jueves, 12 de julio de 2012

Debates en Washington sobre YPF

YPF genera debates en la capital estadounidense

Embajada Abierta 


El debate se originó en un medio de comunicación colombiano y terminó en la página del Inter American Dialogue, el Think Tank orientado a América Latina mas influyente de Washington.
La discusión viene siendo reproducida -paso a paso-  por el newsletter Latin America Advisor, del Inter-American Dialogue en Washington.
El Latin America Advisor es una publicación diaria que se distribuye en todos los niveles del mundo de la política y las finanzas en la capital estadounidense.
Artículo de Michel Shifter
La presidenta argentina Cristina Fernández ha aumentado sus llamamientos al sentimiento nacionalista para recuperar su apoyo político interno, que ha caído desde que comenzó su segundo mandato en diciembre.
En Cartagena, en la Cumbre de las Américas, el tema fue el reclamo de Argentina sobre las Malvinas. De vuelta en Buenos Aires, Fernández tomó una participación del 51 por ciento de YPF a Repsol de España. Detrás de los dos casos, la política era el factor principal. Es tentador ver la expropiación como parte de una tendencia más amplia en la Argentina, y quizás de América Latina, hacia un mayor control gubernamental de los sectores clave como la energía. Pero no hay fundamento para tal interpretación.
Fernández hizo una apuesta grande. Ella sabía que la expropiación de YPF, como lo demuestran las encuestas, iba a ser políticamente popular en casa y también le daría al gobierno argentino más dinero para llevar a cabo sus políticas.
Sin embargo, los costos económicos y políticos de largo plazo de la decisión son inciertos, y podrían ser enormes. La reacción del gobierno español y otros europeos ha sido muy fuerte. Algunas figuras políticas de Chile y México han sido críticas. La expropiación no era parte del espíritu del Foro Empresarial de Cartagena.
Es poco probable que la nacionalización de YPF ayudará a atraer la inversión extranjera a la Argentina. El país, rico en recursos, ofrece muchos beneficios potenciales. Con esta jugada, sin embargo, los riesgos han aumentado considerablemente.
Si las ventas y el precio de la soya, principal producto de exportación de Argentina (sobre todo a China), siguen siendo altos, entonces el país puede tener mayor margen y ser capaz de continuar su crecimiento económico. Existe la posibilidad de que otras empresas (incluidas las chinas) y los inversionistas ayuden a Argentina y exploren las vastas reservas de petróleo del país.
Fernández se podría beneficiar de la suerte y contar en su habilidad política habitual. Pero también hay una posibilidad de que Argentina se encamine a graves problemas económicos, aunque no tan profundos como los de la crisis de 2001.
YPF no será probablemente el primero de una ola de nacionalizaciones en el país. Su situación es sui generis . Es cierto que la mayoría de las empresas de energía en la región son controladas por el Estado, aunque algunas son más eficaces que otras.
Sin embargo, el hecho de que la medida se llevó a cabo de manera poco delicada, incluso hostil, se reforzará la percepción de que Argentina es impredecible. Otros países, Colombia y Brasil, por ejemplo, ofrecen entornos más atractivos para los inversionistas. Y hay poca confianza en que la nacionalización resultará en una mayor eficiencia.
Al igual que algunos otros países de la región, Argentina no parece estar avanzando. Está estancada, sin un sentido de visión alternativa. En su lugar, se toman las decisiones, a menudo de manera impredecible, en búsqueda de beneficios políticos de corto plazo.
Este Artículo  fue publicado en el diario el Colombiano y en el Inter American Dialogue
Réplica de Jorge Argüello
Carta al editor: La expropriación de YPF
En un artículo recientemente publicado en El Colombiano, el presidente del Inter-American Dialogue, Michael Shifter, se refiere a la expropiación de la petrolera argentina YPF enlazando una serie de afirmaciones  desacertadas que lo llevan, necesariamente, a una conclusión errónea sobre la situación y las perspectivas de  Argentina.
Su apreciación política de que la nacionalización del paquete accionario mayoritario fue  motivada apenas por un supuesto intento de ganar popularidad y, a la vez, para obtener financiamiento rápido para el fisco, desconoce dos realidades básicas de este paso histórico hacia la recuperación de la soberanía hidrocarburífera en mi país.
El cambio se hizo a través de una ley debatida  en el Congreso y aprobada por la mayoría más amplia de fuerzas políticas que haya logrado un proyecto enviado por el Ejecutivo. La ley crea una empresa que integra el capital público y privado, nacional e internacional, en alianzas estratégicas dirigidas a la exploración y explotación de hidrocarburos convencionales y no convencionales.
Además, el último detonante de la medida fue la aguda falta de inversiones de la española Repsol, el socio privado que controlaba YPF. Por eso, la nueva gestión de la YPF tiene un mandato claro de la Presidenta: el compromiso con los objetivos de desarrollo económico y social del país.
Como expresa la ley, su objetivo prioritario es el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos y la explotación, industrialización, transporte y comercialización de hidrocarburos, “a fin de garantizar el desarrollo económico con equidad social, la creación de empleo, el incremento de la competitividad de los diversos sectores económicos y el crecimiento equitativo y sustentable de las provincias y regiones”.
En su análisis, Shifter incurre en otro error de apreciación, al sostener que la salud de la economía argentina depende casi exclusivamente de su capacidad exportadora de soja. En el proceso de reactivación económica iniciado en 2003, la soja ha supuesto poco más de la décima parte del crecimiento del PIB.
En cambio, durante los últimos nueve años Argentina experimentó sustantivos cambios en el patrón de crecimiento. Su PIB aumentó a una tasa de 7,7% promedio (contra 2,3% de 1991-2002) y su producción industrial acompañó con otro 7,7% (contra -0,6% de 1994-2002). Esa transformación cualitativa se tradujo también  en el incremento de las  exportaciones de manufacturas de origen industrial y agrícola: en 2003 representaban el 60,3% y en el 2011 representan el 78,3%, a diferencia del resto de la región, que reprimarizó sus economías.
En conclusión, lejos de estar estancada, Argentina continúa creciendo y la nueva YPF será una herramienta fundamental para que desde ahora también la matriz energética nacional acompañe adecuadamente  el proceso de desarrollo económico con inclusión social iniciado en 2003.

Este Artículo  fue publicado en el diario el Colombiano y en el Inter American Dialogue

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