domingo, 18 de marzo de 2012

Entrevista a Katz: "Bajo el imperio del capital"

“La histórica lucha antimperial está plenamente vigente en el siglo XXI”

Es investigador del Conicet e integra el grupo de Economistas de Izquierda (EDI) fundado en 2001. En su nuevo libro retoma y revisa el concepto marxista de imperialismo a la luz de las nuevas condiciones creadas por el capital transnacional.

Tiempo Argentino

En su nuevo libro Bajo el imperio del capital, el economista Claudio Katz resalta la necesidad de recuperar la teoría sobre el imperialismo en una nueva etapa del desarrollo del capitalismo mundial. Las características propias de la relación entre países imperialistas-pueblos oprimidos y entre capital-explotados, se habrían transformado luego de la Segunda Guerra Mundial. En este nuevo marco de análisis que su libro propone, Katz contó a Tiempo su visión sobre temas como la crisis económica desatada en 2008, la perspectiva de otra guerra mundial y la situación de Malvinas.  
 
–¿Cuáles son las características propias del imperialismo actual?
–El imperialismo es la forma de dominación que adopta el capitalismo para reproducirse a escala mundial, y esta forma va cambiando en cada etapa. Al principio del siglo XX, las posturas marxistas sobre el imperialismo coincidían en que se trataba de un período de guerras interimperialistas. Esta definición centrada en su rasgo bélico, caracterizó al imperialismo clásico de la época hasta la Segunda Guerra Mundial. A partir de entonces, y en oposición a su etapa previa, ya no hay guerras interimperialistas. 
–¿Cuáles fueron las razones de esta transformación?
–Las causas son varias, pero hubo tres razones que se afianzaron luego de la Gran Guerra. La primera es el rol protector que adquirió EE UU a nivel mundial. Antes estaba la Sociedad de las Naciones u otras instancias de negociación de mayor equivalencia, pero el rol del Pentágono en garantizar la dominación del capital frente a las insurrecciones locales le confiere a EE UU y al mundo un rasgo político militar distinto. El segundo rasgo es económico, y se basa en la nueva asociación económica entre capitales de distinto origen. Antes de la Segunda Guerra esto era marginal, las asociaciones se armaban para una particularidad, por ejemplo para construir el Canal de Panamá. Pero la novedad es el proceso creciente de internacionalización del capital, que a su vez es resultado del propio desarrollo del capitalismo que acrecienta su escala y necesita de la formación de multinacionales. El tercer elemento diferenciador del imperio del capital,es la gestión geopolítica estratégica conjunta que antes tampoco existía. Ahora las potencias actúan de forma mancomunada frente a la periferia o determinados conflictos mediante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la OTAN, el G-7 o G-20 ahora. Anteriormente había guerras coloniales con cierta acción común en determinadas circunstancias, pero no existía como ahora un sistemático proceso de intervención conjunta frente a terceros. 
–Aún así en el libro remarcás que no existe hoy un estado supranacional. ¿Qué formas nuevas entonces adquiere la competencia entre los diferentes capitales?
–La tesis que desarrolla el libro es la de una situación intermedia, donde el capital se asocia cada vez más a nivel internacional pero coexistiendo con Estados nacionales. Se crean estructuras regionales como el NAFTA o la UE para que el capital pueda adquirir mayor escala. Pero los Estados nacionales se gestaron con el capitalismo, es difícil que desaparezcan. La competencia y los conflictos entre capitales persisten porque son inherentes al capitalismo, donde cada Estado Nacional apadrina al capital más próximo, y si este está internacionalizado a la asociación que lo contenga. Estas mismas rivalidades de hoy antes implicaban que los estados armaran estructuras proteccionistas, el cierre de las aduanas, la escalada diplomática y la guerra. En la actualidad cuando Gran Bretaña y Alemania confrontan lo hacen por un aspecto específico como ser si la nueva regulación del Banco Central Europeo va a primar o no sobre la City londinense. Pero inclusive distanciándose de la Eurozona, Gran Bretaña pertenece a la Comunidad Europea y lo necesita porque vende sus mercancías en el continente, y Alemania también así lo necesita no sólo por los lazos económicos, sino porque no tiene ni ejercito ni diplomacia independiente. De esta manera es Francia la que actúa como su aliado militar y diplomático, que a su vez integra la OTAN, lo que lleva a que su acción militar en los países árabes se haga en concordancia con los EE UU. Es impensable que las tensiones entre capitales lleven a la guerra entre estos países en este contexto, y esta novedad histórica es la que debe ser teorizada. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario