miércoles, 9 de mayo de 2018

El Fondo va a pedir más apertura comercial. Aunque en el primer trimestre duplicamos el déficit del año 2017, que ya fue el PEOR de la historia. Argentina y el FMI, una relación tóxica de seis décadas

Aramburu, Alsogaray, Onganía, Martínez de Hoz, Sourrouille, Cavallo, Menem y Macri firmaron acuerdos con el Fondo Monetario Internacional.


El trimestre cerró con un rojo de USD 2.494 millones
casi USD 1.300 millones más que en similar período del año anterior.


Argentina entró al FMI con la Revolución Libertadora. Sus exigencias siempre fueron catastróficas

Una relación tóxica de seis décadas

Página/12

La Libertadora con Prebisch, Frondizi con Alsogaray, Onganía, el peronismo de los setenta, Videla con Martínez de Hoz, Alfonsín con Sourrouille, Menem con Cavallo, Duhalde y ahora Macri vieron marcadas sus gestiones por la relación con el FMI.
Aramburu, Alsogaray, Onganía, Martínez de Hoz, Sourrouille, Cavallo, Menem y Macri firmaron acuerdos con el Fondo Monetario Internacional. 
Desde 1956 a la fecha, la relación entre la Argentina y el Fondo pasó por períodos de mayor y menor acercamiento aunque el organismo mantuvo una línea de conducta, con la exigencia de condiciones vinculadas al ajuste fiscal y la desregulación comercial y financiera. La economista Noemí Brenta detalla en su trabajo “Argentina y el FMI: efectos económicos de los programas de ajuste de larga duración” que “entre 1956 y 2006 la Argentina suscribió 21 acuerdos de condicionalidad fuerte con el FMI: 18 de derechos de giro, 2 de facilidades extendidas (1992 y 1998) y 1 de servicio de complementación de reservas, en 2001. También se celebraron otros acuerdos de condicionalidad menor: 7 compensatorios por fluctuaciones de exportaciones en las décadas de 1970 y 1980 y 1 correspondiente al servicio financiero del petróleo, en 1975”. En adelante, los hitos en la relación con el FMI:

1 Argentina ingresó al organismo en 1956 por consejo del economista Raúl Prebisch luego de que la Revolución Libertadora derrocara al presidente Juan Domingo Perón.
2 El presidente Arturo Frondizi fue el primero en pedirle ayuda al Fondo en diciembre de 1958 para intentar equilibrar la balanza de pagos y sentar las bases de su plan de desarrollo.
Para ganarse la confianza del FMI, Frondizi designó a Alvaro Alsogaray en el Ministerio de Economía quien se encargó de recortar el gasto público, poner fin a las restricciones a las importaciones, eliminar los controles de precios, congelar los salarios y liberar el dólar.
4 Como consecuencia de las medidas que pidió el FMI, en 1959 el salario real cayó 23 por ciento y la participación de los trabajadores en el ingresó se redujo del 44,4 al 37,7 por ciento.
5 Los primeros conflictos con el FMI surgieron durante la presidencia de Arturo Illia luego de la crisis económica de 1962-63, pero el golpe militar de Juan Carlos Onganía puso fin a las disidencias internas y disciplinó al país con los intereses de la “comunidad internacional”. 
6 La administración peronista que llegó al poder en 1973 cuestionaba la permanencia argentina en el FMI, pero mantuvo relaciones y luego de ese interregno la dictadura de Videla firmó un nuevo acuerdo para recomponer reservas y sostener el plan de estabilización.
7 Con la última dictadura, la receta del FMI volvió a aplicarse: congelamiento de salarios, liberalización de precios, apertura de la economía y desregulación del sistema financiero.
8 El primer ministro de Economía de Alfonsín, Bernardo Grinspun, desafió al FMI negándose a firmar un acuerdo stand by y queriendo imponer sus condiciones en la negociación en el intento de conformar un “Club de deudores” luego de la crisis de la deuda heredada de la economía de la dictadura, pero fue desplazado.
9 En 1985, el nuevo ministro de Economía, Juan Vital Sourrouille, lanzó el Plan Austral, con el apoyo del FMI. Durante toda la presidencia de Alfonsín el Fondo sujetó los desembolsos a condicionalidades tales como la apertura comercial y el ajuste fiscal.
10 En el inicio de la convertibilidad, el Fondo estuvo ligado a la adhesión de la Argentina al Plan Brady, en 1992, que supuso la reestructuración de la deuda soberana y dispuso como condicionalidad la privatización del sistema de seguridad social, la eliminación del impuesto a las transacciones financieras, a las ganancias y de las contribuciones patronales a la seguridad social y la ampliación de la base imponible del impuesto al valor agregado.
11 En los 90, la relación con el Fondo se fortaleció. El 10 de octubre de 1998 Michel Camdessus, director gerente del organismo, afirmó que “el mejor presidente de los últimos 50 años es Carlos Menem”.
12 Ese apoyo incondicional del FMI a la convertibilidad, expresado en créditos millonarios, entre ellos el “Blindaje” de enero de 2001 por un monto total de 40 mil millones de dólares, prolongó la agonía del 1 a 1 hasta enero de 2002 y derivó en la mayor crisis de la historia moderna argentina.
13 A comienzos de 2003, el presidente interino Eduardo Duhalde firmó con el Fondo un acuerdo de reprogramación de deuda.
14 El 15 de diciembre de 2005, el presidente Néstor Kirchner anunció la cancelación total de la deuda con el FMI para poner fin a las condicionalidades del organismo. El pago se efectivizó el 3 de enero de 2006.
15 Apenas asumió, el presidente Mauricio Macri anunció que el país volvería a aceptar las misiones de los “técnicos” previstas en el artículo IV. A fines de 2016, esa evaluación incluyó, entre otras recomendaciones, el cambio a la baja en el índice de movilidad jubilatoria, que el Gobierno aplicó el año pasado.
16 Ayer, Macri anunció que Argentina vuelve a pedir plata prestada al FMI por un monto total que ascendería a los 30 mil millones de dólares.

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