jueves, 30 de marzo de 2017

La Argentina, Estados Unidos y la defensa. Acerca de la carta del embajador Lousteau. Opinan Tokatlian y Caviasca

La Argentina, Estados Unidos y la defensa
Lectura de una carta
En días recientes se ha revelado una carta fechada el 16 de junio de 2016 enviada por el embajador de la Argentina en Washington, Martín Lousteau, al congresista Pete Visclosky con una lista de pertrechos que Estados Unidos podría proveer a la Argentina por un presunto valor de US$ 2000 millones. La misiva es confusa y complicada por distintas razones. Invoca, al principio, los requerimientos de las fuerzas armadas, aunque a renglón seguido ubica la “cooperación” argentino-estadounidense en materia de defensa en el contexto del combate global contra “escorias” tales como el “terrorismo”, el “narcotráfico” y el “crimen organizado” que, en realidad, constituyen retos importantes a la seguridad. En el caso argentino desde el advenimiento de la democracia, como el estadounidense a través de la Ley del Posse Comitatus de 1878, existe una clara distinción de funciones y atribuciones entre la defensa externa y la seguridad interna.
Adicionalmente, la carta apunta a un doble propósito: adquirir material militar, tal el caso de los aviones de entrenamiento Texan II y conseguir armamentos en el marco de programas existentes sobre transferencias y excedentes que son ofrecidos por el Departamento de Defensa pero que requieren la aprobación del Departamento de Estado. En breve, más que una comunicación dirigida a mostrar estrictamente que la Argentina estaba dispuesta a realizar una inversión en la adquisición de material específico para la defensa se trató de un pedido en el que se anunciaba la voluntad de comprar algo y obtener, al mismo tiempo, varias donaciones. Que eso lo realice un país pequeño o carente de recursos sería comprensible, que lo haga el octavo país en tamaño del mundo y miembro del poderoso G-20 es sorprendente.
A su turno, no se puede colegir de la lista solicitada por el Embajador cuál es el sentido estratégico del material requerido. ¿Ese inventario es el resultado de un ejercicio previo de planeación de largo plazo en el que se tuvieron en claro las eventuales hipótesis de conflictos o que, en su defecto, se hayan determinado las capacidades militares necesarias o que, alternativamente, se hubiese precisado un programa de modernización y no simple remplazo de recursos de las fuerzas armadas? Más que elevar el tono alarmista acerca de una supuesta “carrera armamentista” regional debido al contenido de aquella carta es esencial interrogarse ante la notable ausencia de un debate público y plural sobre la defensa que antecede a este gobierno y que la actual administración del presidente Mauricio Macri ha optado por perpetuar.
Ahora bien, es importante situar la carta cronológicamente para entender el alcance que pudo haber tenido y la realidad de lo que efectivamente ha sucedido entre marzo de 2016 y marzo de 2017. A ese fin intentaré efectuar una cronología que ayude a interpretar ese período de un año.
El antecedente más importante de la carta lo constituyó la visita –mencionada en la carta de Lousteau de junio– de congresistas estadounidenses del 9 al 12 marzo del año pasado, días antes del viaje del Presidente Barack Obama a la Argentina. Se trató de una delegación de la Comisión de Asignaciones Presupuestarias de la Cámara de Representantes. La encabezó el presidente de la Comisión, Hal Rogers, y entre sus miembros estuvo Pete Visclosky, el legislador que recibió la filtrada carta de Lousteau (ver, https://ar.usembassy.gov/es/delegacion-del-congreso-de-eeuu-visita-la-argentina-2/). Al parecer los temas de defensa y seguridad fueron tratados en ese periplo como parte de las expectativas de Washington de cambios relevantes en la Argentina en razón del triunfo electoral de Cambiemos.
Días más tarde, durante la visita de Obama (ver https://ar.usembassy.gov/es/hoja-informativa-relacion-entre-estados-unidos-y-argentina/), “Estados Unidos y la Argentina se comprometieron en trabajar juntos para combatir al crimen organizado y el tráfico de drogas”.  A su vez, Washington felicitó a Buenos Aires por “los esfuerzos mundiales de compartir las cargas de mantenimiento de la paz. Estados Unidos elogian el compromiso de la Argentina de reanudar dicho papel, al aumentar de forma significativa el tamaño de sus unidades de reserva y al participar en el mantenimiento de la paz de la ONU en África al poner a disposición capacidades importantes, tales como: logística, ingeniería, comunicaciones y unidades médicas.  En preparación para el envío de las unidades reservas  de la Argentina a África, Estados Unidos fortalecerá la capacidad del mantenimiento de la paz de la Argentina, a través del entrenamiento y la modernización de la flota C-130 de la Argentina”. Sin embargo, hasta el momento la Argentina no decidió enviar tropas ni a República Centroafricana ni a Mali; dos destinos en los que Estados Unidos y la Unión Europea coinciden en sus pedidos de aporte argentino. Asimismo, se afirmó que “el Departamento de Defensa también invitó a la Argentina para participar en el Programa de Asociación de Estado para la cooperación con la Guardia Nacional”; lo cual se materializó a finales de 2016 mediante el acuerdo firmado por el Ministerio de Defensa y la Guardia Nacional del estado de Georgia. Según aseveró Rosendo Fraga a principios de 2017 el compromiso no era “gravoso, pero sí me parece que es como una pérdida de nivel por parte de un país como Argentina, en vez de firmar acuerdos con las fuerzas armadas de EE.UU., firmar acuerdos con las guardias nacionales” (Ver  https://noticiasyprotagonistas.com/actualidad/rosendo-fraga-yo-creo-que-ante-todo-esto-rompe-una-inercia/).
