jueves, 26 de julio de 2012

Golpe yanqui en Paraguay?

El último número de la Revista América XXI está dedicado al análisis de la situación en Paraguay tras la destitución de Lugo:


 Estados Unidos trata de recuperar un enclave en Suramérica
Por: Carlos Cáceres y Jorge Zárate
 
Avanzada:  con el apoyo del Partido Colorado y otras expresiones de la derecha local, Estados Unidos produjo un golpe en el corazón de Unasur, donde pierde terreno desde comienzos del siglo XXI. Las nuevas autoridades, así como otras voces del poder real, no demoraron en declarar su intención de establecer un tratado de libre comercio con la Casa Blanca, a la vez que sostuvieron la necesidad de que Washington reactive la base militar en Mariscal Estigarribia, instale allí aviones F-118 y cree nuevas bases militares en el Chaco paraguayo. La resistencia popular ya comenzó y queda planteada la batalla electoral de abril próximo en la medida en que el nuevo gobierno cumpla con los plazos constitucionales.

Con la celeridad y precisión de una operación largamente preparada, bajo la forma de un juicio parlamentario el 22 de junio fue depuesto Fernando Lugo de la presidencia de Paraguay. Lugo admitió inicialmente la destitución. Su lugar lo ocupó Federico Franco, hasta ese momento vicepresidente. En un amañado juicio político de menos de 36 horas la suerte del ex obispo quedó sellada por 39 votos por la condena y cuatro por la absolución en el Senado constituido en tribunal.

A los pocos minutos de la sentencia, la policía disparaba gases lacrimógenos y balas de goma contra alrededor de siete mil personas que se congregaban en las plazas del Congreso. Las fuerzas de seguridad parecieron no reparar que entre la multitud había mujeres y niños. “Este gobierno ilegítimo nace disparando contra la gente”, reclamaron los manifestantes.

Días después, en entrevista con Radio Nacional de Argentina respecto de la eventual injerencia del Departamento de Estado estadounidense para derrocarlo, Lugo respondió: “Los países que nos enviaron su solidaridad están señalando una gran injerencia de otros países. Hoy, el gobierno que está instalado en Paraguay señala que no permitirá injerencias, pero sin duda que en ningún lugar del mundo un golpe es genuinamente nacional. Siempre hay insinuaciones o efectos de que está hecho con la participación, o por lo menos la anuencia de países, no de la región sino de un poquito más hacia el norte”.

Más directo fue Domingo Laíno, ex parlamentario y principal dirigente del Partido Liberal Radical Auténtico, encabezado ahora por el presidente de facto Federico Franco: “Pareciera que tanto Argentina como Brasil no se dieron cuenta de que la estrategia del imperio es tener como enclave a Paraguay, que le permite tirotear todo el proceso de integración regional y debilitar las dos economías más fuertes de América Latina. Lo que Washington no ha logrado con la medialuna boliviana, ni con Honduras, ni con la militarización de las bases en Colombia, ni con la desestabilización en Ecuador, ni con el golpe y sabotaje en Venezuela, lo está logrando a través de Paraguay. Porque Paraguay es un país pequeño, con ubicación estratégica, inmejorable en el Cono Sur, con una histórica debilidad del Estado y una oligarquía absolutamente medieval que en su afán de dominio sobre este territorio, incluso por encima de su codicia, le hace el juego a las pretensiones del Norte”.

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