domingo, 18 de agosto de 2013

Ofensiva de Rafael Correa contra Chevron: "enemiga del país"

El presidente la acusó de montar “una campaña criminal” contra el país. La firma enfrenta un juicio millonario por daño ambiental.

Correa declara a la petrolera Chevron “enemiga” de Ecuador

Clarín
En un encendido discurso, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, declaró ayer “enemiga” del país a la petrolera estadounidense Chevron, con la que su gobierno mantiene un millonario juicio a raíz del daño ambiental que causó la empresa en la zona amazónica.
" Chevron, ese enemigo del país. Vamos a denunciar a América Latina lo que ha hecho en el país para eludir su responsabilidad, con esa campaña criminal que está haciendo contra el Ecuador”, sostuvo el mandatario. En el 2012 la petrolera fue condenada por la justicia ecuatoriana a pagar 19.000 millones de dólares, en el marco de un sonado juicio por contaminación.
Si bien el caso está en manos del máximo tribunal ecuatoriano, la empresa desconoce la sentencia por considerarla “fraudulenta”, y busca en cortes internacionales que el Estado ecuatoriano asuma la indemnización por daños ambientales. Chevron nunca operó directamente en Ecuador, aunque sí lo hizo a través de Texaco, compañía que funcionó en el país entre 1964 y 1990. Tras su salida, comunidades indígenas entablaron un proceso que ya completa casi 20 años por contaminación en la selva amazónica.
Correa acusó a la petrolera de emprender una campaña contra el gobierno y la justicia de Ecuador en la que invirtió 400 millones de dólares y contrató unos 900 abogados para desconocer el fallo de la justicia ecuatoriana. El presidente ecuatoriano se embarcó en esta cruzada ecológica buscando contrarrestar las críticas que recibió esta semana por su intención de explotar el petróleo que hay en el Parque de Yasuní, una reliquia medioambiental de la zona amazónica del Ecuador declarada reserva mundial de la biosfera por la ONU.
El mandatario había prometido respetar el medioambiente y no tocar esas reservas de crudo. Pero puso una condición: que un fondo internacional de US$ 2.700 millones compense la pérdida de ingresos que le provocaba no explotar el yacimiento. Sin embargo, no consiguió aportantes. Sólo pusieron dinero Naciones Unidas y España. Por eso ahora Correa decidió avanzar sobre la reserva, lo que le valió duras críticas de los indígenas de la región y de los sectores ecologistas.

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