Se llega entonces a la carta de junio. Es importante analizar por qué Lousteau envía la misiva a Visclosky. Él es un legislador de vasta experiencia. Demócrata por el estado de Indiana. Él era en ese momento el Ranking Member por la minoría en el Sub-Comité de Defensa en el marco del Comité de Asignaciones Presupuestarias de la Cámara de Representantes. Al momento no se conoce una carta semejante enviada a Key Granger, la Chairwoman de dicho comité y republicana por Texas. Quizás exista esa otra carta o quizás se prefirió contactar solo al demócrata en la esperanza de un triunfo de Hillary Clinton en noviembre de 2016. Desconozco si es lo uno o lo otro: solo menciono las alternativas potenciales.
Sin embargo, la figura de Visclosky no es solo importante por su larga experiencia (congresista desde 1985), su condición de demócrata (es uno de los 126 demócratas que votaron en su momento contra la Iraq War Resolution) y su lugar clave en el mencionado Sub-Comité. Entre otras, es un hombre de los negocios militares. Como se puede ver en los enlaces que siguen, entre los principales contribuyentes a su campaña electoral están industrias para la defensa como Lockheed Martin, General Dynamics, Northrop Grumman, Defense Aerospace, entre varios otros (Ver https://www.opensecrets.org/politicians/industries.php?cycle=2016&cid=N00003813&type=I; https://www.opensecrets.org/politicians/contrib.php?cycle=2016&cid=N00003813&type=I; y https://www.opensecrets.org/politicians/pacs.php?cycle=2016&cid=N00003813&type=I). Nunca hay que olvidar que el mundo de las armas es un mundo de jugosos negocios.
Una fecha relevante es el 15 de julio de 2016. Como se puede apreciar en el próximo enlace, el Vice Almirante Rixey, director del Defense Security Cooperation Agency (DSCA) le envía una comunicación a Paul Ryan, el Speaker de la Cámara informando sobre la provisión de elementos de defensa para la Argentina por un valor aproximado de  US$ 300 millones (ver https://www.gpo.gov/fdsys/pkg/FR-2016-08-23/pdf/2016-20104.pdf). El pedido se concentra en la venta de 24 aviones de entrenamiento Texan II. Como se sabe la compra finalmente se redujo a 12. Esos US$ 300 millones distan mucho de los hipotéticos US$ 2000 millones.
Lo que se deja consignado en el registro federal que acompaña la carta de Rixey es significativo. El contratista estadounidense es Beechcraft Defense Company; empresa que pertenece a uno de los grandes emporios para la defensa: Raytheon. A su turno, Raytheon es históricamente uno de los mayores aportantes a las campañas políticas en Estados Unidos (ver https://www.opensecrets.org/donor-lookup/results?name= Raytheon). Solo en la campaña de 2016 hizo donaciones por valor de $ 4.640.000 (ver https://www.opensecrets.org/lobby/clientsum.php?id=D000000175).
Paralelamente, en las consideraciones para esta transacción se remarca la condición de la Argentina como aliado extra-OTAN; condición que brinda Estados Unidos, que se obtuvo durante el segundo mandato de Carlos Menem y que no se perdió –y a la cual no se renunció– durante los 12 años de  gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. (Sobre la designación de aliado extra-OTAN ver http://uscode. house.gov/view.xhtml?req=granuleid:USC-prelim-title22-section2321k& num=0&edition=prelim). De acuerdo a la ley que cubre el otorgamiento de la condición de aliado extra-OTAN, se autoriza, entre otras, al Secretario de Defensa a brindar la garantía del gobierno estadounidense sobre la compra o arrendamiento de artículos de defensa por parte de los aliados y al presidente a transferir, de forma gratuita excedentes de defensa.
Esta interesante referencia a la condición de aliado extra-OTAN también se menciona en dos recientes resoluciones de 2017 de la Cámara de Representantes (con 10 co-auspiciantes) y del Senado (con 6 co-auspiciantes), respectivamente, que “reafirman la asociación entre Estados Unidos y la Argentina y reconocen las reformas económicas de la Argentina” (ver https://www.congress.gov/bill/115th-congress/house-resolution/54/text?q=%7B%22search%22%3A%5B%22argentina%22%5D%7D&r=1 y https://www.congress.gov/bill/115th-congress/senate-resolution/18?q=%7B%22search%22%3A%5B%22argentina%22%5D%7D&r=2 ).
En realidad todo lo que se ha confirmado hasta el momento es la adquisición de los Texan II. Adicionalmente, la asistencia militar y policial brindada por Washington en 2017 es de apenas $550.000 dólares en el contexto de un bajo nivel de efectivos entrenados en Estados Unidos y de escasas ventas de armamentos (ver http://securityassistance.org/argentina).
Posiblemente, el alboroto con la noticia de la carta del Embajador Lousteau se pudo haber debido a la promesa de grandes compras para “reequipar” las Fuerzas Armadas que el gobierno del presidente Macri anunció en noviembre de 2016 (ver http://www. lanacion.com.ar/1955600-lanzan-un-ambicioso-plan-para-reequipar-a-las-fuerzas-armadas). Parecía entonces que la administración iba a convertirse en un importante comprador de armas. Algo que no ocurrió en los años anteriores como lo muestran, entre otros, los datos de Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) respecto a América Latina (ver https://www.sipri.org/sites/default/files/Trends-in-international-arms-transfers-2016.pdf).
Sin embargo, aquella expectativa no se materializó en 2017. De hecho lo que se puede observar de la información oficial es un ajuste notorio en el presupuesto de defensa (ver https://www.informadorpublico.com/fuerzas-armadas/exclusivo-ajuste-en-defensa-deja-a-las-ffaa-al-borde-del-vaciamiento). Más aún, es tan precaria la situación en 2017 que el gobierno pretende desprenderse de predios del ejército y de otras fuerzas; empezando por uno localizado en el barrio de Nuñez (ver http://www. cronista.com/negocios/Subastan-en-Capital-un-terreno-del-Ejercito-y-buscan-obtener-mas-de-us-20-millones-20170308-0023.html). La Argentina, en materia de defensa, no parece estar en el mercado para “comprar” sino para “vender”.
No hay duda que la carta del Embajador argentino en Washington produjo reacciones, pero lamentablemente ni se debate con seriedad sobre su alcance específico ni sobre la urgencia de discutir qué tipo defensa necesita la Argentina en este turbulento comienzo de siglo.

* Profesor plenario de la Universidad Di Tella.


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¿Armas o ideas escalofriantes?
Sobre defensa nacional y el informe de Navarro
Por Guillermo Caviasca
Artículo publicado por
Publicación virtual de la Corriente política 17 de Agosto
A veces el progresismo es "escalofriante". Si vemos las criticas espontáneas a la potencial compra de material militar con un poco de conocimiento sobre el tema, se ve que éste material es débil en potencia y en muchos casos es de descarte. La verdad es que las opiniones y críticas expresadas tanto a nivel “opinión pública” como entre algunos dirigentes no solo muestran un acto reflejo antimilitar, sino que carecen de lógica. La presentación televisiva pareció más destinada a influir en gente progresista bienintecionada que en ajustarse a la discusión de verdades que hacen a la defensa nacional.
! Hasta se escucharon barbaridades como que la compra se asociaba a la idea de reprimir piquetes y manifestaciones!!!!
Vamos a realizar una crítica seria.
Lo “denunciado” (que es la hipótesis máxima de compra) es material de descarte, o sea material que el ejercito de los EEUU ya ha dado de baja por superado tecnológicamente; o material de entrenamiento; algunas de las compras denunciadas como peligrosas o excesivas son de muy bajo poder de fuego, como las tanquetas que, además de poder encararse su fabricación local o comprarlas en otro mercado mas seguro y barato, son solo vehículos de observación y patrullaje, acompañamiento, apoyo a los sumo. Aviones de entrenamiento, helicópteros de las  películas de los 90 de los que EEUU se esta deshaciendo. En general son armas que en algunos casos, como menciona la misma nota que las califica de "escalofriantes", datan de la época de Malvinas. Los anticarro y los cohetes para infantería sirven para una defensa liviana contra vehículos y aviones pequeños, no parece muy intimidante sino, mas bien, muy básico.
O sea suena una compra mínima, cara por su misma naturaleza de segunda, que está en discusión desde el año pasado, para un plazo de varios años, que será comprada con créditos financieros, y que sólo se completará en mínima parte. Es para unas FFAA paralizadas, que no afecta en nada el balance de fuerzas en América, y aún menos respecto a otras potencias.
Recodemos que Chile, por ejemplo, dispone de cientos de tanques Leopard alemanes de última generación, Bolivia esta reequipada muy eficientemente por Evo, Brasil ha encabezado con un programa de construcción de una fuerza armada de importancia, ni hablemos de Venezuela. Estos ejemplos son de países hermanos, amigos con los que debemos resolver problemas en conjunto y encarar los desafíos mundiales colectivamente. Pero si hablamos del principal problema geopolítico argentino que es el Atlántico sur, la cuestión militar cobra un grado de amenaza real.
No debe interpretarse este análisis como proponer o ver una "carrera armamentista" a la que habría que incorporarse, por el contrario Argentina hoy no esta en condiciones de encarar políticas comunes de defensa sudamericanas que nos garanticen la paz y la no injerencia, dependemos de que el equilibro geopolítico se mantenga. Teniendo en cuenta que el Atlántico sur es un conflicto con un cariz militar evidente. Que el campo popular tuviera una posición sobre el equipamiento militar y la defensa nacional mas allá de “escalofrío” seria un paso adelante.
Lo que mas llama la atención es que digan que el armamento puede ser utilizado para !reprimir piquetes! Lo cual raya lo ridículo. Para eso ya ha ido reiteradamente la ministra Bullrich a Israel a comprar tecnología, equipos y formación para nuestras fuerzas de seguridad (lo que sí es sumamente grave) y debería generar indignación popular. 
La cuestión principal no es el equipo militar que debe sí nutrir nuestras FFAA (del que casi no disponen), sino la naturaleza de la política que se encara, la doctrina que las enmarca, las hipótesis de conflicto que se de deben afrontar.
Sin dudas el actual “plan de compras” es solo un gesto político hacia EEUU: “le compramos a ustedes” dentro de la lógica que manejan desde los PAM (Programa de asistencia militar) de la década del sesenta, que es vender a los países satélites armamento de segunda, y a lo sumo mantener una fuerza militar satélite en lo tecnológico que pueda servir de apoyo logístico en la "lucha (hoy) contra el terrorismo". Es un gesto del realineamiento geopolítico mas, con el que el gobierno pretende ser “mimado” por la gran potencia y así recibir ayuda (no militar, sino financiera, económica, diplomática, etc.) para sobrepasar la debacle en que se esta sumiendo nuestro país.
Se complementa así el freno al (sumamente moderado y casi simbólico) impulso que los Kirchner le dieron a algunas áreas técnicas científicas y de fabricación de algunos artefactos militares, como aviones de entrenamiento, tanques medianos, astilleros, cohetería. etc. La que puede ser discutible en su efectividad, si el esfuerzo fue suficiente y presupuesto asignado alcanzó, pero no en su orientación teórica. La potenciación de la industria nacional y la tecnología aplicada en el desarrollo de herramientas militares fue en nuestro país un cimiento para el desarrollo industrial y tecnológico soberano en el conjunto de la economía. La existencia de una doctrina militar nacional y popular capaz de pensar un país independiente y con capacidad de defensa autónoma fue su pilar desde los 40.
La realidad la operación macrista no es “el enorme aumento del presupuesto militar”. Por el contrario el presupuesto bajó y las áreas de fabricación, investigación etc. están paralizadas, inclusive los gastos operativos del ejército han disminuido con Macri, aún más que con el kircherismo. Este es un plan de compras de mediano plazo, de poca significación, que se encuentra en discusión entre el gobierno y los intermediarios que se beneficiaran, que no serán las FFAA, y que será financiado con deuda.
Claro, si, con las tanquetas se pueden patrullar algunas zonas y combatir delincuentes o cosas así. Una banda de narcos como las que nos muestran en las películas, bien armada, temería a una tanqueta con una ametralladora .50 en una torreta blindada. Ahí acaba la cuestión, es algo parecido a lo que haría la gendarmería. O sea, en definitiva, es la orientación evidente del gobierno hacia los EEUU y de las FFAA a funciones de patrullaje, guardia territorial fronteriza; a los sumo una fuerza complementaria, de apoyo logístico a las fuerzas yanquis en alguna intervención “antiterrorista” en algún país saqueable. Es un paso en el desmantelamiento de las FFAA dado por una clase dirigente que carece de ideas de soberanía, no su reequipamiento “escalofriante”.



