domingo, 29 de noviembre de 2015

La política exterior de Macri: atacar a Venezuela para acercarse a Estados Unidos. Disidencias en el Mercosur

CON SU PEDIDO DE SANCION A VENEZUELA, MACRI YA INTENTA SACUDIR EL TABLERO

Como la devaluación pero en política exterior

El presidente electo se volcó de lleno a diferenciarse de Brasil y los otros socios del Mercosur. El ritmo es de vértigo: elecciones en Venezuela el 6, cambio de gobierno argentino el 10 y cumbre del Mercosur el 21.

Por Martín Granovsky (Página/12)


Mauricio Macri hizo con la política exterior lo mismo que con el dólar: adelantó el momento y el escenario del conflicto. El solo anuncio de un dólar único produjo una suba de precios. Y podría haber otra suba más cuando la megadevaluación sea un hecho. El solo anuncio de un pedido de sanciones al gobierno de Venezuela produjo una cadena de reacciones a nivel regional. Y a partir del 10 de diciembre podría cambiar aún más el tablero. Cuánto cambiará es algo imposible de predecir. Pero ya hay una fecha en juego: el 21 de diciembre Macri y su canciller Susana Malcorra afrontarán la Cumbre del Mercosur en Asunción.
Incluso en la campaña electoral Macri avanzó en su pedido de sanciones a Venezuela con la meta de quitarle la condición de miembro pleno de Mercosur. Para que eso ocurra deberían decidirlo por consenso la Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay. Los cuatro deberían interpretar de común acuerdo que en Venezuela hay una “ruptura del orden institucional”, como reza el Protocolo de Ushuaia sobre el Compromiso Democrático en el Mercosur, la República de Bolivia y la República de Chile firmado en 1998. También tendrían que ser parte del consenso los otros dos firmantes que no son miembros plenos del Mercosur pero sí del Protocolo. Uno es justamente Chile. El otro, Bolivia, donde Evo Morales no formula cuestionamientos al régimen venezolano.
Como sucedía antes con Cuba, proponer una posición públicamente diferenciada o divergente sobre Venezuela no dice tanto sobre la opinión de fondo acerca de Nicolás Maduro como revela la intención de ganar el favor de Washington.

Los vecinos

En el oficialismo chileno las posiciones están o divididas o repartidas según la función que cumple cada dirigente. El ex presidente Ricardo Lagos tiene una postura pública crítica sobre Maduro. En abril último pidió que la Cruz Roja fuera autorizada a “visitar las cárceles para evaluar la situación de los presos políticos en Venezuela”. Lo hizo en presencia de la esposa de Leopoldo López, el dirigente opositor condenado por la Justicia venezolana por instigación a hechos de violencia extrema que terminaron en asesinatos, cosa que según él y sus defensores no sucedió. Lilian Tintori, la mujer de López, es la misma persona que festejó el triunfo de Macri el domingo pasado en el bunker de Cambiemos. Cuando en abril Lagos desplegó esa movida pública y fue consultado por la posición de la presidenta Michelle Bachelet declinó contestar. Hasta ahora el gobierno no se salió del consenso mayoritario en Sudamérica, que se resume en un punto: esperar sin interferencias la realización de las elecciones parlamentarias venezolanas del 6 de diciembre. Es decir, a esta altura, esperar solo una semana más. Hasta el domingo que viene.
La clave de lo que sucederá es el tipo de relación que el futuro gobierno establezca con el brasileño, el grado de acuerdo y desacuerdo entre Macri y Dilma Rousseff, a quien aconseja su asesor internacional Marco Aurélio García, y el nivel de vinculación entre Malcorra y el canciller Mauro Vieira. Malcorra tiene una gran experiencia en las industrias norteamericanas de servicios como IBM y en la secretaría general de la ONU, un sitio donde el staff de Ban Ki-moon tiene relación próxima con los distintos departamentos (ministerios) de los Estados Unidos. La relación argentina con Brasil será su primer desafío en un terreno nuevo para ella.
El gobierno brasileño y el Partido de los Trabajadores apostaron por Daniel Scioli y no por Mauricio Macri. Pero como entre las personas, entre los Estados la vida continúa.
El columnista de Folha de Sao Paulo Clovis Rossi, un periodista informado e influyente, escribió esta semana que Marco Aurélio García admitió que la simple presentación de una propuesta de castigo por parte de Macri creará un litigio dentro del bloque. Pero, pragmático, dijo: “No será el primer problema con el que lidie el Mercosur”.
García aceptó que fue portador de una carta de Rousseff a Maduro con “opiniones y percepciones sobre el proceso electoral, con total respeto de la soberanía venezolana”. Dijo que Maduro se mostró “sensible” a las observaciones pero no dio más detalles.
Vieira, un prestigioso diplomático de carrera que antes de ser canciller fue embajador en la Argentina y en Washington, se empeñó personalmente en facilitar el diálogo dentro de Venezuela. El Congreso brasileño también envió una misión a Caracas. Como era de esperar en un clima tremendamente enrarecido como el de los vecinos, la comitiva parlamentaria no solo no ayudó a descomprimir la crisis venezolana sino que acentuó la crisis en Brasil, donde “chavista” se convirtió en un insulto dentro del Operativo Demolición que tiene por blanco a Dilma y Lula.
Unasur mandará una misión de observadores a las elecciones. Incluirá dos diplomáticos brasileños.
Uruguay espera el resultado de las elecciones. El canciller Rodolfo Nin Novoa hizo declaraciones de no interferencia en un sentido contrario al de su antecesor Luis Almagro, actual secretario general de la Organización de los Estados Americanos.

