martes, 29 de enero de 2019

El libreto del golpe en Venezuela. ¿Hasta dónde piensan llegar los Estados Unidos?

Ayer en conferencia de prensa, el gobierno estadounidense anunció embargos a la petrolera venezolana.

El libreto del golpe en Venezuela

¿Hasta dónde piensan llegar los Estados Unidos?

Los anuncios de la Casa Blanca sobre el congelamiento de activos y fondos de Pdvsa fueron un nuevo paso en la estrategia golpista. Los próximos ya fueron anunciados: protestas el miércoles, movilización el sábado, el reconocimiento formal de Guaidó de parte de la Unión Europea y la reunión del Grupo de Lima el 4 de febrero.

Por Marco Teruggi (Página/12)
Desde Caracas

Asistimos a un encadenamiento de pasos, una serie de secuencias que parecen cumplirse una tras otra según un orden. La génesis se sitúa en la ruptura de la mesa de diálogo en República Dominicana a principios del 2017, a partir de la cual la estrategia contra el chavismo descartó la vía electoral, y tiene su nuevo paso en los anuncios dados el lunes por la noche en la Casa Blanca. Lo que sucedió entre punto y punto es conocido, lo que está por venir puede ser -en parte y de manera aproximativa- anticipado. Al menos en el papel.
La primera conclusión es que no improvisan. Ni cuando eligieron a Juan Guaidó como nuevo héroe a ser construido en redes sociales, ni al iniciar la primera fase de violencia interna en los barrios populares del 21 al 24, ni la autojuramentación, ni la reunión en la Organización de Estados Americanos el 24, en la Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y en los recientes anuncios de los golpes sobre la economía.
Resultó claro al ver a John Bolton, consejero de seguridad nacional, y a Steven Mnuchin, secretario de tesoro, pararse ante cámaras en la Casa Blanca para anunciar los nuevos asaltos a la economía venezolana. Declararon que congelarán siete mil millones de dólares de la petrolera Pdvsa en Estados Unidos (EEUU), y que el dinero de las compras que se realicen en Citgo, filial de Pdvsa en EEUU, irán a cuentas bloqueadas. Es decir que realizarán un robo. Guaidó, casi en simultaneidad, anunció que designará una nueva comitiva en Citgo. La cadena de mando es vertical: el autonombrado presidente acata.
Los nuevos ataques sobre la economía estaban previstos. La diferencia con los que se dieron en años anteriores es la cantidad de cámaras, la magnitud de lo que implican, el cuadro de asalto en el que se desarrollan. Una suma de los últimos números brindados de manera pública da: 23 mil millones de dólares de daños, según reportó el canciller venezolano Jorge Arreaza, 1.2 mil millones de oro venezolano retenidos en Gran Bretaña, 7 mil millones sobre Pdvsa, y 11 mil millones que se generarán a partir de estos nuevos ataques, según Bolton.
En ese encadenamiento de pasos se enmarcan los cuatro próximos ya anunciados: las acciones de calle el día miércoles, la movilización el sábado, la declaración ya formal por parte de la Unión Europea y Gran Bretaña del reconocimiento de Guaidó, y la reunión del Grupo de Lima el 4 de febrero. Se trata de los pasos públicos, los internacionales para avanzar en la conformación del cuadro, los nacionales -al parecer- para ganar tiempo hasta nueva activación de actos violentos de diferentes tipos combinados con las movilizaciones semipúblicas -ningún medio que sospechen afín al gobierno puede ingresar.
No significa que cada paso sea de triunfo dentro de la estrategia en marcha. Siempre es necesario preguntarse cómo medir victorias y derrotas dentro de varios planes en simultáneo. Por ejemplo: ¿no haber logrado mayoría en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es una derrota? ¿O sabían que no lo lograría y el objetivo era la reunión en sí, articulada con la conformación de todos los actores que los EEUU necesitan para dar los próximos pasos económico, políticos y armados? ¿Están dispuestos a avanzar aún con los desacuerdos de gobiernos como Rusia y China, con las nuevas situaciones creadas como, por ejemplo, el impacto de los anuncios sobre Citgo donde Rusia tiene casi la mitad de las acciones?
La hipótesis indica que avanzarán en otros niveles. “Nosotros los estamos esperando, estamos esperando a los violentos, los mercenarios, y a quienes pretendan meterse en Venezuela”, afirmó Vladimir Padrino López, ministro de Defensa. Lo dijo luego de describir el escenario en curso: “Esto es un asedio, un libreto, estuvimos viendo el formato que se aplicó en Libia y vemos los mismos actos progresivos que se han generado con la República Bolivariana de Venezuela”.
La “ayuda humanitaria” parece un punto central dentro de ese plan que avanza como campanadas. Guaidó y diferentes voceros de la derecha afirman que harán ingresar al país la ayuda, aunque no han dado detalles de cómo. Sería, dicen, el punto de inflexión en caso de que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana se niegue a dejarla pasar. ¿En qué territorio piensan montar el escenario con las cámaras, diplomáticos y organismos por delante, y los paramilitares/bandas criminales en las sombras? ¿Será a través de la frontera colombiana?
Es necesario caracterizar los actores locales e internacionales, en el primer caso los factores de derecha apéndices de los EEUU como es el partido Voluntad Popular al cual pertenece Guaidó, vinculado a la construcción de los escenarios de política criminal desde su nacimiento. En el segundo caso quienes están al mando de la Operación Venezuela: Donald Trump, John Bolton, Mike Pence, Mike Pompeo, Elliot Abrams, Marco Rubio, los vectores del neoconservadurismo norteamericano vinculados a las tramas más oscuras de las intervenciones declaradas o por debajo de la mesa en el mundo.
Describir el escenario, las posibles lógicas de las secuencias, las preguntas acerca de los límites o no de la avanzada dirigida desde los EEUU, puede esclarecer el tipo de enfrentamiento en el que se está. El cuadro venezolano se ha desacoplado de los tiempos conocidos en los demás países del continente, guarda relaciones con factores como el paramilitarismo colombiano dentro de una estrategia que parece haber ingresado en claves aplicadas en Medio Oriente. Equivocarse en el análisis puede conllevar errores gruesos de apreciación.
La dimensión de lo inédito demanda actualizar las claves de análisis. Estamos ante un escenario novedoso dentro de una situación mundial inestable, de disputa, emergencias de potencias y manotazos norteamericanos para recuperar un terreno que se le escapa. Venezuela es uno de los puntos centrales que buscan tener bajo control y ceniza. El chavismo lo tiene claro, pelea.

Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Trump, admite que EEUU va por el petróleo de Venezuela

Asesor de Trump admite que busca que empresas de EE.UU. "produzcan el petróleo en Venezuela"

Asesor de Trump admite que busca que empresas de EE.UU. "produzcan el petróleo en Venezuela"

RT

El asesor de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton, admitió que los intereses de Washington en el país sudamericano están vinculados a ese recurso estratégico.


En medio de la nueva escalada de la crisis venezolana, agentes cercanos al gobierno de Donald Trump dejan en claro cuáles son los intereses de EE.UU. en el país sudamericano. John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, declaró en una entrevista con Fox Business que "haría una gran diferencia" si petroleras estadounidenses pudieran acceder a los pozos de crudo de Venezuela.

"Estamos conversando con las principales compañías estadounidenses ahora", apuntó Bolton, y añadió que su objetivo es que esas empresas "produzcan el petróleo en Venezuela". "Sería bueno para el pueblo de Venezuela y el pueblo de los EE.UU.", opinó.

Este lunes, una semana después de esas declaraciones, Bolton ha anunciado la imposición de sanciones contra Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), medidas restrictivas que comprenden el congelamiento de unos 7.000 millones de dólares en activos de esa compañía estatal venezolana.

El funcionario repitió también los argumentos de la presunta defensa de la democracia y los derechos humanos, e insistió en que si el presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro, es derrocado, eso implicaría un "gran avance" para crear "oportunidades de negocio" en la región.

Las declaraciones de Bolton, si bien confirman algo que distintos analistas ya han planteado, tampoco son una sorpresa. El propio presidente estadounidense ha afirmado anteriormente la importancia de los recursos naturales de otros países para los EE.UU.

"Estoy interesado en Libia si tomamos el petróleo. Si no tomamos el petróleo, no hay interés", dijo Trump en 2012, cuando aún no era presidente, un mes después de la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que destruyó ese país. Asimismo, declaró en esa oportunidad que se podría "ayudar" al Estado libio si a cambio entregaba el 50% de su crudo.

Cabe recordar que de acuerdo a estimaciones de la propia Agencia Central de Inteligencia de los EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés), Venezuela cuenta con la principal reserva de petróleo del mundo, incluso superando a Arabia Saudita.


Cronología de la crisis venezolana
El 23 de enero Juan Guaidó, líder opositor y presidente de la Asamblea Nacional, que se encuentra en desacato desde 2016 y cuyos actos son nulos según varias sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, se autoproclamó "presidente encargado" de Venezuela en medio de una manifestación en Caracas.
Su legitimidad para encabezar Venezuela ha sido reconocida por EE.UU. y una serie de países latinoamericanos.
Nicolás Maduro anunció que Venezuela rompería relaciones diplomáticas y políticas con EE.UU.


El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, anunció durante una sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA) el jueves que Washington está listo para proporcionar a Venezuela "ayuda humanitaria" por valor de más de 20 millones de dólares.


Al cierre de la sesión, 16 de los 34 miembros de la OEA reconocieron oficialmente a Guaidó como mandatario interino de Venezuela mediante una resolución firmada por Argentina, Bahamas, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana.


Desde la Unión Europea han evitado reconocer explícitamente a Guaidó como el presidente interino de Venezuela. La Alta representante del bloque para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, se ha pronunciado a favor de "elecciones libres" en el país suramericano.


Por otro lado, desde los gobiernos de México, Bolivia, Cuba, Irán, China y Rusia han adelantado que no reconocerán a Guaidó como presidente. Además, Maduro reveló que recibió una llamada del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, manifestándole su apoyo.

lunes, 28 de enero de 2019

EEUU amenaza con acción militar en Venezuela: "5.000 soldados en Colombia", un apunte en la libreta de Bolton que sembró la intriga



"5.000 soldados en Colombia", un apunte en la libreta de Bolton que sembró la intriga

Semana

El consejero de Seguridad Nacional de Trump no se cuidó de esconder las notas que llevaba cuando compareció ante la prensa para anunciar nuevas sanciones contra Venezuela.


En momento en que Estados Unidos considera "ilegítimo" al gobierno de Maduro y reconoce la autoridad de Juan Guaidó, el jefe del parlamento que se autoproclamó presidente interino, en las notas de Bolton se deslizó la siguiente nota: "5.000 soldados en Colombia".

El consejero de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump, John Bolton, no se cuidó de esconder las notas que llevaba en su libreta este lunes cuando compareció ante la prensa para anunciar nuevas sanciones contra Venezuela.

En momento en que Estados Unidos considera "ilegítimo" al gobierno de Maduro y reconoce la autoridad de Juan Guaidó, el jefe del parlamento que se autoproclamó presidente interino, en las notas de Bolton se deslizó la siguiente nota: "5.000 soldados en Colombia".