miércoles, 29 de marzo de 2017

Vecinos inquietos ante la posible compra de armas a EEUU

Lousteau fue quien planteó la compra de armas en una carta a congresistas estadounidenses.Preocupación por la posible compra de armas a EEUU
 
Vecinos que piden explicaciones
 
Página/12
Parlamentarios de varios países de la región manifestaron su inquietud. Advirtieron que se podría iniciar “una carrera armamentística” que pondría “en peligro” la estabilidad regional.
Lousteau fue quien planteó la compra de armas en una carta a congresistas estadounidenses.

Diputados de Brasil, Uruguay, Chile y Paraguay manifestaron su “preocupación” por la iniciativa del gobierno argentino de comprar armamentos y “equipamiento de guerra” a los Estados Unidos por 2 mil millones de dólares, y advirtieron que este hecho podría iniciar “una carrera armamentística” que pondría “en peligro” la estabilidad de la región.
El diputado federal por el Partido de los Trabajadores (PT) y titular de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento, Paulo Pimenta, calificó de “extraña” a la intención argentina de adquirir material bélico norteamericano, tal como lo confirmó el lobby hecho por el embajador en Washington, Martín Lousteau, quien hizo el pedido a través de una carta enviada a los congresistas estadounidenses que autorizan la venta o donación de armas a otros países.
Pimenta sostuvo que la Casa Rosada debe “explicar” a los países vecinos los motivos por los cuales quiere hacer esa multimillonaria compra de armas. De la misma manera, el diputado uruguayo por el PS–FA, Gonzalo Civila, aseveró que su país quiere saber “cuáles son las hipótesis de conflicto que se manejan” desde Buenos Aires.
“En Argentina vemos una problemática de recesión económica y crisis social y una situación de este tipo realmente parece sorprendente”, cuestionó, y criticó que una adquisición de esas características “es más típica de una guerra de despliegue territorial”.
Por su parte, el diputado chileno Hugo Gutiérrez sostuvo que la voluntad del gobierno de Mauricio Macri es “una demostración” de que “el complejo industrial armamentístico (norte)americano sigue operando para estimular o generar guerras en América Latina”. Además, calificó de “burda” a la explicación del gobierno argentino respecto de que esa compra sería para combatir al terrorismo.
Por su parte, el diputado paraguayo del Parlasur Ricardo Canese sostuvo que la concreción de esa compra conllevaría el “riesgo” de “que se preparen intervenciones militares en el marco de países  neoliberales y conservadores, como ocurrió con la operación Cóndor”. “Condenemos esta carrera armamentística que irresponsablemente está emprendiendo el gobierno neoliberal de Macri”, concluyó. Los parlamentarios de la región exhibieron su inquietud en diálogo con C5N.
En la Argentina, la pretensión del Poder Ejecutivo de comprarle armas a Estados Unidos fue duramente cuestionada por la oposición. En el Congreso, los diputados del Frente para la Victoria (FpV) cuestionaron el lobby de Lousteau con la participación previa de los diputados oficialistas Eduardo Amadeo y Luciano Laspina, y plantearon la necesidad de que la canciller Susana Malcorra y el ministro de Defensa, Julio Martínez, sean interpelados por el Congreso.


-Escuchá acá el audio de la entrevista al especialista Daniel Blinder sobre la compra de armamento 
("La mar en coche", FM La Tribu)-






Más integración regional:¿la respuesta de América Latina a las políticas de Trump? Opinan Morgenfeld, Gómez, Castells-Quintana y Gambina en Universia Knowledge@Wharton

Activistas de la agrupación "Ángeles sin Fronteras" y "Juventud 2000" se reunieron a un costado del muro fronterizo en Tijuana para protestar contra Trump. Foto: Cuartoscuro