El nuevo temario

De acuerdo a lo que detalla Rossi sobre lo que piensa el asesor de Dilma, si se pone a un lado la cuestión venezolana en el primer encuentro con Macri no debería haber sorpresas desagradables. Traducido del lenguaje brasileño al argentino, eso significa que como para el Planalto y para Itamaraty la relación con la Argentina sigue siendo prioritaria, Brasilia buscará desdramatizar los puntos de fricción y tratará de hallar los elementos comunes.
Hasta ahora Macri y sus voceros económicos plantearon un acercamiento a la Alianza del Pacífico, formada por países que ya tienen firmados acuerdos bilaterales de libre comercio con los Estados Unidos: Chile, Colombia, México, Perú y Costa Rica.
Darle un alto perfil al tema tiene su costado ideológico, naturalmente. Analistas liberales como Andrés Oppenheimer suelen insistir en que la Alianza del Pacífico sería el factor nuevo y moderno contra el supuesto anacronismo representado por el Mercosur.
Pero lo cierto es que, por un lado, son realidades históricas distintas y, por otro lado, en 2014 ya hubo aproximaciones encabezadas justamente por los cancilleres de ambos bloques.
La Comisión Económica para América Latina señaló que la convergencia entre los dos bloques sería un modo útil de avanzar hacia la integración. “Un proceso de integración de características regionales parece, pues, más adecuado a los signos de los tiempos y a las exigencias del cambio estructural en pro de la igualdad en América Latina”, indicó un informe firmado por la secretaria ejecutiva Alicia Bárcena. “La gradual convergencia entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur podría constituir un catalizador decisivo de ese proceso.”
En 2013, el comercio total entre ambos grupos de países alcanzó los 47.400 millones de dólares, con exportaciones de la Alianza del Pacífico al Mercosur de 23.700 millones de dólares, monto muy similar al de las exportaciones del Mercosur a la Alianza del Pacífico.
Otro punto de la agenda posible entre Macri y Rousseff es un acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea. Según dice Rossi que dice Marco Aurélio, los dos gobiernos ya están de acuerdo en iniciar tratativas con la UE. Escribe el columnista citando sin textualidad la opinión de García: “Como máximo, Macri tendrá mayor inclinación a concesiones aperturistas pero de todos modos actualmente el problema de la negociación está más del lado europeo que del sudamericano”.
La relación entre los dos países abandonó definitivamente el recelo de tiempos dictatoriales, un giro que tuvo su punto alto el 30 de noviembre de 1985 en Foz de Iguazú. Mañana se cumplirán 30 años exactos del momento en que los presidentes Raúl Alfonsín y José Sarney inauguraron el Puente Tancredo Neves, asombrosamente solo el segundo en casi 40 años, después del de Uruguayana-Paso de los Libres, y firmaron una declaración de 32 puntos detallando los objetivos de integración. La última frase decía que las relaciones bilaterales argentino-brasileñas serán el ejemplo de un ideario según el que, para los latinoamericanos, “la democracia debe necesariamente significar paz, libertad y justicia social” para que “convivan en este continente sociedades que privilegien los principios de dignidad humana, cooperación, solidaridad, paz y bienestar”.
Los problemas políticos internos de Brasil y las elecciones argentinas deslucieron el aniversario de mañana, que por lo que pudo saber este diario formaba parte de la agenda de Itamaraty.
El vértigo es implacable. Elecciones en Venezuela el 6, asunción de Macri el 10 y cumbre del Mercosur el 21: de aquí a menos de un mes las cartas del nuevo escenario estarán en pleno juego.