Puede leer: La advertencia de EE.UU. a Venezuela si incurre en "violencia e intimidación" contra el opositor Juan Guaidó

Consultado por la AFP sobre el significado de esta inscripción, un alto funcionario estadounidense dijo no disponer de información para acreditar estas cifras.


En la rueda de prensa, a la pregunta sobre una eventual intervención militar estadounidense en Venezuela, Bolton reafirmó, manteniendo la línea de la semana pasada que "todas las opciones" están sobre la mesa.

Lea también: Estados Unidos y Rusia chocan por Venezuela: así fue el duro enfrentamiento en el Consejo de Seguridad de la ONU

Este lunes Estados Unidos impuso sanciones contra la petrolera estatal de Venezuela, PDVSA, aumentando la presión sobre el gobierno de Maduro.

sábado, 26 de enero de 2019

Macri, cada vez más sumiso frente a Trump



Por Luis Bruschtein (Página/12)

La alineación automática del gobierno argentino con Washington revela no sólo la ideologización de la política exterior argentina, sino su afán por mostrarse como el servidor más fiel de la potencia norteamericana. La afinidad ideológica y la idea simplista de que los gestos de obsecuencia puedan atraer inversiones guían (como argumentos expuestos en público) de manera elemental las relaciones exteriores. En un país sin canciller con vuelo propio, es el presidente Mauricio Macri, con su escaso conocimiento, el que expone a la Argentina con los posicionamientos más desprestigiados en la historia de la región.

Venezuela tiene la mayor reserva de petróleo de alta calidad del mundo. Estados Unidos es el principal comprador del petróleo venezolano y por lo tanto necesita un gobierno dócil en ese país. Desde que Hugo Chávez se convirtió en presidente de Venezuela, Estados Unidos ha impulsado conspiraciones destituyentes. El sistema no tiene nada de democrático en Arabia Saudita. Su gobierno es públicamente responsable de persecución a opositores, e incluso del secuestro, tortura y desaparición de disidentes como el periodista Jamal Khassoggi. Pero Estados Unidos protege al gobierno saudí porque es su aliado en Medio Oriente.

El gobierno de Macri fue uno de los primeros en correr a respaldar el intervencionismo de Washington. Si lo que busca es atraer inversiones o ablandar negociaciones, la experiencia demuestra que no es así. Dos ejemplos: Donald Trump cerró las importaciones de limones argentinos. Para Estados Unidos es menos que un vuelto. Pero para Argentina es la principal exportación de la provincia de Tucumán. Después de muchas vueltas y desplantes, el oficialismo exhibió como triunfo una desgracia: Estados Unidos aceptó los limones a cambio de que Argentina compre su carne de cerdo cuando nadie la quiere porque los cerdos tienen una enfermedad que arruina, encarece su producción y es muy contagiosa.

Segunda negociación “exitosa”: Estados Unidos aumentó los impuestos a la importación de acero y aluminio. En la volteada cayó Argentina. Otra vez mesa de negociación y al final el gobierno anunció como un triunfo que había logrado bajar los impuestos a esos productos argentinos. La contraprestación fue que le pusieron una cuota por la que Argentina tiene que reducir un diez por ciento las exportaciones de acero a los Estados Unidos y un 25 por ciento las de aluminio. Les interesaban tres pepinos los limones ni lo que pudieran recaudar con los impuestos. Lo que querían los campeones del libre mercado era vender su carne de cerdo y evitar la competencia en su mercado interno del acero y el aluminio importado.

La subordinación a la política exterior de Washington no obtuvo beneficios sino maltrato y humillación. No vinieron las inversiones prometidas y por el contrario, Trump presionó para desplazar a las inversiones rusas y chinas sin sustituirlas. A cambio, Estados Unidos facilitó el préstamo del FMI. En medio de los desplantes de Trump a Macri durante la reunión del G-20, el presidente argentino agradeció en forma patética esa gestión que condena a la pobreza a varias generaciones de argentinos.

El maltrato displicente y altanero de Trump en la reunión del G-20 hacia un Macri sumiso, lleno de gestos y actitudes serviciales, reflejó la relación que plantea un gobierno hegemonista con un país emergente.

Pero 2019 es un año electoral y el afán de protagonismo de Macri en el tema Venezuela demuestra que también trata de instalarlo como un tema de campaña para equiparar a Maduro con los gobiernos kirchneristas. Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey coincidieron con el oficialismo, como lo han hecho prácticamente desde la asunción de Macri, en sintonía con los radicales oficiales de Cambiemos. Pero el Frente para la Victoria, incluido el PJ, expresó en un comunicado su defensa del derecho a la autodeterminación de los pueblos y en contra del intervencionismo externo en Venezuela.

El tema con relación a Venezuela no es la democracia, sino un gobierno que no se alinea con Washington y que el país es un importante proveedor de petróleo. En Venezuela no hay una dictadura que tomó el poder por asalto. Hay un presidente que ganó elecciones y una Asamblea Constituyente que fue convocada y elegida según lo establecía la Constitución vigente. Estados Unidos dice que no es así. Es una afirmación discutible, y por tanto nadie puede hacer una descalificación absoluta que justifique un intento de golpe parlamentario como el que trató de hacer la oposición respaldada por la Casa Blanca.

Si no hay una dictadura, sino enfrentamientos entre oficialismo y oposición, rige el principio de la libre autodeterminación de los pueblos sin intervención extranjera. Ni siquiera corresponde la aplicación de la Carta Democrática de la OEA.

En cambio, quien nunca fue elegido para presidente es el opositor Juan Guaidó. Paradójicamente esa es la acusación que hace Estados Unidos al presidente venezolano, Nicolás Maduro, que fue votado en elecciones en las que un sector de la oposición no participó porque sabía que iba a perder.