29 de marzo de 2017

Los países Latinoamericanos se miran unos a otros estupefactos con el nuevo discurso que ha llegado a la Casa Blanca. Donald Trump se muestra dispuesto a cambiar las relaciones comerciales y económicas que ha mantenido Estados Unidos durante las últimas décadas, y eso supone un motivo de inquietud para sus vecinos de continente. El nuevo presidente de Estados Unidos ha lanzado mensajes a favor del proteccionismo y en contra de la globalización, apartándose de las negociaciones de importantes tratados comerciales internacionales, como el del TPP o Asociación Transpacífica, y avisando de que renegociará otros como el que mantiene con México y Canadá (TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés). De hecho, el país mexicano se ha convertido en su principal campo de batalla, amenazándolo con imponer duros aranceles a todos sus productos.
Si como todo indica, la nueva administración se va a dedicar a dificultar los lazos comerciales con sus principales socios económicos, Latinoamérica puede tener mucho que perder. EEUU es clave para la región, ya que más del 40% de las exportaciones se dirigieron allí durante los últimos años, según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas (CEPAL). No solo eso, EEUU es, con diferencia, el principal país extranjero inversor en la región. Según los últimos datos disponibles del CEPAL, correspondientes a 2015, EEUU fue responsable del 25,7% de las entradas de inversión extranjera, muy por encima de los siguientes en la lista, que fueron Países Bajos (15,4%) y España y (11,5%). Además, en México y muchos países de Centroamérica y el Caribe, las inversiones directas de EEUU suponen más del 50% del total.
Lo que para muchos se ha convertido en un motivo de preocupación, para otros se ha visto como una oportunidad. ¿Ha llegado el momento de que Latinoamérica una fuerzas y se plantee una mayor integración desde el punto de vista económico?
Así lo cree, por ejemplo, Leandro Morgenfeld, profesor del Instituto de Investigaciones de Historia Económica y Social, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Considera que la actitud del presidente estadounidense hacia los hispanos puede ser un impulsor de la unidad en la región. “El discurso xenófobo de Trump, y en especial su desprecio a los hispanos, está generando un amplio rechazo no sólo en México, sino en toda América Latina y el Caribe. La estigmatización de los indocumentados y de los más de 55 millones de personas de origen hispano que hoy viven en Estados Unidos también supone una humillación para el resto del continente”. En este contexto, cree que se están generando condiciones para retomar la senda de la coordinación política y la integración regional. Recuerda como un indicativo importante que en la última cumbre del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América o Tratado de Comercio de los Pueblos) hubo un fuerte rechazo a las iniciativas xenófobas de Trump. Afirma que sería “bueno” que todos los países de la región, en el marco de la CELAC (La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), establecieran una posición conjunta de solidaridad regional y de rechazo al muro y a las deportaciones masivas. “La única estrategia posible para los 33 países de ‘Nuestra América’ es retomar la postergada integración regional. Sólo así se puede ganar autonomía frente a Estados Unidos y demás potencias extrahemisféricas”.
El profesor Eugenio Gómez, del área académica de Entorno Económico de IPADE Business School, opina que la integración económica tiene sentido con o sin políticas proteccionistas en EEUU. “Desde los inicios de la ciencia económica como tal, se ha desarrollado claramente la idea de que la especialización y la colaboración entre países es una fuerza importante para incrementar el bienestar de sus habitantes.
Si un país confía en otro para que produzca un bien o un insumo que necesita, le permite enfocarse en ser más productivo en la producción de otros bienes con base en la especialización, el aprovechamiento de economías de escala o de una mayor capacidad o recursos a nivel local”, explica. Por tanto, defiende la idea de que una mayor integración económica generará bienestar y será buena independiente de las políticas que siga Donald Trump, aunque reconoce que esta amenaza puede servir como pretexto o aliciente para una mayor integración, “lo que sería muy bueno para América Latina”. A pesar de ello, advierte de que una mayor integración en la región podría ser insuficiente para enfrentar un fuerte proteccionismo en EEUU. En este sentido, destaca el caso de México, cuyas exportaciones a su vecino del norte representan alrededor de un 36% de las importaciones totales del resto de América Latina. Es decir, según Gómez, México tendría que conquistar más de un tercio del mercado latinoamericano para compensar la pérdida del mercado estadounidense. Por esta misma razón, manifiesta que “el reto está también en conquistar otros mercados como el europeo o el asiático”.
David Castells-Quintana, profesor de Economía Aplicada de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona, también considera que el giro proteccionista de EEUU puede representar una oportunidad para generar una mayor unión en América Latina. Recuerda que la integración en la región avanzó mucho en las décadas de los Setenta, Ochenta y Noventa, pero se frenó con las disputas políticas del presente siglo, por ejemplo entre Colombia y Venezuela. Y lamenta que se perdieran organizaciones e iniciativas como la Comunidad Andina de Naciones (CAN). “Para que la oportunidad de mayor integración comercial se materialice falta mayor voluntad política”, advierte.
Para Julio César Gambina, profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, “los momentos de ofensivas del capitalismo, como el ascenso de Trump en EEUU, no son la mejor ocasión para avanzar con proyectos autónomos en la región”. Opina que la actitud del presidente estadounidense y su Gobierno contra los hispanos no será suficiente para propiciar una mayor unidad regional, algo que ve complicado con Enrique Peña Nieto en el Gobierno de México, con Michel Temer en el de Brasil y con Mauricio Macri en el de Argentina. “La continuidad de la lucha de los pueblos puede recrear condiciones de posibilidad para reinstalar la perspectiva de la integración alternativa. No será por vía diplomática y menos por la iniciativa de gobiernos de derecha sumisos a los designios de la potencia hegemónica, aun con declaraciones críticas a las posiciones que hoy asume el Gobierno Trump”, opina.
Papel de Mercosur

