grabado en Olivos.
Macri junto a Angela Merkel
Macri junto a Angela Merkel
Al margen de la sintaxis burocrática, la modificación al programa original establecerá que si la Argentina no puede enfrentar los vencimientos de sus bonos en 2019, el Fondo Monetario Internacional pondrá a disposición los millones de dólares necesarios para bloquear un eventual default. En Gobierno aseguran que se necesitan USD 8.700 millones para cumplir con los vencimientos de 2019, y que esas partidas aparecerán sin muchos inconvenientes.
Pero si el financiamiento se hace difícil de obtener, y Macri, Dujovne y Caputo asumen que Argentina se encamina al default, el nuevo acuerdo con el FMI permite acceder a los millones de dólares necesarios que no superen la suma oficial de USD 50.000 millones. Ese es el techo del préstamo ofrecido para pagar la deuda en 2019. Ni un peso más. Es decir, de libre disponibilidad quedarían cerca de USD 35.000 millones, si se consideran los USD 15.000 millones que ya se giraron –en partes iguales- al BCRA y a Hacienda.
El Presidente descartó una ayuda directa del Tesoro americano o un préstamo de un club de bancos nacionales e internacionales. Prefirió apostar de nuevo al FMI. Y a su relación personal y privilegiada con los principales líderes mundiales. Macri reconoce que le quedan pocas alternativas, si este blindaje fracasa. Final abierto.

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