Maduro reconoció su derrota cuando la oposición ganó las elecciones de diciembre de 2015 que le otorgaron el control de la Asamblea Legislativa. Tras el triunfo, la oposición convirtió al Parlamento en una presidencia paralela. Después de dos años de parálisis, Maduro convocó a la Asamblea Nacional Constituyente y la oposición lanzó manifestaciones callejeras muy violentas que terminaron con más de cien muertos de ambos bandos.

Hasta ese momento, la oposición creyó que podía volver a ganar las elecciones. En 2015, una gran cantidad de chavistas se abstuvo de votar disgustada por la crisis económica. Los dos años de enfrentamientos inoperantes entre el Parlamento y el Ejecutivo, más la violencia de las manifestaciones opositoras alejaron de la oposición a ese sector que fue convocado nuevamente por el oficialismo. La militancia chavista lo fue a buscar y llevó a votar a miles que se habían abstenido antes. En ese contexto, la oposición perdió las elecciones regionales y después las presidenciales. En todas esas situaciones, la oposición se dividió, hubo sectores que participaron y otros que no.

Las elecciones fueron limpias, con mayor o menor participación. No hay argumento institucional verdadero para esta ofensiva diplomática que en experiencias anteriores ha terminado en intervención directa.

La fuerte crisis económica que sufre Venezuela tampoco puede ser argumento para una intervención ni bloqueo. Es la consecuencia de un país monodependiente del petróleo. La diversificación de su economía hubiera sido carísima comparada con la renta petrolera, pero aún así necesaria. Ningún gobierno diversificó. Y cuando se desplomó el precio del petróleo, también lo hizo la economía de Venezuela.

Con la inflación más alta desde 1991, con la híper, y una caída récord de la economía, Argentina es lo más parecido a Venezuela, con la diferencia de que la crisis en Argentina no es estructural, como la de Venezuela, sino originada en la ineptitud del gobierno de Macri.

No hay unanimidad en el mundo ni en los organismos internacionales sobre Venezuela. En una OEA muy manejada por Washington y en especial por el ultraconservador vicepresidente Mike Pence, 16 países respaldaron la política de Washington, pero otros 18 no lo hicieron. En Europa, el tema levantó una fuerte polémica. Son más los países que reconocieron la presidencia de Maduro que los que acompañaron a Estados Unidos. Rusia y China advirtieron contra cualquier intervención militar.

En el plano internacional, estos votos se intercambian por otros votos en otros temas. Este mecanismo no funcionó porque en el mundo es evidente que la autoproclamación del opositor Guaidó no tiene efecto real en el interior de Venezuela y que nunca hubiera sido posible si no hubiera sido previamente planificada en Washington o Miami. Pence se reunió en la Casa Blanca con los representantes de los 16 gobiernos aliados la noche anterior a la votación en la OEA. Y después hizo un discurso que se transmitió por las cadenas mediáticas regionales para respaldar el intento de golpe parlamentario de Guaidó.

Maduro rompió relaciones con Estados Unidos, pero Donald Trump dijo que desconocía su autoridad y que el personal de la embajada permanecería en Venezuela. Fue el preludio de un conflicto militar. Maduro hubiera tenido que expulsar del país a los diplomáticos y Trump hubiera enviado tropas para protegerlos. Finalmente Trump aflojó, lo que significó un reconocimiento implícito de la autoridad de Maduro.

Estados Unidos espera una asonada militar o que se creen condiciones para una intervención externa. Las manifestaciones de la oposición y el chavismo fueron muy parejas el primer día. En la jornada siguiente los actos callejeros se escalonaron en distintos barrios y fueron más violentos. En ese contexto, las Fuerzas Armadas y el Poder Judicial reconocieron al presidente Maduro.

Las tragedias de Irak, de Siria y de Libia están muy presentes en el mundo. Fueron invadidos con las mismas excusas que se agitan ahora contra Venezuela y las guerras internas provocadas se prolongaron hasta la actualidad. Ya suman cientos de miles de víctimas y miles de millones las pérdidas. El gobierno de Mauricio Macri quiere asociar a la Argentina a una catástrofe similar en la región y al mismo tiempo instalar la dramática crisis venezolana como un tema de campaña electoral para sacar el eje de su tremendo fracaso en la economía.

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Macri mandó un emisario a Estados Unidos por Venezuela

Un Pompeo argentino en Washington

Página/12

Un paso más en la alineación automática: el secretario de Asuntos Estratégicos de la Jefatura de Gabinete, Fulvio Pompeo, fue enviado por Macri a Washington para reunirse con autoridades norteamericanas y conocer de primera mano los planes que Trump tiene para Venezuela.




Fulvio Pompeo (izquierda) acompaña a Macri en sus viajes al exterior.


El secretario de Asuntos Estratégicos de la Jefatura de Gabinete, Fulvio Pompeo, fue enviado por el presidente Mauricio Macri a Washington para reunirse con autoridades norteamericanas y de la OEA en el marco de la situación suscitada en Venezuela.

El funcionario argentino, cuyo apellido es el mismo del secretario de Estado de Donald Trump, Mike Pompeo, hizo un viaje express para conocer de primera mano los planes de la administración republicana tras el reconocimiento como presidente de Juan Guaidó, el titular de la Asamblea Nacional.

El Pompeo de Macri no se reunió con el Pompeo de Trump, pero sí con el director principal de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional, Mauricio Claver-Carone, quien le adelantó que la Casa Blanca no descarta profundizar sanciones al gobierno de Nicolás Maduro. Washington analiza ampliar al petróleo y el oro y sólo serían válidas las transacciones acordadas con Guaidó. "Maduro es un estorbo hacia la democracia en Venezuela", había manifestado Claver-Carone hace unos días.