En estos momentos, el Mercado Común del Sur, conocido como Mercosur es el mayor proceso de integración regional que existe en Latinoamérica. Fundado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, posteriormente incorporó a otros países como Venezuela (suspendido) y Bolivia (en proceso de adhesión). También integran el bloque, aunque como “estados asociados” Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Guyana y Surinam. Mientras que México y Nueva Zelanda son “estados observadores”.
Los expertos no se ponen de acuerdo a la hora de hablar sobre el papel que debería jugar Mercosur en el nuevo contexto internacional y sobre si tendría que ser la piedra angular de una gran integración regional. Morgenfeld mantiene que debería reincorporar a Venezuela y abandonar la estrategia aperturista y a favor de los tratados de libre comercio que hoy le imprimen fundamentalmente los gobiernos neoliberales de Michel Temer y Mauricio Macri. Asegura que en 2005 fue una herramienta útil para frenar el Área de Libre Comercio de las Américas (o ALCA), impulsado por George W. Bush, y cuyo objetivo era expandir el TLCAN al resto de los estados del continente americano excluyendo a Cuba. “Creo que sería un grave error volver al Mercosur de los Noventa, pensado como mera plataforma para consolidar el ‘regionalismo abierto’”. El pacto de libre comercio con la Unión Europea que ambos bloques llevan años negociando, pero cuyas conversaciones se han relanzado en los últimos tiempos el cierre de fronteras impulsada por Trump  “sería una muy mala noticia”, advierte. “Es paradójico que los gobiernos de derecha de la región impulsen acuerdos de libre comercio perjudiciales para la mayoría de la población y que, además, están siendo rechazados en Estados Unidos y Europa. Proponen una apertura comercial extemporánea”, añade.
Gómez reconoce que Mercosur representa un esfuerzo importante para la integración en América Latina pero subraya que excluye a más países de los que incluye, por lo que considera imprescindible que se amplíe y reforme para estar a la altura del reto que podrían representar las políticas proteccionistas de EEUU.
Castells-Quintana sostiene que Mercosur podría ser una herramienta útil para la integración regional, pero debería ser más incluyente y tener en cuenta acuerdos regionales anteriores como el de la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Este profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona pone de manifiesto que existen muchos factores que explican el hecho de que no haya una voz común ante el reto que supone Trump y que los países de Latinoamérica no avancen hacia una integración económica. Pero cree que una de las claves es esta: “Desde hace unas décadas muchos países latinoamericanos se han empezado a fijar más en las diferencias entre ellos que en sus semejanzas. Así dar una respuesta común, o avanzar en una integración, es muy difícil. La Unión Europea empezó a avanzar cuando los países europeos se dieron cuenta que era más lo que los unía que lo que los separaba. En Latinoamérica aún no hemos llegado a entender esto”.
Para Morgenfeld, el principal obstáculo de la integración es político. “Con los golpes parlamentarios en Paraguay y Brasil, el triunfo de Macri en Argentina y la crisis económica que afecta a la región a partir de la caída de precio y demanda de materias primas, la derecha neoliberal supuso que había llegado su hora, que era inexorable la derrota de los procesos de cambio del eje bolivariano y de las experiencias reformistas. Sin embargo, Peña Nieto, Temer y Macri están enfrentando un creciente rechazo social y político”, explica. Asegura que las derechas regionales impulsan una agenda librecambista y apuntan a revertir conquistas sociales. “Abandonan cualquier estrategia de coordinación y cooperación política latinoamericana y se disputan el rol de socios privilegiados de Estados Unidos. Sin embargo, el triunfo de Trump los dejó descolocados”, argumenta. Cree que los mencionados gobiernos defienden una agenda que está siendo impugnada, al menos discursivamente, en los países que ellos toman como “modelo” a seguir.
Este profesor de la Universidad de Buenos Aires asegura que “impulsar una integración latinoamericana debería estar en el norte de cualquier proceso de transformación social en la región”. Declara que en los próximos meses se verá si las “derechas regionales” consolidan el “proceso de restauración conservadora” o si las “resistencias y rebeliones populares” revierten esa tendencia.
Gómez cree que la mala situación económica y política por la que pasan algunos países importantes como Argentina, Brasil y Venezuela es un obstáculo para que haya una política común en la región y una agenda política que apunte a la colaboración. “Parece que siempre ha faltado un liderazgo importante o la voluntad de los gobernantes latinoamericanos para darle una voz común a los intereses que persigue la región a nivel mundial”, apunta. Pone de relieve que este es un tema muy importante ya que tiene la convicción de que América Latina podría tener un nivel de influencia considerable en el mundo. “Su Producto Interno Bruto combinado es de más de 5 billones de dólares, lo que equivaldría a ser la tercer economía más grande del mundo. Es una lástima que no se aproveche más esta posible fortaleza cuando hay tantos intereses comunes para estas naciones”, se lamenta.

Invitación Charla: "México, entre Estados Unidos y Nuestra América en la era Trump" (CLACSO, martes 4/4, 16 hs)




MÉXICO ENTRE ESTADOS UNIDOS Y NUESTRA AMÉRICA EN LA ERA TRUMP

Martes 4 de abril de 16 a 18 horas
Sede de CLACSO: Estados Unidos 1168 - CABA

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Cecilia Nahón
Profesora de American University y ex-Embajadora de Argentina en Estados Unidos (2013-15)

Leandro Morgenfeld

Profesor UBA, Investigador CONICET, Co-Coordinador del Grupo de Trabajo CLACSO Estudios sobre Estados Unidos

José Gandarilla
Profesor de la UNAM. Miembro del Grupo de Trabajo CLACSO Epistemologías del Sur
Martin Granovsky
Periodista internacional. Colaborador de CLACSOTV

Coordina: Karina Bidaseca
Coordinadora Programa Sur-Sur de CLACSO y del Grupo de Trabajo CLACSO Epistemologías del Sur - Profesora UBA y UNSAM
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Presentación de TrumPolis, mirada internacional
un podcast para entender el mundo actual, el gobierno de Donald Trump y sus implicancias para América Latina

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martes, 28 de marzo de 2017

"Esto busca subordinar a las FFAA argentinas a la política del Pentágono", Leandro Morgenfeld

 

"Esto busca subordinar a las FFAA argentinas a la política del Pentágono", Leandro Morgenfeld

Leandro Morgenfeld, historiador, investigador del Conicet y autor de diversos libros y artículos sobre la relación entre Argentina y EEUU dialogó con el programa Con Algunas Cosas Claras, por Radio Rebelde am740. Analizando el pedido de armas de guerra del gobierno argentino a Washington, consideró que tanto Argentina como otros países de la región "no tienen nada que ganar y tienen todo que perder" abriendo más su economía a EEUU. 

- escuchar el audio acá

 

lunes, 27 de marzo de 2017

Escándalo por compra de armas a los Estados Unidos. Piden la interpelación de Malcorra y Martínez

La canciller Susana Malcorra
 
Escándalo por compra de armas a los Estados Unidos
 
Piden la interpelación de Malcorra y Martínez
 
Página/12
El bloque del FpV quiere que los funcionarios “ratifiquen o rectifiquen el proyecto del gobierno de adquirir armamento de uso militar por más de 2.000 millones de dólares a los Estados Unidos para combatir el terrorismo”. El ex ministro de Defensa, Agustín Rossi, apuntó: "Es una compra desproporcionada y desatinada".

