sábado, 30 de noviembre de 2019

El rol de la OEA en la ofensiva contra los gobiernos progresistas



Uruguay: Manini Ríos, un aliado de Lacalle Pou que genera alertas

30.11.2019

Por Telma Luzzani





El líder del partido ultraderechista Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, es uno de los socios más controvertidos del presidente electo Luis Lacalle Pou. Los medios uruguayos lo señalan como posible ministro de Salud. "La postura de Manini es contraria a los avances del Frente Amplio, como la regulación del aborto", dijo el analista Jorge Lanzaro.


Un día después de que el escrutinio definitivo diera como ganador del balotaje al candidato del Partido Nacional (PN), Luis Lacalle Pou, los medios uruguayos comenzaron a especular con los nombres del próximo gabinete de coalición. Guido Manini Ríos, el exjefe del Ejército y líder del ultraderechista Cabildo Abierto, suena como potencial ministro de Salud.
"Manini Ríos es una de las preocupaciones del nuevo gobierno. Queda abierta la pregunta de cuánto incidirán sus posturas y las de sus seguidores en la gestión de gobierno".

"Uruguay ha avanzado mucho en la regulación del aborto. La legislación ha bajado considerablemente las condiciones de riesgo de las mujeres. En temas de derechos y de la agenda democrática la cartera de Salud es muy importante. Y la postura de Manini Ríos es contraria a los avances del Frente Amplio", remarcó Jorge Lanzaro, doctor en Ciencia Política por la Universidad de París.



© REUTERS / ANDRES CUENCA OLAONDO


En tanto, el senador Jorge Larrañaga, quien promovió un polémico plebiscito en materia de seguridad, es señalado como el próximo ministro de Interior. "No hay que olvidar que el PN tiene una bancada parlamentaria del orden del 30 por ciento. La votación del PN no es la del balotaje. Dentro de esa bancada Lacalle tiene un liderazgo, pero está la presencia de Larrañaga, que representa al otro sector importante dentro del PN. Efectivamente ahí hay un juego de relaciones de poder, pero es difícil que Larrañaga pueda avanzar en el terreno que planteó. Su propuesta no fue acompañada por la ciudadanía, ni por la calle ni por otros sectores de la coalición de gobierno", dijo Lanzaro al respecto.


Por otra parte, el presidente electo ya adelantó cambios en materia de política exterior. De hecho, este viernes calificó de "vergüenza" la posición del gobierno saliente de Tabaré Vázquez en torno a Venezuela.
"Vamos a ver correcciones en las relaciones con los países. Pero si bien esta alternancia no es trivial, no creo que sea una alternancia radical o drástica en los distintos terrenos. Eso es porque las propuestas de los candidatos de oposición, de Lacalle y de Ernesto Talvi, probablemente el próximo ministro de Relaciones Exteriores, serán moderadas".

"Esta ha sido una elección en la que ha quedado muy bien plantada la civilización política uruguaya: por ser competitiva y porque el ganador no gana por mucho y el perdedor no pierde por mucho. La bancada del FA en el Congreso es importante", recordó el académico del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de la República.

El rol de la OEA en la ofensiva contra los gobiernos progresistas

El historiador Leandro Morgenfeld, autor de los libros Bienvenido Mr. President. De Roosevelt a Trump: las visitas de presidentes estadounidenses a la Argentina y Relaciones peligrosas: Argentina y Estados Unidos, analizó el papel que juegan la OEA y su actual secretario general, Luis Almagro, en la agitada actualidad latinoamericana.
"La gestión de Almagro hay que entenderla como parte de la ofensiva de EEUU contra los gobiernos progresistas. Fidel Castro, ya en los '60, habló de la OEA como un ministerio de Colonias de EEUU. Siempre ha actuado más de acuerdo a los intereses del Departamento de Estado que como un foro".

"Pero el papel de Almagro es lamentable. Fue el ariete contra el gobierno de Venezuela en los últimos meses, con varios intentos de desestabilización, uno muy fuerte a finales de abril. Esto termina de confirmarse con la crisis en Bolivia y el golpe de Estado contra Evo Morales", sostuvo.



© AP PHOTO / JUAN KARITA


Morgenfeld cuestionó que la OEA admitiera no tener listo el informe final sobre las elecciones en Bolivia, el mismo que desencadenó las protestas contra Morales y terminó con el golpe de Estado en su contra. "No es un organismo técnico. Almagro acusó al propio Evo Morales. Dijo que había un autogolpe por un fraude que la OEA no pudo demostrar. En Bolivia no hay un golpe blando o parlamentario, sino uno hecho y derecho, con los militares que obligan a renunciar al presidente y avalan a grupos de choque, y sin mayoría convocan a una reunión de diputados que autonombra a una presidenta sin legitimidad institucional, Jeanine Áñez. La OEA la reconoce. No solo avaló el golpe, sino que reconoció al gobierno de la autoproclamada presidenta", aseveró.

Por esta razón, el historiador afirmó que "hay que volver a poner en el eje de discusión el retomar la cooperación política regional".
"Fue muy burda toda esta operación en Bolivia, pero entendemos por qué apostaron por destruir la Unasur. Quebraron un organismo muy importante cuando en 2008 la Media Luna rica de Bolivia quiso dividir al país en dos. La Unasur pudo solucionar pacíficamente ese conflicto".

"Lo mismo con la rebelión policial de 2010 en Ecuador. Luego medió en el conflicto entre Venezuela y Colombia. EEUU y sus gobiernos aliados buscaron debilitar a los organismos como Unasur para reposicionar a la OEA, el organismo que defiende los intereses de EEUU con un leve barniza multilateral", dijo Morgenfeld.



© REUTERS / DAVID MERCADO

En el programa se informó a su vez acerca de la derogación del polémico decreto que eximía a los militares de responsabilidades penales durante la represión en Bolivia; la amenaza del ministro de Interior boliviano, Arturo Murillo, a una delegación argentina que viajó al país sudamericano en solidaridad con los manifestantes; el uso desproporcionado de la fuerza durante las protestas ocurridas en Ecuador en octubre, según un informe de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos; la muerte de al menos 50 personas en los últimas dos días en Irak en el marco de las movilizaciones antigubernamentales, lo que obligó al primer ministro Adel Abdul Mahdi a anunciar su renuncia; y la acusación del líder laborista británico Jeremy Corbyn contra el primer ministro Boris Johnson por la privatización del sistema de salud.

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