Tras su cita con el funcionario de Trump, Pompeo se reunió con el uruguayo Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), otro crítico de Maduro. En ese encuentro también estuvieron presentes la embajadora argentina ante la OEA, Paula Bertol; el asesor de Asuntos Institucionales del organismo, Gustavo Cinosi; y el jefe de Asuntos Políticos de la Embajada en Estados Unidos, Gerardo Díaz Bartolomé.

"Me reuní con el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, la embajadora Paula Bertol y Gerardo Díaz Bartolomé para tratar los principales temas de la región y de cooperación de OEA y la Argentina", contó a través de Twitter.

Finalmente, la agenda de Pompeo se completó con diálogos con el secretario adjunto del Pentágono para Asuntos de Latinoamérica, Sergio de la Peña; y la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Kimberly Breier.

Pomeo ratificó en todos sus encuentros que la postura del gobierno argentino: Maduro debe renunciar y un gobierno de transición deberá convocar a elecciones. La Argentina fue uno de los países de la región que reconoció al autoproclamado presidente Guaidó, junto a Estados Unidos. Uruguay y México, que consideran a Maduro como el presidente legítimo de Venezuela, motorizan vías de diálogo.

A nivel global, China y Rusia se manifestaron a favor del líder chavista. Hoy Estados Unidos convocó al Consejo de Seguridad por la crisis venezolana. Rusia trató de bloquear la sesión pero perdió la votación sobre el orden del día. Estados Unidos trata en estas horas que el organismo reconozca a Guaidó como presidente.

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Encargan a Elliott Abrams “restaurar la democracia”
Estados Unidos tiene un halcón para Venezuela



Abrams es un viejo conocido de América Latina por su rol en el escándalo Irán-Contras.

Página/12

Una de las figuras más controversiales de la política exterior norteamericana reapareció como elegido por Estados Unidos para intervenir en la situación de Venezuela. El secretario de Estado, Mike Pompeo, encargó a Elliott Abrams el rol de emisario para “restaurar la democracia” en la nación caribeña.

Al hacer el anuncio, Pompeo dijo que "hay muchas dimensiones sobre cómo podemos asistir a los venezolanos para lograr la democracia y vamos a ser responsables de liderar ese esfuerzo". Abrams definió la situación suscitada en Venezuela como "profunda, compleja y peligrosa".

Pompeo señaló que Abrams lo acompañará a Nueva York a la reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU que solicitó Estados Unidos para discutir la crisis venezolana y tratar que el organismo reconozca como presidente a Juan Guaidó. “Después de eso, no podría decirles adónde (su misión) lo llevará. No me sorprendería que terminara viajando por la región", agregó el jefe de la diplomacia norteamericana.

Abrams fue vicesecretario de Estado para Derechos humanos y Asuntos Humanitarios de Ronald Reagan en 1981. Llegó a ese puesto luego que la primera opción de Reagan, el halcón Ernest Lefever, no superara el filtro del Senado. Era el cargo que había ostentado Patricia Derian en tiempos de Jimmy Carter, y con Abrams las dictaduras del Cono Sur volvieron a tener una buena relación con Washington. Chocó con organismos de derechos humanos, que lo acusaron de encubrir las atrocidades en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, país en el que Estados Unidos fogoneó a la contra antisandinista.

En 1986, cuando ya era Secretario de Asuntos Interamericanos, quedó involucrado en el escándalo Irán-Contras: la venta ilegal de armas a Teherán para financiar a la guerrilla de los contras, que desestabilizaba a los sandinistas en Nicaragua. En 1991 fue condenado por delitos menores en relación a la retención ilegal de información al Congreso mientras se investigaba el financiamiento secreto a los contras. Fue condenado a labores de trabajo comunitario y libertad condicional por dos años, pero gozó de la gracia del indulto presidencial en 1992.

Reapareció en 2001 cuando George W. Bush lo nombró Ayudante Especial del Presidente y Director para Democracia, Derechos humanos, y Operaciones Internacionales en el Consejo de Seguridad Nacional. Ese nombramiento generó críticas por sus antecedentes, pero no impidió que asesorara sobre Medio Oriente. Ahora vuelve a escena en un escenario caliente.

viernes, 25 de enero de 2019

Chomsky y 70 intelectuales de Estados Unidos se pronunciaron contra el golpe en Venezuela y contra la acción injerencista de Trump




"Han empujado a Venezuela al precipicio", denunciaron Chomsky y otros 70 firmantes de una carta abierta

Página/12
Un grupo de 70 intelectuales, historiadores y expertos en política latinoamericana reclamaron en duros términos al gobierno de Estados Unidos no interferir en la política interna venezolana y apoyar un diálogo entre el chavismo y el antichavismo.
"Al reconocer al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como el nuevo presidente de Venezuela, algo ilegal bajo la Carta de la OEA, el Gobierno de Donald Trump ha acelerado la crisis política de Venezuela con la esperanza de dividir a los militares venezolanos y polarizar aún más a la población, obligándolos a elegir bandos", denunció anoche el grupo de intelectuales en una carta abierta. 
Los firmantes, entre los que se cuentan el filósofo y activista Noam Chomsky y el relator independiente de la ONU Alfred de Zayas, aseguraron que el reconocimiento de Guaidó como gobernante legítimo de Venezuela en detrimento del presidente Nicolás Maduro por parte de Estados Unidos y sus aliados empeorará la situación en ese país y generará "un sufrimiento humano innecesario, violencia e inestabilidad".