Diputados y diputadas del Frente para la Victoria presentaron hoy un pedido de interpelación de la canciller, Susana Malcorra, y del ministro de Defensa, Julio César Martínez, para que concurran al Congreso a ratificar o rectificar el “proyecto del Gobierno de adquirir armamento de uso militar por más de 2.000 millones de dólares a los Estados Unidos para combatir el terrorismo”.
La información fue divulgada ayer en el programa Economía Política, C5N, donde se mostró una nota enviada por el embajador argentino en EEUU, Martín Lousteau al influyente congresista Peter Visclosky, en la que adjunta un enorme listado de armamento militar. Figuran poderosos aviones de caza, tanques de guerra, misiles de mediano y largo alcance, helicópteros similares a los utilizados durante la guerra de Malvinas.
El embajador cita como referencia una reunión que el congresista norteamericano mantuvo con los diputados nacionales del interbloque Cambiemos, Eduardo Amadeo y Luciano Laspina, quienes viajaron a EE.UU. invitados a unas jornadas organizadas por el FMI.
“La interpelación al ministro Martínez es porque queremos saber a qué terrorismo piensa el Gobierno combatir. Nos preocupa porque el gobierno continúa con su política de criminalizar la protesta social y nuestro temor es que la etapa que se viene sea la represión”, señaló el bloque del kirchnerismo mediante un comunicado.
Por otro lado, los diputados y diputadas exigieron al Gobierno que explique si tiene una “hipótesis de conflicto con algún país vecino”. “Como oposición y la sociedad en su conjunto tenemos el derecho de saberlo, que justifique semejante compra de arsenal de militar por más de 2.000 millones de dólares hasta 2019”
Al mismo tiempo, el bloque remarcó que “mientras esto ocurre a espaldas del pueblo, el Gobierno sigue con el ajuste, los tarifazos y persiguiendo a dirigentes de la oposición; y se niega a convocar a la paritaria nacional docente con el objetivo de ponerle un techo a los aumentos salariales al resto de los trabajadores”
Por otra parte, el ex ministro de Defensa, Agustín Rossi, exigió que el presidente Mauricio Macri explique “para qué quiere comprar” ese equipamiento militar ya que la Argentina “no tiene hipótesis de conflicto con ningún país”. Además, alertó que la compra no figura en el plan de Defensa presentado por el Gobierno y que la lista divulgada no está orientada a resolver “temas importantes como la lucha contra el narcotráfico”.
"Es desproporcionada y desatinada una compra tan millonaria cuando el gobierno dice que no tiene plata para nada", indicó Rossi. Por otra parte, precisó que esa cantidad de armamento que se solicita no se condice con el plan que presentó Defensa llamado “Aporte de la  Defensa al Esfuerzo Fiscal”. En este marco, el ex ministro alertó que “las comisiones de Defensa en el Congreso Nacional argentino deberían estar informadas (de estas compras) como así también el recorte presupuestario".
Sobre la lista de armamento divulgada, el ex ministro remarcó que “no hay compra de aviones que puedan trabajar en las fronteras ni equipamiento que aporte a la ciberdefensa". Al mismo tiempo criticó la decisión del Gobierno de "retirar los radares Rachid que son los que detectan los vuelos bajos en las fronteras”.
Finalmente, Rossi manifestó que en la misiva que el embajador argentino Martín Lousteau le envió al congresista norteamericano, Peter Visclosky , “habla de que quieren equiparse para la lucha contra el terrorismo y eso va en contra de la Ley de Defensa porque eso es materia de Seguridad interior”.

Macri va a comprar armamento en EEUU por más de 30.000 millones de pesos con la excusa de "combatir el terrorismo"?

altText(Juan Ignacio Amorín)Los documentos que revelan el equipamiento militar que el Gobierno solicitó a Norteamérica. Representa el mayor requerimiento desde la guerra de Malvinas.

En medio de un salvaje ajuste de cuentas en todos los ministerios, el gobierno de Mauricio Macri solicitó a los Estados Unidos de América un extenso listado de equipamiento militar para adquirir con el fin de "combatir el terrorismo". Allí figuran poderosos aviones de caza, tanques de guerra, misiles de mediano y largo alcance y helicópteros similares a los utilizados en la guerra de Malvinas, por un costo total que supera largamente los 2 mil millones de dólares que proyecta desembolsar la administración nacional en los próximos dos años.
El Destape accedió en exclusiva al listado completo de armamento que el gobierno argentino solicitó a mediados de 2016 al Congreso norteamericano para su aprobación, e incluso comprobó que algunos materiales ya fueron adquiridos. A través de una nota dirigida al congresista Peter Visclosky, el embajador Martín Lousteau adjuntó el listado de equipamiento en materia militar solicitada por el país para "combatir el terrorismo" citando como referencia una reunión que mantuvo con los diputados Eduardo Amadeo y Luciano Laspina, de Cambiemos.
Carta ARG-EEUU I
En el pedido, se detalla que el ejército argentino solicita, entre otras cosas, 12 helicópteros de ataque Cobra AH1, utilizados por el ejército estadounidense durante la Guerra de Vietnam, la del Golfo y la del Líbano, unos 10 helicópteros modelo Chinook, utilizados en la guerra de Malvinas, otros 16 Black Hawk UH60, otro tipo de aeronave de transporte táctico, conocido mundialmente por su rol en la Guerra de Irak, y por último unos 26 helicópteros Bell 412, lo que representaría un total de más de mil millones de dólares.
Además de los poderosos helicópteros, el Ejército nacional también solicitó unas 182 tanquetas de guerra tipo StryKer, modelos M1128, M1130, M1132, M1134 y M1139, que son utilizadas por las fuerzas armadas de Estados Unidos e Israel. Las mismas están equipadas con ametralladoras calibre 50, lanzadoras de granadas y cañones de 105 milímetros. Otro de los llamativos pedidos realizados a norrteamerica son los lanzamisiles Javelin (se pidieron 80), un modelo portátil desarrollado por el gobierno estadounidense para derribar tanques y avionetas.
Por su parte, la Fuerza Aérea no se quiso quedar atrás y también realizó una extensa "lista de deseos", que incluso, ya comenzaron a cumplirse: pese a que en el país se diseñan aeronaves similares, el gobierno nacional solicitó unos 24 aviones de caza Texan T6, de los cuales ya se compraron unos 12 según se anunció oficialmente hace tan sólo un mes. Los Texan son aviones de entrenamiento avanzado para pilotos, que fueron utilizados en la Segunda Guerra Mundial y durante las décadas posteriores. El costo total de estas aeronaves superaría los 280 millones de dólares.
Pero los Texan no resultaron suficientes para la Fuerza: en el listado también se agregaron otros 12 aviones de caza F-16 FightingFalcon, un cazabombardero desarrollado por EEUU en la década del 70 que ya no es producido para sus fuerzas armadas, sino que es material exclusivo de exportación. Este avión es considerado supersónico (viaja más rápido que la velocidad del sonido) y fue utilizado en la Guerra del Líbano, de Afganistán y en la invasión de Estados Unidos a Irak, entre otros conflictos armados, y el costo total de la compra rondaría la exorbitante suma de 250 millones de dólares.
Por último, la Marina también realizó su propio listado de "necesidades", y requirió, entre otras cosas, unos 2 aviones Orion, utilizados habitualmente para patrullaje marítimo. El mismo fue utilizado por los norteamericanos en la década del 60, cuando realizaron numerosas patrullas de bloqueo en las proximidades de Cuba, así como también fue partícipe en las guerras de Vietnam y del Golfo. El costo de ambos rondaría los 70 millones de dólares. Además de los Orion, el Estado nacional le pidió a los Estados Unidos unos 24 vehículos blindados Anfibios modelo AAVR7A1, los cuales son utilizados en la actualidad para el transporte de tropas del cuerpo de marines estadounidenses.
Estos modelos fueron utilizados durante la Guerra de Malvinas por la dictadura argentina, así como también participaron en la guerra de Irak y del Golfo. En este caso, el valor de la compra rondaría los 60 millones de dólares.

