martes, 24 de abril de 2018

"Un lugar bajo el sol. Relaciones Internacionales" (Voces en el Fénix Número 67)



Sobre el libre comercio y las políticas de apertura del sector externo
Mario Rapoport
En uno de los aspectos de la política internacional más sensibles, el económico, el gobierno argentino ha optado por volver a medidas de apertura irrestricta del comercio exterior y de plena libertad al movimiento de capitales basado en el endeudamiento externo. En este artículo analizamos los fundamentos históricos y teóricos y las causas y consecuencias de esas políticas.
Las bases de la política exterior del gobierno de la alianza Cambiemos
María Cecilia Míguez
Bajo una retórica que propone “reinsertar” a la Argentina en el mundo, las medidas efectivamente aplicadas apuntan a reeditar la tradicional posición del país como productor de materias primas y receptor de capital en beneficio de actores económicos concentrados. Se parte así de un diagnóstico equivocado acerca de la actual realidad internacional que, sin embargo, resulta favorable a la expoliación de recursos y la valorización financiera.
Macri, con Obama y Trump: persisten las dificultades bilaterales
Leandro Morgenfeld
En sus primeros dos años, el gobierno argentino sobreactuó el alineamiento con Washington –retomando la senda que supo transitar Carlos Menem en los noventa– y se ilusionó con la continuidad que suponía la previsible llegada a la Casa Blanca de Hillary Clinton. Sin embargo, la lluvia de inversiones no se produjo, las tasas para tomar créditos no disminuyen y la balanza comercial empeoró. El acceso de Donald Trump a la Casa Blanca profundizó el contexto externo negativo y muestra el fracaso de la estrategia aperturista.
América latina en el G-20: continuidades y rupturas de la agenda regional (2008-2018)
Cecilia Nahón
Presente desde 1999 como foro informal de coordinación financiera en el nivel ministerial, el grupo se consolidó como un encuentro con rango presidencial a partir de la crisis de las hipotecas subprime y la caída del banco Lehman Brothers, en 2008. A diez años de aquel momento, se analiza aquí el derrotero seguido por este ámbito multilateral y el papel desempeñado por las economías latinoamericanas. También se propone una agenda alternativa.
Políticas exteriores alternativas
Enrique J.M. Manson
A lo largo de la historia argentina, las iniciativas de política exterior siguieron diversas orientaciones, en buena medida a tono con los proyectos de país en disputa. Desde un rol más subordinado a las potencias occidentales, hasta proyectos más vinculados con la integración sudamericana y la cooperación Sur-Sur. Tras el surgimiento de la Unasur y el fracaso del ALCA, en 2005, los actuales gobiernos retoman la posición supeditada a las metrópolis imperiales.
Un ex periodista, dedicado luego al stand up, imaginó una grieta que dividiría a los argentinos. Se olvida de los innumerables enfrentamientos, no pocos armados, las trampas y las proscripciones electorales, desde Dorrego, hasta la reciente tiranía criminal de 1976. Se remontaban a lo más lejano de nuestra historia, y no se debían a cuestiones emotivas, sino a intereses materiales y diferencias culturales.
Hubo quienes creían que nuestro país era un apéndice del viejo mundo y otros que prefirieron mirar al mundo desde aquí. Los que creían en la soberanía popular, y los que prefirieron un país gobernado por quienes nacieron para gobernar. Los que nos creían un desprendimiento de Europa y los que nos consideraron parte de una Patria Grande desde el río Bravo hasta el Cabo de Hornos.
La política exterior no fue ajena a este conflicto. Sin irnos a tiempos remotos, un punto de partida puede ser la república liberal y mercantil, como la llamara Ernesto Palacio.
Por eso, nuestra política exterior fue cambiante. Durante los siglos XX y XXI pueden localizarse varias orientaciones. El período nace con la integración, al Imperio Británico, que se opacó durante los años de Yrigoyen, pero resurgió en plenitud durante la Década Infame.
Realismo social: una política exterior al servicio del pueblo
Carlos Escudé
En un orden interestatal intrínsecamente jerárquico, se hace necesario evitar las confrontaciones que no tienen rédito tangible, lo que no excluye discrepancias con los centros de poder en los casos en que sí lo tienen. Así y todo, el realismo periférico sólo podrá apuntalar el desarrollo de un país en tanto se complemente con políticas internas progresistas.
Las corrientes de pensamiento predominantes de la política externa argentina
Alejandro Simonoff
A lo largo de la rica historia de este campo disciplinar, es posible observar cómo diversas conceptualizaciones resultan centrales para comprender la variedad de interpretaciones de lo que acontece en la relación del país con el mundo. Nuestra condición periférica impide la transposición mecánica de modelos desarrollados en el centro, aunque algunos de ellos podrían adaptarse, en la medida en que no desvirtúen los dilemas de cómo congeniar los márgenes de maniobra con la inserción.
El actual comercio exterior argentino (des)administrado
Agustín Crivelli
Embarcado nuevamente en un modelo de orientación primario exportadora, nuestro país experimenta ya las consecuencias negativas de este proceso: caída de las exportaciones en un contexto externo de proteccionismo, aumento de las importaciones con consiguiente desplazamiento de los sectores productivos locales y empeoramiento de la balanza comercial, entre otros.
La posición argentina frente a la OMC
Julio C. Gambina
Desde la asunción de Mauricio Macri, comenzó a procesarse la normalización de las relaciones con los organismos internacionales, por caso, la Organización Mundial de Comercio. Sin embargo, pese a la actual coincidencia de objetivos, los conflictos por la liberalización económica subsisten, poniendo en evidencia el papel desigual de los países en el esquema global.
La Argentina y las “guaridas fiscales”
Jorge Gaggero y Juan Valerdi
Cinco actores protagonizan hoy el mundo offshore: las “guaridas fiscales” (piadosamente llamadas “paraísos” por los medios masivos); la banca global; las restantes corporaciones multinacionales; las grandes consultoras globales en auditoría e impuestos; y los estudios legales especializados. Son los facilitadores (enablers) de la fuga de capitales, la evasión tributaria y el lavado de activos por parte de las grandes corporaciones y los “ricos globales”. Lejos de constituir una excepción, la Argentina se mantiene en la “vanguardia” –dicho esto con ironía – de estos “desarrollos”. El reciente desempeño del país a propósito del desafío que plantean las “guaridas fiscales” al ejercicio de su cada vez más menguada autoridad soberana resulta digno de especial análisis.


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