"Si la administración de Trump y sus aliados continúan su curso imprudente en Venezuela, el resultado más probable será el derramamiento de sangre, el caos y la inestabilidad", advirtieron los intelectuales, incluidos jefes de cátedra, profesores eméritos y directores de centro de estudios.

"El objetivo obvio, y en ocasiones declarado, es expulsar a Maduro mediante un golpe de Estado", agregaron los intelectuales, que dijeron que Estados Unidos debería haber aprendido algo de sus empresas de cambio de régimen en Irak, Siria, Libia o de su patrocinio histórico de cambio de regímenes en América Latina.

El gobierno del presidente Donald Trump fue el primero en reconocer este miércoles al jefe del Parlamento Juan Guaidó como gobernante legítimo de Venezuela. "Bajo la Administración de Trump, la retórica agresiva contra el Gobierno venezolano se ha disparado a un nivel más extremo y amenazador, con funcionarios hablando de 'acción militar' y condenando a Venezuela, junto con Cuba y Nicaragua, como parte de una 'troika de tiranía", recordaron los intelectuales en referencia al asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton.

"Estados Unidos y sus aliados, incluido el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y el presidente de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, han empujado a Venezuela al precipicio", aseguraron.

Los investigadores concluyeron que la única solución que hay "es un acuerdo negociado, como sucedió en el pasado en países latinoamericanos cuando las sociedades polarizadas políticamente no pudieron resolver sus diferencias a través de las elecciones".

Texto completo de la declaración

El gobierno de los Estados Unidos debe dejar de interferir en la política interna de Venezuela, especialmente en sus intentos de derrocar al gobierno de ese país. Resulta casi seguro que las acciones de la administración Trump y sus aliados regionales empeorarán la situación en Venezuela, lo que llevará a un sufrimiento humano innecesario, violencia e inestabilidad.

La polarización política de Venezuela no es nueva; El país ha estado dividido por mucho tiempo en términos raciales y socioeconómicos. Pero la polarización se ha profundizado en los últimos años. Esto se debe en parte al apoyo de los Estados Unidos a una estrategia opositora dirigida a destituir al gobierno de Nicolás Maduro por medios extraelectorales. Si bien la oposición se ha dividido en esta estrategia, el apoyo de los EE.UU. ha respaldado a los sectores de la línea dura en su objetivo de derrocar al gobierno de Maduro mediante protestas a menudo violentas, un golpe de estado militar u otras vías que eluden el camino electoral.

Bajo la administración de Trump, la retórica agresiva contra el gobierno venezolano se disparó a un nivel más extremo y amenazador, con los funcionarios de la administración de Trump hablando de “acción militar” y condena a Venezuela, junto con Cuba y Nicaragua, como parte de una “troika de tiranía”. Los problemas resultantes de las políticas del gobierno venezolano han sido empeorados por las sanciones económicas de Estados Unidos, que serían ilegales bajo los parámetros de la Organización de Estados Americanos y las Naciones Unidas, así como de la legislación de los Estados Unidos y otros tratados y convenciones internacionales. Estas sanciones recortaron los medios por los cuales el gobierno venezolano podría haber escapado de su recesión económica, y a la vez causaron una dramática caída en la producción de petróleo y el empeoramiento de la crisis económica,  causando la muerte de muchas personas que no pudieron acceder a medicamentos que hubieran podido salvar sus. Mientras tanto, los gobiernos de EE.UU. y sus aliados continúan culpando únicamente al gobierno de Venezuela por el daño económico, incluso el causado por las sanciones estadunidenses.

Ahora EE.UU. y sus aliados, incluido el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y el presidente de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, han empujado a Venezuela al precipicio. Al reconocer al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó como el nuevo presidente de Venezuela --algo ilegal bajo la Carta de la OEA-- la administración Trump ha acelerado drásticamente la crisis política de Venezuela con la esperanza de dividir a los militares venezolanos y polarizar aún más a la población, obligándola a elegir bandos. El obvio, y a veces explícito objetivo, es expulsar a Maduro a través de un golpe de estado.

La realidad es que a pesar de la hiperinflación, la escasez y una profunda depresión, Venezuela sigue siendo un país políticamente polarizado. Los Estados Unidos y sus aliados deben dejar de alentar la violencia presionando por un cambio de régimen violento y extralegal. Si la administración Trump y sus aliados continúan su curso imprudente en Venezuela, el resultado más probable será el derramamiento de sangre, el caos y la inestabilidad. Estados Unidos debería haber aprendido algo de sus iniciativas de "cambio de régimen" en Irak, Siria, Libia y su larga y violenta historia de patrocinio de "cambios de régimen" en América Latina.

Ninguna de las partes en Venezuela puede simplemente vencer a la otra. El ejército, por ejemplo, tiene al menos 235,000 miembros de primera línea, y hay al menos 1.6 millones en las milicias. Muchas de estas personas lucharán, no solo sobre la base de la creencia en la soberanía nacional que se mantiene ampliamente en América Latina, frente a lo que parece ser una intervención liderada por Estados Unidos, sino también para protegerse de una posible represión si la oposición derroca al gobierno por la fuerza.

En semejante situación, la única solución es un acuerdo negociado, como sucedió en el pasado en países latinoamericanos cuando las sociedades políticamente polarizadas no pudieron resolver sus diferencias a través de las elecciones. Ha habido esfuerzos con potencial, tales como los liderados por el Vaticano en el otoño de 2016,  pero no recibieron apoyo de Washington y sus aliados concentrados en el cambio de régimen. Esta estrategia debe cambiar para que exista una solución viable a la crisis actual en Venezuela.

Por el bien del pueblo venezolano, la región y por el principio de la soberanía nacional, estos actores internacionales deben apoyar las negociaciones entre el gobierno venezolano y sus oponentes que permitirán que el país salga finalmente de su crisis política y económica.