- ver acá la documentación completa de la nota del embajador Lousteau - 

sábado, 25 de marzo de 2017

“Economistas de Izquierda” organiza taller sobre Trump y su impacto en la región (sábado 1 de abril, Bauen)

Resumen Latinoamericano
Desde que Economistas de Izquierda hiciera su presentación en el movimiento asambleario del 2002, los talleres anuales que año a año organizamos han buscado interpretaciones y respuestas en el marco de un amplio abanico de las ideas de izquierda en el país, pero nunca en estos quince años nos vimos confrontados a una realidad internacional como la que ha provocado la asunción de Donald Trump a la presidencia de los EEUU.

Nacionalismo en lo político, proteccionismo en lo económico, antinmigración en lo social, son los ejes que recorren sus definiciones políticas. Sus primeros actos de gobierno parecen confirmarlo. No es un dato menor que fuera precedido por el triunfo del Brexit en Gran Bretaña y el ascenso de la derecha extrema en varios países europeos. Acontecimientos que si bien emergen ahora con fuerza se vienen amasando desde hace tiempo en la arena internacional.

No se nos escapa que este es un año electoral que impregnará todos los debates, tampoco que habrá una serie de actividades, en las que participaremos, por los 150 años de la edición del primer tomo de El capital  y los 100 años de la Revolución Rusa, hechos históricos de los que somos tributarios, pero entendemos que los sucesos internacionales en curso tienen una entidad tal como para que nos preguntemos, no sin preocupación  ¿cómo impactaran estos cambios en la América Latina?

¿A que atribuir este dramático giro a derecha en el seno de las potencias mundiales de occidente? ¿La xenofobia, el racismo, el sexismo la misoginia se expandirán en esas sociedades? ¿Trascenderán sus fronteras? ¿La globalización ha ingresado en una fase declinante? ¿Están en juego las normas y los equilibrios geopolíticos estructurados en los últimos 70 años? Estas cuestiones y las que surjan son las que nos interesa indagar y debatir desde una perspectiva regional, en este  taller, que nuevamente será con la colaboración y organización conjunta con la Fundación Rosa Luxemburgo.
01 de abril. Hotel BAUEN. Salón Consular 2

Funcionamiento del Taller:

9.30 a 12.30hs: Exposiciones. 

Los participantes tendrán 10’ cada uno/a para presentar sus ponencias (iniciaremos a las 10hs. Puntual)
12.30 a 14hs: Refrigerios
14 a 15hs: Intervenciones y preguntas del público.
El tiempo disponible se distribuirá según el número de presentes.
15 a 17.00 hsRonda final de los panelistas.

Capacidad limitada a 80 personas

jueves, 23 de marzo de 2017

TrumPolis, en el prestigioso sitio del IADE-Realidad Económica

Cecilia Nahón, Leandro Morgenfeld
 
IADE- Realidad Económica 

Bienvenidos al Episodio 2 de TrumPolis, un Podcast para entender el mundo actual, el gobierno de Donald Trump y sus implicancias para América Latina. Con Cecilia Nahón, desde Estados Unidos y Leandro Morgenfeld, desde Argentina.

¿En qué se diferencian las políticas migratorias de Trump y Obama? ¿Por qué crece la xenofobia en Estados Unidos y en el mundo? ¿Cómo afectan estos fenómenos las relaciones sociales al interior de Estados Unidos? ¿Qué se puede esperar en el vínculo con América Latina?
En este nuevo episodio de TrumPolis buscamos entender estas problemáticas con la ayuda de entrevistados de lujo: Eric Hershberg (Director del Centro de Estudios Latinoamericanos, American University, Estados Unidos); Valeria Carbone (Investigadora de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Secretaria de Redacción de la Revista “Huellas de Estados Unidos”, Argentina) y Casandra Castorena (Investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), México y Co-coordinadora del Grupo de Trabajo de CLACSO “Estudios sobre Estados Unidos”). Al final, un Bonus Track: una reflexión político-filosófica sobre el vínculo entre xenofobia, democracia y capitalismo de Ana Paula Penchaszadeh (Investigadora del CONICET/UBA, Argentina).

- Leandro Morgenfeld, es historiador, investigador del CONICET y Co-coordinador del Grupo de Trabajo de CLACSO “Estudios sobre Estados Unidos”.
- Cecilia Nahón, es economista, profesora de American University y ex Embajadora de Argentina en Estados Unidos (2013-2015).