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Tras el triunfo de Macri, legisladores de EE.UU. le piden a Barack Obama que "priorice las relaciones con la Argentina"

La Nación
Los máximos representantes del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes felicitaron al presidente electo y propusieron "revitalizar" la relación bilateral.

El Congreso de Estados Unidos recibió con entusiasmo el triunfo de Mauricio Macri en las elecciones presidenciales argentinas. Poco después de que el secretario de Estado, John Kerry, felicitara al líder de Cambiemos, dos altos representantes del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes le enviaron una carta al mandatario estadounidense, Barack Obama, para pedirle que priorice las relaciones con la Argentina.
El presidente del Comité, el republicano Ed Royce, y el demócrata Eliot Engel le enviaron una carta a Obama el pasado lunes, que fue difundida por el organismo ayer por Twitter, donde además felicitaron a Macri por su elección.
"Le escribimos para priorizar las relaciones de Estados Unidos y Argentina en el próximo año", comienza la carta dirigida al mandatario demócrata. "Los Estados Unidos y la Argentina deberían ser socios naturales. Ambos tenemos poblaciones muy educadas, economías diversificadas y vastos recursos naturales", continúa.
"Como una renovada alianza sería un win-win [un triunfo para ambos] para los dos países, respetuosamente lo urgimos a considerar las siguientes acciones con el objetivo de revitalizar la relación bilateral en los próximos meses", dicen los representantes antes de ofrecer seis recomendaciones al respecto.
La primera de ellas es "incrementar la diplomacia pública" ya que "las encuestas de opinión pública en la Argentina han arrojado consistentemente altos niveles de anti Estados Unidos y una oposición a las políticas de Estados Unidos en el mundo". En ese sentido, "urgen" al desarrollo de "una nueva estrategia de diplomacia pública para la Argentina y coordinar una serie de visitas de delegaciones de alto nivel del poder ejecutivo y legislativo junto a intercambios culturales diplomáticos".
La segunda sugerencia es "iniciar un diálogo económico de alto nivel" similar al que mantienen con México. "Una misión comercial patrocinada por el gobierno también sería útil. Estas actividades reposicionarían un compromiso económico en el centro de la relación bilateral", sostienen. Para argumentar este consejo, mencionan que "la Argentina tiene la tercera economía más grande de América latina con un PBI de 540 miles de millones de dólares" y que "en 2012, el comercio bilateral fue de 23 miles de millones". "Hay un potencial para que este comercio crezca significativamente en los próximos años, especialmente en el área de energía", agregan.
Luego recomiendan "proveer asistencia técnica en cuestiones de economía y comercio", en un apartado en el que mencionan las dudas sobre la credibilidad de los datos del Indec y la preocupación por la falta de aplicación de los derechos de propiedad intelectual y los altos niveles de piratería y falsificación". Entre las sugerencias, figuran "que los Estados Unidos ofrezcan asistencia técnica al nuevo gobierno argentino para reformar las instituciones de estadísticas" y ayudar a "hacer que las regulaciones para importaciones cumpla con los estándares de la Organización Mundial del Comercio", con la colaboración del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La cuarta sugerencia es "apoyar la resolución de reclamos de arbitraje y el conflicto con los holdouts". "Alcanzar un acuerdo con los tenedores de bono privados «holdouts» podrían ayudar a a la Argentina a ganar acceso a los mercados de capitales internacionales, ayudando a la economía argentina", mencionan.
El siguiente punto es "promover el liderazgo regional", considerando los recursos naturales, su economía y la "población altamente educada" de la Argenitna. También menciona el atentado contra la AMIA de 1994 y remarca que por ese "doloroso recuerdo" el país tiene "una poderosa razón para jugar un rol de liderazgo en el combate contra el terrorismo". En este sentido, recomienda promover un rol más activo de la Argentina en la Organización de los Estados Americanos (OEA) y restablecer un acercamiento entre ambos países para "confrontar el terrorismo y las organizaciones criminales trasnacionales en América".
Finalmente, y en ese sentido, Royce y Engel recomiendan "mejorar la cooperación contra el narcotráfico".
 
El lunes también, Kerry, en representación del gobierno de Obama, felicitó "al pueblo de la Argentina" y a Macri por las elecciones presidenciales, que reflejaron los "fuertes valores democráticos" del país. El secretario de Estado explicitó además el interés por "trabajar estrechamente" con el nuevo gobierno.

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