Firmado:

Noam Chomsky, Profesor Emérito, MIT y Profesor Laureate, Universidad de Arizona 

Laura Carlsen, Directora, Programa de las Américas, Centro de Política Internacional 

Greg Grandin, profesor de historia, Universidad de Nueva York 

Miguel Tinker Salas, profesor de Historia de América Latina y Estudios Chicano / a Latino / a en Pomona College 

Sujatha Fernandes, profesora de economía política y sociología, Universidad de Sydney 

Steve Ellner, editor gerente asociado de Perspectivas de América Latina 

Alfred de Zayas, ex experto independiente de la ONU sobre la promoción de un orden internacional democrático y equitativo y único relator de la ONU que visitó Venezuela en 21 años 

Boots Riley, escritor / director de Sorry to Bother You, músico 

John Pilger, periodista y cineasta 

Mark Weisbrot, codirector del Centro de Investigación Económica y Política 

Jared Abbott, PhD Candidate, Departamento de Gobierno, Universidad de Harvard 

Dr. Tim Anderson, Director, Centro de Estudios Contra Hegemónicos 

Elisabeth Armstrong, profesora del estudio de mujeres y género, Smith College 

Alexander Aviña, PhD, Profesor Asociado de Historia, Universidad Estatal de Arizona 

Marc Becker, profesor de historia, universidad estatal de Truman 

Medea Benjamin, Cofundadora, CODEPINK 

Phyllis Bennis, Directora de Programas, New Internationalism, Institute for Policy Studies 

Dr. Robert E. Birt, profesor de filosofía, Bowie State University 

Aviva Chomsky, profesor de historia, Universidad Estatal de Salem 

James Cohen, Universidad de París 3 Sorbonne Nouvelle 

Guadalupe Correa-Cabrera, Profesora Asociada, Universidad George Mason 

Benjamin Dangl, PhD, editor de Hacia la libertad 

Dr. Francisco Dominguez, Facultad de Ciencias Sociales y Profesionales, Universidad de Middlesex, Reino Unido 

Alex Dupuy, John E. Andrus Profesor de Sociología Emérito, Universidad de Wesleyan 

Jodie Evans, Cofundadora, CODEPINK 

Vanessa Freije, profesora asistente de estudios internacionales, Universidad de Washington 

Gavin Fridell, Cátedra de Investigación de Canadá y Profesor Asociado en Estudios de Desarrollo Internacional, St. Mary's University 

Evelyn González, Consejera, Montgomery College 

Jeffrey L. Gould, Profesor Rudy de Historia, Universidad de Indiana 

Bret Gustafson, profesor asociado de antropología, Universidad de Washington en St. Louis 

Peter Hallward, profesor de filosofía, Universidad de Kingston 

John L. Hammond, profesor de sociología, CUNY 

Mark Healey, Profesor Asociado de Historia, Universidad de Connecticut 

Gabriel Hetland, profesor asistente de estudios latinos de América Latina, el Caribe y los Estados Unidos, Universidad de Albany 

Forrest Hylton, Profesor Asociado de Historia, Universidad Nacional de Colombia-Medellín 

Daniel James, Bernardo Mendel Cátedra de Historia Latinoamericana 

Chuck Kaufman, Co-Coordinador Nacional, Alianza por la Justicia Global 

Daniel Kovalik, profesor adjunto de derecho, Universidad de Pittsburgh 

Winnie Lem, profesora, Estudios de Desarrollo Internacional, Universidad de Trent 

Dr. Gilberto López y Rivas, Profesor Investigador, Universidad Nacional de Antropología e Historia, Morelos, México 

Mary Ann Mahony, profesora de historia, Universidad Estatal de Connecticut Central 

Jorge Mancini, Vicepresidente, Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) 

Luís Martin-Cabrera, Profesor Asociado de Literatura y Estudios Latinoamericanos, Universidad de California San Diego 

Teresa A. Meade, Florence B. Sherwood Profesora de Historia y Cultura, Union College 

Frederick Mills, profesor de filosofía, Bowie State University 

Stephen Morris, profesor de ciencias políticas y relaciones internacionales, Middle State State University 

Liisa L. North, profesora emérita, Universidad de York 

Paul Ortiz, Profesor Asociado de Historia, Universidad de Florida 

Christian Parenti, Profesor Asociado, Departamento de Economía, John Jay College CUNY 

Nicole Phillips, profesora de derecho en la Universidad de la Fundación, Dra. Aristide Faculté des Sciences Juridiques et Politiques y profesora adjunta de derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad de California en Hastings 

Beatrice Pita, profesora del Departamento de Literatura de la Universidad de California en San Diego 

Margaret Power, profesora de historia, Instituto de Tecnología de Illinois 

Vijay Prashad, Editor, El TriContinental 

Eleanora Quijada Cervoni FHEA, facilitadora de educación del personal y mentora de EFS, Centro de Educación Superior, Aprendizaje y Enseñanza en la Universidad Nacional de Australia 

Walter Riley, abogado y activista 

William I. Robinson, profesor de sociología, Universidad de California, Santa Bárbara 

Mary Roldan, Dorothy Epstein Profesora de Historia Latinoamericana, Hunter College / CUNY Graduate Center 

Karin Rosemblatt, profesora de historia, Universidad de Maryland 

Emir Sader, profesor de sociología, Universidad del Estado de Río de Janeiro 

Rosaura Sánchez, profesora de literatura latinoamericana y literatura chicana, Universidad de California, San Diego 

TM Scruggs Jr., Profesor Emérito, Universidad de Iowa 

Victor Silverman, profesor de historia, Pomona College 

Brad Simpson, Profesor Asociado de Historia, Universidad de Connecticut 

Jeb Sprague, profesor de la Universidad de Virginia 

Christy Thornton, profesora asistente de historia, Johns Hopkins University 

Sinclair S. Thomson, Profesor Asociado de Historia, Universidad de Nueva York

Steven Topik, profesor de historia, Universidad de California, Irvine 

Stephen Volk, profesor de historia emérito, Oberlin College 

Kirsten Weld, John. L. Loeb Profesor Asociado de Ciencias Sociales, Departamento de Historia, Universidad de Harvard 

Kevin Young, profesor asistente de historia, Universidad de Massachusetts Amherst 

Patricio Zamorano, académico de estudios latinoamericanos; Director Ejecutivo, InfoAmericas

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También Bernie Sanders se pronunció contra el golpe.






jueves, 24 de enero de 2019

La crisis en Venezuela profundiza 'la grieta' en Argentina

El presidente de Argentina, Mauricio Macri

La crisis en Venezuela profundiza 'la grieta' en Argentina

Francisco Lucotti (Sputnik)

El alineamiento de Mauricio Macri al reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino de la nación caribeña, que fue encabezado por el primer mandatario estadounidense, Donald Trump, vuelve a poner en evidencia la polarización política en el país austral.
Golpe de Estado institucional o reivindicación de la democracia, intervencionismo exterior en la política de un país soberano o apoyo a los valores republicanos de un pueblo sofocado por una dictadura. Las posiciones sobre la crisis en Venezuela y el pronunciamiento del jefe de Estado han hecho reaccionar a todo el arco político de la Argentina y despertado un intenso debate entre los analistas.

Este 23 de enero, Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y principal figura de la oposición al régimen de Nicolás Maduro, se autoproclamó presidente interino en medio de un acto masivo en las calles de Caracas. Minutos después, Donald Trump otorgó el reconocimiento diplomático de EEUU y, consecuentemente, el mandatario argentino Mauricio Macri ofreció el mismo apoyo.
Inmediatamente, referentes de la oposición salieron a criticar el posicionamiento del presidente desde sus redes sociales. "Es terrible que el gobierno argentino renuncie a la histórica posición argentina de no intervención y de respeto a la autodeterminación de los pueblos en el caso Venezuela", escribió el senador Fernando 'Pino' Solanas. "Lo de Venezuela tiene un solo nombre: golpe de estado. Trump, Macri y Bolsonaro alientan una guerra civil o una invasión. Pésimo antecedente para el orden público internacional", escribió el dirigente social Juan Grabois.

Más información: Miles de venezolanos en Buenos Aires saludan a Guaidó como presidente legítimo

"Es un acto de injerencismo en la política interior de Venezuela y una mancha en la Cancillería argentina avalar un golpe de Estado institucional no apoyado por toda la comunidad internacional sino por un puñado de países. Esta actitud apresurada e inédita es una muestra más del alineamiento casi automático del Gobierno de Macri con el de Trump, un Gobierno que no está interesado en los derechos humanos, algo que se evidencia en su alianza con Arabia Saudita, una teocracia absolutamente antidemocrática", dijo a Sputnik Leandro Morgenfeld, analista político e historiador.


"Lo que estamos viendo en estos días con la ofensiva que se lanzó la semana pasada contra Venezuela y el nuevo mandato de Nicolás Maduro es un intento de EEUU y muchos gobiernos de derecha aliados en la región y de algunos países de Europa para provocar la caída del chavismo y una suerte de inestabilidad política que complique aún más la enorme crisis económica que está atravesando ese país. Es un paso más en los intentos de forzar una salida de crisis política, guerra civil y/o intervención militar", dijo.
"Tiene un antecedente muy nefasto y grave que es el golpe de Estado de abril de 2002 contra Hugo Chávez, en el que se lo secuestró durante 48 horas. Un empresario, Pedro Carmona, se autoproclamó entonces como presidente y George W. Bush y José María Aznar, presidentes de EEUU y España en aquel momento, lo reconocieron", recordó Morgenfeld.

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Por el contrario, no solo figuras del oficialismo sino también peronistas de la oposición apoyaron la investidura de Guaidó, algo que generó el enojo de otras personalidades de esta fuerza política, como el diputado kirchnerista Andrés 'Cuervo' Larroque, que los tildó de "irresponsables" en sus declaraciones a un programa de radio.
"Argentina es integrante del denominado Grupo de Lima, un conjunto de países de América Latina más Canadá, que desconocieron el resultado de las elecciones venezolanas de mayo del año pasado, señalando que el gobierno de Nicolás Maduro es completamente ilegítimo por no tener ningún tipo de garantía democrática. La posición es consecuente con eso y es una especie de regla entre estos países, no un giro en la política internacional", opinió por su parte Jorge Castro, analista internacional, en diálogo con Sputnik.

"Se trata de una posición común que tiene que ver con el sistema interamericano, en el marco de la OEA [Organización de Estados Americanos] en donde existe, la cláusula democrática desde [2001]. Esto más que intervencionismo es respaldo pleno al denominado presidente interino, desconociendo absolutamente al gobierno de Nicolás Maduro. Ayer hubo un punto de inflexión en la crisis venezolana que es el carácter multitudinario que adquirieron las manifestaciones no solo en Caracas, sino también en el interior del país", concluyó.
Hasta ahora, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Paraguay, Perú, Ecuador, Costa Rica, Kosovo, Georgia y la OEA han reconocido a Guaidó. Los principales apoyos a la institucionalidad de Maduro son los de Rusia, China, Cuba, México, Uruguay, Bolivia, Rusia, Turquía y Nicaragua. La Unión Europea se limitó a exigir elecciones.